jueves, 19 de noviembre de 2009

NO HABÍA UN PORQUÉ

Yo pensé que estaba viendo algo que nadie más vería en el mundo,
que era algo único en la vida.

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"¿Por qué? ¿Por qué lo has hecho?" Una pregunta apremiante.
Hago algo magnífico y misterioso, y sólo consigo un "¿por qué?"
Y lo más bello de todo es que no tenía un porqué.

"¿Por qué lo has hecho?
Es la milésima vez que contesto. No existe un porqué"

Me llevaron a un psiquiatra para que me hicieran un examen.

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La gente cruzaba la calle para decirle: "¡Qué regalo nos ha hecho!
Ha sido tan hermoso, como un soplo de aire fresco. Gracias". Era extraordinario, y pienso que en la mente de Philippe cambiaron muchas cosas. Conoció la celebridad.

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La sentencia del juez me pareció muy dura. Fui expulsado de EEUU.

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Qué película acabo de ver. Un documental de James Marsh, el que ganó el Oscar este año, MAN ON WIRE. Leí algo sobre él en el Contubernio Caníbal y me picó la curiosidad porque yo esta peli no la vi cuando pasó por los cines. Va sobre la hazaña del funambulista francés Philippe Petit, que con una gran ayuda de sus amigos consiguió tender un cable entre las Torres Gemelas -cuando aún existían, era un 7 de agosto de 1974-, subirse a ese cable y estar allí caminando durante 45 minutos. Después de eso fue arrestado por la policía. Todo ilegal, habían usado disfraces de operarios y arquitectos, carnets falsos y furgonetas de mudanza igual de falsas. Lo más épico aparte del acto en sí fue la increíble operación necesaria para tender artesanalmente un cable de 60 metros a esa altura, 400 y pico metros de nada. Alguien le llamó a esto "el crimen artístico del siglo". Creo que es una buena definición. En una de las primeras excursiones que hizo Petit de extranjis a la azotea del World Trade Center para preparar "el golpe" (Petit y sus colegas lo llamaban así), el funambulista quiso dibujar "un fresco" en la pared de la azotea. Un dibujo a lápiz en el que materializaba su deseo, su obsesión: los dos primeros dibujos representaban sus logros previos, también ilegales, caminar por un cable entre las torres de la catedral de Notre Dame, y luego lo mismo en el puente del puerto de Sydney. El tercer dibujo de aquel "fresco" mostraba a las Torres Gemelas unidas por un cable junto a un pequeño signo de interrogación.

Las frases que he copiado arriba las pronuncian en el documental, por orden de lectura, 1) uno de los policías que detuvieron a Petit en la azotea, lo dijo ante las cámaras de televisión nada más bajar. El poli tuvo la suficiente lucidez, y sensibilidad, para percatarse de la belleza extraordinaria e irrepetible de lo que había visto. 2) Petit, el funambulista zumbado (hay que verle hablar para entenderlo plenamente) contando cómo lo detuvieron e interrogaron. No había un porqué, era un acto gratuito, "no pudo evitarlo". Si hay un gesto realmente artístico, es algo como eso. 3), la novia de Petit por entonces, francesa como él. 4) Uno de los amigos que le ayudó a tender los cables. A otro de esos amigos, también compinche en "el golpe", se le saltan las lágrimas un par de veces en el documental, preguntado hoy por todo aquello, ya peinando muchas canas y con más de treinta años encima desde 1974. Después de aquello, cuenta, algo cambió entre ellos, sencillamente. Nada volvió a ser igual.



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(El libro que adapta la película)

7 comentarios:

Rubén dijo...

A mí esta peli me pareció muy floja, pero el libro que adapta es un auténtico pasapáginas.

http://www.viceland.com/es/v3n5/htdocs/libros.php?country=es

Pepo Pérez dijo...

Entiendo lo que dices, Rubén, pero el final me noqueó. No seguir leyendo si no se ha visto la peli.

Los protagonistas no llegan a explicar bien qué pasó, pero ni falta que hace, se entiende todo. El artista alcanza la fama inesperada, se larga con la groupie a la cama de agua y deja plantado a todos sus amigos, novia incluida. La novia dejó de serlo, como ella misma explica. "Algo había cambiado en la mente de Philippe". El amigo evidentemente más sensible, el que llora ante la cámara, seguramente se sintió traicionado también, probablemente usado. El acto de belleza pura se había convertido en otra cosa. Ya no era gratuito, había sido "ensuciado" . En el camino de vuelta, en el avión, lo vio claro. Ya no habría más empresas en común del grupo, aquello se había acabado. El final es oro, vale por todo lo demás.

(Muy bien retratado Petit en tu reseña con esos dos adjetivos, egomaníaco e insensato)

David Muñoz dijo...

A mí la película me gustó (tiene mucho mérito que consigan que sea interesante sin tener ni una sola imagen grabada en vídeo de lo que pasó), pero reconozco que eché de menos saber más sobre lo que ocurrío después; especialmente eché de menos más declaraciones de los amigos de Petit una vez éste se convierte en una celebridad en Estados Unidos y pasa de ellos. Es cierto que, como dices tú Pepo, todo eso está implícito en los minutos finales, pero aún así... no sé, creo que en realidad era lo más importante de todo lo que estaban contando. O al menos lo que más me importaba a mí. Ah, el documental que te recomiendo es "Anvil". Da igual que no te guste el heavy (porque es un documental sobre un grupo de heavy canadiense), es la película más emotiva que he visto este año y creo que si te dedicas a alguna activad creativa, da igual la que sea, es inevitable sentirse identificado con ellos.

Pepo Pérez dijo...

Para mí el final tiene tanta fuerza justamente porque apenas se explica el "qué pasó después". Lo intuyes en apenas tres frases, del amigo, de la novia (ex novia, como sabes al final). Y está bien que no se explique más porque así lo añades tú como espectador. A mí me dejó pensando no sólo en "los amigos traicionados", también en muchas otras cosas sobre el arte-la condición humana.

Pepo Pérez dijo...

Un par de apuntes más. El director de Man on wire la vio desde el primer momento como una "heist movie", o sea, como una peli sobre un gran golpe de ladrones. O, como dice Rubén en su reseña, sobre los preparativos para un golpe terrorista. Sólo que aquí todos aquellos preparativos fueron para que un funambulista hiciera el paseo de su vida.

(David, tomo nota sobre "Anvil")

Rubén dijo...

Ese final es el desplante del torero. En este caso hacia el mundo entero. Acojonante. Menudo loco maravilloso. Pero lejos, lejos de mí. Qué asco de tío.

Ah, y secundo la recomendación de David.

PAblo dijo...

A mí me ha dado vertigo tan sólo leer la entrada...

Impacientes Saludos.