lunes, 31 de diciembre de 2012

2012 EN CÓMICS (y 2)

La memoria y lo autobiográfico han dado otros cómics destacables en este año que termina. Los recuerdos de una infancia transcurrida en los ochenta en el seno de una familia obrera de charnegos constituyen el material narrativo de ‘Entretelas’ (La Cúpula), de Rubén del Rincón, un dibujante de Olesa de Montserrat que ha aprovechado un hueco entre sus últimos trabajos en la industria francesa para poner en orden estos recuerdos junto a su hermano Carlos del Rincón, que firma el color. Frente a ciertas novelas gráficas melifluas y un tanto desnortadas, la memoria familiar de ‘Entretelas’ destaca por su franqueza y precisión a la hora de seleccionar anécdotas significativas y narrarlas con eficacia. Centrada en la lucha de unos obreros por constituir una cooperativa tras el cierre de la fábrica textil en que trabajaban, los ecos de su crónica social e íntima llegan en un momento en que nos parece inevitable buscar paralelismos entre aquella crisis y la actual, tanto como para pensar que se trata de la misma.
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La segunda y última parte del artículo resumen del año que me pidieron desde la revista Númerocero podéis leerla aquí.  
Aprovecho para poner por escrito algunas ideas sobre las listas del año que tanto proliferan por estas fechas. Nunca me han gustado, y este año no ha sido una excepción en ese sentido. Entiendo la necesidad humana de confeccionar esas listas para "recordar" y hacer balance de lo que ha sido el año, pero en el fondo son un timo. La mía también, por supuesto. No ya por la obviedad de que toda lista de esta clase es eminentemente subjetiva, y por tanto no va a coincidir con la lista personal de otras personas, sino porque hacer una lista seleccionando "lo mejor del año" (sean cómics, libros, discos o películas) presupone que te has leído TODO lo que se ha editado ese año en ese sector, cosa que, perdón por la perogrullada, va a ser imposible siempre. De modo que este artículo no pretende ser una lista con "los mejores del año", y reconoce que es un resumen sesgado, incompleto y subjetivo, como no puede ser de otra manera. Quien diga lo contrario miente como un bellaco. Aún así, los destacados en el artículo tampoco obedecen estrictamente a mi gusto en todos los casos, puesto que he aludido a algunos cómics de 2012 que me parecían relevantes por una u otra razón aunque a mí personalmente no me hayan gustado. Al final, ni siquiera es un artículo realmente personal.  
Demasiadas justificaciones, ¿verdad? Como decía antes, es que no me gustan las listas del fin de año. Este artículo para Númerocero lo he escrito como un compromiso, me ha costado muchísimo hacerlo, y no creo que vuelva a repetirlo. De momento, y esto es mucho más importante, os deseo a todos un feliz año. 

jueves, 27 de diciembre de 2012

MUJERES AL BORDE DE UN ATAQUE DE



La otra noche volví a ver en la tele Jackie Brown (1997). Es aún mejor de lo que recordaba. En contra de lo que pudo parecer en los noventa, las películas de Tarantino van ganando con los años, tanto que casi podemos decir que es un clásico vivo, y sin el casi. Hay dos o tres escenas en Jackie Brown en las que se habla de cosas importantes, cosas universales, aunque no se dice una sola palabra. Es una historia, por encima de la entretenidísima peripecia criminal, sobre gente que se hace mayor y comprueba con certeza que sus posibilidades se acortan cada vez más, aunque uno siga esforzándose igual. Un mundo de rendimientos decrecientes, como la propia vida. Es un filme agridulce, divertido y triste a la vez, tragicómico. Una vez más, como la vida misma, etc. También me pareció que es un tipo de película de crimen con historia de amor subyacente que entronca con otras como The Getaway  –donde en realidad la historia de amor era lo más importante– o Bring Me the Head of Alfredo Garcia, ambas de Peckinpah, que sospecho muy del gusto de Mr. Tarantino. Jackie Brown es también una oda a la mujer como motor de la acción y, fuera de la ficción, a la actriz protagonista, Pam Grier, un poco como hizo más tarde en Kill Bill con Uma Thurman.

En espera de su Django Unchained...

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Más: Moscas en la frontera

miércoles, 19 de diciembre de 2012

2012 EN CÓMICS

Un hombre cerdo se arrastra dolorosamente a través de estrechas oquedades oníricas, entre parásitos inesperados y extraños personajes emblemáticos que parecen salidos de una baraja de naipes, de viejos dibujos animados, de una ilustración de John Tenniel o, vamos a decirlo de una vez, de un trip psicodélico. El calvario de este hombre cerdo, escatológico en lo literal y de una gran densidad en lo simbólico inspirada en la filosofía hindú, tiene lugar en las viñetas del estadounidense Jim Woodring, concretamente en Frank. Filigranas del clima(Editorial Fulgencio Pimentel), uno de los grandes cómics que se han publicado en España a lo largo de 2012. 
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La primera parte del artículo sobre cómics destacados de 2012 que me han pedido para Númerocero sigue aquí

jueves, 13 de diciembre de 2012

LEGITIMACIÓN, RECONOCIMIENTO.

«La exposición de 1990 "High and Low: Modern Art and Popular Culture" intentaba lidiar con el tema, que entonces empezaba a ponerse de moda, de cómo las artes populares interactuaban con las minoritarias. Desgraciadamente, la exposición desperdició la oportunidad, ratificando meramente los gustos de siempre del museo y sus predisposiciones jerárquicas. Expusieron las pinturas de Lichtenstein y luego tenían, en una vitrina pequeña, las humildes viñetas de cómic que birló para componer sus cuadros de gran tamaño, sin ni siquiera citar el nombre de los dibujantes de los tebeos... lo que simplemente confirmaba aquello que estaba implícito en las pinturas de Lichtenstein: que los artefactos originales eran despreciables. Había pinturas de Miró en la pared al lado de Krazy Kats porque, al menos por lo que me pareció adivinar, ambos tenían lunas crecientes y paisajes surrealistas. Me gustan los dos, pero se veían incómodos uno junto al otro. Francamente, el Herriman, por muy bonito que sea a su manera, no queda igual de bien en una pared que algo que fue hecho para colgarlo en ella. Por entonces lo entendía así: "Supongo que la pintura gana en la pared y el cómic en el catálogo". Los cómics quedaban mejor [en el catálogo] porque estaban hechos para la reproducción».
Art Spiegelman, en MetaMaus, Pantheon, 2011, pp. 203-204, un libro extraordinario que por cierto acaba de traducirse al castellano (Reservoir Books-Mondadori).

La idea de que un cómic está pensado y hecho para su reproducción, al contrario que una pintura o escultura –hechas para verse en un lugar de exposición, como objetos, únicos y originales–, aún no parece tener demasiadas consecuencias para algunos. Conozco a un profesor de pintura, pintor sobresaliente, que no se cansa de repetir: "recordad que una pintura no es simplemente una imagen, contiene materia, es un objeto". Bien, un cómic sí es ante todo imagen, y desde luego se concibe y ejecuta para su reproducción, no como un objeto único para verse colgado de la pared de un museo. Art Spiegelman habla mucho en MetaMaus sobre cómo realizó su memoria familiar sobre el Holocausto, el célebre Maus, pensando siempre en cómo se vería impreso. Esta idea le llevó, entre otras muchas decisiones, a dibujar las páginas al tamaño exacto en que se verían impresas para lograr un mayor grado de intimidad con el lector. Normalmente, los dibujantes de cómic suelen preferir trabajar a mayor tamaño del que se imprimirá el tebeo –yo mismo lo hago casi siempre– porque «dibujar en grande y reducir el dibujo para la publicación lo ajusta, lo hace parecer más nítido y "profesional"», en palabras del propio Spiegelman.

Para mí está claro que Scott McCloud y su Understanding Comics ha sido el máximo responsable de este tipo de pensamiento que, basándose en una extravagante creencia de que el elemento definidor y esencial del cómic es la secuencia de imágenes –que existe en todas las artes, ya desde las cavernas–, ha llevado a llamar "cómics" a pinturas rupestres, jeroglíficos egipcios, códices pintados que nunca se hicieron para la imprenta e incluso, ya puestos, esculturas, por qué no, y todo porque usan secuencias de imágenes. Este extravagante pensamiento, hay que aclararlo, solo existe dentro del extravagante mundillo del cómic. Fuera de él, es conveniente saber que nos van a mirar muy raro si pretendemos convencerles de que la Capilla Sixtina, la Columna de Trajano o una serie de cuadros en secuencia de Goya es un "cómic".

Se puede jugar a eso, es decir, a intentar legitimar culturalmente el cómic pretendiendo argumentar que el cómic ya estaba en las cavernas, en la Capilla Sixtina, en un códice medieval o en el friso de un monumento o una gran catedral. Pero, sinceramente, no creo que ése sea el camino. Tengo la casa llena de cómics, escribo esto con una estantería repleta de ellos detrás, y no me parece que esos cómics pertenezcan a las tradiciones de la pintura, del manuscrito iluminado o de la escultura, por muy nobles que estas sean. Creo, como muchos de los que leéis esto, que el cómic es una forma artística autónoma que cuenta con las suficientes tradiciones internas como para haber desarrollado un lenguaje propio de hacer, de contar las cosas. Si el cómic no es el cine de los pobres –y un dibujante de cómic no maneja ninguna "cámara" cuando planifica sus páginas–, tampoco es un "cuadro" o "escultura" de un Mundo Bizarro. En estos días dudo de la necesidad de lograr esa legitimación cultural externa, ese reconocimiento del mundo artístico, pero si uno quiere obtenerlo me parece que no va a ser intentando convencer a los expertos en arte de que una pintura es un "cómic" por mucha secuencia de imágenes que contenga. Podemos comparar aquello con esto, por ejemplo un cuadro con secuencia de imágenes a un cómic, y de hecho estoy seguro de que aprenderemos mucho de esa comparación. Pero eso es muy distinto a afirmar que ese cuadro es un cómic.

Basta ahora en reparar en en el nombre que usamos para llamar al cómic. Comic. Una palabra en inglés inventada a principios del siglo XX para nombrar no a cuadros ni a esculturas, ya de la época o de siglos atrás, ni mucho menos a frisos esculpidos en secuencia, sino a páginas dibujadas que se reproducían en los periódicos de la época, páginas impresas que contenían pequeñas historias que, en principio, iban destinadas a entretener y divertir al lector. Comic significa cómico en inglés, no está de más recordarlo, y de hecho a principios del siglo XX a aquellas páginas pensadas para ser impresas, para ser reproducidas en masa en la prensa estadounidense y llegar como llegaban a miles de lectores (por algo el cómic fue un arte popular, de masas), se les llamaba comicalsfunnies o, sí, comics. Páginas como las del Krazy Kat de Herriman, ya que Spiegelman lo cita arriba, o del no menos famoso Little Nemo de Winsor McCay. ¿Por qué hubo que inventar palabras nuevas para nombrar a aquello si, supuestamente, se trataba de una forma artística universal que había existido desde siempre, desde que el hombre es hombre y pintaba en las cavernas? Creo, me parece a mí, que porque aquellas páginas dibujadas para la imprenta se percibían como nuevas, o al menos eran relativamente nuevas para aquel momento. No creo que el cómic se inventara entonces en Estados Unidos, soy más bien de los que piensan que esa tradición ya existía desde un siglo antes, aproximadamente, y nació y se desarrolló en Europa antes de exportarse al otro lado del Atlántico. Pero sí creo que esa es la tradición de la que nacen todos los demás cómics, es decir, dibujos hechos para ser reproducidos en masa que contaban pequeñas historias, en una sola viñeta o en varias, muy a menudo cómicas. Comics.

No pretendo ahora definir nada. No me gustan las definiciones, que no creo que sirvan para entender formas artísticas y tradiciones culturales. Las definiciones son esencialistas por naturaleza, es decir, ahistóricas, y yo creo en la historia. No pretendo señalar ahora una norma que dice que "un cómic debe ser impreso", ni mucho menos que "debe ser cómico", sino señalar el hecho histórico, al menos para mí, tal como yo entiendo la historia del cómic, de que los cómics nacieron y se desarrollaron para la imprenta. Este hecho de ser un arte reproducido técnicamente por supuesto tuvo consecuencias cruciales en el desarrollo de la forma (del lenguaje) del cómic, empezando por el tipo de dibujo que se podía reproducir (las técnicas de reproducción eran mucho más limitadas en el siglo XIX y primeros del XX que hoy), siguiendo por la forma (el lenguaje) en que se contaban esas pequeñas historias dibujadas (usando o no los globos de texto, metáforas visuales, tipo de dibujo reproducible, onomatopeyas, etc.) y terminando por el hecho crucial de que el dibujante de cómic, como McCay, Herriman o Spiegelman, trabajaba en todo momento pensando cómo quedaría reproducido su cómic. Lo sigue haciendo, de hecho. Por algo muchos dibujantes de cómic viajan a la ciudad de la imprenta en que se tirará su cómic para supervisar los trabajos de impresión. Porque su obra se produce justo en ese momento, en la reproducción, no antes, y lo que los lectores verán, leerán y juzgarán serán los cómics que salgan de esa imprenta, reproducidos. No sus páginas dibujadas a mano, por muy bonitas que éstas sean. A menudo, llenas de correcciones, manchas y tachaduras, como en las páginas dibujadas del Maus de Spiegelman, que solo podríamos ver si vamos a la casa del autor. O bien reproducidas, una vez más, en el MetaMaus.

Todo esto viene a cuento, en parte, de la serie que The Hooded Utilitarian está dedicando estos días a comentar el reciente libro de Bart Beaty, Comics versus Art, en la cual Noah Berlatsky ha destacado una cita de Les Daniels que Beaty incluye en el primer capítulo de su libro, dedicado a discutir las (inútiles en mi opinión, haciendo una generalización) definiciones de cómic que se han dado por diferentes estudiosos. Escribe Daniels, citado por Beaty: «Los defensores del medio del cómic tienen una tendencia a hurgar en los restos reconocidos de la vasta historia de la humanidad para arrancar sucesivamente símbolos sancionados que puedan crear entre los expertos el deseado choque de reconocimiento». La cita está escrita con un estilo pomposo y pretencioso, pero sospecho que Daniels lo hizo de forma deliberada. Para imitar irónicamente a aquellos a los que se refería.

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De la misma serie:

-Herzog y la cueva de los sueños olvidados (en secuencia)

-Más

miércoles, 12 de diciembre de 2012

LA FORMA ES CONTENIDO



ALISON BECHDEL
¿Eres mi madre? Una tragicomedia
RESERVOIR BOOKS-MONDADORI

Un viejo osito de peluche de la infancia rodeado de libros de psicoanálisis. La imagen, una viñeta de “¿Eres mi madre?”, bien puede servir como resumen del libro, una extensa coda a la anterior novela gráfica de la autora, “Fun Home”. El peso de aquella obra maestra parece ahora una bola de preso para Bechdel (Lock Haven, 1960), que lucha aquí contra la ansiedad de su propia influencia, parafraseando a Harold Bloom, casi tanto como lo hizo en “Fun Home” respecto a sus maestros literarios. Sin la inspiración de aquella pero con el mismo talento considerable, Bechdel dedica el libro a la complicada relación con su madre, igual que en “Fun Home” lo hizo respecto a su padre, y lo plantea también como un acto de terapia. Con inflación de citas de psicoanálisis, y modelos como Virginia Woolf y el “Maus” de Art Spiegelman –como este, incluye el proceso de creación en el libro y las reacciones de su madre al mismo–, Bechdel habla mucho más de sí misma que de su progenitora, pero con el suficiente pulso intelectual para que sigamos con interés su narcisismo a través de las casi trescientas páginas.

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Una reseña que publiqué en el número de octubre de Rockdelux. Debo ser de los pocos a los que le ha gustado la última novela gráfica de Alison Bechdel.  Lo sé, es pesada y farragosa, tengo ojos en la cara, y vive en todo momento bajo la sombra insuperable de Fun home, pero a mí este cómic me siguió interesando hasta el final, y siempre lo hizo por la forma. La supuesta separación entre forma y contenido nunca es tal, pero aquí hay un ejemplo muy evidente de eso. Y una construcción formal tan soberbia como la que demuestra Alison Bechdel en ¿Eres mi madre? te puede llegar a fascinar tanto como para acabarte un ladrillo como este, y hacerlo con gusto además. A ver si puedo extenderme un poco más sobre este asunto en un futuro post, si las obligaciones me lo permiten. No prometo nada.

EN EL DESIERTO DONDE NACIÓ EL BLUES

El abrazo de Ali Farka Touré y Salif Keita, un dibujo que hice para ilustrar un artículo de Carlos Fuentes sobre las esperanzas rotas en el presente político y cultural de Malí, titulado «Fanáticos en el desierto donde nació el blues». Puede leerse completo en la web de Rockdelux

martes, 4 de diciembre de 2012

+20.000

Un dibujo que he hecho para el número de diciembre de la revista Rockdelux. Ilustra un texto de opinión de Víctor Lenore alrededor del caso Madrid Arena, que puede leerse íntegramente en la web de Rockdelux

domingo, 2 de diciembre de 2012

LA BECA ALHÓNDIGA DE CÓMIC (2)

En el blog Contra la supresión de la beca AlhóndigaKomik se está recogiendo, además de la carta que se envió a la directora de La Alhóndiga Bilbao, actualizaciones con nuevas firmas que apoyan la petición y una recopilación de links con la recepción de la noticia en los medios de comunicación. Enlace

sábado, 1 de diciembre de 2012

UNA BOTELLA DE CHAMPÚ


Eddie Campbell pasó por Getxo el fin de semana pasado, en una mesa redonda donde repasó algunos de sus trabajos más importantes ante una sala de actos del festival repleta. Más tarde, el lunes, por Madrid, para presentar su último libro. Sin embargo, su gran momento en este tour en España lo tuvo –según él mismo afirma– en la Facultad de Bellas Artes de Málaga este martes, con todos los asientos ocupados y gente de pie, cerca de 200 personas aproximadamente. Tal como dijo el vicedecano de cultura en la presentación, ya es hora de que la academia, o sea, las facultades de bellas artes, reconozca el trabajo de historietistas como él. Por lo que respecta a Eddie, cuando vio tanta gente esperando para entrar en el salón de actos de la facultad instantes antes del comienzo de la conferencia, se puso inmediatamente a repasar el guión de su charla porque no quería defraudar a tanto público. Doy fe de que no lo hizo. En uno de esos eventos inesperadamente mágicos, en los que el todo se convierte en algo más que la suma de las partes, Eddie improvisaba delante de las imágenes que traía preparadas conforme su público respondía con sonrisas, risas abiertas o con esa gran ovación al final de la charla que duró bastante más tiempo del habitual, como todos pudimos comprobar. Fue esa respuesta del público la que le permitió expandir su «conferencia» (a Eddie le hacía mucha gracia que siguiera llamándola así, él prefiere llamarla «stand-up picture show») para combinar el repaso a sus métodos creativos y recursos formales con bromas sobre España («mi país favorito del mundo, a pesar de que aquí nada funciona»*), sobre su trabajo, sobre sí mismo y su vida, tal como nos la ha contado en sus cómics a lo largo de casi cuatro décadas de trayectoria. Como muchos de los asistentes podrían corroborar, fue una charla, para decirlo en una sola palabra, memorable.

Para los curiosos sobre el título de la conferencia, comentar que fue más bien un chiste implícito sobre la controversia generada por su entendimiento de la novela gráfica como movimiento, sensibilidad o nueva tradición del cómic, que el tema en sí mismo de la charla, que versó sobre su proceso creativo, centrándose en obras como Alec (y en concreto, Después del narigudo) o su última y soberbia novela gráfica, Mi libro sobre el dinero. Esa cosa maravillosa y horrible, uno de los cómics que más he disfrutado este año.

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* «La primera vez que vine a España, esperé en el aeropuerto media hora ante la cinta de equipajes, que no se movía. Media hora después, seguía esperando. Luego, otros diez minutos, y por fin la cinta comenzó a funcionar. Lo primero que salió fue una botella de champú».

jueves, 29 de noviembre de 2012

EL CÓMIC EN EL MUSEO DE PONTEVEDRA

Hoy a las 20:00 horas daré una conferencia en Pontevedra, dentro de un ciclo de charlas sobre cómic que ha organizado el Museo de la Diputación Provincial de Pontevedra. El título, "Del tebeo a la novela gráfica: dos décadas de cómic en España (1990-2012)". Esta misma semana me precedieron en este ciclo de charlas David Rubín, que ayer "actuó" con gran éxito de público, y Kiko Da Silva, que el martes dio un repaso histórico a la BD galega. Las conferencias son en el salón de actos del Sexto Edifico del Museo de Pontevedra.

Llevo un mes auténticamente infernal y apenas me da tiempo a escribir nada en el blog, ni siquiera ahora para explicar algo sobre esto o sobre la conferencia de Eddie Campbell en la Facultad de Bellas Artes en Málaga el martes pasado. Espero hacerlo en próximos días. Por cierto, os dejo enlaces a entrevistas con Eddie Campbell en periódicos locales:

"Pretender superar los tebeos de hace 60 años puede conducir a un fracaso grave" (Málaga Hoy)

lunes, 26 de noviembre de 2012

ANTES Y DESPUÉS

Un dibujo que hice para enBarcelona (by Guía del ocio-BCN) el mes pasado. Ilustraba un artículo donde se analizaba (de guasa, no en serio) las tendencias "indepe" de distintos políticos catalanes de cara a las elecciones autonómicas de 2012, entre ellos Joan Herrera, Artur Mas (encabezando el ránquin de coolness, "de maniquí neoliberal a estrella pop") y Oriol Junqueras, antifashion total según el artículo. Bueno, ahora que sabemos cómo les ha ido tras los resultados de ayer, el grado cool de cada uno ha demostrado ser enormemente variable.

THE GRAPHIC NOVEL AND ME (recordatorio)


Eddie Campbell en la Facultad de Bellas Artes de Málaga

Mañana martes 27 de noviembre, 18:30 horas.

Más información

martes, 20 de noviembre de 2012

EDDIE CAMPBELL'S SPAIN TOUR


El próximo martes 27 de noviembre, Eddie Campbell dará una conferencia en la Facultad de Bellas Artes de Málaga (Plaza de El Ejido s/n, Campus El Ejido; más información en el blog de la Facultad), un evento que ya recordaré desde este mismo blog poco antes del martes. Antes de eso, el autor de Alec, a mi juicio una de las grandes novelas gráficas de la historia del cómic, y Mi libro sobre el dinero (su cómic más reciente, que se edita estos días en castellano y que os recomiendo sin reservas), entre otros muchos trabajos publicados a lo largo de cuatro décadas, estará como invitado en el XI Salón de Cómic de Getxo que se celebra este fin de semana. Allí tendré el honor de presentarle durante su encuentro con el público el sábado 24 de noviembre a las 18:30 horas, en el salón de actos de la carpa del festival. Os espero a todos, en uno u otro sitio, o en los dos, por qué no. No todos los días se puede contar con la presencia en directo de un maestro del cómic.

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P.d. Creo que Eddie también tiene un encuentro preparado en Madrid, el lunes 26 de noviembre. En cuanto confirme día, hora y lugar, actualizaré con los datos.

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Actualización
Encuentro de Eddie Campbell en Madrid: La Central Callao, lunes 26 de noviembre, 20:00 h.

CARTA PARA PEDIR LA CONTINUIDAD DE LA BECA Y OTRAS ACTIVIDADES DE CÓMIC EN LA ALHÓNDIGA BILBAO

Hoy se ha enviado una nota de prensa sobre este tema a medios generales y especializados, incluyendo blogs, y la carta con las firmas de apoyo al comunicado para mantener la beca se ha dirigido a la directora del centro cultural Alhóndiga Bilbao. Atención al número y prestigio de los firmantes, no solo autores y teóricos del mundo del cómic sino de la cultura en general: artistas visuales de renombre, directores de museos, catedráticos y otros profesores universitarios, nacionales e internacionales.

-Carta a la directora del centro cultural municipal Alhóndiga Bilbao: enlace

-Nota de prensa:


Autores de todo el mundo y figuras internacionales del ámbito del arte firman un comunicado de apoyo a una iniciativa esencial para los jóvenes creadores

EL CÓMIC SE MOVILIZA CONTRA LA SUPRESIÓN DE LA BECA ALHÓNDIGAKOMIK

Entre los firmantes, el premio Pulitzer Art Spiegelman, todos los Premios Nacionales de Cómic, el artista visual Rogelio López Cuenca, la Directora del Museo ABC de Dibujo e Ilustración Inmaculada Corcho, el prestigioso historietista Chris Ware, periodistas, teóricos, artistas plásticos y profesores universitarios, nacionales e internacionales

Consolidada como un referente fundamental en el campo de la historieta en nuestras fronteras, y fuera de ellas, la beca AlhóndigaKomik desaparece ante la sorpresa del mundo del cómic que, lejos de quedarse con los brazos cruzados, ha decidido movilizarse, en una oleada de solidaridad nunca antes vista en el medio, para que pueda tener continuidad una iniciativa pionera cuya trayectoria queda truncada con su drástica cancelación. Su trascendencia cultural y su apoyo a los jóvenes creadores se rompen, a pesar de sus logros artísticos y el capital simbólico que había conseguido en estos años. Una beca única en España, reconocida a nivel internacional, convertida en un ejemplo a seguir, al igual que las acciones en torno a la historieta programadas en La Alhóndiga de Bilbao.

En sus cinco años de vida la beca había obtenido excelentes resultados. Destinada a promover el trabajo de jóvenes autores, los candidatos presentaban un proyecto que luego desarrollaban en La Maison des Auteurs de Angulema (Francia). Clara Tanit, Lola Lorente, Álvaro Ortiz, Martín Romero, Alfonso Zapico –reciente Premio Nacional- pasaron por allí y lograron no sólo terminar sus obras sino publicarlas en España y en el mercado internacional, con galardones incluidos. La beca venía a cubrir un hueco estratégico que permitía a nuestros autores afianzarse profesionalmente.Algo muy importante en cualquier campo artístico y de manera especial en el cómic, un medio en alza y que no cuenta con ningún tipo de formación reglada. Además, tampoco resultaba muy costosa. Al parecer, la supresión no se hace por motivos presupuestarios.

Aquellos que trabajan en el mundo del cómic ven con gran pesar cómo les quitan algo que funcionaba y que mantenía una puerta abierta al futuro. De alguna manera, la beca era un símbolo. El escrito ha recibido muchas adhesiones en muy poco tiempo. La beca es necesaria. La Cité Internationale de la Bande Dessinée et de l ́Image mantiene su disponibilidad a la colaboración internacional y la parte que le corresponde en la financiación de esta beca.“Debería tener continuidad porque si no, todo el trabajo anterior quedará incompleto”, señala Alfonso Zapico, Premio Nacional“Creo que ni siquiera los responsables de la Alhóndiga son conscientes de la trascendencia -a nivel cultural- de la oportunidad que ofrecen a los jóvenes creadores en aquella pequeña ciudad del sudoeste francés”.

Entre los firmantes se encuentran el Premio Pulitzer Art Spiegelman, autor del célebre Maus, un best-seller en el ámbito de la novela gráfica, y otros nombres fundamentales del cómic contemporáneo tan prestigiosos como Vittorio Giardino, Lewis Trondheim Chris Ware (con unFirst Book Award en 2001 de The Guardian, nunca antes otorgado a un cómic, e invitado a la Bienal del Whitney Museum Of American Art en 2002, entre otras muestras). Llista de apoyo cuenta además con la firma de representantes del mundo del arte y la cultura: el artista visual Rogelio López Cuenca, laDirectora del Museo ABC de Dibujo e Ilustración Inmaculada Corcho, más un buen número de artistas visuales, pintores y escultores, además de catedráticos y otros profesores universitarios nacionales e internacionales, ensayistas,teóricos, periodistas, escritores...

“La inversión en cultura también es necesaria para Europa desde el punto de vista económico”, ha declarado el historietista italiano Vittorio Giardino. “La cultura es nuestro petróleo, lo mejor que podemos ofrecer al resto del mundo”. 

Otros nombres prestigiosos del cómic internacional han firmado (Ben Katchor, Benoît Peeters, Paul Karasik, David Lloyd, Thierry Smolderen, Enrico Marini, Diego Agrimbau, Jessica Abel, Bryan Talbot...), y por supuesto también de España. Una llamada de atención sin precedentes, a juzgar por el número y prestigio de las firmas recogidas. Entre ellas todos los Premios Nacionales de Cómic de España y Cataluña otorgados hasta el momento: Max, Gallardo, Paco Roca, Hernández Cava, Bartolomé Seguí, Santiago Valenzuela, Alfons López, Cifré, Kim, Alfonso Zapico...

“La beca de cómic de Alhóndiga Bilbao ha supuesto una ayuda increíble”, explica Alvaro Ortiz, su último ganador, que ha visto como fruto el lanzamiento de la novela gráfica Cenizas“Ya no sólo por el lado económico, que también, sino por el hecho de haber podido estar en Angoulême todo el 2011 en un ambiente de trabajo estupendo. Como yo, han sido varios los que se han beneficiado ya de la beca y, si miras los cómics que han publicado, son trabajos estupendos que han tenido bastante repercusión tanto en España como fuera. Después de todos estos años la beca se había convertido en un gran referente, y no existe ninguna otra ayuda similar para dibujantes de cómics”.

Entre los firmantes destacan igualmente Miguelanxo Prado, Rubén Pellejero, José Ma Beá, Ana Miralles, Mauro Entrialgo, Javier Olivares, Sergio García, José Luis Munuera, Manel Fontdevila, Horacio Altuna, Keko, Ángel de la Calle, Pepo Pérez, Santiago García, David Rubín, Laura, Javier de Isusi, Monteys, Juan Berrio, Carlos Portela, Díaz Canales, Pablo Auladell, Sonia Pulido, Bernardo Vergara, Cristina Durán... 


miércoles, 31 de octubre de 2012

MEMORIAS VISUALES DE UNA NIÑA DE BEIRUT

Cuando se le pregunta por ello, Lamia Ziadé aclara que esto no es un cómic, y hay que creerla. En las librerías lo colocan normalmente en la sección de cómics pero no creo que lo sea”. Ziadé (Beirut, 1968), artista visual y diseñadora, había hecho antes libros ilustrados, para niños y para adultos, y en esta última órbita puede situarse Bye Bye Babilonia. Beirut (1975-1979) (Sexto Piso, 2012, traducción de Elena Martínez Bavière). Sin embargo, resulta difícil no ver en este artefacto ciertamente inclasificable la influencia del cómic a través de la reciente novela gráfica autobiográfica, y más concretamente de una del impacto internacional del ‘Persépolis’ (2000-2003) de Marjane Satrapi. Incluso los paralelismos biográficos entre las dos autoras son llamativos: como la iraní Satrapi, la libanesa Ziadé es una exiliada voluntaria en París, enviada por sus padres para huir de su país natal, en su caso de una guerra civil que parecía no terminar nunca. Como Satrapi, Ziadé rememora la experiencia de su país de origen ya desde una visión de occidental asimilado, integrada en el mundo del “hombre blanco” tras una larga temporada en Francia, donde vive y trabaja.

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Mi artículo sobre Lamia Ziadé y sus memorias sobre la guerra civil de Líbano sigue en Númerocero

sábado, 20 de octubre de 2012

BUILDING STORIES: NOTAS (VII)

¿Cuándo fuiste más feliz?  
El día que mi hija, Clara, nació, y casi todos los días desde entonces.
Chris Ware en The Guardian, el viernes pasado. Solo diré que: se nota mucho en Building Stories.

(el resto del cuestionario que le hace Rosanna Greenstreet no tiene desperdicio---> más)

(vía Revista Larva)
¿Cuál consideras que es tu mayor logro? 
Concluir que la razón de que el tiempo se acelere a medida que envejecemos es porque después de la infancia empezamos a leer el mundo en lugar de verlo.

jueves, 18 de octubre de 2012

CARANTIGUA (FUCKFACE): LO QUE ES.

Sin ningún tipo de prolegómenos, un preso peligroso al que un carcelero llama Carantigua es arrojado a un planeta prisión (o eso suponemos), habitado como enseguida descubrimos por las peores bestias pardas del universo. Ya en plena caída se parte la cara con uno de los carceleros, y a partir de ahí sigue una interminable sucesión de peleas en las que Carantigua (Cannibal Fuckface en el inglés original) se enfrenta a monstruos patibularios de calaña aún peor que la suya. Su supervivencia pasa por adaptarse al entorno hostil y ser más bárbaro y vengativo que sus oponentes, lo cual es mucho decir en un cómic como este.
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Mi reseña de Pudridero 1, de Johnny Ryan (Entrecomics Comics / Fulgencio Pimentel, 2012) sigue en Númerocero
Johnny Ryan, Pudridero 1, 2012 (originalmente en Prison Pit 1, 2009)
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Me gustaría aprovechar la reseña para comentar algunas cuestiones que se me han quedado en el tintero, en parte por falta de espacio y en parte porque me parecían más “especializadas” y por tanto tal vez menos procedentes en una web como Númerocero.



La edición española de Prison Pit, Pudridero, reúne dos tomos de los cuatro aparecidos hasta ahora en Estados Unidos en un libro de elegante diseño con tapa dura y grueso lomo que parece plantear una paradoja por comparación con la “suciedad” del contenido. David Sánchez Rodríguez se preguntaba hace poco en su blog Intramuros, muy pertinentemente, qué ha pasado en los últimos veinte años para que un material como este, antaño típico del underground, sea consumido en una edición como esta. Lo que ha pasado, esto lo digo yo, es el triunfo de la novela gráfica, y no por casualidad los principales autores norteamericanos de la novela gráfica actual proceden de lo que hasta los noventa se denominaba cómic alternativo –caso precisamente de Ryan, que comenzó autoeditándose en los primeros noventa antes de pasar a la escudería de Fantagraphics–, los cuales a su vez solían reconocer como ascendientes a los dibujantes del comix underground de los sesenta y setenta, con el Padre Crumb a la cabeza.

El comix underground de Rory Hayes (textos de Gary Arlington). «Dear Crusader», Conspiracy Capers (1969)
Ryan dejó de publicar comic books grapados con sus historietas breves de humor cafre en 2001. Lo hizo sencillamente porque su editor americano, Fantagraphics como decía, dejó de publicarlos en favor del libro, el formato más asociado a la novela gráfica. Ryan se vio entonces ante el desafío de afrontar su primera narración larga, y el resultado fue Pudridero. En otras palabras, y en contra de lo que a veces se piensa, una novela gráfica no tiene por qué tratar de temas realistas, “serios” o autobiográficos, un material narrativo que por cierto Ryan detesta y ha parodiado en más de una ocasión. Una novela gráfica puede tratar perfectamente de lo que trata Pudridero, a saber: mamporros, sangre, vísceras, sexo chungo y mutaciones asquerosas. Solo es cuestión de enfoque, de visión. La del autor, en este caso Johnny Ryan. Y la jugada le ha salido tan bien en su país y, por lo visto hasta ahora, también en España, que ahora mismo no tiene planeado cuándo terminará Pudridero. Como él dice, es un tipo de historia que podría continuar para siempre. Lo dejará cuando se aburra.

Johnny Ryan, Pudridero 1 (originalmente en Prison Pit 2, 2010)
NACIDO PARA LA ACCIÓN... O NO, DEPENDE. Lo anterior me lleva a pensar en la larga tradición de acción y aventuras que hay en el cómic; de hecho bien podría mantenerse que hasta no hace mucho era el material predominante de manera aplastante. Lo que no había hasta fechas relativamente recientes eran demasiados recursos formales para representar el mundo interior de las emociones y sensaciones.

Basta pensar en muchas tiras de prensa clásicas de las primeras décadas del XX, cuyos autores se preocuparon más que nada de representar la acción de manera deslumbrante para el lector o, según el caso, cómica. El Little Nemo de Winsor McCay, del que acaba de cumplirse aniversario (15 de octubre de 1905 fue la fecha de publicación de su primera tira de prensa), puede ser una de ellas, el Krazy Kat de Herriman otra, y el Popeye de Segar otra más, tan solo por citar tres de las más conocidas. Hay muchísimos más ejemplos, por supuesto, porque del hilo de la "acción" en el cómic se puede tirar hasta las tiras de aventuras exóticas que comenzaron entre 1929 y los primeros treinta (Tarzán de Hal Foster, Captain Easy de Roy Crane, Terry y los piratas de Milton Caniff, etc.), el modelo de aventuras de la escuela francobelga (Hergé) o, por supuesto, el manga moderno, especialmente a partir de los cincuenta. La acción en las tiras de prensa de McCay o Herriman y otros menos conocidos como Charles Forbell me recuerda ahora que un autor como Chris Ware, del que he hablado un poco durante la última semana, también ha practicado la pantomima en sus historietas breves, como siempre de gran despliegue gráfico; páginas que se pueden insertar –al menos en parte– en la tradición de McCay o Herriman, a la que Ware cita expresamente, aunque se lleve esa tradición al terreno de sus temas personales o aporte nuevos juegos formales. Lo cual me hace preguntarme a su vez si la aparente incomprensión que Ware despierta en algunos lectores de cómic es aplicable también a esos grandes clásicos supuestamente disfrutados por todos los amantes de la historieta, esos McCays y Herrimans de los que Ware desciende hasta cierto punto. O es que tal vez a los Grandes Clásicos no se les aplica el mismo criterio, sancionados por el paso del tiempo, que todo lo ennoblece,  y estos ya gustan "de por sí". No lo sé.
Chris Ware, The Acme Novelty Library (2005)
Chris Ware, «Quimby the Mouse», en The Acme Novelty Library (2005) 
Vista con la mirada adecuada, incluso Johnny Ryan parece estar practicando slapstick –aunque sea violento– más o menos mudo en abundantes páginas de Pudridero, que no se caracteriza precisamente por las grandes parrafadas sino justamente por la acción de trompazos. Al fin y al cabo, es lo que Ryan ya hacía en sus cómics previos, aunque allí, sí, con una intención humorística directa. Hay, en fin, una amplia tradición de acción en el cómic, no hace falta insistir más, basta pensar también en los superhéroes desde los años treinta, que derivaban en buena parte de las primeras tiras de prensa de aventuras, y tal vez por eso la acción nos parezca a veces tan “natural” (ninguna tradición lo es, por supuesto; la tradición lo que hace es naturalizar la invención, el artificio, la convención) para el lenguaje del cómic. Casi como si los tebeos fueran exclusivamente born for action. Tal vez por esa amplia tradición, un cómic (una novela gráfica) de acción tan bruta como Pudridero esté siendo tan fácilmente asimilado y celebrado por sus lectores. A pesar de que es, como probablemente diría su autor en román paladino, rara de cojones.

E. C. Segar. Popeye y Olivia en Thimble Theatre (1931)

 Johnny Ryan, Pudridero 1 (originalmente en Prison Pit 1, 2009)
 Johnny Ryan, Pudridero 1, 2012 (originalmente en Prison Pit 2, 2010)
Hay más cuestiones interesantes en este cómic aparentemente irracional. Una, que apunto en la reseña de Númerocero, que no es tan visceral o primitivo, y sí mucho más sofisticado de lo que aparenta. Técnicamente lo es en su ejecución –a pesar del engañoso acabado del dibujo, una vez más–, pero también porque bajo la somanta de hostias se va dejando ver un gran plan maestro. De Pudridero se ha dicho en este sentido que es el “black metal del cómic”, y que “existe dentro de su propio universo de influencia y ambición, con una actitud lo-fi que contradice el alcance inabarcable de la historia”. Ryan, como ha confesado, tiene un argumento pensado a grandes rasgos, y va conectando los puntos de esa escaleta mental conforme va dibujando. De manera parecida en este sentido al Powr Mastrs de CF, hay una lógica interna visual en las escenas: es el dibujo, anterior a cualquier guión técnico (que no existe aquí), el que va marcando con sus evoluciones sobre la página el ritmo de la narración, y por supuesto todas esas mutaciones físicas (gráficas) de la historia.

BON VOYAGE, SACOMIERDAS. Hay otro detalle en este tebeo que me hizo gracia, y fue comprobar cómo hemos llegado a interiorizar masivamente el patrón del “viaje del héroe” que, por influencia de Joseph Campbell, está deliberadamente en el guión de tantas y tantas películas de Hollywood desde los ochenta para acá. Ese patrón argumental influido por la tesis del monomito de Campbell, presente según él en muchas mitologías diferentes del pasado porque simboliza la función de avance psicológico humano necesaria para sobrevivir, también parece filtrarse en la narración supuestamente “visceral”, no intelectual, de Pudridero. Hasta el punto de que (y cuidado que ahora vienen curvas de spoilers) nada más empezar el viaje de Carantigua con su salida al mundo especial, el héroe (antihéroe, bárbaro y salvaje, pero héroe de su aventura al fin y al cabo), un novato en el mundo al que le ha sido arrojado, comienza su iniciación donde aprenderá poderes mayores de los que tenía. Aún más, en ese viaje no solo se enfrenta a enemigos que pueden verse como dobles de sí mismo y a sucesivas pruebas cada vez más duras, más o menos como en el patrón campbelliano, sino que también encuentra aliados inesperados en su camino, caso del Glotón que se le encasqueta en el brazo para sustituir al miembro perdido, ayudarle en las peleas e incluso, ya puestos, hacerle las mamadas. 
 Johnny Ryan, Pudridero 1 (originalmente en Prison Pit nº 1, 2009)
Si de alguna manera, pues, Carantigua sigue el patrón del monomito campbelliano en cuanto a salida al mundo especial e iniciación personal del héroe, más dudoso parece que llegue a cumplir la parte final del cuento, la del del retorno a su "hogar" o "sociedad" con la mayor sabiduría y experiencia alcanzada durante las pruebas del viaje. Sí, la estructura nos suena un poquillo, es como en el Beowulf,  la Odisea de Homero y el Evangelio cristiano, pero también como la primera trilogía de Star Wars, Born Again de Miller y Mazzucchelli, Terminator-Titanic-Avatar de James Cameron, la trilogía MatrixNaúfrago de Robert Zemeckis y mil relatos más. Aunque la moraleja de autoayuda, personal o colectiva, no es precisamente algo que parezca interesarle a Ryan, ya veremos cómo acaba esto. Naturalmente, uno puede pensar que en Pudridero hay mucho de la estructura de un videojuego, y estará completamente en lo cierto, pero es que los videojuegos, como el cine de Hollywood, tampoco son inmunes a la influencia de la tesis del monomito de Campbell. Más bien al contrario.

DIBUJAR COMO UN "NIÑO". Otro asunto para comentar podría ser el espíritu que Ryan pretende recuperar aquí, el del viejo tebeo casero que todos dibujamos cuando fuimos niños, en hojas grapadas o encoladas, a veces de muchas páginas. Con un deseo de imitar los tebeos industriales que consumíamos con pasión pero no limitados por ninguna industria del cómic, solo por nuestra imaginación y nuestras ganas, podíamos dibujar durante páginas y páginas, a veces hasta confeccionar un buen tocho. Fue mi caso mientras estaba en la escuela, con historietas protagonizadas en más de una ocasión, cómo no, por un superhéroe de invención propia, a imitación por supuesto de mis favoritos (normalmente Marvel). Mi récord fue un tebeo de unas 120 páginas, más o menos. No los conservo, y por eso mismo en mi memoria se han convertido en objetos míticos. Pero me despisto, estaba hablando de Johnny Ryan. Traduzco ahora de una de las entrevistas (realizada por Ian Burns para The Comics Journal) donde Ryan no se pone a decir chorradas, como suele en las entrevistas, sino cosas coherentes acerca de la génesis de Pudridero
Eso era parte de lo que sentía sobre volver a mis orígenes, tratando de recuperar esa sensación. Creo que también era solo la idea del cómic, que quería hacer el tipo de cómic de acción / aventura que podrías encontrar si abrieras algún viejo cuaderno de notas de un chico de 14 años y vieras lo que estaba haciendo. Así que quería captar eso también, e intuí que podía hacerlo con una plumilla [abandonando el pincel, habitual en los cómics previos de Ryan] y haciéndolo con ese estilo.
Otro tema es cómo ha influido en Ryan el cómic que están haciendo algunos jóvenes dibujantes del alternativo más reciente, utilizando de base el material de género para hacer tebeos rabiosamente personales o, como en el caso de CF, raros hasta el asombro. Probablemente, los cómics de CF también le inspiraron a Ryan esa idea de tebeo casero, como si fuera hecho por el chaval que no tiene ninguna obligación de hacerlo, que los dibuja por gusto para sí mismo, con toda libertad y sin más limitaciones que las que él mismo se pone:
También estaba influido por una gran cantidad de jóvenes dibujantes que están saliendo ahora, que son historietistas alternativos pero están trabajando en géneros. No están haciendo las típicas cosas del cómic alternativo. Están haciendo historias de ciencia ficción o historias de acción o historias de horror. Pero no son cosas que cabrían normalmente en algún tipo de cómic mainstream: su estilo de dibujo es poco convencional. Sus sensibilidades son extrañas. Dibujantes como Benjamin Marra (Night Business) o Powr Mastrs, de CF: esos cómics también me han influido. Sentí como que yo podría hacer eso también.
CF, Powr Mastrs nº 2 (2008)
Benjamin Marra, Gangsta Rap Posse nº 2 (2011), más en Mandorla y en el propio blog de Marra
UNA AVENTURA EN SERIO. En cuanto a la intención de hacer Pudridero “en serio”, sin ironía, Ryan aclara:
Hay comedia en todo ese aspecto de un tío que se convierte en un tentáculo de araña grande, gigantesco, o de un tipo que tiene un gusano en su brazo. Hay una cierta comedia a esas cosas, podrías argumentar que sí. Pero siento que al enfocar esos temas en serio, tienen más poder que si estuviera tratando de cachondearme de toda la escena del cómic de acción / super héroes / peleas.
En realidad, cuando uno lee Pudridero, la sensación final es de que se trata de una broma monumental, de dimensiones operísticas; cómica a gran escala, digamos, no de una manera tradicional. Y sobre la falta de subtexto en el cómic, al menos deliberado, explica: 
La idea global detrás de estos libros es que quería hacer un cómic donde hombres grandes, monstruos feos, se reventaran a hostias unos contra otros. Quiero decir que no se puede hacer un cómic así y pensar, "Oh, necesito tener un personaje femenino positivo, debo tener ese tipo de mensaje sexual de que esto está mal y esto está bien", sabes. No estoy pensando en esos términos, y supongo que yo... No sé qué coño estoy intentando hacer [Risas]. Estoy tratando de hacer un cómic, estoy tratando de hacerlo lo más orientado a la acción y lo más raro que me sea posible. Así ha sido toda mi carrera, solo intento hacer algo que me gustaría leer. Quiero decir que si estuviera tratando de tener algún tipo de trasfondo sobre el sexo, o de mis sentimientos inconscientes sobre el sexo [Risas]… cosas así. Estoy seguro de que la gente puede desmenuzar eso en cualquiera de mis cómics. Pero no es algo que esté tratando de hacer conscientemente.
Efectivamente, ya se han hecho lecturas subliminales de Pudridero, preferentemente sexuales, buscando simbolismos coitales en determinadas formas, una alegoría erótica gay o incluso como metáfora de un posible canto a la autoaceptación. Llegados a este punto, y parafraseando a la Susan Sontag de Contra la interpretación, nos cuesta resistirnos a interpretar las obras, y esto indica a menudo un deseo de reemplazarlas por alguna otra cosa, la mierda del autor por nuestra propia mierda. Tal vez eso sea inevitable, cada vez más cuanto mayor y resabiado es uno. Sin embargo, como proponía también Sontag, «idealmente, es posible eludir a los intérpretes por otro camino: mediante la creación de obras de arte cuya superficie sea tan unificada y límpida, cuyo ímpetu sea tal, cuyo mensaje sea tan directo, que la obra pueda ser... lo que es». Tal vez con Pudridero estemos ante una obra de ese tipo. Al menos, nos queda la constancia de que su autor lo pretendió así.

C.F. Termino con un apunte curioso sobre la bestia parda protagonista, el carismático Carantigua, Fuckface en el original americano. Como indico en la reseña que enlazaba al comienzo, el “modelo” real para el personaje procede de la lucha libre estadounidense, a la que Ryan solía ser aficionado, y más concretamente del wrestler Stone Cold Steve Austin, protagonista en alguna pelea real de esos chorreones de sangre por el rostro que Ryan convierte en la “máscara” dibujada de su rudo de cómic.

Stone Cold vs. Carantigua (Fuckface)

Ahí va qué chorrazo. El de Rottweiler Herpes
Más curioso aún es averiguar por qué bautizó así al protagonista. Aunque en Prison Pit no se nombran expresamente a los personajes, Ryan sí les pone a todos nombre en su cabeza. A uno de los primeros enemigos del protagonista, el “michelín” con el braguero de la esvástica nazi, le apodó Rottweiler Herpes, y al protagonista le bautizó Fuckface al principio, tal como le llama expresamente el carcelero que le empuja en las primeras viñetas de la obra. “Pero a mitad de la historia descubrí que ese cómic mierdoso de Garth Ennis llamado Fury tenía a un personaje llamado Fuckface, así que le cambié el nombre a Cannibal Fuckface”. C.F., curiosas siglas. El entrevistador, Nick Gazin, le dice entonces que pensaba que Garth Ennis y su Preacher eran del mismo palo de lo que le gusta a Ryan. “Leí un cómic de Preacher. No es mi rollo. Mi rollo está muy lejos de ese rollo”.

miércoles, 17 de octubre de 2012

KIRBY Y LOS ARGONAUTAS DE LA CIA



Aprovecho el inminente estreno en España de Argo (2012, dirigida por Ben Affleck) para rescatar de las brumas de mi antiguo blog Con C de arte el post que le dediqué a la historia real en la que está basada esta película.
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STRANGER THAN FICTION 
Cómo la CIA usó una falsa película de ciencia-ficción para rescatar americanos de Irán. Fue en 1980, tras la crisis de los rehenes en la embajada americana en Teherán (1979), y con el objetivo de sacar del país a seis de ellos que consiguieron escapar y esconderse en la ciudad. La CIA se inventó una falsa película que supuestamente tendría localizaciones en el país. Para ello, creron una falsa productora de Hollywood y acudieron a un proyecto de 1979 para adaptar al cine un libro de Roger Zelazny, LORD OF LIGHT, para cuyo diseño artístico se había contratado a Jack Kirby y cuyos decorados se pretendía convertirlos luego en un parque temático de ciencia-ficción cerca de Denver, pero que naufragó por motivos legales. Cambiaron el título del proyecto por ARGO (A COSMIC CONFLAGRATION, era el subtítulo) y, como la película transcurría en un planeta colonizado, las localizaciones "ideales" estarían en Irán, incluyendo como lugar de rodaje "imprescindible" un famoso zoco de Teherán.

martes, 16 de octubre de 2012

LOS DIBUJOS SE REPRODUCEN A UN TAMAÑO TAN PEQUEÑO QUE

Creo que estás en lo cierto al respecto. Mirando atrás, sé que, cuando trabajaba con Kirby en particular, usaba una enorme cantidad de pincel y, ciertamente, con un pincel tienes una línea más pesada. Pero el trabajo de Jack casi demandaba un pincel, porque tenía grandes, gruesos trazos de lápiz, y generalmente cuatro, cinco viñetas como mucho por página. Y realmente podías hacer grandes dibujos, y podías meterte ahí con un pincel y dejarte llevar. No es como hoy en día cuando entinto la página dominical de Spider-Man para Stan y King Features. Uso una cantidad enorme de plumilla. Los dibujos son tan pequeños y se reproducen a un tamaño tan pequeño que tienes que usar un montón de plumilla porque el pincel es demasiado grande, y las líneas se volverían demasiado pesadas.
O como el formato (comic book frente a tira de prensa en este caso) siempre es determinante de la forma/contenido del cómic. La declaración es del entintador Joe Sinnott, entrevistado hace unos años por Bob Andelman y traducido en Entrecomics. Sigue
Página para el comic book Fantastic Four nº 65 (1967), guión de Stan Lee, dibujos de Jack Kirby y tintas de Joe Sinnott
Tira de prensa de Spiderman (2 de enero de 2005), Stan Lee y Alex Saviuk, tintas de Joe Sinnott