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jueves, 13 de diciembre de 2012

LEGITIMACIÓN, RECONOCIMIENTO.

«La exposición de 1990 "High and Low: Modern Art and Popular Culture" intentaba lidiar con el tema, que entonces empezaba a ponerse de moda, de cómo las artes populares interactuaban con las minoritarias. Desgraciadamente, la exposición desperdició la oportunidad, ratificando meramente los gustos de siempre del museo y sus predisposiciones jerárquicas. Expusieron las pinturas de Lichtenstein y luego tenían, en una vitrina pequeña, las humildes viñetas de cómic que birló para componer sus cuadros de gran tamaño, sin ni siquiera citar el nombre de los dibujantes de los tebeos... lo que simplemente confirmaba aquello que estaba implícito en las pinturas de Lichtenstein: que los artefactos originales eran despreciables. Había pinturas de Miró en la pared al lado de Krazy Kats porque, al menos por lo que me pareció adivinar, ambos tenían lunas crecientes y paisajes surrealistas. Me gustan los dos, pero se veían incómodos uno junto al otro. Francamente, el Herriman, por muy bonito que sea a su manera, no queda igual de bien en una pared que algo que fue hecho para colgarlo en ella. Por entonces lo entendía así: "Supongo que la pintura gana en la pared y el cómic en el catálogo". Los cómics quedaban mejor [en el catálogo] porque estaban hechos para la reproducción».
Art Spiegelman, en MetaMaus, Pantheon, 2011, pp. 203-204, un libro extraordinario que por cierto acaba de traducirse al castellano (Reservoir Books-Mondadori).

La idea de que un cómic está pensado y hecho para su reproducción, al contrario que una pintura o escultura –hechas para verse en un lugar de exposición, como objetos, únicos y originales–, aún no parece tener demasiadas consecuencias para algunos. Conozco a un profesor de pintura, pintor sobresaliente, que no se cansa de repetir: "recordad que una pintura no es simplemente una imagen, contiene materia, es un objeto". Bien, un cómic sí es ante todo imagen, y desde luego se concibe y ejecuta para su reproducción, no como un objeto único para verse colgado de la pared de un museo. Art Spiegelman habla mucho en MetaMaus sobre cómo realizó su memoria familiar sobre el Holocausto, el célebre Maus, pensando siempre en cómo se vería impreso. Esta idea le llevó, entre otras muchas decisiones, a dibujar las páginas al tamaño exacto en que se verían impresas para lograr un mayor grado de intimidad con el lector. Normalmente, los dibujantes de cómic suelen preferir trabajar a mayor tamaño del que se imprimirá el tebeo –yo mismo lo hago casi siempre– porque «dibujar en grande y reducir el dibujo para la publicación lo ajusta, lo hace parecer más nítido y "profesional"», en palabras del propio Spiegelman.

Para mí está claro que Scott McCloud y su Understanding Comics ha sido el máximo responsable de este tipo de pensamiento que, basándose en una extravagante creencia de que el elemento definidor y esencial del cómic es la secuencia de imágenes –que existe en todas las artes, ya desde las cavernas–, ha llevado a llamar "cómics" a pinturas rupestres, jeroglíficos egipcios, códices pintados que nunca se hicieron para la imprenta e incluso, ya puestos, esculturas, por qué no, y todo porque usan secuencias de imágenes. Este extravagante pensamiento, hay que aclararlo, solo existe dentro del extravagante mundillo del cómic. Fuera de él, es conveniente saber que nos van a mirar muy raro si pretendemos convencerles de que la Capilla Sixtina, la Columna de Trajano o una serie de cuadros en secuencia de Goya es un "cómic".

Se puede jugar a eso, es decir, a intentar legitimar culturalmente el cómic pretendiendo argumentar que el cómic ya estaba en las cavernas, en la Capilla Sixtina, en un códice medieval o en el friso de un monumento o una gran catedral. Pero, sinceramente, no creo que ése sea el camino. Tengo la casa llena de cómics, escribo esto con una estantería repleta de ellos detrás, y no me parece que esos cómics pertenezcan a las tradiciones de la pintura, del manuscrito iluminado o de la escultura, por muy nobles que estas sean. Creo, como muchos de los que leéis esto, que el cómic es una forma artística autónoma que cuenta con las suficientes tradiciones internas como para haber desarrollado un lenguaje propio de hacer, de contar las cosas. Si el cómic no es el cine de los pobres –y un dibujante de cómic no maneja ninguna "cámara" cuando planifica sus páginas–, tampoco es un "cuadro" o "escultura" de un Mundo Bizarro. En estos días dudo de la necesidad de lograr esa legitimación cultural externa, ese reconocimiento del mundo artístico, pero si uno quiere obtenerlo me parece que no va a ser intentando convencer a los expertos en arte de que una pintura es un "cómic" por mucha secuencia de imágenes que contenga. Podemos comparar aquello con esto, por ejemplo un cuadro con secuencia de imágenes a un cómic, y de hecho estoy seguro de que aprenderemos mucho de esa comparación. Pero eso es muy distinto a afirmar que ese cuadro es un cómic.

Basta ahora en reparar en en el nombre que usamos para llamar al cómic. Comic. Una palabra en inglés inventada a principios del siglo XX para nombrar no a cuadros ni a esculturas, ya de la época o de siglos atrás, ni mucho menos a frisos esculpidos en secuencia, sino a páginas dibujadas que se reproducían en los periódicos de la época, páginas impresas que contenían pequeñas historias que, en principio, iban destinadas a entretener y divertir al lector. Comic significa cómico en inglés, no está de más recordarlo, y de hecho a principios del siglo XX a aquellas páginas pensadas para ser impresas, para ser reproducidas en masa en la prensa estadounidense y llegar como llegaban a miles de lectores (por algo el cómic fue un arte popular, de masas), se les llamaba comicalsfunnies o, sí, comics. Páginas como las del Krazy Kat de Herriman, ya que Spiegelman lo cita arriba, o del no menos famoso Little Nemo de Winsor McCay. ¿Por qué hubo que inventar palabras nuevas para nombrar a aquello si, supuestamente, se trataba de una forma artística universal que había existido desde siempre, desde que el hombre es hombre y pintaba en las cavernas? Creo, me parece a mí, que porque aquellas páginas dibujadas para la imprenta se percibían como nuevas, o al menos eran relativamente nuevas para aquel momento. No creo que el cómic se inventara entonces en Estados Unidos, soy más bien de los que piensan que esa tradición ya existía desde un siglo antes, aproximadamente, y nació y se desarrolló en Europa antes de exportarse al otro lado del Atlántico. Pero sí creo que esa es la tradición de la que nacen todos los demás cómics, es decir, dibujos hechos para ser reproducidos en masa que contaban pequeñas historias, en una sola viñeta o en varias, muy a menudo cómicas. Comics.

No pretendo ahora definir nada. No me gustan las definiciones, que no creo que sirvan para entender formas artísticas y tradiciones culturales. Las definiciones son esencialistas por naturaleza, es decir, ahistóricas, y yo creo en la historia. No pretendo señalar ahora una norma que dice que "un cómic debe ser impreso", ni mucho menos que "debe ser cómico", sino señalar el hecho histórico, al menos para mí, tal como yo entiendo la historia del cómic, de que los cómics nacieron y se desarrollaron para la imprenta. Este hecho de ser un arte reproducido técnicamente por supuesto tuvo consecuencias cruciales en el desarrollo de la forma (del lenguaje) del cómic, empezando por el tipo de dibujo que se podía reproducir (las técnicas de reproducción eran mucho más limitadas en el siglo XIX y primeros del XX que hoy), siguiendo por la forma (el lenguaje) en que se contaban esas pequeñas historias dibujadas (usando o no los globos de texto, metáforas visuales, tipo de dibujo reproducible, onomatopeyas, etc.) y terminando por el hecho crucial de que el dibujante de cómic, como McCay, Herriman o Spiegelman, trabajaba en todo momento pensando cómo quedaría reproducido su cómic. Lo sigue haciendo, de hecho. Por algo muchos dibujantes de cómic viajan a la ciudad de la imprenta en que se tirará su cómic para supervisar los trabajos de impresión. Porque su obra se produce justo en ese momento, en la reproducción, no antes, y lo que los lectores verán, leerán y juzgarán serán los cómics que salgan de esa imprenta, reproducidos. No sus páginas dibujadas a mano, por muy bonitas que éstas sean. A menudo, llenas de correcciones, manchas y tachaduras, como en las páginas dibujadas del Maus de Spiegelman, que solo podríamos ver si vamos a la casa del autor. O bien reproducidas, una vez más, en el MetaMaus.

Todo esto viene a cuento, en parte, de la serie que The Hooded Utilitarian está dedicando estos días a comentar el reciente libro de Bart Beaty, Comics versus Art, en la cual Noah Berlatsky ha destacado una cita de Les Daniels que Beaty incluye en el primer capítulo de su libro, dedicado a discutir las (inútiles en mi opinión, haciendo una generalización) definiciones de cómic que se han dado por diferentes estudiosos. Escribe Daniels, citado por Beaty: «Los defensores del medio del cómic tienen una tendencia a hurgar en los restos reconocidos de la vasta historia de la humanidad para arrancar sucesivamente símbolos sancionados que puedan crear entre los expertos el deseado choque de reconocimiento». La cita está escrita con un estilo pomposo y pretencioso, pero sospecho que Daniels lo hizo de forma deliberada. Para imitar irónicamente a aquellos a los que se refería.

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De la misma serie:

-Herzog y la cueva de los sueños olvidados (en secuencia)

-Más

miércoles, 26 de septiembre de 2012

CLARIDAD Y EXPERIMENTACIÓN

Tal vez continuando a esa pregunta, y también con los creadores en mente, está el tema de cómo registras las influencias de las cosas que lees o ves en tu propio trabajo. Muchas de ellas pertenecen a la dimensión de lo experimental o la vanguardia, como Cornell o Faulkner, que has mencionado en entrevistas anteriores. ¿Consideras tu propio trabajo como experimental o vanguardista, por el modo en que lo presentas? ¿Cómo articulas tu experiencia como artista leyendo y respondiendo a otros artistas?  
Creo que me voy a quedar con lo que dijo Calvin Reid, que escribe para Publishers Weekly y que también es responsable en muchos sentidos de que muchos estemos sentados en esta sala, porque ha sido muy considerado con el cómic, haciendo la oferta visible. Y me hizo una muy buena pregunta, “¿Cómo equilibras experimentación y claridad?”. Creo que es una pregunta que se hace mucha gente en esta sala. Cómo intentar avanzar y sentir que estás vivo sin alienar al lector. Lo único que puedo decir es que tengo claro que cuando cojo un libro y pienso “Jo, ¿tengo que descifrar este sinsentido?”, pues… Si mi reacción es esa, tiene que haber algo en medio de ese absurdo que me enganche y me arrastre a lo largo de la historia. Creo que esto es en contra de lo que estaba David Foster Wallace, y habló y escribió mucho sobre ello. Es algo que funciona igual en todos los medios, desde internet a los programas de televisión y las películas, tenemos que intentar hacerlo lo más interesante, humano y honesto posible.

De la charla de Chris Ware con David M. Ball en la convención SPX 2012, transcrita en Entrecomics. Sigue

Página de LINT (2010), por Chris Ware. Una opinión sobre esta obra maestra, aquí

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Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo, de Chris Ware, ha sido publicado en España por Planeta DeAgostini
Catálogo de novedades Acme ha sido publicado en España por Mondadori

lunes, 4 de junio de 2012

INCLUSO ÉL SE DA CUENTA.


Joe Sacco hace fácil lo difícil. En las cuarenta páginas que dedica a los refugiados chechenos de la reciente guerra con Rusia, incluidas en su REPORTAJES (Mondadori-Reservoir Books, 2012; JOURNALISM es el título original de este recopilatorio de reportajes de Sacco, publicados originalmente en The Guardian, Times Magazine, New York Times Magazine y otras cabeceras), consigue lo que está al alcance de pocos historietistas. Con su atención al testimonio humano y a los detalles, nos ofrece un panorama de la situación de esos refugiados en presente, cuando él fue a visitarlos, y a la vez rastrea el pasado cercano de varios de sus entrevistados durante la I y II Guerra Chechena, junto a una visión histórica del pasado lejano desde la II Guerra Mundial. Es la intrahistoria y la gran historia, la memoria personal y el relato histórico panorámico, puestos simultáneamente en la página gracias al diseño, en este sentido como ya sucedía en su obra maestra NOTAS AL PIE DE GAZA. Sorprende no sólo la fluidez con la que salta del presente al pasado y viceversa para ofrecer una visión de conjunto, sino también la contención con la que consigue exponer los detalles más duros que cuentan sus entrevistados. Todos ellos mujeres, protagonistas de esta pieza, titulada «Guerra de Chechenia, mujeres de Chechenia» y publicada originalmente en 2008 en el libro colectivo I LIVE HERE.


Semejante contención narrativa se la permite no sólo su formación y experiencia como reportero sino su dominio de la puesta en página, adquirido a base de dibujar muchas, muchas a estas alturas. Por eso mismo, cuando Sacco decide introducir una nota más alta, un digamos guantazo emocional, el golpe retumba en el lector como si te lo hubieran dado de verdad. Léase el final de este reportaje para entender lo que digo, cuando termina su entrevista con la abuela chechena a la que los nietos le esconden la foto de su hija, muerta en la guerra, para que no llore. Es un punto final (en realidad puntos suspensivos, porque no hay verdadero final para el drama de ninguna de las entrevistadas, al menos por lo que a Sacco y su lector respecta) que no puede considerarse efectista, puesto que se percibe claramente que el periodista sólo intenta transmitir al lector el mazazo que recibió él en directo, cuando llegó a ese punto de la entrevista. Como suele repetir en sus declaraciones, Sacco intenta ser un observador-narrador honesto.

Es la misma honestidad que demuestra unas páginas más adelante, cuando aborda sendos reportajes que realizó "empotrado" con los soldados estadounidenses que invadieron Irak. El primero de ellos es igualmente dramático, acerca de las tácticas de los marines para prevenir ataques de la resistencia, especialmente de los suicidas; el segundo (sobre un sargento de marines, puro cliché andante que entrena a base de flexiones y gritos a los pobres iraquíes que se han alistado en el ejército) resulta cómico, a veces mucho, recordándonos que los ascendentes de la genealogía comiquera de la que desciende Sacco son los maestros satíricos del comix underground (Crumb sobre todo) y de los abuelos de éste (Harvey Kurtzman, Will Elder). Resulta cómico en el mismo sentido que lo era, por decir algo, las obras maestras del cine de Berlanga, es decir,  hasta que uno recuerda que la base del esperpento es sumamente trágica. En este caso la desesperación de un país devastado, física y socialmente.


El narrador es nuevamente invisible hasta que él mismo quiere destacarlo en los textos de apoyo, como cuando en el tercer reportaje que Sacco dedica a la guerra de Irak, «Trauma a crédito» –una escalofriante pieza sobre las torturas sufridas por dos iraquíes detenidos sin ninguna acusación, que una vez liberados demandaron al gobierno de Bush Jr.; puede leerse completa en inglés en The Guardian– introduce una de esas notas suyas tan personales, donde explicita claves periodísticas "de sentido común" tan reveladoras como ésta: «Entonces interrogué otra vez a Sherzad durante unos minutos, después llegó la hora de irse. Había llegado ese momento en que el periodista, en determinadas situaciones, lo presiente. Incluso él se da cuenta». Tras esto, dos tiras más de viñetas para poner otro punto final magistral a la historia. Uno de los iraquíes detenidos, cuando fue liberado tras su calvario –de manera «tan arbitraria como el resto» de todo lo sucedido–  no podía creérselo y temía que sería detenido de nuevo inmediatamente. En cuanto volvió a casa con su familia, cerró rápidamente la puerta y pidió un candado para poder bloquearla desde dentro. Cuando se volvió a mirarla, toda su familia se reía de él.

Reveladoras son también las notas aclaratorias que introduce al final de cada capítulo. Sobre sus reportajes "empotrado" con los marines, Sacco escribe por ejemplo que «incluso siendo contrario a la guerra de Irak», le pareció interesante ver esta guerra desde el punto de vista de los soldados americanos, que «me trataron con respeto y amabilidad. Les estoy agradecido a todos ellos». Sobre la pieza en torno a los dos iraquíes torturados, aclara que fue una «experiencia frustrante». Antes de entrevistarlos, pasó tres días con ellos en Estados Unidos, a donde habían viajado con sus abogados. «Cuando uno de ellos me dijo que iba a revelarme algo que no le había contado a ningún periodista, tuve la impresión de haberme ganado su confianza. El abogado de derechos humanos que estaba con nosotros lo interrumpió inmediatamente. Velaba de forma manifiesta por sus intereses, pero su intromisión me contrarió. Aunque los abogados y periodistas compartan los mismos valores, no tienen por qué perseguir los mismos objetivos. Un periodista quiere saberlo todo e insiste, para decidir por sí mismo la pertinencia o la forma en que debe presentarse un material cargado de sentido».

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Actualización: Robur avisa en comentarios de que el nuevo libro de Joe Sacco se titula DAYS OF DESTRUCTION, DAYS OF REVOLT, y está realizado a pachas con el periodista Chris Hedges. «Al parecer los dos fueron a zonas de gran pobreza en los USA y entrevistaron a la gente escribiendo el libro entre los dos con ilustraciones y comics de Sacco y textos de Hedges», nos aclara Robur en el cuadradito. Video promocional:

jueves, 31 de mayo de 2012

CUMPLIENDO CON SU TRABAJO.

«- ¿Están, entonces, cumpliendo con su trabajo?
- Los políticos están haciendo su trabajo porque solo representan a cierto tipo de gente, a la banca, y en ese sentido sí están haciendo bien su trabajo».
Menudo titular dejó Joe Sacco en la entrevista que le ha hecho Inés Martín para ABC, aunque el periódico haya preferido otro titular más "genérico" para encabezarla. Un momento, que hay otra cosa que me ha encantado de la entrevista, y ésta sí tiene que ver directamente con el cómic:
«- ¿Cómo es su método de trabajo? 
- Probablemente igual que el tuyo cuando vas a cubrir una noticia. Mi motivación principal es hablar con la gente y ese debería ser el objetivo principal de todo periodista. Más allá de eso, tomo notas, me documento, hago fotos a pie de campo. La diferencia con respecto al periodismo tradicional comienza cuando llego a casa. Un vez allí, en mi estudio, mi trabajo requiere mucha más concentración porque cuando dibujas estás creando una realidad mucho más profunda que la normal, es una especie de suprarealidad».
Sacco insiste, en esta entrevista y en otras que le he leído, que él hace periodismo, sólo que a través del cómic, y que por tanto se considera un dibujante que hace periodismo gráfico; en otras palabras, las suyas, «hace periodismo tradicional de un modo no tradicional».


Por lo demás, tan sólo decir ahora que estoy leyendo a salto de mata, cuando tengo un momento, el REPORTAJES de Sacco (preview aquí) que acaba de traducir Mondadori en España, y que, como casi toda la obra de Sacco desde PALESTINA para acá, me está resultando acojonante. Me gustaría explicarme mejor y con más fundamento, pero de momento no puedorr, así que al menos dejo constancia aquí de ello. Lo dicho: acojonante.

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Más: la entrevista que le hice a Joe Sacco en 2002 para la revista Rockdelux.

martes, 13 de marzo de 2012

martes, 19 de octubre de 2010

ARROZ PASADO

El próximo jueves sale a la venta ARROZ PASADO, el cómic, de mi muy querido amigo Juanjo Sáez, ese chico que "no sabe dibujar" (pero del que podrían tomar clases de dibujo más de uno, y me incluyo). El color, sensacional, es de Vanessa Cabrera. ¿Y qué es ARROZ PASADO? Es el "guión" que Juanjo le pasaba a la productora que realiza la serie animada para TV3 ARRÒS COVAT. El "guión", por supuesto, era en realidad un cómic, terminado y hasta coloreado por Vanessa, para que sirviera no sólo de guión de la historia sino también de libro de estilo para la estética y los personajes de la serie. Ahora Mondadori lo publica en formato libro. Los más fans de ARRÒS COVAT podrán comprobar si hay diferencias entre el cómic (el material base original) y la serie de TV. Alguna hay, ya os lo digo.

Avance de páginas de ARROZ PASADO






(<---es un buen tocho, 752 paginazas)

domingo, 30 de mayo de 2010

CUENTOS DEL FUTURO PRESENTE

El otro día comparábamos la edición original de un tebeo americano con la edición española de hace más de treinta años. Toca hoy comparar la edición de un cómic reciente (ACME NOVELTY LIBRARY de Chris Ware, 2005) con la edición española (Mondadori, 2009) cuya adaptación ha corrido a cargo de María Eloy-García y Rocío de la Maya. Más de treinta años separan aquello de esto. En el concepto de cómic y, derivado de ello, en el trato que la editorial española le dispensa a la obra original y a su autor.

sábado, 24 de abril de 2010

NI MÁS NI MENOS

Especial cómic periodístico hoy en el Babelia de El País. Abre el especial Joe Sacco con su enorme NOTAS AL PIE DE GAZA (Mondadori), el mejor cómic en mi opinión que se ha publicado en este país en lo que llevamos de año. De hecho, la edición original americana era del año pasado y no creo tampoco que haya un cómic publicado en todo 2009 que le superase.

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"MUCHO MÁS" QUE UN CÓMIC.

Por cierto, y hablando de Sacco, qué rabia (dicho sin exagerar, con media sonrisa, ¿eh?) siguen dando este tipo de titulares, en esta ocasión sacado de los blogs de El Mundo: "Notas al pie de página en Gaza, mucho más que un comic". Ya sé el significado que hay implícito en esa frase, y me temo que es lo mismo que se dijo en su momento -incluso se sigue diciendo- del MAUS de Spiegelman, "más que un cómic", o del PERSÉPOLIS de Satrapi. Pero no, lo siento, amigos, error, meeeeec, error: NOTAS AL PIE DE GAZA, MAUS o PERSÉPOLIS son cómics, no "mucho más que cómics", por mucho que pueda sorprender su calidad. Porque están hechos con el lenguaje del cómic, por autores plenamente conscientes del mismo, que han elegido además el cómic (y no la literatura o el cine, por ejemplo) como medio y forma artística para expresarse. Repitan conmigo: son cómics. Ni más ni menos.

sábado, 17 de abril de 2010

LA NOVELA GRÁFICA NO VENDE


El acontecimiento comiquero nacional de esta semana ha sido la entrevista a Juanjo Sáez en el programa de Buenafuente de La Sexta. El martes recibí tres llamadas, tres, al filo de la medianoche para avisarme del evento, alguna de una persona con la que hacía mucho que no hablaba (una antigua novia muy querida; un beso desde aquí, guapísima), que me llamaban asombrados de que Juanjo saliera en la tele nacional en un programa tan visto. No es para menos. La televisión tiene poder, sí, sigue teniéndolo. Juanjo Sáez, cuyo nuevo cómic, YO, ha vendido unos 8.000 ejemplares sólo en su primer mes (para hacernos una idea: las tiradas habituales de libros -no cómics, libros- por las editoriales literarias son de 2.000 ejemplares en primera edición).

YO, por otra parte, ha sido el cómic más vendido en Fnac en términos absolutos -por encima de cualquier otro, nacional o extranjero- también durante el último mes. ¡La novela gráfica no vende!, decía alguien. Bueno, tal vez habría que informarse mejor. En Madrid Comics el otro día, me contaba Santiago después de grabar este otro video sobre LA NOVELA GRÁFICA, estaban agotadísimos, bueno, adivinad qué cómics en concreto: MAUS, EL ARTE DE VOLAR, FUN HOME y EPILÉPTICO.

Al grano. Juanjo Sáez entrevistado por Buenafuente el martes pasado en la tele:
parte 1
parte 2
parte 3 (aquí explica su "plante" con las tiras para El País durante el verano de 2006)
parte 4

domingo, 14 de marzo de 2010

CHRIS WARE EN EL ROCKDELUX

Acabo de entregar una entrevista a Chris Ware, que aparecerá publicada en el próximo número de Rockdelux. Serán dos páginas del cuerpo central de la revista, lo que significa en términos de "redacción Rockdelux" un tratamiento de estrella para Ware. En ella, el dibujante habla de sus modelos e influencias, de sus preocupaciones formales y temáticas, del movimiento internacional de la novela gráfica e incluso de su vida cotidiana. Ya daré aviso más adelante con algún extracto cuando el número salga publicado, será en abril. Gracias desde aquí, por un lado, a la redacción del RDL por dar tanto espacio a la entrevista de un autor de CÓMIC y, por otro, a Eva Cuenca, jefa de prensa en Mondadori, por las gestiones necesarias para obtener la entrevista. Al fin y al cabo, no se habla todos los días con un genio. Un genio del cómic y del ARTE contemporáneo.