sábado, 29 de septiembre de 2012

DISCIPLINA POPULAR

Soy de los que piensan que la denostada por algunos 300 (1998), de Frank Miller y Lynn Varley, era una obra abierta que se prestaba a diferentes lecturas en función del observador, y por supuesto de su ideología, su visión del mundo y sus prejuicios personales. A mi juicio, hay dos razones que permitieron esa cualidad "abierta" de la obra, a saber,

1) la propia tradición asociada a la leyenda de la Batalla de las Termópilas. Una leyenda contada, recontada y aludida en Occidente a través de los siglos en los más diversos momentos históricos, en la mayoría de casos para apelar a la defensa de la libertad frente a la opresión de una tiranía, ya externa (como el invasor persa en los hechos originales que sirvieron de base a la leyenda de las Termópilas entre los griegos de aquel lejano siglo V a.C.), ya interna (un tirano propio, que gobierna el país en perjuicio de sus súbditos). La leyenda de las Termópilas dio lugar a una rica tradición cultural que, también en contra de lo que algunos dijeron a propósito de 300 (a menudo desconocedores de esa leyenda y de la extensa tradición asociada a ella), fue estudiada a fondo y tenida muy en cuenta por Miller a la hora de elaborar su propia versión. De la leyenda, que no de los "hechos históricos". No en vano la de las Termópilas fue una leyenda cultivada y apelada profusamente, no solo por los antiguos griegos, sino posteriormente, en la edad media, el renacimiento y, significativamente, ya en la era de la ilustración y la modernidad: durante los procesos revolucionarios de finales del siglo XVIII y XIX, muy a menudo la lucha de los antiguos griegos fue asociada a las propias luchas de liberación de la época y a los ideales republicanos de libertad, razón y resistencia heroica contra la tiranía (del Antiguo Régimen, de la metrópoli inglesa en el caso de los estadounidenses, de determinadas potencias invasoras, etc.).

2) El tratamiento que Miller le dio a esa leyenda en su propia versión. Con sus personajes arquetípicos, sin una verdadera psicología, su protagonista colectivo y su exageración mítica de los hechos –son los propios espartanos los que narran en presente los hechos del pasado de la batalla, mitificándolos como relato de «victoria» aglutinador de la identidad colectiva–, incluso con el mismo grafismo elegido, Miller y Varley conseguían la suficiente abstracción como para permitir esas diferentes lecturas. Su rechazo del detalle y sus evidentes licencias de ficción, tanto en el guión como en la representación gráfica, alejaban la obra de lo concreto y lo literal y la llevaban al terreno de la alegoría. Una alegoría abierta a múltiples lecturas, éticas y políticas, y no necesariamente asociadas a la literalidad de "pueblo invadido defendiéndose de una invasión extranjera". Lecturas diferentes e, insisto, a veces contradictorias, dependiendo como he dicho de la cosmovisión e ideología de cada observador. Muchas de ellas cabían, y caben, en la misma obra. Y como dijo Eco, si vas a interpretar personalmente un texto, preguntarle al autor por su intención es irrelevante.

En su adaptación cinematográfica de 2007, Zack Snyder modificó algunos elementos importantes del cómic 300 (en más de un caso para humanizar a los espartanos, por cierto, frente al deseo expreso de Miller de retratarlos en el cómic más bárbaros que el enemigo persa), pero no los suficientes como para impedir el mismo efecto de abstracción y alegoría en el filme. En realidad, la película es sustancialmente fiel al cómic. Cuando el filme se estrenó y obtuvo un descomunal éxito internacional, la polémica fue acorde a las dimensiones de ese éxito y, efectivamente, hubo lecturas diferentes y contradictorias de la misma película. De este modo, por un lado las autoridades iraníes se rasgaron las vestiduras pensando que la película iba por ellos, y contra ellos, porque supuestamente se trataba de un producto de propaganda imperialista que pretendía justificar la invasión estadounidense de Irak –y, presumiblemente, tal vez de Irán– tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 (en esta lectura nadie parecía reparar, sin embargo, en que 300 se publicó tres años antes del 11-S, enésimo ejemplo de que las interpretaciones que hacemos de las obras siempre están condicionadas por nuestras propias circunstancias presentes). Por otro lado, con una visión parecida hasta cierto punto, agitadores como el colectivo Wu Ming hacían lecturas en la misma onda, y de paso, hay que decirlo, cometían gruesos errores fácticos a la hora de interpretar otras obras de Miller (y de Dave Gibbons) con arreglo al sentido que ya les habían adjudicado de antemano. Su lectura, no obstante, estaba bien argumentada en otros aspectos y yo diría que la película podía admitirlas igualmente.

Pero en esto va y entra en escena Slavoj Žižek, siempre dispuesto a comentar los productos de la cultura de masas más relevantes del momento, para hacer su propia lectura de 300, la película. Žižek, defensor del filme de Snyder en lo formal y en lo ideológico, hizo una lectura puramente izquierdista del mismo, refiriéndose a él como «la auténtica izquierda de Hollywood» en un artículo de 2007. Traduzco el comienzo:
300, de Zack Snyder, la saga de 300 soldados espartanos que se sacrificaron en las Termópilas para detener la invasión del ejército persa de Jerjes, ha sido atacada como la peor clase de militarismo patriótico por sus claras alusiones a las recientes tensiones con Irán y los acontecimientos en Irak... Sin embargo, ¿las cosas son tan claras realmente? La película debería más bien defenderse contra esas acusaciones. 
Se pueden alegar dos argumentos; el primero se refiere a la historia en sí misma. Es la historia de un país pequeño y pobre (Grecia), invadido por el ejército de un Estado mucho mayor (Persia), en aquel momento mucho más desarrollado, y con una tecnología militar igualmente mucho más desarrollada. ¿Acaso no son los elefantes persas, los gigantes y las grandes flechas de fuego [de los persas] la versión antigua de las armas de alta tecnología? Cuando el último grupo de supervivientes espartanos y su rey Leónidas mueren bajo miles de flechas, ¿no están en cierto sentido siendo bombardeados hasta la muerte por tecno-­soldados que operan armas sofisticadas desde una distancia segura, como hacen hoy los soldados de Estados Unidos que aprietan los botones de los misiles desde los buques de guerra que navegan a distancia segura en el Golfo Pérsico?
Más interesante aún resulta su lectura sobre las alusiones a la disciplina espartana, fundamentales no ya en 300, el cómic y la película, sino en la misma leyenda original. Disciplina para cumplir sus propias leyes, las de su comunidad, y disciplina para sacrificarse voluntariamente por ella. Pero antes de seguir, un alto en el camino para señalar un detalle esclarecedor sobre el background milleriano. Miller, al que podemos situar en la órbita libertarian americana (con un discurso que se ha radicalizado en los últimos años hacia la derecha dura, en efecto, precisamente a raíz de los atentados del 11-S) no es precisamente un pijo de familia bien, como algunos creen y alguien ha afirmado alguna vez, sino un tipo de pueblo, emigrado a la gran ciudad en su juventud, que procede de familia trabajadora. Al habla Miller en una entrevista que le hizo Christopher Brayshaw, publicada en The Comics Journal en 1998:
Mi madre trabajaba de once de la noche a siete de la mañana como enfermera... un trabajo muy exigente, y después volvía a casa y criaba a siete hijos. Dormía una media de dos a tres horas por noche. Eso, para mí, es disciplina. Mi padre [carpintero y electricista] tenía una energía y una determinación inagotables. Creo que es imposible conseguir gran cosa sin una enorme cantidad de disciplina. Si no ser chapucero es no ser humano, prefiero no ser humano.
Y ahora, vuelta a Žižek sobre 300, la película, en su artículo de 2007:
El arma principal de los griegos contra esta abrumadora superioridad militar es la disciplina y el espíritu de sacrificio; y, por citar a Alain Badiou: «Necesitamos una disciplina popular. Diría incluso [...] que ‘aquellos que no tienen nada sólo tienen su disciplina’. Los pobres, los que no cuentan con medios financieros ni militares, los que carecen de poder, todo lo que tienen es su disciplina, su capacidad para actuar juntos. Esa disciplina ya es una forma de organización». En la era actual de permisividad hedonista como ideología imperante, ha llegado el momento de que la izquierda se (re)apropie de la disciplina y del espíritu de sacrificio: no hay nada inherentemente «fascista» en esos valores.
Pero esa identidad fundamentalista de los espartanos es aún más ambigua. Una declaración programática hacia el final de la película define la agenda griega como «contraria al dominio de la mística y de la tiranía, hacia el brillante futuro», especificada más adelante como el imperio de la libertad y la razón... Parece un programa elemental de la Ilustración, ¡incluso con un sesgo comunista!

[...] ¿Y cómo entender el aparente absurdo de la idea de dignidad, libertad y razón, sostenida por una disciplina militar extrema [...] ? Ese «absurdo» no es otra cosa que el precio de la libertad: la libertad no es gratuita, como se muestra en la película. La libertad no es algo que se otorga, se reconquista a través de una dura lucha en la que es necesario estar dispuesto a arriesgarlo todo. La despiadada disciplina militar espartana no es simplemente el opuesto externo de la «democracia liberal» ateniense, es su condición inherente, es donde reside sus cimientos: el sujeto libre de la Razón sólo puede emerger a través de una cruel autodisciplina. La auténtica libertad no es la libertad de elegir que se ejerce desde una prudente distancia, como elegir entre un pastel de fresa o de chocolate; la verdadera libertad se superpone a la necesidad. Uno hace una auténtica elección libre cuando la elección pone en juego la propia existencia… y se lleva a cabo porque simplemente «no se puede hacer otra cosa». Cuando tu país se halla bajo ocupación extranjera y te convoca el líder de la resistencia para unirse a la lucha contra los ocupantes, la razón que se nos da no es «eres libre de elegir», sino: «¿No ves que esto es lo único que puedes hacer si quieres conservar tu dignidad?». No sorprende, pues, que todos los radicales igualitarios precursores de la modernidad, desde Rousseau a los jacobinos, admiraran a Esparta e imaginaran la República Francesa como una nueva Esparta: hay un núcleo emancipatorio en el espíritu espartano de disciplina militar que sobrevive incluso cuando restamos toda la parafernalia histórica del régimen de clases espartanas, la explotación brutal de los esclavos sometidos al terror, etc.
Sus palabras de hace cinco años parecen cobrar más resonancias en estos días, a este lado del (antiguo) mundo libre. En efecto, disciplina popular es lo que necesitamos ahora, porque es lo único que tenemos, lo único que nos queda ante el tirano. La libertad nunca fue gratuita, siempre hubo que luchar por ella. También estamos claramente ante ese umbral ético, el de la imposibilidad de elegir otra cosa que no sea oponerse al tirano, que en este caso no es ningún invasor extranjero. «¿No ves que esto es lo único que puedes hacer si quieres conservar tu dignidad?». Exactamente.

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Más: 300: del cómic al cine, por Santiago García

EL VECINO EN IMAGINAMÁLAGA

Esta tarde daré una charla en el Instituto de secundaria Juan Ramón Jiménez (C/ Fernández Fermina 17, Málaga), en el marco del octavo salón Imaginamálaga. Será a las 19:30 horas y mostraré en imágenes el proceso creativo detrás de El vecino, la serie de cómics que Santiago García y yo venimos realizando desde 2004. Estáis invitados todos a los que os pille cerca. 



Imaginamálaga en Diario Sur

jueves, 27 de septiembre de 2012

LEER CON ELLOS



Robur, otro asiduo de este sitio, ha dejado un comentario que quiero destacar aquí, en un post:

«Por experiencia propia me da la impresión de que seguir el orden de la viñetas cuesta a edades tempranas. Lo miran todo a la vez, se saltan viñetas, se fijan en las que más les llaman la atención, al no poder leer o no poder leer bien el orden de los globos de texto si hay varios les lía...

Es muy importante leer con ellos, el cómic como cualquier medio tiene su lenguaje interno, nosotros ni lo pensamos pero hay que explicar que ZZZzzz significa dormido o que una bombilla es una idea, los movimientos de viñetas y demás. De todos modos se acostumbran muy rápido, y lo pueden hacer sin ayuda, pero leerles los cómics facilita mucho el interés.

Aparte está por ver si Zipi y Zape es realmente un cómic infantil.Y como Zipi y Zape muchos otros cómics supuestamente infantiles. A mi parecer no lo son: contienen mucho texto, las bromas, muchas veces son páginas-chiste, por lo general son para adultos o chavales más mayores que entienden que lo que hacen Zipi y Zape son travesuras o tonterías. Para los más pequeños las cosas tienen que ser más simples».
Zipi y Zape, por Escobar

MUCHOS CUADROS

Me escribe por mail Juan Carlos, asiduo comentarista de este blog, lo siguiente, que paso a reproducir con su permiso:
«Por otro lado, como te veo interesado en lo de los tebeos infantiles, el otro día le regalé a mis sobrinas un tebeo de Zipi y Zape y me dijeron que les costaba porque "ese cuento tiene muchos cuadros". Tienen 5 y 7 años, así que quizá sean pequeñas para tantas viñetas. Pero seguiré intentándolo, sobre todo ahora que viene un niño mío de camino, sí, lo esperamos para marzo. Tengo que ir haciéndome con una colección de tebeos infantiles».

POLÍTICA GRÁFICA

Cuando Christophe Blain (1970) aborda el primer tomo de ‘Quai d’Orsay. Crónicas diplomáticas’ en 2010, ya es una estrella consagrada dentro de la gran industria del cómic francés. Dibujante sobresaliente, a comienzos de la década pasada se había revelado con ‘Isaac el pirata’ (2001-2005), una actualización adulta de un género tan clásico de la bande dessinée como el cómic de aventuras. Para ello aplicaba el ritmo narrativo del ‘Tintín’ de Hergé, el acabado gráfico aprendido de los caricaturistas de primeros del XX, que Blain adora, y una introspección psicológica lograda a base de numerosas viñetas mudas y elipsis abismales. Cansado del pirata, aparcó la serie sin rematarla para rendir homenaje al western y a los tebeos de ‘Lucky Luke’ en la muy cómica Gus’ (2007-2008), un producto de brillante superficie pop que, a la altura de su tercer álbum, no parecía dar más de sí. Es entonces cuando Blain se da el relevo a sí mismo en ‘Quai d’Orsay’ cambiando radicalmente de temática, desde la ficción de género hacia la realidad de la política contemporánea. La serie, con dos tomos de momento, ha cosechado un éxito monumental en Francia y será adaptada al cine nada menos que por Bertrand Tavernier.
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Mi reseña del tomo 2 de Quai d’Orsay. Crónicas diplomáticas continúa en NúmeroCero

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'Quai d’Orsay. Crónicas diplomáticas' está publicado en España por Norma Editorial

miércoles, 26 de septiembre de 2012

INTERVENIDOS


Un dibujo mío publicado en el número de septiembre de Rockdelux, clic para ampliar. Ilustra un artículo de opinión de Vicenç Batalla sobre la nueva situación española tras los intentos de evitar el rescate europeo; el texto puede leerse ahora en la web de Rockdelux

CLARIDAD Y EXPERIMENTACIÓN

Tal vez continuando a esa pregunta, y también con los creadores en mente, está el tema de cómo registras las influencias de las cosas que lees o ves en tu propio trabajo. Muchas de ellas pertenecen a la dimensión de lo experimental o la vanguardia, como Cornell o Faulkner, que has mencionado en entrevistas anteriores. ¿Consideras tu propio trabajo como experimental o vanguardista, por el modo en que lo presentas? ¿Cómo articulas tu experiencia como artista leyendo y respondiendo a otros artistas?  
Creo que me voy a quedar con lo que dijo Calvin Reid, que escribe para Publishers Weekly y que también es responsable en muchos sentidos de que muchos estemos sentados en esta sala, porque ha sido muy considerado con el cómic, haciendo la oferta visible. Y me hizo una muy buena pregunta, “¿Cómo equilibras experimentación y claridad?”. Creo que es una pregunta que se hace mucha gente en esta sala. Cómo intentar avanzar y sentir que estás vivo sin alienar al lector. Lo único que puedo decir es que tengo claro que cuando cojo un libro y pienso “Jo, ¿tengo que descifrar este sinsentido?”, pues… Si mi reacción es esa, tiene que haber algo en medio de ese absurdo que me enganche y me arrastre a lo largo de la historia. Creo que esto es en contra de lo que estaba David Foster Wallace, y habló y escribió mucho sobre ello. Es algo que funciona igual en todos los medios, desde internet a los programas de televisión y las películas, tenemos que intentar hacerlo lo más interesante, humano y honesto posible.

De la charla de Chris Ware con David M. Ball en la convención SPX 2012, transcrita en Entrecomics. Sigue

Página de LINT (2010), por Chris Ware. Una opinión sobre esta obra maestra, aquí

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Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo, de Chris Ware, ha sido publicado en España por Planeta DeAgostini
Catálogo de novedades Acme ha sido publicado en España por Mondadori

OR USE YOUR RIGHT TO PROTEST ON THE STREET, BUT...

Y si no te gusta, entonces abandona.
O usa tu derecho a protestar en la calle.
Sí, usa tu derecho, PERO NO PIENSES QUE SERÁS OÍDO,

NO MIENTRAS LOS CABRONES SIGAN DIRIGIENDO EL MUNDO.

(sigue aquí)

MÁS CÓMIC INFANTIL

de calidad.

Jules, por Émile Bravo

miércoles, 19 de septiembre de 2012

HABLEMOS DE MÚSICA


Hace tiempo que no subo aquí ningún dibujo mío. Este es una ilustración para un texto de opinión publicado en la revista Rockdelux, titulado "Primavera Pro 2012: hablemos de música". La periodista Carola Guerrero escribía sobre el Primavera Pro 2012, un encuentro entre profesionales que el festival Primavera Sound organizó del 30 de mayo al 1 de junio. Clic para ampliar

miércoles, 12 de septiembre de 2012

LOVE THIS FREAK


Parecidos (más que) razonables. Arriba, foto de Richard Burbridge y Gabe Bartalos para la portada de Love this Giant (2012), el disco de St. Vincent y David Byrne,


Clip dirigido por Martin de Thurah

frente a las fotos que hizo Max Oppenheim en 2010 con prótesis de Bill Turpin, inspiradas en Agujero negro de Charles Burns (más fotos aquí):

 


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Agujero negro, de Charles Burns, está publicado en España por La Cúpula

martes, 11 de septiembre de 2012

EL DIBUJANTE EN LA ENCRUCIJADA


«El estilo de Campbell nunca podría llamarse "línea clara". Más bien parece un estilo de plumilla y tinta crudo y abocetado. En Graffiti Kitchen , por ejemplo, Campbell dibuja libremente, con menos preocupación por el contorno que por el volumen y las proporciones de los cuerpos y objetos. Garabatos perfectos es una manera de pensar en estos dibujos. Fíjate en esta bicicleta.
Eddie Campbell sabe cómo dibujar bicicletas. Damon [Heard] dijo que después de pasar un día tratando de dibujar una bicicleta, apreciaba mucho este dibujo. 
Debido a que Campbell es el maestro de la proporción y el volumen, sus dibujos nunca parecen de aficionado, pero se las apaña para transmitir la idea de vida vivida y registrada rápidamente, como si Campbell tuviera que darse prisa para apearse de las cosas y pasar al siguiente acontecimiento de su vida. Esa cualidad extra de boceto, de garabato, de Graffiti Kitchen coincide con el aspecto "perdido en la tierra salvaje" de la vida de Alec en ese momento: está con una artista, Jane, y con su hija, George, al mismo tiempo. 
Campbell utiliza esta serie no sólo para contar su propia historia, sino también la historia del cómic: la historia de cómo encaja él en la historia del cómic. Un momento clave es cuando el joven Eddie (creo que Campbell ha renunciado al nombre "Alec" en este momento) está en el hospital después de haber sido atropellado por un coche. Cuando la enfermera reparte cómics, a él le toca un Beano mientras el chico de la cama de al lado recibe una copia de Strange Tales. El césped, por supuesto, es más verde en el otro lado, y cuando el niño se queda dormido, Eddie se acerca y examina el cómic, enamorándose del estilo de Lee y Kirby. Lo demás es historia. 
De modo que Campbell es otro dibujante de cómic cuyo medio son los cómics autobiográficos y / o 'indies', que deliberadamente invoca la historia de los cómics de superhéroes haciendo referencias frecuentes a ellos. A diferencia de Chris Ware, digamos, Campbell no oculta su relación con el cómic de superhéroes como "el otro" de los cómics más "serios". Es una fuente de auténtico placer para él, y una de las cualidades refrescantes de Campbell es su visión de los cómics como gran hermandad. Varias viñetas de How to Be an Artist son simulacros de la obra de otros dibujantes: de Milton Caniff a Art Spiegelman. 
Eddie Campbell parece bastante feliz de situarse en la encrucijada de todos los estilos diferentes del cómic, a pesar de que su hogar en Brisbane, Australia, hace esta encrucijada mas estilística y ecuménica que geográfica. Si uno fusionase a Paul Gravett y Eddie Campbell, obtendría algún tipo de superhéroe de tebeo. Un hombre difunde el evangelio, el otro lo ilustra con el buen ojo del dibujante judicial».

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Peter Wilkins, que acaba de leer el Alec de Eddie Campbell, escribe al respecto en Graphixia, más en el enlace (en inglés). Reconforta ver cómo el buen ojo profesional es capaz de explicar tan bien lo que a veces no resulta evidente a todos, despistados en ocasiones por el acabado de los dibujantes del cómic, para bien o para mal. Me refiero ahora al magnífico dibujante que es Eddie Campbell, por supuesto, y no me refiero a que a uno le pueda gustar o no, que eso es muy diferente (y no es obligatorio que a uno le guste, por supuesto, como no hay nada obligatorio en cuestiones de gusto, artístico o no). Hay malos dibujantes con un gran acabado de pegolete, y buenos dibujantes cuyo acabado menos lustroso no hacen tan evidente a ojos menos entrenados que son, eso mismo, buenos dibujantes. Este último es el caso de Eddie Campbell. La referencia en el post al 'dibujante judicial' viene porque Campbell trabajó un tiempo como tal, dibujando en juzgados a finales de los noventa, tal como cuenta en las viñetas de Alec. Y la referencia final a Paul Gravett, divulgador sobre cómic (entre otras cosas) y coordinador del reciente libro 1001 cómics que debes leer antes de morir, viene porque Peter Wilkins lo mencionaba en la primera parte de su post. Gravett también aparecía en Alec, apodado por Campbell con el seudónimo de "El hombre de la encrucijada". Y creo que ya está explicado todo lo que necesitabas saber ahora si no habías leído Alec.

(Peter Wilkins es profesor universitario en Canadá. Ha vuelto al cómic como adulto porque últimamente ha descubierto muchos cómics para adultos. Y parece entusiasmado con ellos, tanto como para haberlos tomado como materia de estudio en sus últimos trabajos de investigación en la universidad. No es el único, y entusiasma realmente ver a profesores tan entusiasmados con los cómics como él. Fin del trabalenguas entusiasta).

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Alec está publicado en España en dos tomos por Astiberri. Graffiti Kitchen y How to Be an Artist son capítulos incluidos en todo Alec.


¿QUIÉN TEME A HARVEY PEKAR?


Harvey Pekar no se lo habría creído si en 1976, cuando empezó American Splendor, le hubiesen dicho que sería objeto de estudio en congresos académicos. Tres décadas después, en la Comics Rock' 2012... (en la foto, Ian Dawe –del Selkirk College, Canadá–, durante la presentación de su comunicación. Foto de Michael Freund).

Por su parte, la editorial Gallo Nero le dedica un libro a Pekar, uno de los pioneros y maestros absolutos del cómic autobiográfico/sobre la realidad. Tólstoi era un charlatán (un adelanto en el enlace), que sale ahora a la venta, recoge una extensa entrevista que le hizo Gary Groth en 1984 y se publicó originalmente en la revista The Comics Journal.

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¿QUIÉN ES HARVEY PEKAR? Más

American Splendor lo publica La Cúpula en España

ERÓTICO GROTESCO Y CÓ(S)MICO


“Se aguantó tanto las ganas de defecar que las heces se solidificaron hasta el punto de impedir la evacuación. Y al final llegó a abrirse las tripas para intentar sacarlas… no creo que quepa otra explicación”, dice un médico forense en 'Atasco', una de las historietas recogidas en Reproducción por mitosis y otras historias (EDT, 2012, traducción de Marc Bernabé). Los aficionados más atentos ya habían descubierto a su autor, Shintaro Kago (Tokio, 1969), a través de las páginas que en los últimos años han ido apareciendo en internet; sin embargo, el dibujante japonés permanecía inédito en castellano hasta ahora, al menos en versión impresa. El sexo extremo, la escatología y las diversas parafilias de sus historietas le han valido el encasillamiento en el llamado ero-guro, una tradición que va más allá del manga y se remonta hasta las revistas “picantes” y otras manifestaciones de la cultura de masas japonesa de los años veinte y treinta, dentro de una genealogía que algunos llevan incluso más atrás, hacia ciertos grabados eróticos de los dibujantes decimonónicos de ukiyo-e.


El maestro del manga ero-guro más conocido en España es sin duda Suehiro Maruo, del que ya se ha traducido aquí buena parte de su producción, pero el estilo de Kago es diferente. Si el primero ha construido un elegante imaginario de horror erótico con abundantes citas artísticas al cine expresionista y a la estética fin-de-siècle y de entreguerras, la mirada singular de Kago prefiere posarse sobre el mundo contemporáneo. Es una mirada más soslayada que antepone lo social a lo individual, la metaficción al relato ilusionista, lo cómico grotesco al tremendismo. Ero-guro significa lo que parece, “erótico grotesco”, y esto en el caso de Kago encaja como guante de seda forjado en hierro.
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El texto de mi primera colaboración para la revista Númerocero continúa aquí



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Más sobre Shintaro Kago:

Reseña de Reproducción por mitosis y otras historias en Entrecomics
Reseña en The Watcher and the Tower
Reseña en Mandorla

Sus historietas en internet enlazadas desde Entrecomics

La obra de Shintaro Kago está siendo publicada en España por EDT (Editores de Tebeos), con más tomos en preparación

lunes, 10 de septiembre de 2012

EN BUSCA DE CÓMICS MALOS

 
«La lista de cómics malos muy promocionados podría seguir y seguir. Pocas historias, incluso historias de Batman, son tan malas como La broma asesina de Alan Moore, un ejercicio vacío de crueldad que depende de la prestidigitación, del uso siempre espléndido del lenguaje de Alan y del dibujo fenomenal de Brian Bolland para evitar que el público se percate no solo de que el chiste no tiene gracia, sino de que ni siquiera había chiste. Esto no le impidió llegar a ser, junto a The Dark Knight Returns, una de las dos obras claves para prácticamente todas las interpretaciones posteriores de Batman. El Sandman de Neil Gaiman es una de las series más encumbradas en la historia de los cómics, pero sus defensores pasan convenientemente por alto los finales casi literalmente deux ex machina de muchas sagas del principio, con el héroe Morfeo apareciendo en el clímax desde el campo izquierdo para poner fin a todas las líneas argumentales con lánguido aburrimiento y un gesto de la mano. Eso no es una cualidad que uno encuentre tradicionalmente en los buenos finales, en cualquier medio. [...] Por el lado alternativo, siempre me he preguntado si los fans de la novela gráfica que nos descubrió a Craig Thompson, Adiós Chunky Rice, y que ayudó a desencadenar el interés de los editores mainstream en los cómics alternativos, no estaban al tanto de que era melaza sentimental, o si estaban dispuestos a pasarlo por alto, o si es ahí donde residía su principal atractivo. 
Cito estos cómics como malos no sólo porque todos cambiaron el curso de los cómics de alguna manera, también porque cada uno era, a su manera, bastante bueno (respecto a Sandman, se merece totalmente su reputación desde el momento en que Neil abandonó aquel molesto truco). Si esto parece una contradicción, bienvenido a los cómics. No estoy sugiriendo que no se deban leer, o disfrutar. Ni siquiera estoy sugiriendo que la maldad sea una razón especialmente buena para no leer un comic book. Hay cosas peores para un comic book que sea malo. Un problema de discutir sobre cómics malos es que, si bien hay unos cuantos tan malos como para ser memorables, hay realmente muy pocos suficientemente malos como para ser memorables. Muchos de ellos son lo suficientemente buenos como para disfrutarse momentáneamente, como comerse un Twinkie. Algunos, como los mencionados en el párrafo anterior, son lo suficientemente buenos para haber alterado la industria».
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El guionista Steven Grant, en The Hooded Utilitarian. Su lista personal de cómics malos sigue aquí

(Viñeta de The Killing Joke, 1988, de Alan Moore y Brian Bolland, color de John Higgins)

miércoles, 5 de septiembre de 2012

NIÑOS Y GRANDES

Termino la serie de miniposts sobre la "infancia" en plan telegrama. No me preocupa la subsistencia del cómic infantil sencillamente porque se sigue produciendo y publicando en buenas cantidades. Tampoco me preocupa que no se pueda 'enganchar' al cómic a los lectores infantiles, como si ya por eso fuese un público 'perdido' para siempre. Simplemente porque ahora ya hay lectores adultos que se están acercando al cómic por primera vez en sus vidas, como adultos, un fenómeno que yo al menos no había visto hasta hace bien poco. Esto, sobra decirlo, rompe la vieja lógica (la del perro viejo, la del aficionado de toda la vida) de que para leer cómics había que hacerlo durante toda la vida, y hacerlo desde niños, simplemente porque es lo que habíamos hecho todos hasta ahora. Y tercero, dicho todo esto, larga vida a los cómics infantiles. Este año precisamente he tenido el gusto de dibujar algo pensado para niños (escrito por Borja Crespo). No es la primera vez que lo hago ni será la última.

"ENGANCHAR A LA INFANCIA"

Por no hablar de otro asunto relacionado con el post anterior, a mi juicio otra falacia importante. Me refiero a ese dicho, tan oído/leído en los últimos años, de "si no se les engancha de niños, no leerán cómics cuando sean adultos". Esto, aparte de que parece que estemos hablando de drogas o algo así, es completamente falso en muchos casos, y basta comprobarlo con jóvenes adultos de veintitantos años que jamás leyeron tebeos de niños pero que en los últimos años se han 'enganchado' al cómic con las novelas gráficas de Satrapi & co. Conozco bastantes ejemplos de primera mano del fenómeno.

martes, 4 de septiembre de 2012

CÓMICS PARA NIÑOS

Estaba mirando las novedades de cómic de Planeta DeAgostini para octubre y me preguntaba cómo es posible que haya gente –del mundillo especializado del cómic– quejándose de que "ya no se publican cómics para niños". Pero, sobre todo, me preguntaba en base a qué razones es posible pensar semejante cosa. Basta comprobar el listado de novedades de ésa y otras editoriales. La verdad es que la visión interna que tenemos a veces del material que se publica me parece, por decirlo de algún modo, un poco rara. Salvo que uno piense que todo ese material es para adultos y que solo lo compran adultos, claro, lo cual me parece más raro todavía. El cómic no ha producido solo tradicionalmente material para niños y adolescentes, lo sigue produciendo a porrillo. En el mercado francobelga, en Estados Unidos y en Japón, fuentes principales aún de lo que se sigue publicando aquí. De verdad, basta fijarse un poco mejor en las novedades. Las de ahora, 2012, insisto.