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jueves, 15 de abril de 2021

El irreductible galo

ALBERT UDERZO 

El irreductible galo  

PEPO PÉREZ  

pepoperez@elperiodico.com

Posiblemente el peor trago de la carrera del dibujante Albert Uderzo tuvo lugar en 1977 cuando murió René Goscinny, que fue mucho más que el guionista junto al que creó Astérix, la serie que les hizo famosos en todo el mundo. Goscinny era un amigo íntimo para Uderzo, un cómplice, “un hermano”, como ha confesado. A pesar de todo, se sobrepuso a la conmoción, prosiguió Astérix en solitario y cumplirá 80 años este 25 de abril. 

Nacido en 1927 en Fismes, en el Marne francés, Uderzo era hijo de unos humildes emigrantes italianos procedentes de un pueblo del Véneto, Oderzo, del que Albert tomó el apellido trocando la primera letra. Vino al mundo daltónico y con dos dedos extra que le fueron extirpados quirúrgicamente. Pero, como Obélix, con quien se le ha comparado por su complexión alta y corpulenta –Goscinny sería entonces un trasunto del bajito pero intelectual Astérix-, Uderzo parece haberse caído de pequeño en la marmita de la pócima secreta, en su caso la del talento para dibujar. Ha tenido esa capacidad desde pequeño, y, a pesar de que su vocación infantil era la de mecánico de aviación, su padre le animó a seguir dibujando. Su primera publicación, en 1944, fue una parodia ilustrada de una fábula de Jean de La Fontaine; un año después ganaba un concurso editorial para dibujar una tira de cómic. También trabajó como intercalador de animación, pero pronto descubrió que no era lo suyo. En 1945 se muda a París y no da abasto ilustrando libros y creando series de historieta para la revista O.K., donde firma como Al Uderzo porque sonaba más americano. También publica una tira diaria en France Soir titulada El crimen no paga y en 1950 dibuja al superhéroe Capitán Marvel Jr. para la revista Bravo! Es entonces cuando se compra su primer coche, un Simca 5. Todavía le quedaba un largo camino por recorrer hasta poder empezar su colección de Ferraris, una cara afición que aún mantiene.

    En aquellos trabajos de juventud Uderzo mostró su destreza tanto para el dibujo realista como la caricatura, aunque el estilo humorístico era su preferencia natural y terminaría imponiéndose, una mezcla de influencias de la Disney y del cómic francobelga. En 1950 conoce al guionista Jean-Michel Charlier, quien más tarde alcanzaría el éxito escribiendo Teniente Blueberry para el dibujante Jean “Moebius” Giraud. Poco después, Uderzo conoce también al que sería su mejor amigo y su socio artístico predilecto, René Goscinny, llamado a convertirse en uno de los guionistas más creativos de la historieta francesa; juntos realizan series como Jehan Pistolet y Luc Junior. En esa época se trabaja a destajo y de manera mal pagada , pero todos los autores tragan con las imposiciones de los editores. ¿Todos? ¡No! Goscinny, Uderzo, Charlier y otras firmas célebres deciden plantarse con una serie de reivindicaciones, que terminan con los tres líderes problemáticos sin trabajo y en la lista negra. Es una época difícil que les lleva a crear juntos su propia agencia, para la cual dibujará Uderzo diversas series con guiones tanto de Charlier como Goscinny; una de ellas con este último, Oumpah-pah, fue producida para la revista Tintín y estaba protagonizada por un indio fortachón que hacía la vida imposible a los colonos franceses. Sí, el concepto recuerda a Astérix, que sería creado en 1959 para el lanzamiento de la mítica Pilote, revista juvenil cuya dirección artística recae en Goscinny, Uderzo y Charlier. Desde su primer número, Astérix y su aldea de irreductibles galos frente a la ocupación de los locos romanos se convierte en un éxito inmediato. ¿Reacción inconsciente frente a la culpa nacional por el colaboracionismo con los nazis? Puede. El encuentro de Goscinny con un conocido que trabaja como profesor de Historia sugiere la ambientación durante las campañas de Julio César, y Uderzo elige la ubicación de la aldea gala, la Bretaña francesa. No en vano había pasado allí una temporada durante la II Guerra Mundial, trabajando en una granja y ayudando en el negocio de muebles de su padre. 

Durante esos años, Uderzo dibujaba al imposible ritmo de cinco páginas semanales para tres series, Astérix y Oumpah-pah junto a Goscinny, y Michel Tanguy junto a Charlier. Sin embargo, la fama creciente de Astérix le hizo centrarse en ella y abandonar las otras. Lo demás es historia. 33 álbumes y 320 millones de ejemplares vendidos hasta la fecha, la serie más vendida del cómic europeo sólo por detrás de Tintín; un símbolo nacional francés. Se cuenta que Charles De Gaulle, durante un Consejo de ministros, dio a todo su gabinete nombres de personajes de Astérix, y,  aunque siempre se ha dicho que tras la serie había una reafirmación de la identidad nacional, Uderzo niega cualquier intención política. En cualquier caso, la prematura muerte de Goscinny a los 51 años hizo dudar de su continuidad. Pasado el duelo, Uderzo decidió animado por su mujer a crear su propia editorial, Albert-René, y continuar Astérix él solo. También es cierto que en manos de este excelente dibujante pero mediocre guionista la serie se ha deslizado por la cuesta de la decadencia, lo cual no ha impedido que se haya creado un parque temático de Astérix que rivaliza con Disneyland París ni que se sigan produciendo películas y todo tipo de merchandising basado en los irreductibles galos.

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Un perfil biográfico de Uderzo que publiqué en El Periódico de Catalunya en abril de 2007.

Goscinny (1926-1977) y Uderzo (1927-2020) en 1970 


Aventuras de autor


AVENTURAS DE AUTOR

PEPO PÉREZ

ISAAC EL PIRATA: 1. LAS AMÉRICAS, 2. LOS HIELOS, 3. OLGA y 4. LA CAPITAL

Autor: guión y dibujos de Christophe Blain (color de Walter & Yuka).
Traducción: Lidia Fernández (Tomo 1), Enrique S. Abulí (Tomos 2, 3 y 4).
Editorial: Norma
Páginas: 48
Precio:  € c/u
Sinopsis: Un joven pintor del siglo XVIII se embarca en busca de
aventuras y deja atrás a su novia, que le seguirá esperando… por un
tiempo.

Mucho se está moviendo en el cómic francés desde que hace diez años una generación de “jóvenes airados” llegara para sacudir el polvo de un mercado anquilosado. La crítica francesa habla de una nouvelle vague de su historieta, y el símil parece acertado para agrupar a autores como Marjane Satrapi (Persépolis y Pollo con ciruelas, Norma) Joann Sfar (El gato del rabino, Norma), David B. (Los buscadores de tesoros, Sins Entido) o el que ahora nos ocupa, Christophe Blain. Todos ellos comparten la intención de actualizar con una nueva mirada géneros tradicionales y de romper con ciertos clichés narrativos que habían empobrecido el cómic comercial de su país.

   Blain (Argenteuil, Francia, 1970) es un dibujante sobresaliente cuya sólida base académica no le ha impedido forjarse un grafismo moderno y expresivo, que asimila bien la influencia de los ilustradores del XIX y combina con originalidad realismo y caricatura. Si en Hiram Lowatt y Placido (Planeta DeAgostini, dos álbumes con guiones de David B.) Blain ya había dibujado un western ciertamente sui géneris, y en Sócrates el semi-perro (próximamente en Sins Entido, serie con guiones de Joann Sfar) practicado un revisionismo irónico de la mitología griega, en Isaac el pirata está realizando como autor completo la obra de su vida. Aún inacabada, la serie cuenta la peripecia de un joven pintor judío del siglo XVIII que, en parte engañado, en parte por deseos aventureros, se embarca en un velero pirata. Como todo viaje iniciático, su aventura será física pero también interior, alternándose las escenas marítimas con pasajes urbanos que muestran lo que entretanto le sucede a la novia que ha dejado en París… y que no parece dispuesta a esperarle toda la vida. 
Blain, que hizo su servicio militar en una fragata de la Marina francesa, demuestra conocer bien los clásicos de aventuras marinas, encabezados por Robert Louis Stevenson y Herman Melville, pero también se ha propuesto aportar su propia visión del género. Es una visión desmitificadora y sucia, más íntima y costumbrista que épica, no exenta de humor ni tampoco de sexo y violencia –cuyo tratamiento es especialmente afortunado- y, ante todo, narrada con una voz muy contemporánea. El autor adopta un estilo narrativo indirecto, muy visual, con diálogos concisos, abundantes elipsis y viñetas mudas, escasa o nula presentación de personajes, abruptos cambios de escena y giros argumentales arriesgados. Gracias a todo lo que Blain sugiere sin mostrarlo explícitamente, sus personajes resultan ambiguos, poseen misterio y calado psicológico, tienen vida. Sí, Isaac el pirata es una nueva y personal versión del viaje del héroe, donde la quimera perseguida es metáfora y motor de la búsqueda de uno mismo y de su lugar en el mundo. Tan universal como eso.

martes, 4 de agosto de 2015

Lecturas de playa (o montaña)



A estas alturas del año, en lo más profundo del verano, dudo mucho de que quede alguien para leer estas líneas. Por si acaso, ahí van algunas recomendaciones de cómic para leer en la playa, el campo o a la vuelta de ellos, en las noches calurosas con coro de grillos.
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Mi texto para la revista digital Paseo de Gracia sigue aquí

domingo, 15 de febrero de 2015

rostros (angoulême IV)

Jean-Pierre Mercier, asesor científico del Museo de BD de Angulema, habla a la prensa durante la inauguración de la exposición que dedicaron a Charlie Hebdo, montada en solo diez días para el Festival Internacional de BD de Angulema. Hablaremos de ella en otro post
Pili Muñoz, directora de la Maison des Auteurs, durante la entrega del premio de la crítica ACBD  (Asociación de Críticos y Periodistas de Cómic de Francia) a Moi, assassin (Yo, asesino), de Antonio Altarriba y Keko. La entrega tuvo lugar en el Museo de la BD de Angulema, el pasado jueves 29 de enero
Antonio Altarriba, a punto de subir a recoger el premio
 Antonio Altarriba y Keko recogen el premio
El premio, envuelto en papel de regalo. Alguien del público bromeó en ese momento, «cuidado, es una bomba», en alusión al desalojo que había tenido lugar un rato antes, cuando una alerta del Plan Vigipirate provocó que nos sacaran a todos del museo. Media hora después de espera bajo la lluvia, tras la comprobación de la policía, pudimos volver a entrar para la entrega del premio
Nada, que el de la camarita GoPro no-quitaba-la-mano
Volvemos al Festival de BD. Ese mismo jueves por la tarde, Max firmaba en la carpa Le nouveau monde de «independientes», en el stand de la editorial Rackham
Una vista general de la carpa Le nouveau monde, que ha ido creciendo año tras año
 Max y su barba bíblica en plena acción
Lucas Varela firma sus libros en la misma carpa, en el stand de la editorial Tanibis
Imágenes de la mesa redonda del sábado 31 de enero con —de izquierda a derecha— Jean Pierre-Mercier, el dibujante francés Blutch, el estadounidense Richard McGuire (que explicaba en este momento su nuevo libro, Here) y su traductor al francés
Esto era el sábado 31 de enero a media tarde, en el recinto del FOFF, el Festival Off Angoulême. Un GRAF a la francesa, o viceversa, que transcurre durante los mismos días del Festival oficial de BD
Un puesto del FOFF
La nuca de Héloïse Guerrier en el FOFF
Más imágenes de los puestos del FOFF
Hélo y Claudia Ruiz avanzan entre la multitud «off»
Lola Lorente se divierte en un puesto del FOFF
Volvemos a la carpa Le nouveau monde del festival, el sábado 31 de enero por la tarde. Natacha Bustos firma ejemplares en el puesto de Ediciones Eidola de su Lolita HR, cuarto y último tomo, realizado junto a la guionista Delphine Rieu (por cierto que me encantan los dibujos de Natacha). Lolita HR es una historia de ciencia ficción con influencias del manga cuyos tres primeros tomos dibujó Javier Rodríguez
En el Festival de Angou, o te curras las dedicatorias, o «no eres nadie»
Claire Pétry, en el puesto de la microeditorial L'Egouttoir
La gran Marion Fayole me firma un ejemplar de su Les coquins, en el puesto de la editorial Magnani
Au revoir, Marion
Claudia y Hélo visitan el puesto de Fulgencio Pimentel en la carpa Le nouveau monde; les atiende el patrón del barco, César Sánchez 
Claudia, Hélo y Daniel Bartual ojean el «material» Pimentel
El marinero Alberto «Tío Berni» García se niega a salir en las fotos
Pero nosotros insistimos
La caricatura... ¿Y si iba en serio? Descifrando la violencia satírica es un libro colectivo que acaba de publicarse en Francia. Está bien esa conexión histórica en la portada del libro, entre el hoy y el ayer de la tradición de sátira gráfica francesa. Desde el «je suis Charlie» hacia atrás, hacia la «pera real» que dibujó Charles Philipon en 1831, redibujada en su versión final por Honoré Daumier, una caricatura del rey Luis Felipe I publicada en La Caricature
Michaël Sterckeman posa para Es muy de cómic. Me encantó saludarle, fue compañero de atelier durante mi estancia en La Maison des Auteurs este verano
Javier de Isusi firmando ejemplares de Voir des baleines (He visto ballenas) en el stand de Rackham
Elric Dufau, dibujante, otro exresidente en La Maison que vive en la ciudad permanentemente (la comunidad de dibujantes que residen en Angulema es nutrida)
Tom Gauld vino desde Londres como invitado al festival de Angou. Aquí, dedicando libros en el stand de Ediciones 2024
Marie Michel, actriz y cómica, trabaja también con marionetas y teatro de sombras. A Marie la conocí durante mi estancia en La Maison des Auteurs, es la compañera del dibujante de cómics Sylvain-Moizie, actualmente en residencia. Habla un poco de castellano y es encantadora
Hablando de La Maison, esto es el bar de. Un momento de descanso para tomar un café reparador, el domingo 1 de febrero por la mañana, último día del festival. De izquierda a derecha, Pili Muñoz, Brigitte Macias  (que estaban derrotadas por el trabajo durante las semanas previas) y el dibujante Nylso
David B. firma ejemplares en el stand de L'Association, carpa  Le nouveau monde de «independientes»
Lo mismo hace el veterano Edmon Baudoin, en otro puesto de la misma carpa. Se acabó la tarjeta digital de mi cámara

(continuará en Angoulême V)