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jueves, 15 de abril de 2021

Aventuras de autor


AVENTURAS DE AUTOR

PEPO PÉREZ

ISAAC EL PIRATA: 1. LAS AMÉRICAS, 2. LOS HIELOS, 3. OLGA y 4. LA CAPITAL

Autor: guión y dibujos de Christophe Blain (color de Walter & Yuka).
Traducción: Lidia Fernández (Tomo 1), Enrique S. Abulí (Tomos 2, 3 y 4).
Editorial: Norma
Páginas: 48
Precio:  € c/u
Sinopsis: Un joven pintor del siglo XVIII se embarca en busca de
aventuras y deja atrás a su novia, que le seguirá esperando… por un
tiempo.

Mucho se está moviendo en el cómic francés desde que hace diez años una generación de “jóvenes airados” llegara para sacudir el polvo de un mercado anquilosado. La crítica francesa habla de una nouvelle vague de su historieta, y el símil parece acertado para agrupar a autores como Marjane Satrapi (Persépolis y Pollo con ciruelas, Norma) Joann Sfar (El gato del rabino, Norma), David B. (Los buscadores de tesoros, Sins Entido) o el que ahora nos ocupa, Christophe Blain. Todos ellos comparten la intención de actualizar con una nueva mirada géneros tradicionales y de romper con ciertos clichés narrativos que habían empobrecido el cómic comercial de su país.

   Blain (Argenteuil, Francia, 1970) es un dibujante sobresaliente cuya sólida base académica no le ha impedido forjarse un grafismo moderno y expresivo, que asimila bien la influencia de los ilustradores del XIX y combina con originalidad realismo y caricatura. Si en Hiram Lowatt y Placido (Planeta DeAgostini, dos álbumes con guiones de David B.) Blain ya había dibujado un western ciertamente sui géneris, y en Sócrates el semi-perro (próximamente en Sins Entido, serie con guiones de Joann Sfar) practicado un revisionismo irónico de la mitología griega, en Isaac el pirata está realizando como autor completo la obra de su vida. Aún inacabada, la serie cuenta la peripecia de un joven pintor judío del siglo XVIII que, en parte engañado, en parte por deseos aventureros, se embarca en un velero pirata. Como todo viaje iniciático, su aventura será física pero también interior, alternándose las escenas marítimas con pasajes urbanos que muestran lo que entretanto le sucede a la novia que ha dejado en París… y que no parece dispuesta a esperarle toda la vida. 
Blain, que hizo su servicio militar en una fragata de la Marina francesa, demuestra conocer bien los clásicos de aventuras marinas, encabezados por Robert Louis Stevenson y Herman Melville, pero también se ha propuesto aportar su propia visión del género. Es una visión desmitificadora y sucia, más íntima y costumbrista que épica, no exenta de humor ni tampoco de sexo y violencia –cuyo tratamiento es especialmente afortunado- y, ante todo, narrada con una voz muy contemporánea. El autor adopta un estilo narrativo indirecto, muy visual, con diálogos concisos, abundantes elipsis y viñetas mudas, escasa o nula presentación de personajes, abruptos cambios de escena y giros argumentales arriesgados. Gracias a todo lo que Blain sugiere sin mostrarlo explícitamente, sus personajes resultan ambiguos, poseen misterio y calado psicológico, tienen vida. Sí, Isaac el pirata es una nueva y personal versión del viaje del héroe, donde la quimera perseguida es metáfora y motor de la búsqueda de uno mismo y de su lugar en el mundo. Tan universal como eso.

martes, 12 de octubre de 2010

COOL HAND LUKE


LUCKY LUKE, la famosa serie dibujada por Morris. Con colores indicados para la imprenta, no pintados directamente. ¿De verdad alguien piensa que todos esos amarillos, esos verdes, esos magentas, esas figuras monocromas no tenían una intención, o que no se aplicaban para darle ritmo de la narración ni, sobre todo, para reforzar el gag? Esos colores no eran "casualidad", y por supuesto que tenían un efecto narrativo. Igual que esa forma de colorear genera una ESTÉTICA en sí misma en el cómic. Aunque no sea a base de "sutilísimos colores pintados perfectamente reproducidos" una vez que se introdujo el color directo en los cómics.

Espera un momento que vamos a quitarle el color.

Es lo mismo, ¿verdad? No se pierde "nada" al quitarle el color, la página tiene la "misma" gracia.

Por cierto, es posible que alguien, al fijarse ahora en esos colores chillones y antinaturalistas de LUCKY LUKE, se haya acordado del color de cierto tebeo reciente:

Si ha sido así, no se equivoca. Christophe Blain ha admitido que los colores de GUS (firmados por el propio Blain y Walter) son un homenaje a, entre otros tebeos, LUCKY LUKE.

viernes, 8 de mayo de 2009

NUEVAS OLAS

"Para 1953, con la incorporación de Truffaut, Cahiers reunía en sus filas a los que serían los directores más relevantes del nuevo cine francés: Godard, Rohmer, Rivette, Chabrol y otros. La revista, de corte muy intelectual, analizaba críticamente el cine de posguerra y proponía una nueva manera de concebir el arte cinematográfico: las películas debían contar la realidad, lo demás era accesorio. Cahiers comenzó criticando bienintencionadamente, pero con la llegada de los más jóvenes críticos (a los que al principio se dejaba muy poco espacio para sus escritos) se radicalizó hasta la ruptura: el mundo establecido del viejo cine francés veía a Cahiers Du Cinéma como la voz de los revolucionarios del cine. Y no estaban equivocados. Cuando Truffaut publicó su artículo ‘Una cierta tendencia del cine francés’, en el número de enero de 1954, Bazin temió seriamente que Cahiers perdería lectores y status, tal era la virulencia del ataque que Truffaut dirigía contra el cine francés, del que pensaba que era de cierta calidad formal, pero sin valor como arte. Pero no fue así: la revuelta tuvo su acogida, y otras publicaciones acabarían uniéndose a ella: el semanario Arts (Truffaut y sus amigos escribieron su página de cine de 1955 a 1963), Le Observateur y Le Parisien Liberé (donde escribían a menudo Bazin y Doniol – Valcroze).

Desde 1955, Cahiers Du Cinéma quedó en manos de quienes habían empezado redactando pequeños artículos. Siempre guiados por Bazin (hasta su muerte, en 1959) y bajo la mirada de Rohmer, Truffaut, Godard y los demás escribieron largas críticas de sus películas favoritas, entrevistaron a sus idolatrados directores norteamericanos (que, no acostumbrados a ser tratados con tanto respeto, se sentían encantados), e incluso comentaron las películas que se estrenaban cada mes en los cines parisinos. El tono literario de Cahiers se hizo más ligero y ameno, aunque nunca dejó de ser una revista apropiada para una lectura distraída (su gran rival, Positif, era aún más intelectual que Cahiers, que consiguió un aire más juvenil con el tiempo).

En 1958, casi todos los jóvenes escritores de Cahiers habían filmado sus primeros cortos y preparaban ya su puesta de largo en los largometrajes. En 1959, gran parte del equipo clásico de Cahiers tuvo que dejar sus labores literarias para dedicarse a dirigir películas, que era el objetivo final que todos tenían".
(Fuente)

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PASAR A LA ACCIÓN. De escribir crítica en Cahiers Du Cinéma, como es bien sabido, François Truffaut se lanzó a dirigir (ya siendo director volvería a escribir más tarde teoría y crítica de cine; una de sus críticas más conocidas fue la que escribió sobre ANNIE HALL de Woody Allen en 1977). El primer largometraje de Truffaut se estrenó un 4 de mayo de hace 50 años, LOS CUATROCIENTOS GOLPES, uno de los primeros filmes de la denominada nouvelle vague. La película, que Truffaut dedicó a su mentor André Bazin, obtuvo una gran acogida, ganó el premio al mejor Director en el Festival de Cannes de 1959 y hoy está considerada una de las más significativas en la "revolución francesa" que supuso la nouvelle vague para la historia del cine.


El filme fue calificado por la prensa de "autobiográfico", y el personaje protagonista, Antoine Doinel, de "alter ego de Truffaut" (el cineasta volvería en filmes posteriores a contar la vida del personaje a lo largo de veinte años, interpretado por Jean-Pierre Léaud).

"Contrariamente a lo que se ha publicado en la prensa desde el festival de Cannes, Los cuatrocientos golpes no es un film autobiográfico. Uno no hace un film solo, y si yo solamente hubiera querido poner en escena mi adolescencia, no le habría pedido a Marcel Moussy que colaborara en el guión ni que redactara los diálogos. Si el joven Antoine Doinel se parece a veces al adolescente turbulento que fui, sus padres no se parecen en nada a los míos, que fueron excelentes"
(Truffaut)

"Tuve la infancia de Antoine Doinel. No había exageración en el film. De hecho, tengo la impresión de haber omitido cosas que podrían haber parecido inverosímiles"
(Truffaut, años más tarde)

"Los cuatrocientos golpes son los que recibe el niño-adolescente durante este difícil período conocido con el nombre de "crisis juvenil", caracterizado por el destete afectivo, el despertar a la pubertad, el deseo de independencia y el sentimiento de inferioridad , las respuestas a un mundo injusto que obliga a despabilarse a base de golpes".
(Truffaut)



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EL HOMBRE QUE AMABA A LAS MUJERES.


"Tus diálogos son muy cortos y concisos.

Quizás es porque me gustan mucho los diálogos de las películas francesas de los años sesenta, que eran muy secos, muy rápidos. Es un poco difícil controlar este tema. Tengo amigos que me dicen que mis personajes no hablan lo suficiente. Por eso es difícil encontrar un equilibrio en el ritmo de las palabras.

¿Puedo saber qué títulos, qué películas?

Al final de la escapada, de Godard. También El ladrón de París de Louis Malle, y los films de Truffaut, los adoro. También cine más antiguo, por ejemplo los diálogos que escribía Jacques Prévert me gustan mucho".
--Christophe Blain, entrevistado en el Salón del Cómic de 2007. Abajo, viñetas de GUS (tomo 1, NATHALIE, 2007, colores de Walter), un western "afterpop" de Blain con ciertas influencias de tebeos de los sesenta (los dibujados por el belga Guy Peellaert, concretamente) y también de la película de Truffaut EL AMANTE DEL AMOR (L'HOMME QUI AMAIT LES FEMMES). El filme se estrenó en 1977, una década después de que la nouvelle vague se diese por finiquitada.



-Artículo de Santiago García en el ABCD sobre la nouvelle BD (2007)

-Más sobre la llamada nouvelle bande desinée surgida en el mercado francobelga durante los años noventa

jueves, 12 de marzo de 2009

AUTOR, AUTOR

Dice Gually en comentarios que

"Cuando los bibliotecarios catalogamos películas no las encabezamos nunca por el nombre del director (como sí se hace con la mayoria de los libros), pues según las reglas normalizadas que utilizamos, las películas se consideran responsabilidad de un colectivo, de un grupo de personas. Así que los asientos los encabezamos por el título."


Maravilloso, como debe ser. Pues igual con los tebeos. Pensar que un tebeo realizado por varias personas -no por un solo autor que lo haga todo, dibuje y escriba- es obra de uno solo de sus autores, ya sea el guionista o el dibujante, me parece muy viejuno. En realidad, cuando se destaca al guionista por encima del dibujante, que es lo que suele hacerse en determinados casos de guionistas-estrella, tras ese modo de pensar hay una mentalidad literaria. Se está pensando en el tebeo como una "novela" que ha escrito el guionista, donde ya está contenida "toda la obra". Se piensa inconscientemente que el dibujante "se limita a ilustrar la novela", como si el dibujante fuese una especie de "brazo ejecutor sin mente" que "sigue las instrucciones" que vienen ya "suficientemente claras" en el guión. Como si al dibujarla no se esté aportando nada a la historia, como si no tuviera que imaginar imágenes ni interpretar nada porque "todo está dicho" en las palabras del guión, como si no estuviera materializando ese guión en definitiva. Hace no demasiados años nuestros padres se maravillaban al descubrir que los tebeos de Bruguera no los dibujaba una máquina sino una persona.

WATCHMEN no es una obra "de Moore". Es una obra de Moore, Gibbons y Higgins, cosa que se nota "un poquillo" en cuanto comparamos las diferencias de textura, ambientes y experiencia de lectura con FROM HELL, de Moore y Eddie Campbell. Alguien dirá que la diferencia entre ambas obras es cosa del guión. Cierto. Pero no solamente. También es cosa del dibujo. Y si no, siempre podremos imaginar cómo hubiera sido WATCHMEN dibujada por Campbell. Otra cosa bien distinta, seguro.

Bajo esta mentalidad de atribuir obras colectivas a una sola persona se oculta también la idealización del proceso creativo que suele hacer el aficionado medio. Que por mucho que haya leído no sabe cómo se hace un tebeo ni cómo se escribe un guión, ni como se materializa luego ese guión. Simplemente se lo imagina, o ni eso. Hasta hace nada se le atribuía TODO a Moore en Watchmen, pero todo, desde la retícula 3x3 (idea de Gibbons), ¡hasta la idea y el diseño de las portadas! ¿Alguien se ha leído de verdad las páginas del guión que se han publicado? ¿Las ha comparado con el tebeo ya hecho? A menudo Moore no indicaba exactamente los planos en cada viñeta, o bien Gibbons se saltó las indicaciones en muchas ocasiones porque no le encajaban con su visión de cómo debía ser puesto en página. El dibujo tiene su "propia lógica", y no digamos ya el diseño y composición de una página. ¿Y Acaso el estilo de dibujo deliberadamente "neutro" e "invisible" de Watchmen, pensado para alejarse del acabado vistoso y exótico habitual en los superhéroes (Gibbons usó una plumilla rígida para las líneas principales justamente para conseguir una línea sin demasiadas graduaciones) fue cosa de Moore? ¿un dibujo también pensado para nos creamos todo lo que pasa en la historia como si fuese parte de "un mundo que existe", en lugar de "dibujos sobre papel"? Ya sé que todo esto a alguien le puede sonar como "denigrar" a Moore, que mentalidades primitivas siempre las hay, pero no es esa mi intención en absoluto. Mi intención es explicar cómo funcionan las cosas. Y si no lo sabes a ciencia cierta, documéntate. Lee a ver qué cuentan los autores. Moore ha reconocido por activa y por pasiva todo lo que aportó Gibbons, incluso detalles que este último puso y que Moore no pilló "hasta la sexta o séptima lectura" (sic). Todo esto sin restarle mérito alguno a la creatividad y al trabajo que puso Moore en cada palabra de su guión.

Pero dejemos esto y volvamos a los símiles. Vayamos al cine. Si aplicamos el "criterio guionista" como principal autor, TAXI DRIVER es una película de Paul Schrader. ¿Cómo dice, que la dirigió Martin Scorsese? Ya, pero es que el guionista fue Schrader. En realidad ninguna de las dos soluciones atiende mucho a la verdad. Y en mi cabeza suelo pensar en ella como en una película de los dos, de Schrader y Scorsese. Se tocan los temas típicos que obsesionan a Schrader, que tiene su propia filmografía como director y sus temas personales, está escrita también con la sequedad y pocas palabras de Schrader. Pero está realizada con el nervio y la textura de Scorsese. Habría más creadores que añadir a la lista de autores de TAXI DRIVER, claro (¿Robert De Niro no tuvo "nada que ver" en la creación del personaje protagonista? ¿Bernard Herrmann no aportó nada con su maravillosa banda sonora?), pero nuestra cabeza necesita simplificar. En fin, creo que ya se pilla mi postura.

En el fondo, este modo de pensar que, para que no haya malentendidos ahora, estoy claramente criticando, me resulta tan viejuno como la injusticia que se cometió en su momento de considerar a Stan Lee el único responsable de todos los tebeos de la Marvel. Sí, el "único" autor de los tebeos que hizo con dibujantes como Jack Kirby o Steve Ditko, por ejemplo. Recordemos la cabecera de TODOS los tebeos Marvel: "STAN LEE PRESENTA..." Ahora afortunadamente decimos que todos aquellos dibujantes fueron coautores de los tebeos que hicieron junto a Lee. Pero en los setenta no era así. ¿LOS 4 FANTÁSTICOS "de Stan Lee"? Más bien LOS 4 FANTÁSTICOS de Stan Lee y Jack Kirby. Ah, que es que Lee no escribía guiones técnicos completos, que el ejemplo no es comparable, me dirá alguno. De acuerdo. ¿Acaso ALL STAR SUPERMAN es un tebeo "de Grant Morrison", que sí escribe guiones técnicos? Yo diría que es un tebeo de Morrison y Frank Quitely (y Jamie Grant).

Del mismo modo, BATMAN AÑO UNO no es un tebeo "de Mazzucchelli". Ni mucho menos un tebeo "de Frank Miller". Es un tebeo de Miller y Mazzucchelli (y de Richmond Lewis). Y vaya si se nota en cuanto comparamos ambientes, texturas y narrativa respecto a ELEKTRA ASESINA, otro tebeo de superhéroes que lleva la firma de Miller. Pero es que, claro, no lo dibujó Mazzucchelli sino un dibujante de estilo bien distinto, Bill Sienkiewicz. ¿LAS OLIVAS NEGRAS es un tebeo "de Joann Sfar"? Es de Sfar, Emmanuel Guibert, y Walter en los colores. ¿Y qué tal SÓCRATES EL SEMIPERRO? ¿Es una obra "de Blain"? ¿O más bien de Sfar, Blain y Walter? Bla bla bla. Podría seguir toda la noche pero me vuelvo al tablero.

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P.D. 1. Tanto Moore como Gibbons han contado las reuniones preliminares que tuvieron para concebir WATCHMEN. Un domingo en casa de Gibbons, comiendo curry. Ambos dando ideas, ambos dibujando bocetos y anotando ideas en el mismo papel. Se reproduce en WATCHING THE WATCHMEN. Llamadas de teléfono en los meses siguientes para intercambiar ideas. Etc.

P.D. 2. Los mejores guionistas siempre piensan en el dibujante que va a dibujar la historia que tienen en la cabeza, y se adaptan a ellos. Piensan en sus puntos fuertes y débiles, en su modo de planificar, en el acabado de su dibujo; en fin, en su personalidad y aptitudes específicas como dibujantes. Cuando sucede eso es cuando el equipo guionista-dibujante funciona a la máxima potencia. Por supuesto, estoy pensando en Moore. Y en el Miller guionista. Incluso en Sfar cuando guioniza para otros. Y en Morrison. Y en...