lunes, 18 de mayo de 2009

CAUSAS Vs. CONSECUENCIAS.

"Sergio, lo primero, agradecerte que abras debates como estos. A los que estamos empezando nos interesa especialmente la opinión de los que lleváis en esto muchos años. Dado que no estoy muy seguro de dónde colgar este comentario, lo pongo en tu blog y en el de Pepo.

Como sabes, te aprecio como amigo y te admiro como autor, por eso me parece oportuno dar mi opinión como dibujante advenedizo sobre el tema que has propuesto. Para ello, he de recapitular un poco:

“Mis críticas van dirigidas al que, de un modo continuado, ofrece una y otra vez su trabajo a editores españoles sin exigir unos mínimos (mínimos que SI exige en su trabajo "de verdad" por llamarlo de alguna manera) devaluando así esta profesión de la que yo vivo.”
“El problema viene cuando van a las editoriales españolas y se prestan a trabajar gratis o por muy poco dinero.”

El problema que veo en la argumentación es que, en mi opinión, extraes conclusiones causales de datos descriptivos, o, dicho de otro modo, creo que confundes la causa del problema con la consecuencia del problema. Una de las premisas de tu argumento es que la causa (o una de las causas) de que las editoriales españolas no paguen más es que hay autores dispuestos a publicar cobrando muy poco. (“Esta situación es, en gran parte, la culpable de que, la gente como yo, que realmente vive de escribir y dibujar tebeos, tengamos que aprender idiomas y trabajar para editoriales extranjeras.”) Sin embargo, esta no es la causa, sino su consecuencia. La causa, la verdadera causa, es la falta lectores y las pocas ventas. Y como consecuencia de este poco mercado, los dibujantes que publican en editoriales españolas perciben poco dinero, lo que les obliga a buscarse otros trabajos. Y en consecuencia los que sí quieren vivir del cómic han de trabajar para editoriales extranjeras.

Imagina que pasado mañana todos los autores que hemos cobrado muy poco nos plantásemos en masa y exigiésemos a los editores españoles un precio razonable por nuestras páginas. Lo más probable – y que creo que reconoces- sería que la gran mayoría de pequeñas editoriales españolas dejaría de existir (o sólo publicarían material extranjero fácil de rentabilizar), dado que no podrían afrontar los costes. Una vez desaparecidas estas editoriales, historietistas que aspiran a vivir del cómic (y los que no) se verían obligados a trabajar para el extranjero igualmente. Esto que pone de manifiesto que, el hecho de que se exijan o no unos mínimos no afecta a tu caso y, en cierto modo, contradice de nuevo la premisa en tu artículo que sugiere que no te contratan a ti o a otros autores porque hay quien lo hace prácticamente gratis. Sin embargo, le quitas importancia a la desaparición de estas editoriales:

“Bien, y ¿tu crees que sería grave que desaparecieran? Quiero decir, ¿es mejor tener una industria raquítica o no tener ninguna?”

Es en este punto donde creo que hay otra contradicción en tu argumento: Consideras irrelevante a la industria española y a sus editoriales (“si desaparecieran las editoriales de Francia o Estados Unidos sería una catástrofe para los historietistas españoles, pero si desapareciera la raquítica industria española, ¿a quién le iba a afectar realmente?”). Por eso, por considerarla irrelevante, no entiendo en qué modo puede influir lo que de ella cobren los dibujantes. ¿Cómo puede perjudicarte algo que tú mismo reconoces que tiene tan poca importancia que su mera desaparición sería insignificante para los historietistas que sí viven de dibujar tebeos? Algo que carece de significación nunca puede ser la causa (o una de las causas) del problema.

Compartiría tu argumentación si hubiera dibujantes que fueran a esas editoriales cuya desaparición sí “sería una catástrofe para los historietistas españoles”, y se ofrecieran abiertamente a dibujar de forma gratuita. Pero no es el caso. Compartiría tu argumentación si las editoriales españolas se estuviesen forrando a base de vender miles de ejemplares sin apenas pagar a los autores y que estos, por falta de ganas o de dignidad, se conformasen sin rechistar. Tampoco es el caso.

Los dibujantes que trabajan para editoriales pequeñas de tirada limitada apenas cobran porque apenas venden. No sólo en España, también en Francia y en EEUU, donde hay decenas de editoriales de este tipo. Ninguna de ellas puede permitirse tener a Sergio Bleda (aunque probablemente les gustaría), pero creo que aportan variedad y, en muchos casos propuestas algo más minoritarias que enriquecen este medio que amamos tanto.

En fin, un abrazo y recuerdos a Ana. Nos vemos en Barcelona o en Valencia. Supongo que para entonces ya serás papá, ¿no?

Max Vento".

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Nota: los entrecomillados del texto son frases de Sergio Bleda. Los subrayados en negrita, míos.

1 comentario:

Rodriques dijo...

Max, me parece muy sensata tu reflexión y la comparto casi en su totalidad.

Yo ya me perdí entre tanto mensaje y ya no quiero interpretar lo que creo que quería decir uno u otro.

En mi opinión lo primero es que no se puede generalizar, no se pueden meter a todos los autores de comic que trabajan en producción nacional en el mismo bote.

De hecho muchos de los que menciona Pepo son los que yo nunca metería en el bote de los que creo interpretar que Sergio está hablando.

Al menos muchos de los que tengo referencia en la lista de Pepo son nombres que me consta que pelean por publicar en unas condiciones lo más dignas posibles dentro del dificil y raquítico mercado nacional y que combinan su profesión de autores de comic con otras igual o más honrosas para poder llegar a fin de mes.

Para todos ellos mis respetos.

Sin embargo, y quiero creer que a esos autores se está refiriendo Sergio, hay editoriales que directamente te dicen que no pagan un duro o editoriales que con lo que están cobrando en subvención cubren el pago de los autores y casi la impresión del producto.

No sé en que medida esos autores o editoriales son el chocolate del loro del diminuto pastel nacional, tal vez lo sean.

Pero creo que los autores que publican sus trabajos gratis en esas editoriales o por unas cifras diminutas están haciendo una competencia desleal contra muchos de esos autores españoles que menciona Pepo.

Y dicho sea de paso, si hay editores que no pagan a sus colaboradores o que pagan por debajo de lo que podrían pagar estan entrando en una competencia que perjudica a otros editores, que los hay, que tratan de pagar unos precios más dignos.

Es más, a la larga esos editores que pagan unos precios mas dignos hasta pueden acabar rebajándolos porque, total, hay autores dispuestos a trabajar por mucho menos que eso.

En fin, que como dice Sergio Bleda, tal vez no sea el problema principal de la pequeña industria española, pero si uno de los muchos que la afectan y contra el que sería deseable luchar.