lunes, 18 de mayo de 2009

NO ES LO MISMO.


"Rodriques, con todo el cariño te lo digo, pero tu razonamiento de que a menos producción más ventas me parece, además de falso, ingenuo. Dudo mucho que vayas a encontrar una base económica real que te permita respaldarlo. El número de lectores de tebeos no va a aumentar automáticamente sólo con reducir el número de publicaciones. Un litro de agua sí puedes tenerlo en una sola botella o repartirlo en cinco vasos, pero el número de lectores no es fijo, ni estable, ni se reparte según reglas matemáticas. Si en los años ochenta se leían más tebeos era sencillamente por el cómic como medio estaba en aquel entonces más de moda, le resultaba más cercano a la gente, era propio del momento. También iba la peña a ver Perros Callejeros y El Pico y otras películas españolas cantidad de rentables. También fue el momento en el que los grupos españoles surgían como churros y no les iba mal. Fue todo parte de una explosión cultural muy determinada y muy coyuntural. El número de lectores de tebeos no fue decreciendo a medida que aumentaron los títulos, sencillamente se redujo drásticamente porque se extendió un desinterés generalizado por el medio; un desinterés que es contra el que venimos combatiendo desde entonces, algo que ya va dando sus frutos, creo yo.

Por supuesto que entre calidad y cantidad todos nos vamos a querer quedar con la calidad, pero de buenos deseos no se vive. El porcentaje de productos mediocres siempre es mucho más elevado que el de productos de calidad en cualquier industria cultural, tanto en las marginales como en las más sanas, económicamente hablando. Por cada película cojonuda, ¿cuántos bodrios se producen? Por cada videojuego de referencia, ¿cuántos repetitivos, esquemáticos y aburridos se te ocurren? Las industrias, por desgracia, no entienden sólo de calidad, sino de productividad, márgenes y beneficios, y en la del tebeo me temo que el que menos falla es el primero (yo al menos leo ahora mejores tebeos que nunca). Reducir la productividad aliviaría el bolsillo de los lectores más omnívoros, es verdad, pero no afectaría para nada a un altísimo porcentaje de lectores que van a tiro hecho y que compran lo que les interesa y punto. Al lector de Naruto le va a dar igual que se deje de publicar Marvel o viceversa. Y como además calidad no es sinónimo de número de ventas, si los editores se ven obligados a recortar producción, ¿qué es lo primero que van a eliminar? Por otra parte te aseguro que a los grandes almacenes lo que les interesa precisamente es que haya cuanta más variedad mejor, cuantas más novedades mejor, porque así es como está montado ahora mismo el circo y eso es lo que les da la idea de que los tebeos son una industria y no cosa de cuatro gatos: lo que importa es la novedad, o como mucho el reciclaje constante, no el fondo. No digo que no sea lamentable, pero es así.

Por otra parte, parece que cuando hablamos de editores metemos a todos en el mismo saco. Y no es lo mismo hablar de Planeta o Panini. que son grandes conglomerados, que hablar de Astiberri, que la llevan cuatro, o de esfuerzos individuales como Ponent. No es lo mismo. Para nada. Como no es lo mismo Dargaud que cualquier editorial independiente francesa. Se está hablando de Francia y de Estados Unidos como si allí todo el monte fuese orégano. ¿Sabe alguien lo que se pagaba por página en L'Association, ya no digamos en otras más pequeñas aún como Treize Étrange o La Comedie Ilustré? ¿Cuánto creéis que han estado pagando Fantagraphics y Drawn & Quarterly durante años? ¿Sabíais que Image Comics ni siquiera paga anticipo por página? ¡Así es, ni un solo céntimo! Su modelo de negocio es: tú te haces el tebeo y nosotros te ponemos la infraestructura, y de lo que se gane, nos quedamos un porcentaje y el resto para ti. ¿Es Robert Kirkman un intruso o un esquirol por publicar con ellos en vez de únicamente con Marvel o con DC? ¿Cuándo ha empezado a ganar pasta de verdad Daniel Clowes? Cuando le ha republicado Pantheon, evidentemente. ¿Y Juanjo Sáez? Cuando firmó con Mondadori. Pero para llegar a eso han tenido que hacer sacrificios durante años. Y publicar en condiciones que no han sido ni de lejos las ideales. Y las editoriales pequeñas muchas veces sirven para eso, para darte una visibilidad o para servirte de trampolín. Pasa en todos los medios. Prada publicó sus primeras novelas en Valdemar, hasta que llegó Planeta con la chequera y se lo llevó. Lengua de Trapo ha tenido que ver cómo los grandes grupos se llevaban a varios de los escritores más interesantes en lengua castellana de la última década después de que ellos les dieran la primera oportunidad. Y es normal que así sea. Las condiciones de las grandes son siempre mejores y los autores se las merecen, así que, ¿por qué no irse con ellas? Pero no puedes exigirle el mismo trato a todo el mundo de buenas a primeras, porque no todo el mundo te lo va a poder dar y porque, ojo, lo mismo todavía ni siquiera has demostrado que lo merezcas.


Aquí el mercado sólo se arregla aumentando la base de lectores. Y para eso hemos de arrimar el hombro todos: autores, editores, críticos, lectores, periodistas, novias y novios de cualquiera de los grupos anteriormente mencionados, etc., día a día, extendiendo "la palabra". Decir que para que el mercado sea más potente tienen que arriesgar los editores es quedarse muy corto. ¿Por qué han de ser únicamente los editores los que arriesguen? ¿Acaso ellos no hacen su trabajo, no piden sus créditos, no invierten su dinero... a cambio de unos beneficios igualmente hipotéticos? ¿Por qué no puede haber autores que arriesguen también? ¿Por qué limitarles a la autoedición? ¿Por qué no pueden llegar a un trato que les parezca conveniente, dependiendo del momento vital en el que se encuentren, aunque no sea el mejor de los tratos o el más deseable? Esto último es una pregunta retórica, evidentemente sí hay autores que arriesgan y no veo porque han de sentirse criticados por ello. Aquí nadie nace enseñado, todos hemos trabajado a cambio de poco y de nada hasta que hemos aprendido, hemos espabilado o hemos adquirido una posición que nos ha permitido exigir. Y cuando digo todos, digo todos: autores, traductores, diseñadores, camareros, pintores de brocha gorda... Cuando a finales de los ochenta y primeros de los noventa los autores clásicos de El Víbora empezaron a dejar la revista porque seguían cobrando por página lo mismo que al principio y no les compensaba, ¿quién ocupó sus lugares? Pues muchos autores hoy en día consagrados. ¿Hicieron mal o sencillamente aprovecharon que eran jóvenes y con ganas y que aún no tenían familias que mantener que les obligaran a buscar trabajos mejor remunerados? ¿Les convertía eso en esquiroles? Yo no lo creo, francamente.

La raíz del problema, en mi opinión, es otra. Y no es sino el cisma que se abre entre querer tener una profesión bien remunerada y hacer algo que te gusta. A veces, se pueden combinar ambas cosas en una sola, pero la mayor parte de las veces no. Y aquí creo que no nos han engañado nunca: si quieres ganar pasta, no hagas tebeos. Porque sí, existe una pequeña posibilidad de que llegues a conseguirlo, pero has de ser consciente de que la mayor parte de los autores se van a quedar por el camino o van a tener que emigrar. Igual que emigran los físicos. Y los matemáticos. Y muchos científicos. Los músicos se tiran años trabajando en lo que sea a la vez que giran y componen y graban; algunos consiguen dar el salto a la profesionalización real, pero muy pocos. Habéis hablado de los sindicatos de actores. ¿Cuántos actores conocéis que vivan sólo de actuar? Porque yo, que conozco a unos cuantos, les he visto hacer de todo a la vez que actuar, desde servir mesas hasta, ojo, dibujar, como hacía Joaquín Reyes, que ilustraba libros para Barco de Vapor y para quien fuera que le contratara a la vez que actuaba. Hasta que dio el petardazo. Parece que no nos queremos dar cuenta de que en realidad, en cualquier campo creativo, lo que abunda es el "aficionado" si queréis llamarlo así. Y es sólo el aficionado tenaz y dispuesto a hacer sacrificios el que al final acaba llegando a ser considerado "profesional" en el término mercantilista de la palabra. O eso es lo que he observado yo hasta ahora, vamos. Y no creo que haya que rasgarse las vestiduras por ello. Sigamos luchando y empujando para que, efectivamente, algún día volvamos a conquistar esas cifras casi míticas de los 20.000 o 30.000 lectores y ya veremos entonces qué es lo que pasa. Y cuando el mercado esté saneado (y fíjate que digo "cuando", no "si"; optimista que es uno) te aseguro que la situación será muy diferente. Y por supuesto que entonces seguirá habiendo editores aprovechados y estafadores, como los ha habido siempre, y como hay aprovechados y estafadores en cualquier campo. Pero será mucho más fácil verles venir y caerán por su propio peso en el lodazal que ellos mismos se hayan montado. O eso espero".
--Óscar Palmer, editor

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JOAQUÍN REYES, DIBUJANTE:


(Portada dibujada por Joaquín Reyes; Joaquín ha ilustrado libros y dibujado viñetas en El Periódico de Cataluña, entre otras publicaciones)

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CARLOS ARECES, CARLÖS, DIBUJANTE (PREMIO JOSEP TOUTAIN AL AUTOR REVELACIÓN EN EL SALÓN DEL CÓMIC DE BARCELONA 2007)


(cómic de Carlos Areces; las dos viñetas de arriba del todo también son suyas)

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ES DISTINTO:

13 comentarios:

Unknown dijo...

Ole. Ole y Ole. Creo que mejor explicado, imposible. Completamente de acuerdo con el sr Palmer. Vamos, hasta con las comas y los puntos.

Unknown dijo...

Me gustaría recordar que Don Joaquín reyes también colabora con la revista CINEMANÍA con textos y viñetas.

Rodriques dijo...

"Dudo mucho que vayas a encontrar una base económica real que te permita respaldarlo. El número de lectores de tebeos no va a aumentar automáticamente sólo con reducir el número de publicaciones. Un litro de agua sí puedes tenerlo en una sola botella o repartirlo en cinco vasos, pero el número de lectores no es fijo, ni estable, ni se reparte según reglas matemáticas."

Oscar, te lo digo con toda la humildad del mundo, no tengo ninguna certeza de estar en posesión de la verdad.

No tengo ninguna base económica real para apoyar lo que digo, ni siquiera sabría por donde empezar a buscar algo así.

El único apoyo con el que cuento es la aplicación del razonamiento y mi propia lógica en base a mis pobres conocimientos (porque mis conocimientos sobre la industria española son pobres, lo admito) y los dos o tres ejemplos reales con los que apoyé mi argumento (tácticas de saturación del mercado de Marvel y DC o conservadurismo para evitar saturar el mercado por parte de EGMONT tras comprobar que se hacen autocompetencia) en algún post por ahí que ya no sé cual es pues voy loco con tanto post creado por Pepo :)

No tengo ningún interés en estar engañandome a mí mismo y por tanto estoy abierto y dispuesto a que me convenzan de mis errores.

Entonces, te pregunto, y tambien dicho con todo el cariño, de verdad, de verdad, de verdad:

¿Tienes tú esa base economica real que te permita respaldar tu argumentación?

¿Algunos ejemplos reales que la refuercen?

Si la tienes, habrá posibilidades de que me convenzas y te lo agradeceré por sacarme de mi confusión.... pero si no la tienes, si no tienes al menos buenos ejemplos de hechos acaecidos que respalden tu versión.... entonces simplemente estaremos hablando de distintas teorías basadas en nuestras percepciones de lo que ocurre con la industria del comic nacional... y por un mínimo de fidelidad a mi mismo supongo que seguiré creyendo en la mia :), aunque siempre dispuesto a que alguien me abra los ojos.

toni bascoy dijo...

Subscribo palabra por palabra lo que dice el señor Palmer, una de las personas más lúcidas, según mi opinión, de este negocio. Me temo que deja a lo de Bleda en una pataleta, que es lo que fue desde el principio.
Un saludo...

Óscar Palmer dijo...

Hombre, Paco, evidentemente no soy ningún experto en economía, pero algunos casos sí que he vivido de primera mano. Por ejemplo, he trabajado siete años en la tele, para Paramount Comedy y MTV, y en ambos casos su política de crecimiento económico ha venido de ampliar la oferta, nunca de reducirla. Paramount subió cantidad el share hasta meterse entre los cinco canales más vistos de cable cuando pasó de emitir 12 horas al día a 24. En momentos de crisis, se opta por reducir los gastos y la plantilla, pero no los contenidos. En MTV por ejemplo se ventilaron a gran parte del personal que hacía la producción propia y triplicaron los "reality shows" traducidos de Estados Unidos. Redujeron los gastos y aumentaron la oferta por tres, pasando de hacer un programa de hora y media a comprar tres de media hora. Y a pesar de que los programas eran una mierda, se vieron más (¿os suena el modelo?), de tal manera que el último año que estuve yo en MTV, que fue el 2007, resultó ser el más productivo hasta la fecha.

También he trabajado para varias editoriales de libros y de tebeos, y el modelo establecido por regla general (regla no escrita, aclaro) es que, o llegas algún día a un mínimo de tres o cuatro novedades mensuales, o antes o después tendrás que cerrar. Y me explico: un libro te puede funcionar bien de salida, pero la venta nunca es constante. Lo más probable, si un libro te funciona bien, es que vendas entre 300 y 800 en el primer mes, suponiendo que sea de un autor que ya tenga un mínimo de seguidores, o que aparezca en una colección que tenga un mínimo de fans, etc. Luego viene el goteo. El goteo es esa venta que se produce a medida que más gente, aparte de los compradores más fieles o metidos en el ajo, se van enterando de que existe, a medida que va funcionando el boca a boca, etc. etc. Ese goteo no sirve para mantener una infraestructura editorial, no funciona por estallidos, no da dinero inmediato. Para mantener una infraestuctura editorial lo que necesitas es, por una parte, sacar novedades que como mínimo vendan 600 de salida (que suele ser el mínimo con el que se rentabiliza la tirada) y luego cosechar esos beneficios que irán llegando con el goteo. Pero como esos beneficios, si llegan, van a llegar a un ritmo de 20 o 30 o 100 libros mensuales en el mejor de los casos, y tú mientras tanto no puedes esperar parado, lo que has de hacer por narices es sacar más títulos, con el objetivo de mantenerte en el mercado durante el tiempo suficiente hasta empezar a cosechar lo sembrado y con la esperanza de conseguir de vez en cuando un título que de salida dé más dinero de lo habitual. ¿Por qué decía lo de los cuatro libros mensuales como mínimo? Porque el gran problema de esto, y el motivo por el que se tiende a producir más en vez de menos y más escogido, es que NUNCA SABES QUÉ ES LO QUE VAS A VENDER. Todos los editores nos hacemos nuestras cábalas: esto creo que va a funcionar bien, esto parece comercial, esto no sé qué, esto no sé cuántos. Pero la realidad es que NO TENEMOS NI IDEA de qué es lo que en última instancia va a funcionar de verdad. Por mucho que conozcas el mercado, lo máximo que puedes decir es: con esto CREO que no voy a perder dinero. Pero el resultado final siempre es una sorpresa. ¿Por qué Harry Potter? ¿Por qué Crepúsculo? ¿Por qué se llaman "fenómenos literarios"? Porque no son ni más ni menos que eso, fenómenos. Y esos fenómenos son los que realmente rentabilizan. Y no hace falta irse a ejemplos tan extremos como los dos citados. Para una editorial española, vender 8.000 o 10.000 ejemplares de un título es un buen negocio. Pero para poder llegar a esas cantidades necesitas: uno, acertar con el producto (para lo cual has de errar repetidas veces) y dos, mantenerte en el mercado lo suficiente como para poder llegar a cobrar los dividendos. Y eso, por ahora, sólo se consigue editando más, no menos.
Te pongo dos ejemplos rápidos. Creo que este mes se ha reeditado el primer tomo de Las aventuras de Juan Sin Tierra de Isusi. La primera edición salió hace cuanto, ¿dos años? ¿Tres? ¿A qué ritmo crees que se ha ido vendiendo entonces? ¿De verdad puede una editorial mantenerse vendiendo 20 libros al mes? No. Ha de vender 2.000. Y si la media es de 20 en el goteo, has de tener como poco un fondo de 100. Y seguir sacando novedades porque ese fondo también acaba llegando antes o después a un punto muerto.
En literatura a mí me ha pasado lo mismo con algunos de los libros que he traducido. Yo recibo mis liquidaciones todos los años, igual que los autores, y veo que hay títulos traducidos en 1998 o 1999 que a día de hoy aún no han llegado a los 2.000 ejemplares y otros que en apenas dos o tres años han llegado a los 7.000. El problema es que para funcionar como editorial no puedes prescindir ni de unos ni de otros, si quieres garantizarte la supervivencia has de editarlos los dos, entre otras cosas porque, como decía antes, es imposible saber cuál es el que va a llegar a los 7.000 y cuál se va a quedar en 1.200, por lo que estás obligado necesariamente a cubrir todas las bases. Ah, e ignoro cuál será el caso de EGMONT, pero si como dices son prácticamente un monopolio, podrán permitirse regular el mercado como quieran, algo bastante imposible cuando a lo que te enfrentas es a un mercado segmentado y de libre competencia, creo yo.

Por último, y eso ya sí que sale de mi experiencia laboral real y sólo hablo ya como consumidor: ¿qué hacen los fabricantes de coches? ¿Atenerse a los modelos que ya existen o inventarse uno nuevo cada dos por tres? ¿Y los de televisores? ¿Y los de móviles? Es que, de verdad, no se me ocurre ningún negocio mayoritario en el que la producción se reduzca en vez de aumentarse. Eso sólo lo hacen marcas muy determinadas que juegan a la exclusividad como valor comercial, y que lo compensan elevando el precio de una manera desmesurada, pero por lo general sucede justo lo contrario.

Un abrazo.

Óscar Palmer dijo...

Perdón, en la primera frase del último párrafo quería decir "eso ya sí que NO sale de mi experiencia laboral". Sorry.

Rodriques dijo...

Felicidades Óscar, realmente eres bueno argumentando y casi me has convencido con el sistema de funcionamiento de las editoriales y televisión :)

Digo casi porque creo que aún puedo tirar un poco del hilo.

Me da la sensación de que ese modelo del que me hablas de minimos de ventas y goteo en las editoriales es el modelo de subsistencia en una situación como la que tenemos tanto en el mercado del comic como del libro, o sea de saturación total.

Posiblemente en un mercado mucho menos saturado, si como yo pienso ello supusiera un aumento claro de las ventas por ejemplar, las editoriales amortizarían mucho más rápidamente el producto y el goteo sería mucho más gozoso con lo que no sería tan necesario esa especie de huida hacia delante en cuanto a numero de titulos publicados.

Es como el pez que se muerde la cola.

En el sistema del que me hablas, cuanto más saturado esté el mercado, menores sean las ventas de inicio y más miserable será el goteo, con lo que cada vez implicará tener que sacar un mayor número de novedades para poder manterse vivos y así hasta la asfixia total de la industria.

Con lo de las televisiones exactamente lo mismo, si se van acumulando mas y mas cadenas de televisión el índice de audiencia será cada vez menor, ofrecerán cada vez más programación y abaratarán costos para rentabilizar y cuantas más cadenas de televisión surjan mas tendrán que abaratar.... hasta la asfixia.

Ese modelo de mercado, que es el que hay, tiene el futuro jodido.

Habría una solución para reducir titulos sin tocar esas necesidades de un mínimo de novedades mensuales que planteas.

Sería no bajar el número de novedades por editorial pero si bajar el número de editoriales.

Ya sé que suena burro, pero ¿hasta donde están dispuestas a llegar las actuales editoriales (de comics o libros, me da igual)?

Se supone que quien se mete a editar, al igual que quien se mete a autor de comics, quiere ganar dinero con su profesión.

Hemos llegado a un punto en el que se cobran cantidades de miseria por parte de los autores y para las editoriales parece que resulta una odisea rentabilizar el producto.

¿Hasta donde estamos dispuestos a caer?

Porque esto en otras industrias no se dá de la misma manera, los fabricantes de automóviles no crecen como setas hasta sobresaturar el mercado y hacer insostenible el reparto del pastel automovilístico.

Supongo, y ahí puede estar parte del problema, que porque los mandamases de las empresas automovilísticas son empresarios que tiene mucho dinero y cuya única meta es ganar más dinero, y ganar dinero en proporción a la inversión que supone una cadena de fabricación de automóviles.

Y los trabajodores llanos, también quieren dinero para montar los coches.

Ello lleva a un modelo en el que corre el dinero, en distintas proporciones desde el trabajador llano al empresario del automovil viven de su trabajo, ni uno ni otro estaría dispuesto a hacerlo de gratis o casi de gratis.

Sin embargo en el mercado del tebeo hay muy poquito dinero, pero...¡albricias! resulta que montar una pequeña editorial es bastante barato, con lo que grandes enamorados del medio se lanzan a la aventura de la edición, no como un empresario, para ganar dinero, que también, sino con poco dinero y mucho amor, están dispuestos incluso a pasar penurias para llevar la editorial adelante.

Y después llega el autor, también profundamente enamorado del medio, tanto, que sus exigencias a cambio de poder expresar lo que lleva dentro son mínimas, porque es lo que hay, y si es necesario se pluriempleará para tener un trabajo alimenticio.

Y así se irán haciendo cada vez más pequeñitos hasta que acabar desapareciendo... pero locos de amor....¿o tal vez amargados?


A eso nos lleva actualmente la situación de nuestra industria, como parece que no mueve dinero no aparecen grandes empresarios dispuestos a ganar dinero con ésto de los comics.

Y como parece que no hay dinero los autores dejan a un lado el aspecto profesional para dar rienda suelta a su vena artística.

Y total, para ganar poco o nada que otro me quite todo el jaleo que representa el fanzine o la autoedición, que sería una manera muy digna de dar salida a la vena artística sin tener que entrar en el mercado profesional, porque al fin y al cabo.... ¿es profesional el indigno mecanismo de la industria del comic español en el cual el único que no vive de ello es habitualmente el creador.

Por tanto parece lógico que en las épocas en que el comic podía dar de comer a sus autores nos encontrábamos quizá con unos profesionales que no tenían las mísmas ínfulas artísticas que tienen hoy muchos autores españoles.

Algo perfectamente razonable, antes había otra mentalidad al respecto de los comics y además se miraba más como un trabajo porque les permitía comer de ello, muchos dibujantes de agencia dieron el salto al comic de autor pero sin perder de vista el seguir viviendo de ello, dudo que hubieran dado ese salto si no hubiese sido así.

Mas hoy día, ya que de ello no van a comer, los autores con más razón que un santo al menos se pegan la satisfacción de contar lo que les salga de las narices, que muchas veces no va de la mano con lo más comercial.

Y un producto comercial es la base para poder crear industria.

En un mercado saneado el comic de autor consiste en pequeños satélites que giran alrededor de un gran planeta formado por la industria del comic comercial.

Sin embargo el comic español se ha convertido básicamente en un comic de autor que orbita alrededor del comic superheroico y manga.

Con lo que de seguir en esa linea acabaremos irremediablemente atraidos por la masa del planeta mainstream, y desapareceremos o pasaremos totalmente a ser parte de ellos dibujando tebeos para EEUU o Francia.

Y ya paro porque se me fué la olla y no sé adonde quiero llegar con esto.

Un abrazo

Pepo Pérez dijo...

"Posiblemente en un mercado mucho menos saturado, si como yo pienso ello supusiera un aumento claro de las ventas por ejemplar, las editoriales amortizarían mucho más rápidamente el producto y el goteo sería mucho más gozoso con lo que no sería tan necesario esa especie de huida hacia delante en cuanto a numero de titulos publicados".

No creo que esto sea así, Paco. Es una de las razones por las que empecé el debate diciendo "el mundo ya no es como era". Porque no lo es. El mundo, el mercado del cómic, no se parece EN NADA al de los ochenta, que es en el que tú estás pensando aunque no seas consciente de ello. En aquel mercado, de pocos títulos, todo el mundo o casi todo el mundo compraba lo mismo. Cabía por tanto la posibilidad de ventas masivas de los títulos. HAbía menos oferta, y una demanda que se hacía con (casi) toda aquella oferta.

Hoy esto no es así. En absoluto. PAra empezar, el cómic ha entrado en el mercado literario, vía grandes superficies, vía supermercados culturales tipo Fnac, y vía librerías generales. Y en ese mercado, el público de hoy es BASTANTE CULTO y mucho más ESPECIALIZADO. Es decir, es un mercado de lectores FRAGMENTADO. No hay una gran masa de lectores con los mismos intereses, que compren lo mismo, salvo cuando aparece de vez en cuando los fenómenos literarios de best sellers, que por supuesto son necesearios como el comer para crear una industria potente de verdad.

Pero el resto de títulos, quitando bestseller, no interesan ni mucho menos a todos los lectores habituales. A unos les interesa más unos libros, a otros, otros libros. No se trata de reducir oferta, ni de que la oferta esté "saturada". Se trata de que la peña, los lectores, son más cultos ahora que hace 30 o 25 años, son más exigentes, y no les interesa todo lo que se publica ni mucho menos. ESto lo saben muy bien las editoriales, y de ahí su política de ampliar oferta y publicar títulos diversos, pensando en lectores potenciales distintos.

Por cierto, el fenómeno del mercado fragmentado, de las "comunidades reducidas de intereses", está más que estudiado ya en sociología y teoría cultural, y no se reduce al mercado literario, se da en otros campos. Se está dando ya incluso en la tele, con la "tele a la carta" de la digital, la tele en internet, o las series de TV en DVD que la gente se compra (cada uno su favorita) para ver cuando le da la gana en casa, etc.

Y es por esto por lo que los sociólogos y teóricos culturales de hoy día ya no hablan de "cultura de masas" salvo fenómenos puntuales. Hoy día, salvo casos puntuales realmente masivos (Harry Potter, Dan Brown, LOST, LOS SOPRANO), la cultura no es ni mucho menos tan "masiva" como lo fue en los 60, 70 u 80. Está más "repartida", más fragmentada, entre mercados más pequeñitos. Y este fenómeno le ha llegado también al cómic, en la medida en que hemos entrado en el mercado literario.

HAblemos en presente, no en pasado. ¿Quién vende hoy día de verdad en el cómic, cuáles son los bestsellers en ESpaña?
Porque ya no es ni BLUEBERRY, ni siquiera TINTÍN. Lo que está vendiendo de verdad hoy, de verdad de la buena, por decenas de miles de ejemplares, es el PERSÉPOLIS de Satrapi, el MAUS de Spiegelman, las novelas gráficas de superhéroes para adultos (WATCHMEN, DARK KNIGHT) y otros títulos promocionados por el cine (V DE VENDETTA, 300, etc.). Bueno, y fenómenos españoles tipo ARRUGAS, o los libros de Juanjo Sáez. O algunos de Mauro Entrialgo. O el último álbum de la PAREJITA, que no sé si anda ya por 15.000 ejemplares vendidos, o algo menos. MARÍA Y YO, de Gallardo, también ha funcionado muy bien, no estoy seguro de si anda cerca de los 10.000 ejemplares vendidos. Esto son ventas ya mínimamente serias. Esto sí da dinero de verdad, al editor, al distribuidor, al librero y al autor. Esto sí crea industria de verdad.

Lo demás es intentar volver al pasado, ese sitio donde jamás se puede volver.

Óscar Palmer dijo...

"Habría una solución. Sería no bajar el número de novedades por editorial pero si bajar el número de editoriales. Ya sé que suena burro, pero ¿hasta donde están dispuestas a llegar las actuales editoriales (de comics o libros, me da igual)?".

Pues eso sí que ya no lo sé, Paco. Comparto plenamente tus dudas y tus pegas acerca de este modelo económico y lo único que te puedo decir, desde el optimismo, es que espero estar aquí para verlo. Evidentemente, el crecimiento constante es un mito y una quimera. En MTV por ejemplo (y me consta que es un sistema seguido por la mayor parte de grandes empresas) todos los años se planteaban una mejora del rendimiento en un porcentaje bastante elevado respecto al anterior. El año que se batieron todos los récords, más que alivio lo que había era pánico al pensar: "joer, a ver cómo hacemos el año que viene para superar esto". A mí me parece un sistema demencial. Y ese nuevo concepto que se han inventado del "crecimiento sostenible" es una estupidez, un oxímoron. Mi previsión, si es que he de hacer alguna, es que los grandes grupos seguirán hinchando la burbuja hasta que les reviente en los morros; vendrá entonces la reducción de plantilla, los despidos masivos, el cierre de sellos y una reducción considerable del número de títulos publicados para adecuarlo al nivel de gastos y de plantillas con el que se queden... para luego volver a empezar el círculo. Mientras tanto, las editoriales pequeñas y medianas que consigan sobrevivir a sus cinco primeros años (que son los más críticos) y a las que no les pierda la avaricia y se conformen con llegar a cierto nivel y mantenerlo estático, serán las que pervivan. Podría ser el ejemplo de Valdemar, que llevan ya en el mercado más de 20 años pero que desde hace tiempo mantienen ese nivel de 3/4 novedades al mes y no se empeñan en superarlo. Trabajan con el mismo personal y los mismos sueldos desde hace tiempo y no especulan. Lo mismo puedo decir de Lengua de Trapo o, incluso, a un nivel mayor, de Anagrama. Imagino que en la industria del tebeo pues acabará pasando lo mismo. Y aquí lo dejo ya que me temo que empiezo a repetirme. Un abrazo.

Rodriques dijo...

Pepo escribió:

"Lo demás es intentar volver al pasado, ese sitio donde jamás se puede volver."

Vale Pepo, capto perfectamente tu diferenciación entre el mundo pasado y el mundo presente y la comparto.

Pero ahora voy a resultar terriblemente ingenuo:

¿Ya te parece bien ese mundo del presente?, ¿no dejamos arrastrar por la corriente o nadamos para buscar un mundo futuro mejor?

Porque está claro que si el mundo pasado no tiene nada que ver con el presente hay bastantes posibilidades de que el mundo futuro también sea bastante diferente y es ahora cuando deberíamos empezar a plantearnos hacia donde lo queremos llevar, un lugar que no sea ni el del consumo de masas ni el de las "comunidades reducidas de intereses" porque a este paso va a acabar por desaparecer la comunidad y el interés.

Oscar escribió:

"Mi previsión, si es que he de hacer alguna, es que los grandes grupos seguirán hinchando la burbuja hasta que les reviente en los morros; vendrá entonces la reducción de plantilla, los despidos masivos, el cierre de sellos y una reducción considerable del número de títulos publicados para adecuarlo al nivel de gastos y de plantillas con el que se queden..."

Ya, eso es lo que temo yo también, lo mismo que con la construcción, a pesar de que era evidente que tenía que pasar lo que pasó, la inercia producida por todo el dinero y puestos de trabajo que generaba hizo que la gente se tapara los ojos, y ahora tras la explosión, venga, a recojer los jirones.

Todo eso porque la avaricia impedía buscar una solución más civilizada.

Lo que me lleva a lo mismo que le comento a Pepo, ya se que somos ínfimas hormiguitas, ¿pero le pellizcamos en los cojones al sistema o nos dejamos pisotear?

Supongo que en ambas elecciones nuestro final será el mismo, caer pisoteados, pero al menos en uno de los casos caeremos con más dignidad.

Pepo Pérez dijo...

"¿Ya te parece bien ese mundo del presente?, ¿no dejamos arrastrar por la corriente o nadamos para buscar un mundo futuro mejor?"

no, claro que no me conformo. Yo tambien quiero que todo esto vaya a MAS. No solo eso, creo que VA A IR A MAS. PERsonalmetne, yo aspiro a vender todo lo posible, me parece absurdo publicar un tebeo sin esperar llegar al maximo de lectores posible. PEro no es una tarea a corto plazo, sino a base de acumular ventas, con el paso de los años, en mi caso mas aun porque estoy embarcado en una serie de 5 albumes cuya historia no terminara hasta el quinto, y por eso hay que aguantar, y alternar ocupaciones para poder vivir. Quien quiera, cuidado. No es "obligatorio". Es solo cuestion de elegir caminos para tu vida.

Pepo Pérez dijo...

Cuando Juanjo Saez publico VIVIR DEL CUENTO, las liquidaciones eran pequeñas, el tio estaba muy agobiado viendo que aquello daba "para pipas". Pero ahora, a 5 años vista, las liquidaciones le siguen llegando,y acumulandose, y ya es dinero, y el libro se sigue vendiendo, luego le siguen llegando mas liquidaciones, mas pasta. El publica un libro en 2004, Viviendo del cuento, y le cae poca pasta. No puede vivir de eso, evidentemente, luego se busca la vida en todo lo que le sale, publicidad, ilustracion, hasta guiones esta escribiendo ahora. PEro es que desde 2004 le ha seguido cayendo pasta todos los años, es un libro vivo, que se sigue vendiendo. El no cobra una "tarifa por pagina", es una obra cuyos beneficios dependeran de los lectores que tengas. Y son beneficios a largo plazo. En el mejor de los casos, si el libro resiste suficientemente el paso del tiempo, te puede ayudar incluso en tu jubilacion.

Con EL ARTE ha pasado igual, aunque este ha funcionado mas rapido. Le sigue llegando dinero, y cada vez mas, por cierto, porque no deja de reeditarse.

Pepo Pérez dijo...

y perdon por la falta de tildes, pero es que no me deja el blogger ponerlas ahora, no se por que.