"La última entrevista que concediste al Journal fue sobre el 91, así que me gustaría ir hacia atrás y fijarme en algunas de las cosas que has hecho desde entonces.Eddie Campbell, con más de 30 años a sus espaldas haciendo cómics, entrevistado en 2005 por Dirk Deppey (las frases en negrita son de este último) para THE COMICS JOURNAL, y traducido e ilustrado por Alberto "tio beni" García en Entrecomics. El resto de la entrevista, aquí.
Algo en lo que he estado pensando últimamente: sólo comencé a ganarme la vida a partir del 89. Mi última entrevista en el Journal fue en 1991. Justo acababa de llegar. Me costó 20 años llegar. Sentía que finalmente lo había conseguido. Me sentía exuberante, lleno de mí mismo y mi trabajo, en aquel entonces.
Se ve en el trabajo. Muestras una auténtica confianza y una habilidad para saltar y nadar…
Pero últimamente he empezado a cuestionarme mucho más las cosas. Como que El destino del artista es la otra cara de How to be an artist. El destino del artista es cómo dejar de ser un artista. Cuando voy a salones, todavía me encuentro gente que dice, “¿cómo me introduzco en el mundo de los cómics?” Estoy seguro de que no tienen tiempo para que un viejo chocho como yo les diga, “¿cómo SALES de los cómics, cómo DEJAS de ser un artista?” [Risas] Cuando eres un chaval, simplemente quieres saber cómo “meterte en los cómics”. Odio esa expresión, porque…
Es como si estuvieran interesados en entrar en el mundo inmobiliario.
Sí. Yo creo que este es un campo de creatividad e imaginación, no un edificio de oficinas. O un bolo de rock. “Las entradas se han agotado, ¿cómo hago para entrar?” La primera cosa auténticamente creativa que tienes que hacer es crear una manera de entrar. No hay puerta, no puedo dar a la gente la llave y decir, “déjala en el felpudo cuando hayas acabado”. Cada uno ha de crear su propia manera de entrar. Yo solía decir eso, pero ahora he superado esa posición. Creo que debes ser tan imaginativo y tan loco que nunca se te ocurra que no estás ya dentro. Nunca se te debería pasar por la cabeza que no estás ya metido en el mundo del cómic. Creo que eso es lo que me pasó a mí. Vivía tanto dentro de mi propia cabeza que nunca se me ocurrió que no era un artista de cómic. Auto publiqué mi primer libro en el 75. Echando la vista atrás, lo que me gusta de él es que no es Eddie Campbell’s Comics #1, en realidad saqué un cómic unitario llamado Beem! A comic book for the end of the world. Echando la vista atrás, lo que me gusta de él es que es un libro de 40 páginas con una historia conclusiva. No se presenta como una serie. Creo que ese es un aspecto clave de la nueva sensibilidad –el mini cómic (y después la novela gráfica)–, que hemos empezado a pensar sobre el cómic de forma diferente
Oh, sí.
Sin embargo, sólo vendí 40 copias. [Deppey ríe] Imprimí 500, vendí 40, y pensé para mis adentros, “oh, mierda. ¿Qué voy a hacer ahora?” Puse todos en el desván de mis padres y ese fue el final del asunto, “de ahora en adelante sólo voy a estar metido en el mundo del cómic dentro de mi cabeza”. Después empecé a sacarlos del desván de mis padres a puñados. Hasta el día de hoy, cada vez que voy a casa, subo allí y agarro un puñado. Probablemente todavía habrá allí un centenar. [Deppey ríe] Creo que fue en la SPX de 1998 cuando me di cuenta de que esas cosas eran vendibles por 10 dólares.
Lo que pasa es que, y esto es lo que estoy intentando decir, amigos, el trabajo que estás haciendo ahora puede estar “en el mundo del cómic” dentro de 20 años. No importa si no lo vendiste, porque en el mundo de la novela gráfica cada libro tiene una vida indefinida en las estanterías. Puedes sacarlo y recolocarlo en la estantería. Así que no hace falta que salgas en el Batman de este mes para estar en el mundo del cómic. Puedes ir y hacer tus propias 500 copias fotocopiadas de tu libro. Puede que no las vendas ahora, puede que las vendas dentro de 30 años, pero en esta nueva era de los cómics, no hay un “ahora”, es un “ahora” indefinido, continuo.
Cuando hablo con autores, o cuando hablo con otra gente que está en el ámbito editorial, tengo una sensación real, casi terrorífica, de no saber lo que va a suceder a continuación. Hemos trabajado en ese número uno, número dos, número tres, número cuatro de los cómics desde que Max Gaines publicó por primera vez Famous Funnies [1933], y la gente se ha acostumbrado a eso. Ahora que todo está cambiando, parece que la incertidumbre genera un miedo auténtico. Pero eso era por lo que la gente del otro lado, la gente que realmente se tomaba los cómics en serio como un tipo de literatura, ha estado trabajando durante los últimos 25 años. Así que, por raro que parezca, sois tú, y los Chris Ware y los Craig Thompson y los Will Eisner del mundo las únicas personas que sabían como nadar en esas aguas, y todos los demás ahora están intentando pillaros.
Es una forma de verlo. También pienso en ello como un modelo evolutivo más avanzado del cómic en la línea de… En realidad, ha habido tres modelos evolutivos, tal y como yo lo veo. Está la tira de prensa, los cómics de prensa, que todavía existen. Pero cuando te fijas en las tiras de prensa de hoy en día, parece un objeto muy simple y poco desarrollado, ¿no?
El comic book fue el siguiente paso. Esto no quiere decir que cada comic book sea mejor que cada tira de prensa. Creo que, hasta los años 50, las mejores cosas en el mundo de los cómics todavía se hacían en los periódicos –ya sabes, Walt Kelly e incluso [Milton] Caniff hasta el 52 o 53, o probablemente incluso más tarde, todavía estaban muy por delante de cualquier cosa de las que se hacían en los comic books. Del mismo modo, cuando digo que la novela gráfica es un modelo evolutivo más avanzado, no significa que cada novela gráfica sea mejor que cada comic book. Un buen comic book merece mucho más ser guardado que una novela gráfica fallida. Cuando se haga recuento, a lo mejor ninguna novela gráfica esté a la altura de Master race de [Bernard] Krigstein o de los mejores cómics bélicos de [Harvey] Kurtzman.
No. Pero hay más flexibilidad con las novelas gráficas. Tienes muchas más libertad de acción en términos de lo que puedes hacer con ellas y la forma que pueden tomar, cosas así.
Sí, creo que le hemos dado forma –por “hemos” me refiero a la generación de la novela gráfica –le hemos dado forma como instrumento perfecto para contar la historia de nuestro tiempo. En manos de Chris Ware, por ejemplo, ese instrumento puede contar una historia de una complejidad inimaginable, incluso aunque el tema que trate parezca ser limitado y simple. Pero es que gran parte del mejor arte ha hecho eso, dividiendo y subdividiendo el simple momento humano, convirtiéndolo en un calidoscopio de complejidad.
[...] Pero en la última entrevista que concediste al Journal, con Sam Yang, él mencionaba que tú habías tenido que defender tu trabajo convirtiendo momentos ordinarios en algo especial. Tú tuviste que rectificar y decir, “no, los momentos ordinarios son especiales”. Hoy en día, esa noción parece que se da por supuesta en el movimiento de la novela gráfica.
Así es.
Es como si finalmente todos los demás te hubieran alcanzado".
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Personalmente, no sé qué nociones de historia del arte tendrán algunos de los que han opinado (a veces vehementemente) sobre este tema, pero en historia del arte, cuando unos autores concretos han hablado de sí mismos como "movimiento", el movimiento artístico existe como tal. Y así queda constancia en los libros de los historiadores del arte que se dedican a estudiarlo. Sea impresionismo (cuyo apodo surgió por cierto de un comentario irónico que hizo un crítico francés del XIX para burlarse de los primeros cuadros impresionistas), expresionismo, surrealismo o dadaísmo. O, en el cómic reciente, el movimiento de la novela gráfica.
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El MANIFIESTO DE LA NOVELA GRÁFICA, según Eddie Campbell (2005)
5 comentarios:
La parte por el todo...yo sigo dudando: pongamos que yo quiero hacer una novela gráfica, y como me gano la vida comodamente en otros quehaceres puedo permitirme el lujo de contar lo que me de la gana y como me de la gana sin pensar en ese editor que en el futuro va a comprar mi historia...mis influencias e inspiraciones, por poner un ejemplo, beben algo de la BD clásica, pasan por Pratt y se enriquecen con Blain,y luego se desparraman en una miscelánea cinematográfica y literaria con algunos "picos" muy significativos...pongamos que acabo esa novela gráfica (unas 200 páginas, blanco y negro, tamaño libro) y que un editor pica: ya soy novelista gráfico, y como propina, me integro en una corriente o movimiento en el que me voy a codear con gente con la que no me une absolutamente nada, más allá de que hemos hecho un tebeo bajo el denominador común de la libertad creativa...
Pepo, no niego que exista esa corriente, pero está dentro de ese todo mayor que hemos dado en llamar novela gráfica, no como corriente, sino como subfamilia dentro del tronco común que es el cómic.
Hombre, algo te une, bastante de hecho: si tienes influencias de Blain, de Pratt (un referente para algunos popes como Sfar) y has leído unas cuantas novelas gráficas recientes (cosa que has hecho seguro), me parece que sí, que tienes bastantes cosas en común con ellos...
Una de las gracias de este movimiento, tal como yo lo veo, es que está abierto a todo el que se quiera sumar ahora mismo. No hay "carnets" ni requisitos para entrar.
En contra del supuesto "elitismo" que algunos han señalado, por cierto...
En otras palabras, ánimo con esa novela gráfica.
Gracias :-)
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