lunes, 11 de octubre de 2010

UN AÑADIDO "SIN MUCHA IMPORTANCIA"

Por supuesto, la originalidad estética de ese color no local, colores expresivos y no naturalistas, no aporta "gran cosa" a la historia del cómic. Ese amarillo de repente en el fondo de la viñeta sexta con esas figuras monocromas verdes; esos violentos colores del contraluz en la viñeta séptima, con el amarillo de la parte izquierda, iluminada, de los personajes simulando una luz que llega... desde la viñeta anterior; ese fondo rojizo de la penúltima viñeta en contraste con las figuras monocromas azules. Como tampoco aportan "nada" a esta página dominical, una de las más famosas de TERRY Y LOS PIRATAS (se publicó en 1943), esos colores de atardecer en la primera y la última viñeta, en contraste con las figuras nuevamente monocromas en el primer plano de la "profundidad de campo". Y por supuesto, los cambios bruscos de color de una viñeta a otra tampoco aportan "gran cosa" a la narración, no añaden ritmo ni dramatismo a la secuencia. Ni tampoco aporta "demasiado" el juego de contrastes de colores entre viñetas cuando miramos globalmente la página. Es un color que se aplicó "de cualquier forma", sin prestarle "demasiada atención". A Caniff no le preocupaba, era simple "casualidad".

¿Hace falta recordar que todos estos hallazgos ESTÉTICOS de color son propios y exclusivos del cómic, y no del cine, ni siquiera de la pintura? ¿Hace falta recordar que si no existiera una edición que recoja a color esas dominicales los lectores del futuro no tendrían la posibilidad de ver esos colores?

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