"Encontramos un pub en el West End de Londres. The Royal Oak, si recuerdo bien. Estaba lleno hasta las vigas de bebedores, así que salimos al jardín vacío. Para ser marzo en Reino Unido, hacía un frío tremendo. Alan y yo hablamos sobre el mundo de Watchmen, la aproximación artística, los personajes, las tramas, y tocamos el color pero, más que sentarme y escuchar hablar a dos maestros del cómic, hubo poco en lo que yo pudiera contribuir. Mi trabajo era el color, lo cual vendría casi al final del proceso creativo, aunque incluso en esta temprana fase se habló de algunas guías de color.
En todo momento, Alan y Dave quisieron que Watchmen fuera, visualmente, completamente distinto a cualquier otro cómic que hubiera en el momento y, por supuesto, eso lo conseguimos. Una de las conversaciones de color recuerdo que se refería al Dr. Manhattan. Como estaba hecho de energía controlada con forma humana, se decidió que debería afectar ligeramente a sus alrededores, arrojando una luz suave azul a cierta distancia de su presencia. Recuerdo a Alan y a Dave tratando de dar con la distancia óptima a la que podría afectar a los objetos. Tal era el detalle que buscaban.
Mi parte empezaba cuando Dave me daba un telefonazo para que fuera a su estudio en St. Albans, Inglaterra. Recopilaba las fotocopias reducidas en blanco y negro de cada página y, si no lo tenía aún, el guión.
Me ofrecía un café y una o dos galletas de chocolate (...) Me enseñaba su colección de álbumes del Teniente Blueberry o alguno e la multitud de nuevos cómics europeos importados o libros sobre arte gráfico que había conseguido últimamente. Era una tarde social espléndida y altamente estimulante. Pasábamos al dibujo, y ser la tercera persona en ver el dibujo completo, y en leer el nuevo número, era una gran emoción para mí.
Dave y Alan podían tener sugerencias de color para algo específico en un capítulo, como un rojo, una señal de neón brillante, así que tenía que averiguar cómo incorporar esas ideas de color a lo que hice en cada número. Esto podría sonar simple y podría ser un poco denso, pero empezó a crear paradojas de color desde el principio, y fue incrementándose a medida que la historia se desplegaba con toda su compleja brillantez.
Por ejemplo, en el número uno, Rorschach toma algunos terrones de azúcar de la cocina de Daniel Dreiberg, y en el número nueve arroja un envoltorio de un terrón sobre la nieve antártica. ¿Hacía el envoltorio del mismo color que el de la cocina de Daniel, donde había estado bajo una fuerte iluminación desnuda sobre tonos planos y los colores primarios de los elementos de la cocina? ¿O dejaba que la pálida luz antártica afectara a su tono? ¿Y caía sobre un montón de nieve blanca, o uno oscurecido?"
--John Higgins, colorista de WATCHMEN
--------------------------------
"En primer lugar, por supuesto, está John Higgins, cuyos colores no dejaron de sorprendernos y deleitarnos. Normalmente era la primera persona que leía cada número, y esperábamos ansiosos sus comentarios, y el conocimiento y perspicacia de su trabajo hizo que nunca infravaloráramos la contribución y enriquecimiento que aportaba. Sus visitas de los martes por la noche con las pruebas de color que yo "aprobaba" también eran un gran excusa para abrir un par de cervezas y charlas".
---
"John Higgins contaría con su serie de copias y hablaríamos sobre las posibilidades del color. Los suyos eran los primeros comentarios sober lo que Alan y yo habíamos hecho, y eran muy valorados. Unas semanas más tarde, había traído las copias coloreadas a mi casa, y volvíamos sobre ellas. Esta era siempre una tarde simpática, con su mujer e hija acompañándole a menudo y alternando con mi familia. Se abrían cervezas.
Aunque quería a John a bordo tanto por su idiosincrático sentido del color como por su proximidad y amistad, mi reacción inicial de lo que había hecho era a menudo de sorpresa. Sin embargo, siempre era capaz de explicar sus decisiones y, con el tiempo, acabé apreciando su audaz aproximación. Su paleta de colores normalmente secundarios añadió de nuevo una útil distancia de los tradicionales rojos, amarillos y azules de los cómics de superhéroes.
(...) La edición Absolute era la oportunidad perfecta de digitalizar el arte y color y corregir los molestos errores con los que habíamos tenido que vivir durante tanto tiempo. Mientras el departamento de color por odenador de WildStorm reproducía fielmente el coloreado original y John Higgins perfilaba el resultado, yo me dediqué a diseñar el continente. (...) Las mejoras de color de John se centraron en reequilibrar escenas y limpiar bordes. También fue capaz de apoyar los negros sólidos con color de fondo para hacerlos consistentemente impresos, lo cual supone una enorme diferencia con el aspecto global.
Apenas anunciada, la nueva versión ha sido usada para las siguientes impresiones de la edición normal en tomo. Que esté en imprenta al menos otros veinte años, especialmente ahora que John, como debe ser, cobra royalties".
--Dave Gibbons, dibujante de WATCHMEN. Ambas citas son de WATCHING THE WATCHMEN, edición española de Norma
Actualización Análisis del color de John Higgins para una página de WATCHMEN, aquí
1 comentario:
A veces se me antoja que el nivel de detalle al que se entregaron los creadores de Watchmen, con Alan Moore y David Gibbons, es altamente enfermizo. Y a tenor de lo relatado sobre John Higgins esta enfermedad esta claro que era contagiosa. Supongo que es lo que diferencia una obra mediocre de otra que marca un antes y un después.
Publicar un comentario