Joe Sacco hace fácil lo difícil. En las cuarenta páginas que dedica a los refugiados chechenos de la reciente guerra con Rusia, incluidas en su REPORTAJES (Mondadori-Reservoir Books, 2012; JOURNALISM es el título original de este recopilatorio de reportajes de Sacco, publicados originalmente en
The Guardian, Times Magazine, New York Times Magazine y otras cabeceras), consigue lo que está al alcance de pocos historietistas. Con su atención al testimonio humano y a los detalles, nos ofrece un panorama de la situación de esos refugiados en presente, cuando él fue a visitarlos, y a la vez rastrea el pasado cercano de varios de sus entrevistados durante la I y II Guerra Chechena, junto a una visión histórica del pasado lejano desde la II Guerra Mundial. Es la intrahistoria y la gran historia, la memoria personal y el relato histórico panorámico, puestos simultáneamente en la página gracias al diseño, en este sentido como ya sucedía en su obra maestra NOTAS AL PIE DE GAZA. Sorprende no sólo la fluidez con la que salta del presente al pasado y viceversa para ofrecer una visión de conjunto, sino también la contención con la que consigue exponer los detalles más duros que cuentan sus entrevistados. Todos ellos mujeres, protagonistas de esta pieza, titulada «Guerra de Chechenia, mujeres de Chechenia» y publicada originalmente en 2008 en el libro colectivo I
LIVE HERE.
Semejante contención narrativa se la permite no sólo su formación y experiencia como reportero sino su dominio de la puesta en página, adquirido a base de dibujar muchas, muchas a estas alturas. Por eso mismo, cuando Sacco decide introducir una nota más alta, un digamos guantazo emocional, el golpe retumba en el lector como si te lo hubieran dado de verdad. Léase el final de este reportaje para entender lo que digo, cuando termina su entrevista con la abuela chechena a la que los nietos le esconden la foto de su hija, muerta en la guerra, para que no llore. Es un punto final (en realidad puntos suspensivos, porque no hay verdadero final para el drama de ninguna de las entrevistadas, al menos por lo que a Sacco y su lector respecta) que no puede considerarse efectista, puesto que se percibe claramente que el periodista sólo intenta transmitir al lector el mazazo que recibió él en directo, cuando llegó a ese punto de la entrevista. Como suele repetir en sus declaraciones, Sacco intenta ser un observador-narrador honesto.
Es la misma honestidad que demuestra unas páginas más adelante, cuando aborda sendos reportajes que realizó "empotrado" con los soldados estadounidenses que invadieron Irak. El primero de ellos es igualmente dramático, acerca de las tácticas de los marines para prevenir ataques de la resistencia, especialmente de los suicidas; el segundo (sobre un sargento de marines, puro cliché andante que entrena a base de flexiones y gritos a los pobres iraquíes que se han alistado en el ejército) resulta cómico, a veces mucho, recordándonos que los ascendentes de la genealogía
comiquera de la que desciende Sacco son los maestros satíricos del comix underground (Crumb sobre todo) y de los abuelos de éste (Harvey Kurtzman, Will Elder). Resulta cómico en el mismo sentido que lo era, por decir algo, las obras maestras del cine de Berlanga, es decir, hasta que uno recuerda que la base del esperpento es sumamente trágica. En este caso la desesperación de un país devastado, física y socialmente.
El narrador es nuevamente invisible hasta que él mismo quiere destacarlo en los textos de apoyo, como cuando en el tercer reportaje que Sacco dedica a la guerra de Irak, «Trauma a crédito» –una escalofriante pieza sobre las torturas sufridas por dos iraquíes detenidos sin ninguna acusación, que una vez liberados demandaron al gobierno de Bush Jr.; puede leerse completa en inglés
en The Guardian– introduce una de esas notas suyas tan personales, donde explicita claves periodísticas "de sentido común" tan reveladoras como ésta: «Entonces interrogué otra vez a Sherzad durante unos minutos, después llegó la hora de irse. Había llegado ese momento en que el periodista, en determinadas situaciones, lo presiente. Incluso él se da cuenta». Tras esto, dos tiras más de viñetas para poner otro punto final magistral a la historia. Uno de los iraquíes detenidos, cuando fue liberado tras su calvario –de manera «tan arbitraria como el resto» de todo lo sucedido– no podía creérselo y temía que sería detenido de nuevo inmediatamente. En cuanto volvió a casa con su familia, cerró rápidamente la puerta y pidió un candado para poder bloquearla desde dentro. Cuando se volvió a mirarla, toda su familia se reía de él.
Reveladoras son también las notas aclaratorias que introduce al final de cada capítulo. Sobre sus reportajes "empotrado" con los marines, Sacco escribe por ejemplo que «incluso siendo contrario a la guerra de Irak», le pareció interesante ver esta guerra desde el punto de vista de los soldados americanos, que «me trataron con respeto y amabilidad. Les estoy agradecido a todos ellos». Sobre la pieza en torno a los dos iraquíes torturados, aclara que fue una «experiencia frustrante». Antes de entrevistarlos, pasó tres días con ellos en Estados Unidos, a donde habían viajado con sus abogados. «Cuando uno de ellos me dijo que iba a revelarme algo que no le había contado a ningún periodista, tuve la impresión de haberme ganado su confianza. El abogado de derechos humanos que estaba con nosotros lo interrumpió inmediatamente. Velaba de forma manifiesta por sus intereses, pero su intromisión me contrarió. Aunque los abogados y periodistas compartan los mismos valores, no tienen por qué perseguir los mismos objetivos. Un periodista quiere saberlo todo e insiste, para decidir por sí mismo la pertinencia o la forma en que debe presentarse un material cargado de sentido».
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Actualización: Robur a
visa en comentarios de que el nuevo libro de Joe Sacco se titula DAYS OF DESTRUCTION, DAYS OF REVOLT, y está realizado a pachas con el periodista Chris Hedges. «Al parecer los dos fueron a zonas de gran pobreza en los USA y entrevistaron a la gente escribiendo el libro entre los dos con ilustraciones y comics de Sacco y textos de Hedges», nos aclara Robur en el cuadradito. Video promocional: