sábado, 23 de mayo de 2009

VIDAS BREVES

"¿Qué le importan las vidas breves, anónimas... a Galactus?"
--Stan Lee y Jack Kirby, LOS 4 FANTÁSTICOS, nº 49, abril de 1966.
La cita aparece al comienzo de LA MARAVILLOSA VIDA BREVE DE ÓSCAR WAO, de Junot Díaz (Santo Domingo, República Dominicana, 1968), Premio Pulitzer de novela 2008.


"Díaz se forjó leyendo desaforadamente cuanto caía en sus manos. Pobre, apremiado por una difícil situación familiar, encontró refugio en la épica apocalíptica de los cómics y los relatos de ciencia-ficción a la vez que en lo que convencionalmente se considera alta literatura.

(...) Los invitados fagocitados en el particular festín caribeño que es su novela no son héroes homéricos, sino una caterva de personajes de tebeo. Al hacer algo así, catapulta su producto a una dimensión extraliteraria, dominada no sólo por la estética de los cómics, sino también por la del cine, los videojuegos y otras formas de ciberentretenimiento. En el paquete van incluidos géneros literarios considerados marginales por los sacerdotes del decorum y los guardianes del canon, como la ciencia-ficción, la fantasía y el horror. Se trata de borrar la distinción entre las formas altas y bajas de la cultura. Estos intentos de hibridación y subversión de códigos no son particularmente novedosos. Escritores como Michael Chabon o Jonathan Safran Foer, por nombrar a dos autores de la generación de Junot Díaz, también lo han hecho. Una influencia que opera sobre todo esto desde el fondo es la Haruki Murakami. Lo que lo distingue a Díaz de todos ellos es lo marcado de su preocupación política. Su novela se levanta sobre las ruinas del colonialismo. Su marginación es triple: como miembro de la clase baja de una sociedad violentamente jerarquizada, como hijo de la diáspora africana, y como inmigrante que al huir de la pobreza se ve condenado a adoptar un idioma que, irónicamente, logrará transformar en su arma más poderosa.

(...) La construcción del mundo imaginario del protagonista es un notable logro. Junot Díaz invierte el estereotipo, situando en el centro de su universo narrativo a un latino bastante atípico. Gordinflón, enamoradizo, empollón y escritor en ciernes, Óscar es un inadaptado social y sentimental, que dedica toda su energía mental a la ciencia ficción, bien en forma de cómics, películas o la lectura de los autores canónicos del género.

Es pronto para valorar adecuadamente una propuesta narrativa tan audaz como la que plantea La maravillosa vida breve de Óscar Wao. Por lo pronto, introduce en el género novelesco elementos que harán levantar las cejas a más de uno.
El jurado del Pulitzer suele ser proclive a sancionar propuestas más convencionales. Este año han demostrado una saludable amplitud de miras. Rupturista, divertida y arriesgada, la primera novela de Junot Díaz constituye una valiosa aportación a las letras americanas".
(Extractos de la reseña de Eduardo Lago sobre LA MARAVILLOSA VIDA BREVE DE ÓSCAR WAO para Revista de Libros, el texto sigue aquí)

CON G DE GOD.

"Le dije: Jack, ya han luchado con un montón de villanos diferentes, necesitamos algo nuevo. En el siguiente número, que peleen contra Dios"
(Stan Lee)

"Mi inspiración era el hecho de que tenía que conseguir ventas. Y tenía que crear personajes que no fuesen estereotipos. En otras palabras, no podía depender más de los gángsters, tenía que conseguir algo nuevo. Y... por alguna razón, me fui a la Biblia. Y aparecí con Galactus. Y allí estaba yo, enfrente de esta figura tremenda, que yo conocía muy bien porque siempre le había sentido, y ciertamente no podía tratarle del mismo modo en que lo haría con un mortal ordinario... Y, por supuesto, Silver Surfer es el ángel caído. Ambos son figuras que no habían sido usadas antes en los cómics. Eran figuras míticas y, por supuesto, eran los primeros dioses"
(Jack Kirby)

"Galactus es en realidad una especie de dios. Está más allá de todo reproche, más allá de la opinión de nadie. En cierto modo es una especie de Zeus, que engendró a Hercules. Él es su propia leyenda, y, por supuesto, él y Silver Surfer son una especie de leyendas modernas. Fueron diseñados de esa manera"
(Jack Kirby)



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Galactus, un dios devorador de mundos indiferente a la vida humana, y su heraldo Silver Surfer, caído en desgracia tras rebelarse contra su amo para intentar salvar a la humanidad, aparecieron por primera vez en LOS 4 FANTÁSTICOS nº 48 (1966), el primero de una saga de tres episodios (nºs 48, 49 y 50) conocida como La trilogía de Galactus. Diálogos y edición (coordinación) de Stan Lee, argumento y dibujos de Jack Kirby, tintas de Joe Sinnott.

Actualizado sábado 23/5/2009

La trilogía de Galactus en imágenes. La caótica diferencia de impresión y colores se debe a las diferentes ediciones de las que he conseguido las viñetas en internet (los colores más matados corresponderían a la edición original en comic book).

LAS SIETE "PLAGAS". Que anuncian "el Juicio Final" al comienzo de la historia:


SUENAN LAS TROMPETAS DEL APOCALIPSIS (PERO EN EL ESPACIO NADIE PUEDE OÍR TUS GRITOS). El "ángel que anuncia la ira de Dios" se aproxima a la Tierra. Con ustedes, Estela Plateada, Silver Surfer, al que teme incluso la poderosa raza extraterreste de los Skrulls ("¡Ordenad que todo el sistema solar Skrull se oscurezca al instante! ¡Deprisa, deprisa! ¡Estela Plateada no debe detenerse aquí!", gritan los hombrecillos verdes de las viñetas de abajo):


SOMETHING WICKED THIS WAY COMES. Las hormigas humanas descubren la amenaza final, definitiva, que se cierne sobre ellos, y lo descubren de la mano de otra entidad cósmica, El Vigilante, este señor calvo y cabezón con túnica de aquí abajo. El Vigilante les revela a los 4 Fantásticos que ha estado intentando proteger la Tierra ocultándola con su "movilizador de materia" para que no sea descubierta por el heraldo del Dios destructor que viene de camino:


"¡El vigilante! ¡Pero creía que habías jurado no intervenir jamás en los asuntos de otros mundos!", grita Sue Storm, la Mujer Invisible. El Vigilante le contesta en la siguiente viñeta: "¡Cierto! Pero esta vez el peligro es demasiado grande! ¡Estela Plateada viene hacia aquí! ¡Él es la avanzadilla de Galactus!"

SI ESTE FUERA EL DÍA DEL JUICIO FINAL. Todas las tretas son inútiles. Estela Plateada descubre la Tierra, aterriza en ella y lanza una "repentina descarga de energía que viaja a través del hiperespacio instantáneamente" para avisar a su amo de la existencia de un planeta listo para ser servido a su mesa. El Dios devorador de mundos, Galactus, un gigante de diez metros de altura vestido de esa guisa hace su aparición en la Tierra y anuncia sus intenciones: "¡Mi viaje ha concluido! ¡Este planeta me nutrirá hasta que haya sido despojado de toda vida elemental! ¡Así habla Galactus!"

Fin del episodio.

En la primera página del siguiente número de Los 4 Fantásticos, el 49, contraplano de los pasmados humanos ante lo que se les viene encima:


En el grandilocuente texto de apoyo, marca de la casa Stan Lee, lo siguiente: "Galactus ha aterrizado en la Tierra... y hasta la mismísima raza humana se halla al borde al destrucción en... ¡El día del juicio final!"

VIAJE A TRAVÉS DEL TIEMPO Y EL ESPACIO. Pero estos humanos no están dispuestos a aceptar el "castigo divino" sin rebelarse contra el destino que Dios quiere imponerles. Después de unos cuantos mamporros inútiles contra Galactus a cargo de La adorable Cosa de ojos azules; de nada sirve la fuerza física contra un ser (tecnológicamente) omnipotente,


la Antorcha Humana viajará "a través del espaciotiempo" en busca del "arma definitiva" para detener el apocalipsis. En su viaje será guiado por el otro ser cósmico divino, El Vigilante, que sigue intentando ayudar a la humanidad. El arma final será hallada en el mismísimo hogar de Galactus; en otras palabras, lo único que puede detener a Dios es su propia tecnología. Este viaje espaciotemporal, contado en un cómic de 1966, recuerda al que hará el astronauta Dave Bowman en el desenlace de la película 2001, UNA ODISEA DEL ESPACIO (1968, Stanley Kubrick). "He visto mundos... tan grandes... tan grandes... que no hay palabras...", dice en el tebeo un conmocionado Johnny Storm, Antorcha Humana, tras regresar de su periplo. "Somos como hormigas... sólo hormigas... ¡¡Hormigas!!"


"NON SERVIAM, NO SERVIRÉ". Entretanto, Alicia Masters, la novia ciega de La Cosa, convence al siervo de Galactus de que la humanidad merece ser salvada. El heraldo del fin del mundo descubrirá la belleza y la compasión de la mano de una mujer, y por ello decidirá desafiar a Dios. "¡Pero mira! ¡Mira la ciudad ante ti! ¡Mira a la gente! ¡Cada uno de ellos tiene derecho a la vida... a la felicidad... Cada uno de ellos es... humano!", le dice Alicia a Estela Plateada. Éste, convencido finalmente, se marcha volando en su tabla mientras su monólogo anuncia su rebelión contra Dios: "¡Quizá por primera vez en mi existencia... haya encontrado algo digno de ser protegido! Aunque eso signifique que deba combatir con... ¡el amo!"



El "ángel" se enfrenta en vano a Dios para intentar salvar el mundo, fracasando ante la omnipotencia (tecnológica) divina:


EL FIN DE LOS TIEMPOS. En última instancia, son los héroes humanos los que detienen el apocalipsis gracias al arma definitiva: el "nulificador supremo", capaz de destruir "el universo entero" incluyendo al mismo Galactus, que retrocede ante ella. Un arma divina conseguida, recordemos, después de la ruta turística por el espaciotiempo guiada por El Vigilante:


"¡Has sido !", grita Galactus al Vigilante. "¡Sólo tienes el poder...¡Sólo tienes la determinación! ¡Le has dado una cerilla a un niño que vive en un polvorín!" El Vigilante le responde: "¡Así es! ¡Este mundo pertenece a esos "niños"!¿Acaso mi acción no es justa?"

DEL CIELO A LA TIERRA. El Dios Galactus renuncia a sus intenciones y se prepara para abandonar la Tierra, no sin antes castigar a su heraldo por rebelarse contra él: le despoja de sus "poderes espacio-temporales" para surcar "las corrientes del cosmos". Silver Surfer quedará confinado en la Tierra.


VUESTRA ES LA ELECCIÓN. Galactus se marcha de la Tierra desvaneciéndose literalmente, no sin antes dedicarnos unas palabritas. Este Dios destructor reconoce en su monólogo que por primera vez su voluntad ha sido negada (por los hombres, que han conseguido detenerle con una ayudita de sus amigos), pero no "guarda rencor" porque "la emoción es para seres inferiores". Antes de marcharse definitivamente, Galactus/God admite haber vislumbrado un "destello de gloria" en la raza humana. "¡Sed siempre dignos de esa gloria, humanos... sed siempre conscientes de vuestra promesa de grandeza...! ¡¡...Porque un día os llevará más allá de las estrellas...u os enterrará bajo las cenizas de la guerra!! ¡¡Vuestra es la elección!!"


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Bonus track: LA ESTELA DE LA EDAD DE PLATA, artículo de Santiago García publicado en 2007 en el ABCD, sobre la Edad de Plata de los superhéroes, Los 4 Fantásticos y la trilogía de Galactus.

13 comentarios:

santibilbo dijo...

No sé si se ha dicho mucho sobre El, pero como encuadraba Kirby.Es absolutamente impresionante( siempre oigo hablar del trazo, la energía, los escorzos)

Pepo Pérez dijo...

Los encuadres son fabulosos, sí, muy avanzados, pocos autores coetáneos había entonces que se le acercaran (Gil Kane y pocos más). Además de todo lo que dices, Kirby era en general un diseñador del copón.

Octavio B. (señor punch) dijo...

alguna vez has hablado (hemos) de cómo el dibujo también es "argumento", como el dibujo en cómic también es parte narradora. Kirby puede ser uno de los mejores ejemplos de esto, cómo su trazo es más expresivo que muchos textos de apoyo.
Además su representación de la anatomía posée también un un evidente énfasis narrativo. Miremos la mano de Surfer en esa escena con Alicia, la novia ciega de La Cosa (¡menuda escena! una de las más famosas de la historia, ¿no os parece?): la diestra del surfero centra el discurso (no lo monopoliza, pero es el elemento narrativo central). La gestualidad de esa mano, apoyada por la de los rostros, conforman un discurso que casi ni necesita palabras. El rostro de Estela, robótico, muta en la tercera viñeta por una expresión y un rictus que puede recordar a algunas figuraciones religiosas, cargado de sentimiento (¿duda, dolor interno, tensión?); la gestualidad corporal de la invidente, también se sale...
Venga, y Las Arrugas; algún día hay que hablar de las arrugas de Kirby pero largo y tendido, tantos años adelantado a la moda ochentera ;)
Ah, y consigo escribir un comentario sin enredarme hablando de Galactus, posiblemente mi personaje de tebeos favorito :)

Pepo Pérez dijo...

Lo de la mano de Silver Surfer en esta escena es brutal, tal como dices. Qué GESTO.

(la escena que comentas, en la que Alicia intenta convencer a Estela Plateada de por qué la vida humana merece ser salvada, se repetiría como un eco en Watchmen, como señaló Santiago García en su artículo para el ABCD de hace un par de años. En el capítulo IX, cuando Laurie convence a Dr. Manhattan de que la vida humana sí tiene importancia y debe salvarla)

Urbs dijo...

Silver Surfer no sería el ángel caído bíblico, sino más bien el portador de la luz de los gnósticos y esotéricos.

Pepo Pérez dijo...

EXACTAMENTE, Urbs. Es muy, muy curioso porque en esta saga Kirby creía estar contando el mito bíblico "tal cual", cuando en realidad está contando una versión gnóstica.

Elisa McCausland dijo...

Los sesenta/setenta y Erich Von Daniken, qué daño hicieron ;)

Pepo Pérez dijo...

He encontrado el artículo de Santiago en el ABCD donde hablaba de la Trilogía de Galactus, aquí

Pepo Pérez dijo...

Elisa, sobre las fuentes de Kirby. Von Daniken es imposible, porque sus libros son posteriores (de 1968 en adelante) a la saga de Galactus, de 1966.

A ver, Kirby leía mucha ciencia-ficción, como contaba en las entrevistas. Y EL CENTINELA de Arthur C. Clarke se publicó en 1951 (relato que luego serviría de base para 2001 de Kubrick, en 1968), que como bien sabes planteaba una intervención en la vida humana de seres extraterrestes mucho más avanzados que nosotros.

Lo que ya no sé es si Kirby había leído ese relato de Clarke cuando dibujó esta saga en 1966. También estaban las "teorías" sobre antiguos astronautas de Jacques Bergier, autor que sí se hace famoso en los sesenta. Ni idea tampoco de si Kirby leyó a Bergier en traducción americana.

Elisa McCausland dijo...

En los sesenta las drogas hacían mucho por la imaginación :P

Pero creo probable que Kirby leyera a Clark ;)

Elisa McCausland dijo...

Y matizando el tema, más allá de coñas generacionales, veo probable que toda la producción heterodoxa de los setenta (Daniken, Sitchin, etc...) calara como lo hizo, en parte, por la buena salud de la ciencia ficción de los cincuenta/sesenta... Si Kirby se inspiró o creó no lo veo relevante (todo autor tiene sus fuentes); lo interesante es el medio que eligió para hacerlo historia y continuar con el mito ;)

Luis Bustos dijo...

muuuy chulo este post, pepo

Jorge dijo...

Fantástico artículo, me ha encantado.

Una de las mejores historias que se hayan hecho en cómic, sino la mejor.