"¿Podrías describir con más detalle cómo abordas el dibujo -cómo construyes tus páginas, y cómo llegaste a usar aguada incluso para los contornos? La línea parece más suelta, más acuosa en las primeras páginas del primer tomo que posteriormente... ¿Cómo viviste el desarrollo de esta técnica?
La construcción de las páginas la decido aproximadamente mientras escribo el guión. Otra diferencia entre los dos primeros tomos y el tercero y es que, al principio, usaba sistemáticamente el tipo de técnica que puedes ver en un pequeño video en YouTube titulado "Drawing with water".
LA GUERRA DE ALAN tomo 1
(2000)
LA GUERRA DE ALAN tomo 3 (2008)
Para la tercera parte, continué usando el gotero, pero ya directamente, con tinta en él. Esto es algo que había empezado a hacer en El Fotógrafo, que realicé entre el tomo segundo y el tercero de La guerra de Alan. Pero te lo voy a mostrar un día en vez de intentar describírtelo torpemente. Uso técnicas incómodas porque me mantienen despierto, me previenen de ir demasiado rápido, y me garantizan cierto número de sorpresas en el resultado final. Las páginas originales eran bastante grandes, formato A3.
Me impresionó aquel video, pero me preguntaba cómo preparabas la fase del acabado, que es cuando me imagino que el dibujo asume mayormente su forma final. He visto lápices muy detallados tanto para Alan como para El fotógrafo, y supongo que hiciste el dibujo con agua en una mesa de luz encima de los lápices, o algo así. ¿Es correcto?
Preparé el dibujo con un boceto ligero. Eso no se muestra en el video, en el que dibujé directamente con el gotero, pero sí en las páginas originales. Entonces usé el gotero o un pincel para las líneas más gruesas. Parecerá tonto, pero nunca me cansaba de ello. Sin embargo, me hubiera quedado ciego si hubiera trabajado así durante nueve meses, a tiempo completo, en una mesa de luz. En lugar de eso, tracé el dibujo rápidamente a lápiz en el papel, y entonces lo entinté bajo luz natural o bajo una lámpara.
(...) ¿Cuáles fueron los desafíos en El Fotógrafo? Los 'fotocómics' siempre han tenido dificultades para funcionar, porque las fotos tienden a paralizar la narración secuencial. Es interesante que El Fotógrafo use fotos en sus pasajes secuenciales más ajustados y a veces funciona. ¿Fue fortuito o es algo que buscaste con empeño?
Los dibujos y las fotografías no tienden a cohabitar. Uno tiende siempre a matar a la otra. Tuve la intuición de que un verdadero continuum, con un montón de dibujos y un montón de fotografías, reduciría este antagonismo. Al principio fue duro. Busqué un estilo para encajar la historia, hablando constantemente con Frédéric Lemercier, el diseñador gráfico y colorista de El fotógrafo. Me llevó meses y un montón de papeleras llenas antes de encontrar una solución satisfactoria. Después, el trabajo fue constantemente interesante, gracias a la investigación continua que acarreaba combinar dibujos y fotos.
(...) Sobre el dibujo [de El fotógrafo], es diferente que el de La guerra de Alan, incluso aunque lo hicieras con la misma técnica. ¿Cómo decidiste ese look, y qué encontrabas de atractivo en este trabajo de línea gruesa, saturada?
Como te dije, no podía encontrar el estilo correcto de dibujo para acompañar a las fotografías. Siempre era demasiado, en cierto sentido. Solamente a base de desnudar cada vez más mi estilo conseguí encontrar algo adecuado. Para una historia de 250 páginas, es importante sentirte cómodo con tus herramientas, el papel, el formato, etc., y la línea.
Habiendo visto tus páginas a lápiz y tus páginas a tinta en la exposición de Angoulême de hace unos años, me sorprendió que había bastante diferencia entre ambas: los lápices eran bastante meticulosos, con un trabajo de línea delicado y un acabado detallado que hasta cierto punto se perdía al pasarlo a tinta con la línea gruesa, áspera. ¿Te arrepentías de perder detalles y matices? ¿Cuál era la fuerza, para ti, del lenguaje de alto contraste que había en el resultado final?
Hace tiempo que me di cuenta de que un lápiz ligero a menudo te complica el entintado. Toda la atención que no has puesto en la concepción del dibujo, estás condenado a ponerla en la ejecución. Por eso, decidí que haría lo contrario: una preparación detallada a lápiz y luego entintar tan rápido como un látigo. Lo que perdía en precisión no era importante... es un alivio, casi una venganza, dibujar muy rápidamente algo que te ha llevado tanto tiempo elaborar. La historia trataba de las duras condiciones de vida en un país duro... el dibujo tenía que estar en consonancia con eso".
(Extractos de la entrevista a Emmanuel Guibert realizada por Matthias Wivel y publicada en The Comics Journal nº 297, abril 2009. Abajo, lápices y viñetas equivalentes ya acabadas para EL FOTÓGRAFO tomo 2, 2004, clic para ampliar)
Más sobre Emmanuel Guibert y sus dos obras maestras, LA GUERRA DE ALAN (las memorias en cómic de su amigo Alan Ingram Cope, ya fallecido) y EL FOTÓGRAFO (reportaje sobre la aventura del fotógrafo Didier Lefèvre durante una expedición de Médicos Sin Fronteras a Afganistán, en 1986, en plena guerra con los rusos), en Con C de Arte
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2 comentarios:
La elección de la técnica en este caso es perfecta, aunque debe crispar los nervios dibujar con el gotero ese.
Aprovecho para alertar de la noticia que Marvel se ha hecho con los derechos de Marvelman/Miracleman, anunciado en la San Diego Comicon. Se supone que ellos reeditaran la etapa Moore-Gaiman. Al fin!!!
Muyinteresante, me llama mucho la atención como algunos artistas para buscar tecnicas o modos de trabajo para lograr "transmitir" con su trabajo.
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