lunes, 5 de septiembre de 2011

IDENTIDADES

LA PIEL QUE HABITO, sin estar bien resuelta del todo, en toda su gloriosa imperfección, creo que es lo mejor que ha hecho Almodóvar en años. En bastantes años. Es sorprendente, chocante, grotesca (para bien), tragicómica hasta un punto desvergonzado, tan increíblemente atrevido que parece el debut de un joven arrogante que quiere comerse el mundo. Pero no, la película la ha firmado un tío que ya ha pasado de los 60 años. De esto último hablo enseguida. LA PIEL QUE HABITO es también cine abstracto y artificioso, antirrealista, pero luego de repente es naturalista, cuando al director le apetece y le parece bien meter una nota costumbrista de las suyas (en realidad es costumbrismo a su estilo, universo almodovariano, fantasía basada en la realidad), cambiando el tono una y otra vez, y luego otra vez, a su puta bola. Es un sorprendente pastiche de géneros y de no-géneros, aquí vamos del culebrón al melodrama y luego al suspense y al terror y tiro porque me toca, y de ahí al simple y llanamente mundo-almódovar, que es un "género" en sí mismo. Es decir, no es género en realidad. Es material libre, que usa clichés y convenciones de género a su antojo sin dejar atraparse en ellos para hablar de sus temas personales. Material que vuelve una y otra vez a las obsesiones temáticas del cineasta manchego, como todo verdadero autor. Las mismas que estaban en ÁTAME (1989), y las mismas que estaban en LA MALA EDUCACIÓN (2004) y otras. LA PIEL QUE HABITO quizás no llegue a las alturas de la primera, que en su compleja sencillez me parece una obra maestra absoluta, pero es desde luego muy superior a la segunda. La presencia de Antonio Banderas une a ambas películas, y me parece llamativa la capacidad de Almódovar para sacarle lo mejor al malagueño, que está aquí espléndido, como lo está Elena Anaya, una actriz extraordinaria. Ambos encarnan en este thriller grotesco los temas personales del autor. Que son, en el caso de Almodóvar, los extraños lazos que crea la ley del deseo en las relaciones humanas por un lado; la identidad en general, y sexual en particular, por otro. Sospecho que a Foucault le habría gustado esta película si hubiera tenido oportunidad de verla. Sí, aquí hay tema. Vaya si hay tema. Otra cosa es que críticos como Carlos Boyero se percaten.

Boyero, ah, Boyero. Solamente en el primer párrafo de su crítica de este viernes en El País ridiculiza la promoción de la película (a ver si ahora un artista no puede promocionar su obra, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de cine, un medio caro que necesita atraer público), a David Lynch y a las ambiciones artísticas (con dos cojones) de Almodóvar. Todo ello con una saña que parece ya personal. Como si Almodóvar, y Lynch de paso, le agredieran con sus películas. Luego confiesa que no ha vuelto a ver la peli ahora, que le basta con el recuerdo de su proyección en Cannes el pasado mayo para escribir su crítica de este viernes. Ahí, profesionalidad a tope, que se note. O, más bien, su no-recuerdo de LA PIEL QUE HABITO, porque en el texto confiesa cínicamente –sabe perfectamente lo que hace– que ninguna imagen de esta película se le quedó incrustada en la memoria. Oh, vaya, seguro, ni una sola. Como si esta película no tuviera imágenes. No se trata de que no le guste la película, tiene todo el derecho del mundo a que no le guste, y a decirlo. Se trata de las formas para criticar, de la falta de argumentos y, sobre todo, de la miopía (sensibilidad) que demuestra para entender lo que está viendo. Que luego no le guste, vale. Pero no lo entiende, para mí está claro leyéndole. Por supuesto, acude al viejo truco del crítico mediocre: "debe ser cosa mía, que no me entero", "no tendré la inteligencia que demuestran los demás al aplaudir esto". En realidad está diciendo que él es más inteligente que esa "masa" que se deja "seducir por la vacuidad pretenciosa", naturalmente, y apela a la misma inteligencia de sus lectores con un codazo de complicidad. Un truco más antiguo que las MITOLOGÍAS (1957) de Barthes, donde ya lo desmontó con gran ironía.

Pero bueno, no merece la pena seguir con ese tema. Lo que sí merece la pena es disfrutar del festín sensorial de imágenes y sonido de LA PIEL QUE HABITO, que solamente ya por eso es una obra muy a tener en cuenta, con la espectacular música de Alberto Iglesias y con los pequeños detalles periféricos, esos secundarios almodovarianos, esas notas de humor en sentido estricto. Lo que sí merece la pena de verdad es ir al cine a desconcertarse con ella, a quedarse perplejo y no saber si reír o llorar con sus abundantes grotesquerías. Totalmente deliberadas, se diga lo que se diga. El tópico "provoca risas involuntariamente" corre por la red, pero en este caso es mentira. Me comentaba R. que es un poco triste que tenga que venir una vaca sagrada como Almodóvar a hacer películas tan libres, tan chifladas y tan "auténticas" como ésta, mientras los jóvenes cineastas aspiran a imitar a directores americanos, aunque sean buenos. Tiene toda la razón. Que esto lo haga a su edad, cuando ya no tiene nada que demostrar, sólo nos demuestra, valga la redundancia, la honestidad de Almodóvar, la lealtad a sí mismo, la verdad de su vocación artística. Esto es, realmente, cine libre, con todo el derecho del mundo a pegarse la hostia porque está hecho sin red. Con un par de cojones. O, bueno, con un coño bien puesto.

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Next: comics again.

22 comentarios:

Óscar Gual Boronat dijo...

Personalmente cada vez me interesan menos las críticas de Boyero. Ya ni se molesta en explicar porqué le gusta o le disgusta una película; se limita a enumerar las sensaciones que le provocan y a ridiculizar a aquellos que no compartan su opinión.

Pepo Pérez dijo...

Yo creo que sus críticas son básicamente lo que dices. Tal cual, exactamente.

Mauro dijo...

Boyero y Almodóvar se parecen mucho. Lo mejor que han hecho ambos es crear una forma de hacer lo suyo absolutamente personal. Son autores que crean obras reconocibles y con gran capacidad para la autopromoción. Pero personalmente, ninguna de las dos formas de hacer me interesa hoy en día lo suficiente como para seguir invertiendo el esfuerzo de consumir sus productos. Hay muchas otras pelis que quiero ver antes que esta y muchos otros artículos que quiero leer antes que ese que enlazas de Boyero.

Pepo Pérez dijo...

Creo que tienes razón en una de las cosas, que no merece la pena leer sus artículos. En la otra no estoy de acuerdo. Boyero y Almodóvar son antitéticos, la noche y el día, y por eso chocaron como dos trenes. El primero destruye, el segundo construye. Te guste o no, te interese o no lo que haga a estas alturas, pero Almodóvar construye.

el tio berni dijo...

No he visto todavía la peli, tengo muchas ganas, la verdad. Desde que comentaron que había "elementos terroríficos" me llamó mucho la atención.

Anécdota. Hace cosa de 4 días me leí una novelita de Thierry Jonquet titulada Tarántula. La leía y me decía, "joder, esto es muy almodovariano". Y después me entero de que La piel que habito (bonito título) es adaptación de esa novela. La novela no está muy bien escrita y me da la sesación de que toda su fuerza reside en el "final sorpresa" (que empieza a desvelarse en el último tercio del libro). Ningún libro o película que descanse su peso en eso puede ser un GRAN libro o película, me parece, o al menos no en la mayoría de los casos. Así que intuyo que la peli de Almodóvar tiene "algo más".

Ernesto dijo...

La verdad es que yo no entiendo el predicamento que tiene Boyero…te lees una de sus críticas y de lo único que te enteras de verdad es de lo mucho que sabe el propio Boyero y de lo poco que saben los demás.

Y ese estilo perdonavidas más sobado que el tebeo

Y luego le dan una columna de opinión…jodo, algo debe ir verdaderamente mal en El País.

David Intramuros dijo...

Ernesto, también te enteras de lo poco que sabe de ciertas cosas y como alardea de ello. Recuerdo una videocrítica suya desde Cannes hablando de cine oriental de vergüenza ajena, tanto que piensas cómo el periódico más prestigioso de España puede enviar a alguien así a cubrir el festival de cine más importante del mundo.

Sobre, "La piel que habito" suscribo lo explicado en el post, sobre todo en lo relativo al atrevimiento e inquietud de Almodóvar a estas alturas de su carrera, cuando podría estar explotando su fórmula "Mujeres al borde..." y vendiéndose a Hollywood ganando mucha pasta. Sin embargo nos entrega esta maravilla.

Pepo Pérez dijo...

A ver, Boyero no es tonto y sabe perfectamente lo que está haciendo. En este caso, el "show sobre Almodóvar". En Los abrazos rotos, Almodóvar cometió el error (en mi opinión) de contestar a las críticas, de modo que ahora Boyero da más caña al mono. No digo que se lo invente, claro, es evidente que no le ha gustado nada la peli, digo que sabe perfectamente el espectáculo que monta cuando escribe una crítica sobre la peli de Almodóvar en ese plan. Volviendo a las diferencias entre uno y otro, se pueden definir de otra manera. Almodóvar, como Lynch, han construido una carrera a base de parir obras difíciles, con mucho esfuerzo, energía y talento por su parte. Años, muchos años, para construirse su reputación. Boyero ha construido la suya, ha hecho su obra como crítico, (intentando) destruir la de artistas como Almodóvar, Lynch y otros. Es una GRAN diferencia.

Como ya dije otra vez, para mí un crítico no es eso. Es otra cosa.

Pepo Pérez dijo...

"me leí una novelita de Thierry Jonquet titulada Tarántula. La leía y me decía, "joder, esto es muy almodovariano". Y después me entero de que La piel que habito (bonito título)"

Almodóvar ya se mueve en las inmediaciones de la categoría de Hitchcock, ja ja. El gran Hitch, al que ya sabrás, tio berni, que en un momento dado empezaron a escribirle novelas "a ver si las leía y las adaptaba" (pasó con Vertigo). No, pero en serio, me hace gracia tu comentario por el paralelismo. También hay algo de Hitchcock en esta peli, eh?

Intramuros, me alegro mucho de que te haya molado.

Pepo Pérez dijo...

Sobre lo que comentas de la "sorpresa" final, tio berni, te digo algo más. A ver, si no habéis visto la peli y no sabéis bien la trama, mejor que no sigáis leyendo. SPOILER WARNING. El que avisa no es traidor.

Sigo.

Muy inteligentemente, Almodóvar no juega a la sorpresa. Al menos, no en la parte final. Sospecho que inspirado por el Hitchcock de Vertigo, por cierto. Lo que hace es revelarnos en el segundo acto la verdad que no se nos ha contado hasta entonces, un poco como hizo Hitch cuando revelaba al público que la "doble" de la mujer que ha encontrado Jimmy Stewart no es tal doble, sino la misma, y que la "muerta" de la que sigue enamorado está bien viva. Sólo que la "muerta" aparentaba ser otra mujer, y la viva no tiene nada que ver con ella, se había disfrazado simplemente. El público ahora lo sabe, y entonces desde la sorpresa entramos en el terreno del suspense. Esto no lo entendía nadie en el equipo de la película menos Hitchcock, al menos según contó él. Le decían que estaba "arruinando la sorpresa", y que la dejase para el final. Al contrario, para Hitch jugar a la sorpresa final era muy barato, lo que a él le interesaba precisamente es que el público supiera la verdad para perturbarle con ella, mientras que el personaje de Jimmy Stewart aún no la sabía, el espectador sí. Ahora comenzaba el suspense, pero también salía a la superficie el tema principal de esa película irrepetible.

Almodóvar hace algo parecido en la segunda mitad del segundo acto de su peli, y el efecto es brutal desde entonces. BRUTAL, insisto. Es cuando surge el tema de La piel que habito en toda su intensidad, y es cuando Almodóvar obliga al espectador durante lo que queda de metraje a cuestionarse cuanto ha visto hasta ese momento y, bueno, a cuestionarse en general muchas otras cosas de la vida real. El tema de las identidades de nuevo, sí.

La elección de Anaya, por cierto, colabora mucho también al resultado final, creo que no hace falta que dé muchas más explicaciones. Es como un juego de espejos total entre la ficción y la vida real. Y Almodóvar lo juega en la liga de los grandes artistas.

Pepo Pérez dijo...

Y antes de que se me olvide comentarlo, la escena final, el plano final, son grandiosos. Enormes. Como para olvidarse de ellos, vaya.

david rubín dijo...

En un ratito voy a verla, ya te contaré que me ha parecido, pero a priori me pinta MUY BIEN. A ver...

d.

Pepo Pérez dijo...

Espero que te guste!

david rubín dijo...

Soy bastante fan de Almodovar, así que conmigo, quitando un par de pelis que no, suele acertar, vamos, que me conquista.

Y por lo poco que he visto y leído de "La piel que habito" creo que andaré en sintonía. A ver si luego tanta alta espectativa me la chafa, pero dudo que ocurra eso.

Lo dicho, en un rato!!

d.

Jordi Bravo dijo...

Boyero habla de Boyero, no de cine. Es un tipo mitad bufón, pero ya no sorprende ni tiene gracia y no se entera, y en El País parece que han preferido mantener a un polemista antes que a un crítico en condiciones. Yo también recuerdo sus vídeo crónicas de hace dos años desde Cannes, reventando pelis a spoilers y haciendo alarde de su ombliguismo habitual.
Yo también creo que Átame es obra maestra absoluta. A ver que tal la nueva.

david rubín dijo...

MUY BIEN!!!

d.

Pepo Pérez dijo...

Genial, me alegro de que te haya molado, David.

Lo mismo os digo a los demás, espero que la disfrutéis si aún no lo habéis visto. Almodóvar bien!

Pepo Pérez dijo...

Algunas piezas de la sensacional música de Alberto Iglesias para la peli

Óscar Gual Boronat dijo...

No he visto "La piel que habito", pero ahora que hablas de Alberto Iglesias, justo es reconocerle su importancia dentro de la filmografía de Almodóvar. Es difícil imaginar algunas de esas películas (Hable con ella, La mala educación, Volver)sin la música de Iglesias.

Jordi Boldú dijo...

Una critica muy sabia la tuya, y honesta. En cuanto a Boyero pues es que no deberiamos ni desperdiciar el tiempo con el, no hacemos sino darle propaganda gratis. Yo lo que no entiendo es como tiene cabida en El Pais, que decepcion y menuda verguenza. Que habra pasado entre estos dos para que no se puedan ni ver?
Bonito blog! Te anuncio en los mios pasate un dia.
Un abrazo!
P.D. Perdona las tildes, estoy con un ordenador aleman.

Pepo Pérez dijo...

Gracias, Jordi, voy a echar un vistazo a tus blogs.

JC malaga dijo...

Acabo de ver la peli y Antonio Banderas está pa matarlo, como casi siempre. Nunca ha sido muy buen actor pero es que da pena, a pesar de lo buen director de actores que es Almodóvar.