"Algunos querían hablar todo el tiempo de lo que había pasado; otros no volvieron a decir una palabra de aquello. Pero afloró a la superficie durante semanas y meses, en sus redacciones y sus dibujos".Extraordinario reportaje de John Carlin a propósito del décimo aniversario de los atentados del 11-S. En El País Semanal, sigue. Abajo, la portada de The Economist de esta semana
En toda la ciudad, agravando el sentimiento de pena y desesperación que los adultos no lograban dejar de transmitir a los niños, aparecieron carteles improvisados con las fotografías de personas desaparecidas, a medida que sus familiares clamaban y se aferraban a creer lo -en casi todos los casos- increíble: que sus seres amados que habían estado en el World Trade Center entre las 8.46 y 9.02, el momento en el que chocó el segundo avión, podían estar todavía vivos en algún sitio al día siguiente, dos, tres, cuatro días después.
La sensación general era que aquello no era más que el principio, que Estados Unidos estaba "siendo atacado" y "en guerra", como dijeron los dirigentes políticos; que el terrorismo iba a ser el pan de cada día para los neoyorquinos y para todos los estadounidenses. Algunos reaccionaron, como parte de los alumnos de Anna Switzer, refugiándose en una lúgubre introspección; otros se dejaron llevar por el espíritu de "comamos y bebamos, que mañana moriremos". Muchos residentes en la ciudad se dieron a la bebida y la promiscuidad, como si creyeran que el fin del mundo estaba cerca. La herida más profunda y extendida fue la que sufrió la vieja y querida creencia de que dentro de Estados Unidos estaban a salvo de los horrores que acosaban al resto de los habitantes del mundo. Aparte del ataque japonés contra Pearl Harbour (Hawai), en 1941, este era el primer ataque de enemigos extranjeros en el "suelo patrio" estadounidense. La población sufrió un aturdimiento cósmico. Habían derribado los muros de su jardín americano; se sentían perplejos, violados, indignados. Y con un deseo nacional de venganza.
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Más: galería de portadas sobre el 11-S
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Enlazo también el artículo que el mismo John Carlin publicó en El País hace 10 años, justo al día siguiente de los atentados, y que Rockdelux volvió a publicar en octubre de 2001 con ilustraciones mías. Aquí
1 comentario:
Gran entrada
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