"No hay duda de que DK2 no está a la altura de los parámetros convencionales del cómic como arte, tal como se manifiesta en obras como Maus, Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo, Gorazde Zona Protegida, L'Ascension du Haut Mal, o Ghost World (¡o incluso The Dark Knight Returns!). Ésas son las obras que la gente culta, más o menos pueden aceptar sin problemas como buenas, que provocan la reflexión, conmovedoras, sobrias, serias, etc. Tal concepción de la calidad en el arte es fundamentalmente conservadora, aunque totalmente entendible, e incluso loable, pero a veces hay una necesidad de un tipo diferente de trabajos artísticos; uno que desafía a un nivel fundamental cómo se concibe el arte. Las obras que de una sola vez ponen del revés las normas estéticas aparentemente consolidadas. Tales obras resultan muy raras, tienden a ser incómodas, y por su naturaleza salen de la nada.–Thomas Thorhauge, en The Metabunker, sigue en el enlace
DK2 es más que un cómic de superhéroes que subvierte descaradamente las normas del género. Es un cómic de un autor muy familiarizado con la narración gráfica. Y aquí es donde sus cualidades se manifiestan - donde la voz "interna" de Miller habla más claro. Él conoce los principios convencionales sobre cómo estructurar y contar una historia [...]. Definitivamente hay maneras mecánicas para armar una historia que funcione, pero con Miller estas cualidades surgen naturalmente, en la narración, el dibujo, el color. Hay una necesidad interna a la misma.
[...] Este es un enfoque para el trabajo creativo que es fácil de copiar, pero difícil de llevar a buen término. El talento y la experiencia de Miller proporciona una autoridad y credibilidad que son difíciles de emular. Sólo porque ha interiorizado la narración clásica, uno percibe, es capaz de ignorarla y sin embargo hacer que las cosas funcionen. "¿Quién habría pensado que Miller iría tan por delante de todos nosotros?", preguntaba Dylan Horrocks; no demasiados, diría yo, teniendo en cuenta sus años erráticos en Sin City. Que se haya demostrado a sí mismo capaz de producir un cómic tan energético, excitante, impredecible, transgresor, innovador y claramente emocionante como éste, que ha logrado dividir tan decisivamente a su audiencia, es una de las grandes sorpresas en la cultura del cómic americano de los últimos tiempos.
Una obra maestra inesperada e improbable".
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Más sobre DK2, hace dos años, en Con C de Arte
1 comentario:
absolutamente de acuerdo, me hace sentir más joven cada vez que releo el DK2.
saludos.
D.
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