"Recuerdo que muy a principios de los años 70 yo pensaba que el cómic necesitaba hacer un pacto faústico con la cultura, ahora que ya no eran un medio de masas. Eran parte de lo que sucedía en el detritus de la cultura, pero ya no eran el sitio más apropiado para buscar cosas desarrollándose. Las tiras de prensa ya se iban cancelando más que creando, y la industria del cómic rápidamente se estaba convirtiendo en tediosa. Incluso los cómics underground empezaban a cerrar a medida que cerraban la tiendas de parafernalia …Art Spiegelman, entrevistado hace muy poco en Graphic NYC y traducido en Entrecomics, sigue.
En cualquier caso, yo imaginé que los museos, las librerías, las fundaciones, escuelas y tiendas de libros tenían que ser colonizadas para que los cómics tuvieran un lugar a finales del siglo XX y, ahora, principios del XXI.
[...] A pesar del hecho de que los lectores pueden disfrutar de la inmersión en un trabajo de 300 páginas -y parece que existe un mercado para cómics caros con lomo- ¿cuántas historias contadas en cómic necesitan de verdad tener 300 páginas? No tantas.
Así que, de repente, una nueva conversación puede reemplazar o incrementar aquella sobre el alto y bajo arte, y puede ser una sobre la compresión y descompresión. A mí me encanta el hecho de que el cómic sea un medio altamente comprimido que se abre dentro de tu cabeza, y me he pasado años haciendo las historias que componen Breakdowns intentando encontrar cuántas ideas pueden encajarse en un espacio pequeño. Maus necesitó esas 300 páginas, no es que metiera relleno para que tuviera la extensión de un libro. Intentaba comprimirlo para que no fueran doce volúmenes.
En cualquier caso, creo que muchas de las cosas que he empezado como novelas gráficas estarían bien si las repensara como segmentos de ocho páginas.
[...] Por primera vez, al cómic se le permite tener una historia. Antes era tan caprichoso… estaba esa versión de la historia hecha de retazos que era como la versión de Fahrenheit 451 de mantener los libros vivos, con los recuerdos de los tipos más viejos en su lugar. Pero ahora, gracias a internet, la cosas están ahí, disponibles. Documentos, los recuerdos se acumulan y los historiadores pueden escudriñarlos".
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El maestro reniega ahora un poco de aquello que ha inspirado. Bueno, Spiegelman siempre quiso ser... undergrooound. Lo que pasa es lo que pasa, claro, y ahora
1) MAUS ya no es "única". Ahora ya hay muchos MAUS... afortunadamente. Aunque a veces tengo la sensación de que para algunos aficionados era mejor cuando sólo había UN Maus, UNO solo. No sé si me explico.
2), la novela gráfica ya es cualquier cosa menos "underground", "marginal", "alternativa" o "bicho raro". Y eso es lo que el maestro Spiegelman, quizás, añora. Cuando la novela gráfica aún era un objeto cultural no identificado. Y ni siquiera estaba claro cómo llamarla.
3), Spigelman hizo MAUS (que "sí necesitaba" las 300 páginas) y, aunque tiene otras cosas muy buenas (que las tiene), creo que ya figura en la historia del cómic con esa obra. Aunque no hubiera hecho nada más. MAUS es mucho MAUS, sí.
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P.d. El META MAUS (Pantheon) se retrasa para el 2011. Sí, será (me dicen) un libro
"sobre la realización de MAUS que incluirá bocetos, dibujos, entrevistas y notas. El libro además vendrá acompañado de un DVD donde es posible que se incluyan, entre otras cosas, grabaciones del padre de Spiegelman, Vladek, que ya aparecieron en The Complete Maus CD-ROM (Voyager, 1994)."Y con esto, por fin, los que dicen "sí, el guión de MAUS está muy bien, pero el dibujo no" podrán de una vez, por fin, tal vez, si es que lo incluye, leer realmente el guión del Maus... algo que nadie ha hecho de momento.
Porque si te ha gustado MAUS (que puede que no te haya gustado, ojo) cuando lo has leído, te ha gustado como es. No has leído un guión: has leído un cómic, hecho y derecho, terminado, publicado. Dibujado. Y por tanto, si te ha gustado, es también por su dibujo. Tal como es, sí.
12 comentarios:
Pepo, como sabes, a mi MAUS, no me vuelve loco.Me parece un gran cómic, a ratos prodigioso, a ratos con el piloto automático, otros casi ridiculos.Me sorprende su irregularidad, con alguna secuencias o viñetaciones magistrales, pero otras caprichosas o planas.Confieso que me parece que el comic no tiene "tono visual", no porque no haga virguerías visuales, que a vces sí, sino porque se me escapa por qué encuadra o compone la página como lo hace.Yo no entiendo muchas veces su finalidad narrativa.Tampoco entiendo su dibujo, por qué a veces puede ser tremendamente abstracto y ser sumamente efectivo y otras simplemente descuidado o para mi, nada expresivo.A veces en situaciones muy dramáticas apuesta por la expresividad, otras no y confieso que se me escapa el por qué.
Me encantaría, si te apetece, que aprovecharas el post para ilustrarme sobre el asunto y lo digo con toda la modestia y el mayor respeto.Porque seguro que me estoy perdiendo algo y me gustaría de verdad sacarle todo su jugo.Pensaba leermelo por cuarta vez.A todos mis amigos que se lo di a leer les encantó.Ahora soy yo más papista encontrandola defectos y puede que sea algún sindrome.Creo que a mi Spiegelman siempre me pareció un pomposo ya veces un poco farsante( y sé que esto parece terrible con cualquiera que sufriera los efectos del genocidio nazi).En fin, que yo creo que el "tono" sí que lo llevaba Primo Levi.En fin, que creo que sería una gran oportunidad de analizar una obra muy grande pero tal vez mal entendida, con tu precisión de cirujano; pero no lo que siempre se dice: la abstracción del dibujo para que el lector se imagine las cosas o porque es una realidad extraña, contada y no vivida, casi inaprensible por dolorosa o inaudita, la culpa del superviviente o del que llegó tarde.. todo eso resulta obvio a la segunda lectura, a veces reiterativo o esquemático y a mi entender sin grandeza.Mi agradecimiento si al final te animas, que sé que seguro que tienes mejores cosas que hacer.Un abrazo
El cómic tiene un tono visual que te cagas, en mi opinión. Es, de hecho, uno de sus grandes hallazgos. Y lo tiene justamente porque obliga al lector a imaginar todo aquello a lo que en él simplemente se alude. El dibujo del Maus es alusivo, no representacional. Spiegelman renuncia deliberamente a representar el Holocausto (y de ahí los funny animals y el acabado tosco, primitivo), él quiere dibujar "símbolos" e "ideas" justamente para obligar al lector a imaginar lo que esos símbolos representan. Por eso flipo cuando oigo a alguien decir que el Maus estaría mejor con un dibujo más "descriptivo", más representacional, detallado, realista, o como quieras llamarlo... porque entonces las imágenes serían banales. Es lo que le pasa al JUDENHASS de Dave Sim, que en mi opinión no vale un duro. El tío es tan primitivo (él sí, de verdad) que cuando cambia de registro (de la fantasía heroica-sátira de Cerebus a este tipo de temáticas) se piensa que calcando fotos del Holocausto va a conseguir "representarlo" y claro, lo único que hace con su fotorrealismo es "sustituir" las imágenes del Holocausto por sus dibujos, por sus viñetas. Y con ello banaliza el Holocausto, le quita su significado, aquello no "significa" nada, son dibujos de fotos muy evidentes (que llaman la atención sobre sí mismas, sobre el hecho de que son dibujos calcados de fotos). Y dibujos de fotos que encima son muy famosas y por eso resultan tópicas (porque anda que escoge fotos "poco conocidas"); en fin, un desastre. Sus dibujos calcados de fotos convierten la tragedia personal e INDIVIDUAL que vivió cada judío en el Holocausto en un tópico, un universal, un mero arquetipo. Incluso lo "mitifica" al dibujar a partir de foto, eliminando de paso la "huella" o "prueba indicial" que tiene la fotografía. Pero el Holocausto no es un mito, ni conviene mitificarlo (creo yo), aquello no es mentira, no es ficción, aquello SUCEDIÓ de verdad, en la cruda y sórdida realidad.
Spiegelman opta por lo contrario, y lo hace de manera muy calculada, porque lo viene explicando en las entrevistas desde los años 80 al menos. Sabía que si intentaba "representar" el holocausto la cagaba, y de ahí que lo que haga es evocarlo, comentarlo, aludir a él, que no es lo mismo que representarlo directamente (cosa que se niega a hacer). Y con su evocación, con su comentario, obliga constantemente al lector a imaginar, reconstruir, completar en su cabeza. Que es lo lo contrario a lo hace Sim. La poca expresividad del dibujo de Spiegelman va en la misma línea. Si te pones muy expresivo con este tema, en plan teatral-Eisner (es un decir), pues lo mismo, banalizas un horror que sucedió en la realidad. En Maus cada lector se ve desafiado personalmente, en su fuero interno, a imaginar lo que fue aquello. Que es inimaginable, claro. En Maus las personas tienen nombres y apellidos, son individuos, no "universales" ni "categorías".
Sobre Primo Levi, que efectivamente es muy grande, es otro rollo, nada que ver. Primero porque no tiene el problema de la representación visual, es literatura, no cómic, y segundo porque Levi habla en primera persona, fue testigo de aquello, lo vivió. Spiegelman habla de la memoria de su padre, cuenta los recuerdos de su padre, él no vivió el Holocausto. De ahí también su "frialdad" deliberada, él habla por persona interpuesta y por eso quiere ser respetuoso y no ponerse por encima del material ni caer en la sensiblería. Por supuesto, me refiero a la parte del Holocausto, no en cuanto a su propia culpa del superviviente, que ahí habla en primera persona y bien que hace que para eso lleva la pena encima. Por el suicidio de su madre y por su hermano pequeño, muerto en el Holocausto, la sombra que pesó sobre toda la familia y supongo que especialmente sobre Spiegelman.
Al final del Maus, el padre de Spiegelman le confunde con Richieu, el hermano muerto. Y por eso tal vez el libro está dedicado a él, y por eso aparece su foto en un momento dado.
Por cierto que otro de los aciertos, a mi juicio, es la individualización de personajes (eso lo permite la caricatura abstracta: tú como lector le pones la cara en función de lo que hacen o dicen; el truco lo usa Juanjo Sáez también, por cierto) y a la vez el recordatorio de la humanidad de todos ellos por el uso de funny animals. Todos son "iguales" y, a la vez, diferentes por lo que hacen, dicen y deciden. Esto, aparte del efecto de usar funny animals (asociados a tebeo infantil, animación Disney, etc.) para un tema y una historia en la que (casi) nunca se habían usado.
Y después de soltar todo este rollo, te digo, Santi, que si no te entusiasma Maus... ¡No pasa nada! No te culpabilices por ello, ja ja...
Gracias Pepo.En general todo lo que dices sobre el dibujo abstracto, evocador, nada detallado, ya lo entendía, ya lo habíamos hablado otras veces( muy esclarecedor me parece lo de la universalidad de la caricatura y lo de la utilización de la funny animals, que también destacaba Santiago García en su ensayo).Tienes razón que en ese sentido el tono está bien pensado.Mis reparos van más bien en el sentido que la abstracción viene y va de forma caprichosa en aspectos particulares.Spiegelman a veces es capaz de sugerir expresiones faciales y anímicas sólo con los puntos de los ojos, sin boca, sin nariz.Toda una hazaña.En la viñeta siguiente el rostro es plano, intercambiable.No he podido descubrir una causa para ello, salvo que considerara imposible la legibilidad de un cómic completamente abstracto, pequeñas concesiones a la concrección y a la individualización.Por lo demás es capaz de sugerir mucho de situaciones y personajes sólo con gestos y posturas y con la situación de personajes dentro del plano, lo que demuestra que es un dibujante extraordinario y ayuda a una narración fácil.
Sin embargo esto de la evocación y la distancia me chocan cuando a veces vemos unas viñetas con encuadres rebuscados, paginación arbitraria y algo virguera( el rollo diseñador de Spiegelman, digo yo)o viñetas visualmente muy poderosas, nada contenidas.Ahí hablo de que el tono visual se me escapa.Seguro que es por la maestría del autor que es capaz de tocar con varios tonos, pero esta operación, posible, siempre me ha parecido extraordinariamente delicada, siendo facil que la magia se rompa.
Por lo que recuerdo, el estilo indirecto hace que el cómic sea muy fragmentado y algo farragosa su plamación visual: las secuencias duran tres o cuatro viñetas, sólamente.Con frecuencia son estáticas, parece todo el libro una ilustracion de un texto.
Para acabar, Levi utiliza la distancia, la contención, también.Su formación científica le empuja a un estilo preciso, calmado, despojado, el que a vces se cuela la compasión, la ironía y la rabia.Cuando esta irrumpe tiene la fuerza de un fogonazo por imprevisible, la emoción se escapa entre la ferrea estructura del estilo y por ello ataca la conciencia con la fuerza de una demostración química y la emoción más desgarradora.Yo eso sólo lo veo en Maus en algunos momentos de Vladek y Anja.En fin, que lo leeré otra vez y te ditré.GRACIAS
Recuerdo una secuencia magistral de Vladek consolando a Anja, cinco o seis viñetas resueltas por una especie de falso travelling que acaba en el rostro del Vladek narrador, sin nigún enfasis, pero resume todo el cómic, el viaje de ida y vuelta al amor ,la tragedia y el pasado.Recuerdo que me decía¿ por qué no más de esto? porque hay otras cosas llenas de subrayados, desde las caretas a la visita al psiquiatra , el camino esvástica que ya comenté,o justo sacar una viñeta del crematorio de Auswitz y decir que un personaje escapó por la chimenea.En fin que pienso que a Maus se le perdonan unas cosas que en una gran novela o pelicula no toleraríamos y creo que es porque significa mucho en la mirada del lector no sólo por sus aciertos, que son muchísimos y muy influyentes, sino también, porque nos legitimó ante la alta cultura.
"Spiegelman a veces es capaz de sugerir expresiones faciales y anímicas sólo con los puntos de los ojos, sin boca, sin nariz.Toda una hazaña.En la viñeta siguiente el rostro es plano, intercambiable.No he podido descubrir una causa para ello, salvo que considerara imposible la legibilidad de un cómic completamente abstracto, pequeñas concesiones a la concrección y a la individualización"
no sé a qué escenas concretas te refieres, habría que verlo, pero claro, Spiegelman va cambiando sutilmente conforme lo necesita, a veces es más abstracto, a veces es más concreto... no sé, a mí es que me parece muy grande, y más desde luego si lo situamos en su época, porque es que entonces no había nada parecido. En tono, en voz narrativa, en ambición, en los múltiples registros, en los planos diversos, capas y capas, los temas, el "marco interior" del relato, el "exterior", el propio uso de la caricatura... y encima sin que se note nada de toda esa forma cuando lo lees. Las capas de la cebolla... la memoria del Holocausto, el propio proceso creativo del libro, lo que se metía dentro o se dejaba fuera de lo que contaba el padre, la relación padre-hijo, el impacto del primer libro en los medios ya en la segunda parte; el presente del padre de Spiegelman, su relación con su segunda mujer, la "metahistorieta" sobre el suicidio de la madre, que es de 1973 y se publicó en su momento realmente...y más.
Sólo cuando te pones de verdad a estudiarlo es cuando afloran todos los recursos formales, no cuando lo lees. A mí la verdad es que nunca me sacaron de la historia algunas de esas páginas de diseño más "evidente" que dices... También se me hace muy fluido los cambios de tiempo y escenario, y te digo la verdad, para mí es como un "continuo" cuando en realidad está saltando constantemente del presente al pasado de cuando Spiegelman empezó a hacer el libro, y de ahí al pasado más lejano de la II Guerra Mundial, y de ahí de nuevo al marco del propio Spiegelman haciendo el libro, insertos de recuerdos cercanos, otros más lejanos, el pasado lejano se confunde en algunas viñetas con el presente, etc.
El Maus se puede releer muchas veces, que siempre te da algo nuevo. Para mí es inagotable, la hostia, muy grande. Y todo eso de aquella manera tan "suave", tan como de "esto es pequeño y humilde", sin alboroto...
Hostia, lo de las caretas a mí me flipa, y lo del camino en plan esvástica... creo que todo eso lo admite el Maus sin que choque justamente por su forma, por el tipo de caricatura, por lo simbólico que es todo... imagínate meter un cruce de caminos tipo esvástica si estuviera dibujado en plan realista, sería imposible, una horterada. Por ejemplo.
"En fin que pienso que a Maus se le perdonan unas cosas que en una gran novela o pelicula no toleraríamos"
lo siento, pero aquí no puedo estar más en desacuerdo. De verdad lo digo...Los cambios de registro que a ti te parecen descuidados los encuentras en muchas grandes novelas, y me refiero ahora a literatura, no a "novelas gráficas", vamos, no a cómic.
Pretender la genialidad absoluta en cada viñeta, en cada secuencia, en cada página, simplemente no está al alcance del ser humano. El Quijote tiene momentos farragosos, los tiene La Ilíada, los tiene cualquier obra maestra narrativa literaria y/o visual. Es que hasta la propia vida va llena de momentos sin magia ninguna. Pero desmenuzar una historieta pieza por pieza para ver si todo brilla al más alto nivel y con la máxima intensidad me parece absurdo. No hay piezas separadas, el autor busca el efecto del conjunto. Me atrevo a decir que si Spiegelman hubiera buscado esa intensidad de perfección formal obsesivamente en cada rincón de su libro se hubiera acabado resintiendo el conjunto.
Las virguerías narrativas o de dibujo están muy bien en los momentos necesarios, pero entran fatal cuando, simplemente, no hacen falta. Sería algo así como matar moscas a cañonazos.
Pues claro que a veces Spiegelman dibuja mal, claro que aquí y allá flaquea, pero el libro en su conjunto es inapelable.
Yo no desmenuzo para sacar defectos y sé que la perfección en una obra larga es imposible.Simplemente hay cosas que me chocan en el tono del dibujo y en la viñetación.Que era y es muy avanzado, no lo niego.Seguramente esté siendo un pejigueras, pero a mi los subrayados y las redundancias no me gustan. Y esas mismas críticas las he visto en muchas obras y no pasa nada.
Lo de las caretas puede ser un recurso visual magnífico sólo posible en el cómic, pero también es un alarde metalinguístico muy subrayado:lo que es una magistral simplificación visual de conflictos de raza, reales o convencionales, así como un recordatorio de Art de estar contando una realidad vicaria, contada, en parte ajena, por reiteración se convierte en un poco notas
Creo que la máscara se presta a más lecturas que la de contar vicariamente la realidad, a mi juicio, aunque ésa sea posible. Por ejemplo, sobre la identidad cultural (judía) del propio autor, y también sobre su identidad personal, perdido de repente en el éxito del Maus, en la doble culpa, ahora aumentada por basar ese éxito en un relato sobre la memoria de su padre, pero también de millones de cadáveres, etc.
Sobre la reiteración... No sé, igual me equivoco, pero yo juraría que el recurso de las máscaras de ratón lo usa en sólo dos ocasiones, no más.
Luego lo vemos de nuevo cuando se ponen la máscara de cerdo (de polaco), pero eso tiene otro sentido, claro. Y sí, en todos los casos es un recurso que en otro medio no funcionaría, es un recurso de puro dibujo.
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