viernes, 19 de marzo de 2010

FORMATOS Y NOMBRES HISTÓRICOS DE LOS FORMATOS

"El formato es importante. Como Pascal Lefèvre ha señalado, el formato "influye en el concepto total de un cómic, no sólo el estilo, también el contenido"; más aún, diferentes formatos "estimulan diferentes formas de consumir". [...] Lo que pensamos sobre el arte del cómic se circunscribe a lo que pensamos de, y el modo en que consumimos, los formatos dominantes de la tira [de prensa], el comic book y la novela gráfica. De hecho, las connotaciones culturales del formato, si se aceptan acríticamente, pueden oscurecer o mistificar el desarrollo de la forma artística en sí misma. Términos como "comic book" o "novela gráfica" son, estrictamente hablando, incorrectos; peor aún, pueden fomentar expectativas, positivas o negativas, que no son confirmadas por el propio material. El término "novela gráfica", por ejemplo, parece implicar una amplitud y cohesión a la que pocas novelas gráficas aspiran, y que logran muchas menos. La etiqueta, que se da por sentada en el estrecho mundo de los aficionados al cómic, amenaza con confundir en la búsqueda de aceptación de la novela gráfica dentro del mundo más amplio de la literatura y la crítica (irónicamente, la novela, antaño una cosa bastarda, de mala reputación, radical en su inestabilidad formal, se invoca hoy como sinónimo de mérito literario y respetabilidad). Y a la inversa, el término "comic book", lleno de connotaciones peyorativas, tiende a malvender el trabajo extraordinario que se ha hecho, y que se hace ahora, en el cómic de formato extenso. Sin embargo, rechazar esos términos completamente implica chocar con el uso común y entraña el riesgo de oscurecer el tema detrás de neologismos que resultan torpes, contradictorios y ahistóricos".
El otro día, hace apenas una semana, hablamos en este hilo sobre la convencionalidad de términos aceptados, y de cómo no era conveniente -en mi opinión- cambiarlos por otros inventados porque esos términos (comic book, novela gráfica, etc.) son los que se han impuesto históricamente. Y ahora me encuentro esto leyendo a Charles Hatfield, que he traducido de su ALTERNATIVE COMICS. AN EMERGING LITERATURE, 2005, University Press of Mississippi, págs. 5-6, un libro que tenía en el montón de los "pendientes por leer" (muchas gracias por cierto si lees esto, Toni, por enviármelo desde la librería en la que trabajas; que no lo compré en Amazon, vamos) y que acabo de empezar, por fin, para completar bibliografía de cara a un artículo sobre Robert Crumb y el underground que tengo apalabrado para una revista universitaria y espero entregar cuanto antes. Más me vale porque la fecha límite se aproxima.

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