"Y no creo que ese tipo de mentalidad del superhéroe haya parado realmente. Creo que tenemos que crecer un poco más.--Alan Moore, hace dos días. Más claro...
Quiero decir, una de las cosas que me sorprende de la década de los 80, cuando tuvimos un montón de titulares que decían "Bam! Sock! Pow! Los Comic Books han crecido!"... No estoy de acuerdo con eso. En la década de los 80, tal como lo recuerdo, había algunos tebeos que estaban trabajando muy, muy duro, para intentar madurar, para hacer un trabajo mejor que los demás. Sin embargo, esos fueron solamente unos pocos cómics. La mayoría de los cómics eran lo mismo de siempre.
Después de cosas como Watchmen, sí, algunos de ellos se volvieron algo más oscuros, algo más desagradables, algo más pretenciosos. Pero todavía eran casi lo mismo de antes. No creo que los comics books crecieran a mediados de los 80.
Creo que la población, mucha de la cual sentía una profunda nostalgia por los cómics que habían leído de niños, se avergonzaban de ser vistos leyéndolos en el metro. Creo que lo que ocurrió a mediados de los años 80 con obras como Watchmen es que les dio una excusa para seguir leyendo Linterna Verde, ya que si antes la gente les habría mirado como si fueran subnormales por leer un tebeo de superhéroes, ahora que los cómics de superhéroes habían sido renombrados como "novela gráfica", se consideró sofisticado y de vanguardia ser visto leyendo un cómic, aunque sólo fueran un montón de viejas historias de superhéroes recopiladas en un tomo gordo. Parecía más maduro, no era necesariamente más adulto, pero se pusieron juntos de una forma que parecía más aceptable socialmente.
Creo que a mediados de los años 80, si se mira veintipico años después, hemos visto un aumento de perspectiva mental en el cómic mayor que la mayor parte de nuestros medios de comunicación. Hemos visto programas de televisión que eran una especie de reminiscencia de un cómic de los 80. Hemos visto un montón de películas que son reminiscencias de un cómic de los 80.
Y creo que no es tanto porque los comic books maduraran entonces. Creo que fue que el resto de la cultura se infantilizó. O bien, que tenían como coartada una cosa como Watchmen para poder seguir con sus placeres culpables, porque se quería ser libre para leer los cómics de superhéroes con los que se había crecido, pero a la vez se quería ser visto como un adulto. Y creo que Watchmen y libros como ése proporcionaron la clave".
Creo que ahora se puede entender mejor el post donde hablábamos de SUPERHÉROES Y "SUPERHÉROES", y la razón de que se escoja como "mejor cómic de superhéroes" el tebeo que más se aplicó a criticar ese género, o sea, Watchmen. Aunque, y hablo por mí, leer auténticos superhéroes (no me refiero a Watchmen) no me da ninguna vergüenza, aunque quien siga este blog creo que ya lo sabe. No sé cómo lo vivís vosotros. Gracias por el soplo, Jeune Albert. Tones, un saludo.
18 comentarios:
Totalmente de acuerdo. El hecho más destacable en la cultura popular de los últimos 25 años es, sin duda, que el cine comercial se ha infantilizado hasta extremos vergonzosos. Lo de que teóricamente el tebeo se haya hecho adulto es no sólo discutible sino en absoluto relevante en una visión global de los medios.
Dejando aparte el tema infantilización del cine actual, que creo que, sí, bueno, hay algo de eso, pero el asunto es bastante más complejo de lo que Moore da a entender, yo sí creo que en el cómic actual hay material más maduro, más adulto. Más adulto que el cómic los 80, y en realidad más adulto que en cualquier momento anterior de su historia.
No doy nombres concretos de ese cómic adulto contemporáneo, pero hay muchos afortunadamente. En el extranjero, sobre todo en USA, pero también en Francia e incluso en España. Los nombres, que los ponga cada uno, pero haberlos haylos.
Cierto. Creo que la adaptación cinematográfica de Watchmen es un ejemplo clarísimo. Tengo la impresión de que hace años hubiera sido impensable para la mayoría que un cómic (con superhéroes como protagonistas) le diera mil vueltas en profundidad a una película.
La etiqueta de "novela gráfica" supone para el cómic lo que para el cine supuso el abandono de las casetas de feria por los teatros (y sobretodo el apoyo de la crítica europea a los "autores de Hollywood" unos años años más tarde: un intento activo por legitimizar un arte considerado menor. Ahora (desde los 80) es el turno de legitimar el cómic y, como siempre, se cometen excesos, snobismos, etc.
Sin embargo a mi, que no creo en absoluto en la discriminación positiva y que intento mantenerme más o menos inmune a las corrientes reivindicativas de los modernillos que redescubren la sopa de ajo, a veces veo excesiva la reivindicación de la figura del superhéroe. Acaso necesitamos que el cómic sea considerado alta cultura para disfrutarlo más. Me inclino a pensar lo contrario. Ese tipo de argumentos no suele hacer mejor al cómic sino, simplemente, más pretencioso. Quizás sea una cuestión de gustos pero encuentro mucho más digno el trabajo de Paul Dini en las Aventuras de Batman o el Superoso de Mike Kunkel (¡dos obras destinadas a un público infantil!) que el Superman Red Son (que de tan cacareado es una de mis mayores decepciones como lector).
Y todo eso dejando de lado las consideraciones ideológicas respecto a la figura del superhéroe...
Superman Red Son, dios, qué tostonazo. Lo dejé a la mitad.
Hola
Si me permitis, deciros que esta disponible la revista cultural 200 dias en Sing-Sing. Se puede descargar y no cuesta nada. www.carnabys.blogspot.com
Mil gracias.
Moore es un genio en todos los aspectos, incluida la autopromoción. Hábil y sutilmente en todas sus declaraciones viene a establecer el axioma de que los superhéroes tradicionales son algo adolescente, poco maduro, y cuestionable políticamente, un género que sólo tenía cierta razón de ser en unas épocas en que el mundo era más ingenuo y sencillo.
Moore conoce perfectamente las convenciones del género, pero no cree en ellas, y nos dice que ya no son aplicables a nuestra realidad poliédrica y cambiante.
Pero si esos mismo arquetipos, o mitos, o como queremos llamarlo proceden de clásicos reconocidos de la literatura (Drácula, Las minas del rey salomón, John Carter, Doctor Jekyll, o incluso de la literatura pulp) con otras convenciones no sustancialmente diferentes al concepto heroico, entonces sirven de fuente de inspiración y homenaje.
Como si estos sí pudieran ser fuente de referencia para la sociedad actual post 11-S, y las legiones de adolescentes en la treintena, deseosos de respetabilidad cultural.
En esa entrevista no sólo se preguntaba sobre la decadencia del concepto de superhéroe, sino también del concepto de aventurero. (Al hilo de la próxima entrega de la Liga).
Nos ha escamoteado ante nuestras narices el conejo sin que nos demos cuenta.
Es el gran mago ejecutando otra de sus bromas.
Consejos vendo que para mí no tengo, es un poco el resumen de la entrevista, sí.
El resumen es también un poco el que tú haces, Jeune Albert. Los héroes y aventureros "decadentes" son los de los demás, especialmente si están hechos por americanos, los suyos no, esto sí son comic books maduros que van a ayudar a salvar el mundo, tema del que también habla en la entrevista.
La cuestión quizás es que siempre habrá alguien dispuesto a abrazar la "fe" de forma totalmente acrítica solo porque sea "palabra de Moore", porque lo diga él. También los que dicen tener "opinión propia", pero luego repiten esta "teoría sobre el superhéroe" como papagayos.
Y todo esto lo digo con cariño porque Mr. Moore siempre me ha caído muy bien, de verdad, con toda su vanidad y sus excentricidades, y porque sus aportaciones al medio son incuestionables. Incluso me releo sus tebeos, incluso le sigo leyendo porque siempre puede sorprenderte con algo.
En realidad, y esta es para mí la clave, Moore tiene sus prejuicios, como todo quisque los tiene. Moore, por edad y generación (es un joven de la contracultura, quiero decir, creció en ese ambiente contracultural de los 60, fue una joven esponja en esa década y comienzos de los 70) tiene muchos prejuicios contra el héroe y particularmente el superhéroe, heredados justamente de la contracultura. E interpreta el superhéroe con arreglo a aquella visión de entonces (volvemos a Superduperman!, gran historieta por otra parte, que es de la MAD de los 50, una de las fuentes de inspiración para el underground de los 60 y primeros 70), que podemos traducir como: "superhéroe igual a imperialismo estadounidense", "infantil siempre", "conlleva inmadurez social", etc.
La diferencia es que generaciones como nosotros, posteriores a la suya, no tenemos esos prejuicios, hemos crecido con superhéroes y los seguimos leyendo, no los vemos como simple "propaganda política" y además somos capaces ya, por edad y cultura, de poder discutir a Moore su interpretación del héroe, del superhéroe. Porque, por si no había quedado claro, creo que su interpretación es muy sesgada, muy parcial y se queda meramente en la superficie. De nuevo, los prejuicios nos pueden, y si los tenemos metidos en la cabeza desde jóvenes ya no nos los sacan ni con un sacacorchos.
El mismo Moore ha dicho alguna vez que se considera un snob. O quizá estaba siendo irónico, lo cual no quita para que lo sea de todos modos.
pepo "Los héroes y aventureros "decadentes" son los de los demás, especialmente si están hechos por americanos, los suyos no, esto sí son comic books maduros",
sí, Moore suele tener ese punto de "Soy la pera limonera". Ello tiene su parte buena (se empuja a sí mismo como autor, se reta porque sabe que va a superar el reto) y cosas malas, claro.
Por otro lado para mí no hay ningún problema en definir los Sh como lectura adolescente o infantil, y no entiendo esas posiciones de intentarlo "justificar" desde las contadas obras maduras que efectivamente se pueden rastrear. Y de paso respondo a tu pregunta:
¿cómo leo Sh?
pues como supongo un poco todos los que por aquí pasamos y que ya arrastramos una edad y gobierno. Admitiendo que hay un vínculo sentimental y cultural, buscando el reflejo de mis lecturas pasadas, esperando que además se me dé algo más, no trillado (ahí está el problema, todo es como el eco del eco... por eso espero con ansia ese Superman all star, porque creo que lo va a tener...). O recuperando clásicos que entiendo en doble sentido: como grandes tebeos de una época y género determinados (4F de Lee-Kirby) y que a la vez tienen un poso sentimental (son mis "juguetes de niño")
muy bueno el blog, era seguidor de concdearte y ahora mas que nunca de es muy de comic, admiro el estudio que estas haciendo sobre los superheroes!
te dejo por si te interesa mi blog de historietas (hace poco lo abri)
http://apateticlife.blogspot.com/
un grna saludo!!!
Pepo, estoy totalmente de acuerdo contigo y efectivamente eso no quita para que Moore sea un grandísimo artista.
En cuanto a las lecturas de superhéroes, también suscribo al 100% lo que ha explicado el Sr Punch, y creo que el All Star no le va decepcionar, con un Quitely sencillamente magistral.
no, no, no, hay que madurar, hay que crecer un poquito más... nada de All Star Superman... ; P
Saludos, Weis, gracias por tu comentario.
Algo de razón si tiene Moore. Los superhéroes no habían hecho nada, nunca se había cuestionado al sistema, hacían sus actos heroicos sin cuestionar el status quo imperante. Tienen que llegar Miller y Moore para que en un tebeo de SH se vea una crítica a los peces gordos
Pero si nadie cuestiona eso, Víctor, si está claro que Watchmen fue "necesario" e incluso, diría más, "inevitable". Pero una cosa no quita la otra.
Y tienes razón en lo que apuntas. A partir de DKR y Watchmen, los superhéroes apuntaron contra el poder, aunque ya había tímidos precedentes (Imperio Secreto en el Capitán América, primeros 70). Después de DKR y Watchmen vinieron más superhéroes contra el establishment; los más recientes que ahora recuerdo,The Authority y DK2.
Los superhéroes son artefactos genuinos de la cultura pop (y ya entiendo la lectura mitológica: he leído a Barthes y son mitos y tal cual y pascual). Hay algunos que se apuntan a la contracultura (DK2, mis favoritos Authority) tal vez porque los autores ya vengan de la escenilla underground. Otros que buscan la poética puramente pop del personaje (AllStar Superman). Y otros que juegan con el pathos y el poder de ese personaje, con su contexto, como hace Mark Millar en la Civil War.
No entiendo como puede haber problemas en este asunto. Lo hay, eso sí, para los críticos de cine que quieren buscar películas de superhéroes profundas. Coartadas para no gozar de lo que viene siendo un tio disfrazao dandose tollinas. Se encomiendan a San Frank Miller, pero Frank Miller no es ALan Moore, es un señor que conoce muy bien sus materiales y sabe qué hacer con ellos. Les da cierta amalgama de épica popular y les pone liderando la contracultura, esa que años antes hizo a superman avergonzarse de jimmy olsen.
Lo que hay que hacer es tenerlo todo claro y ser críticos con los autores de superhéroes meridianos pero con pretensiones y un poco mediocres y lo mismo con el cine de SH.
Con los superhéroes siempre (y esto es siempre) hay tíos disfrazaos, villanos extravagantes y tollinas exageradas. Entendamos los códigos y luego juguemos. Y eso básicamente es lo que hacen los autores que me gustan más: Ellis, Miller, Morrison, Moore (Top Ten, su olvidada reconstrucción superheroica y en mi opinión, excelente tebeo superheroico) y Millar.
Otra cosa es ese asunto universal de que la gente quiere ser aceptada por lo que consume y, a poder ser ,reconocida por ello, que sea bueno. Que Savater diga que Harry Potter es buena literatura y que pueda sacar pecho oye. Pero luego Proust no, Proust es aburrido. Pero eso no tiene nada que ver con que Harry Potter sea mediocre como literatura o con los SH en sí. Es un trastorno del consumidor.
El problema viene con el síndrome TDK o el síndrome Watchmen tapadurista que se dice en esta estupenda entrevista. Ni vergüenza ni pollas, pero tampoco confundamos: los SH no tienen ninguna necesidad de satisfacer al consumidor en sus ansias de ser más respetable o parecer (porque si lo es es más chungo y ahí ya no mola) más profundo. Ninguna.
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