miércoles, 29 de abril de 2009

EL TIEMPO ES LA IGNORANCIA.

"Los ángeles no conocen el tiempo"
Emmanuel Swedenborg (1688-1772), científico, filósofo y místico sueco.

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REVELACIONES.


"Durante la conferencia que Jorge Luis Borges impartió en la Universidad de Belgrano el 16 de junio de 1978, el escritor relató someramente las visicitudes de la obra y la vida del místico sueco Emanuel Swedenborg. Así, explica cómo sucedió el cambio de perspectiva que a los 56 años lo arrebató del estudio de la ciencia y lo condujo a la teología y el esoterismo. El cambio de perspectiva supuso un cambio de estilo también, del barroquismo a una árida prosa que buscaba la exactitud de la descripción. Dichos cambios se deben a una serie de revelaciones en las que Jesucristo se presentó en la casa londinense de Swedenborg para requerir de él una misión: reconducir la religión y la interpretación de las escrituras cristianas. Con los poderes de un Fausto para visitar cielo e infierno, pero evitando el pacto diabólico, Swedenborg recibió permiso para contarle a la humanidad los secretos de la vida después de la muerte. El encuentro se produjo de la siguiente manera: Swedenborg se hallaba mirando por la ventana cuando vio llegar a un hombre por su calle hacia él llegando a sentir una empatía instantánea. Para su sorpresa, aquel hombre se dirigió a su puerta y llamó. Al abrir, Swedenborg sintió una confianza absoluta, una necesidad de entrega hacia ese individuo, que se presentó a sí mismo como Jesucristo. Tomando agradablemente un té con él, éste le reveló su preocupación por el rumbo de la Iglesia y le anunció que él era el indicado para explicar al mundo el camino correcto. Borges arguye que muchos místicos pueden pasar por locos, pero el caso de Swedenborg es especial, tanto por su enorme capacidad intelectual, como por el tremendo prestigio científico del que gozaba como por el radical viraje que supuso en su vida y obra. Destaca también como prueba de verosimilitud de estos escritos la sencilla facilidad de su prosa, enfrentada a la tradicional exaltación mística y a su misma prosa anterior, densa y abstrusa, como a la enorme originalidad de sus planteamientos, los cuales han sido fundamentales en la conformación del concepto de cielo moderno".

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BORGES Y EL MISTERIO DE SWEDENBORG.

"El hecho cardinal de su vida humana ocurrió en Londres, en una de las noches de abril de 1745. Swedenborg mismo lo ha denominado el grado discreto o grado de separación. Lo precedieron sueños, plegarias, períodos de incertidumbre y de ayuno y, lo que es harto más singular, de aplicada labor científica y filosófica. Un desconocido, que silenciosamente le había seguido por las calles de Londres, y de cuyo aspecto nada sabemos, apareció de pronto en su cuarto y le dijo que era el Señor. Directamente le encomendó la misión de revelar a los hombres, ahora sumidos en el ateísmo, en el error y en el pecado, la verdadera y perdida fe de Jesús. Le anunció que su espíritu recorrería cielos e infiernos y que podía conversar con los muertos, con los demonios y con los ángeles.

A la sazón, el elegido contaba cincuenta y siete años; durante casi treinta años más llevó una vida visionaria, que fue registrando en densos tratados de prosa clara e inequívoca. A diferencia de otros místicos, prescindió de la metáfora, de la exaltación y de la vaga y fogosa hipérbole.

(...) Al dictar estas líneas, siento que me detiene la incredulidad del lector como un alto muro de bron­ce. Dos conjeturas la hacen fuerte: La deliberada impostura de quien ha escrito esas cosas extrañas o el influjo de una demencia brusca o gradual. La pri­mera es inadmisible. Si Emanuel Swedenborg se hubiera propuesto engañar, no habría recurrido a la publicación anónima de buena parte de su obra, como lo hizo en los nueve volúmenes de su Arcana Caelestia, que renuncian a la autoridad que confiere un nombre ya ilustre. Nos consta que en el diálogo no procuraba hacer prosélitos. A la manera de Emerson y de Walt Whitman, creía que los argumentos no persuaden a nadie y que basta enunciar una verdad para que los interlocutores la acepten. Siempre rehuía la polémica. En su obra entera no se descu­brirá un solo silogismo; no hay sino tersas y tranquilas afirmaciones. Me refiero, claro está, a sus tratados místicos.

La hipótesis de la locura no es menos vana. Si el redactor del Daedalus Hiperboreus y del Prodromus Principiorum Rerum naturalium se hubiera enloque­cido, no deberíamos a su pluma tenaz la ulterior redacción de miles de metódicas páginas, que representan una labor de casi treinta años y que nada tienen que ver con el frenesí.

Consideremos ahora las coherentes y múltiples visiones, que ciertamente encierran mucho de milagroso. William White ha observado agudamente que otorgamos con docilidad nuestra fe a las visiones de los antiguos y propendemos a rechazar las de los modernos, o nos burlamos de ellas. Creemos en Ezequiel porque lo enaltece lo remoto en el tiempo y en el espacio, creemos en San Juan de la Cruz porque es parte integral de la literatura española, pero no en William Blake, discípulo rebelde de Swedenborg, ni en su aún cercano maestro.

(...) los ángeles, en cualquier sitio que estén, siempre miran de frente al Señor. En el orbe espiritual el sol es la visible imagen de Dios. El espacio y el tiempo sólo existen de manera ilusoria; si una persona piensa en otra, ya la tiene a su lado".
(Jorge Luis Borges, en su conferencia de 1978 sobre Emmanuel Swedenborg)

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"-Usted decía hace un momento que Swedenborg viajó a Londres para conocer a Newton y que le parecía raro que no hubiera logrado hacerlo. Sin embargo en esa misma ciudad, tuvo lugar su encuentro con Cristo.

-Sí. Sé que el primer encuentro con Cristo fue en Londres, y los otros también. El estuvo además en Alemania, Holanda, los Países Bajos, pero finalmente se estableció en Londres.(...) A partir de ese momento su vida cambió totalmente. Abandonó el estudio de la ciencia; por ejemplo: la anatomía, la astronomía, las matemáticas, y se dedicó a registrar minuciosamente ese mundo espiritual. El diálogo con los ángeles empezó a ser un hecho cotidiano para él.

-¿Qué impresión le dio la manera en que escribe Swedenborg?

-Bueno. Generalmente, los místicos, tienden a escribir de un modo vago; él no. La obra de él es..., yo no diré prosaica, pero sí precisa. Es un poco..., como si él hubiera ido a la China, o hubiera ido a la India y describiera lo que ha visto.

-Como un científico...

-Sí, claro. El llevó esa... casi aridez, esa sequedad, esa precisión, a sus descripciones. Generalmente cuando se habla de éxtasis, se usan metáforas del amor, o metáforas del vino, metáforas arrebatadas. Pero en el caso de él no. El no busca efectos patéticos. El describe lo que ha visto. (...) Del mismo modo, las visiones de los místicos musulmanes, de los sufíes, no concuerdan con las de los cristianos. Quiere decir que hay como fuerzas o espíritus que cada uno ve de acuerdo con sus prejuicios o conocimientos. Posiblemente esos mismos ángeles, ese mismo Cristo, que él vio de ese modo, fue visto por místicos de otra tradición de otro modo.

(...)-Una pregunta en relación al tema, pero vinculada más directamente con usted. ¿Alguna vez desde su infancia hasta hoy, usted percibió, sintió o intuyó la presencia del mundo angélico o trascendente?

-No sé si llamarlo angélico o trascendente. Pero sé que... bueno... Yo dos veces en mi vida he sentido el hecho de vivir fuera del tiempo. Eso me ha ocurrido.., una vez fue en Palermo, y otra vez fue en uno de los puentes detrás de la estación de Constitución. Y esas dos veces, me habían sucedido cosas, bueno, que me habían conmocionado durante el día.
No sé... Una mujer me había dejado... Y de golpe estaba pensando en eso, y de pronto me vi así, en tercera persona, y sentí: 'qué puede importarme lo que le pasa a Borges, si yo soy Otra cosa; lo que me ha pasado es meramente circunstancial.' Ahora, yo no sé cuánto 'tiempo' duró ese estado; pero yo me sentí, no sé si feliz, pero como... bueno, como sereno, como arrebatado así de todo. Y he tratado de decirlo, una vez en un poema y otra vez en prosa, pero no sé si he logrado comunicar esa sensación."
(Jorge Luis Borges, entrevistado en 1984 por Christian Wildner acerca del científico y visionario sueco Emmanuel Swedenborg)

EMMANUEL SWEDENBORG
Más alto que los otros, caminaba
Aquel hombre lejano entre los hombres;
Apenas si llamaba por sus nombres
Secretos a los ángeles. Miraba
Lo que no ven los otros terrenales:
La ardiente geometría, el cristalino
Laberinto de Dios y el remolino
Sórdido de los goces infernales.
Sabía que la Gloria y el Averno
En tu alma están, y sus mitologías;
Sabía, como el griego, que los días
Del tiempo son espejos del Eterno.
En árido latín fue registrando
Ultimas cosas sin por qué ni cuándo.
Jorge Luis Borges

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TIGRE, TIGRE...

"La eternidad está enamorada de las creaciones del tiempo"
William Blake (1757-1827), poeta, pintor y místico; el “discípulo rebelde” de Swedenborg, en palabras de Borges

"Tigre, tigre, que te enciendes en luz
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo trazar tu aterradora simetría?"

(William Blake)

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LA MALA MEMORIA.


"–Es una mermelada muy buena –dijo la Reina.
–Bueno, de todos modos hoy no me apetece.
–Hoy no la tendrías aunque quisieras –dijo la Reina–. La regla es: mermelada ayer, mermelada mañana... pero no hoy.
–Pero de vez en cuando debe haber «mermelada hoy» –objetó Alicia.
–No; no puede ser –dijo la Reina–. La mermelada toca al otro día; como comprenderás, hoy es siempre éste.
–No os comprendo –dijo Alicia–. ¡Lo veo horriblemente confuso!
–Es lo que pasa al vivir hacia atrás –dijo la Reina con afabilidad–: siempre produce un poco de vértigo al principio...
–¡Vivir hacia atrás! –repitió Alicia con gran asombro–. ¡Jamás había oído nada semejante!
–Sin embargo, tiene una gran ventaja: la memoria funciona en las dos direcciones.
–Desde luego, la mía solo funciona en una –comentó Alicia–. No puedo recordar cosas antes de que hayan sucedido.
–Es mala memoria, la que funciona sólo hacia atrás –comentó la Reina".
--Lewis Carroll, A TRAVÉS DEL ESPEJO Y LO QUE ALICIA ENCONTRÓ ALLÍ, 1871.

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"No es posible hacerse una idea de la belleza e intensidad del sentimiento que experimentaba durante las visiones. Fueron lo más inmenso que he experimentado en mi vida. (...) Se recela de la expresión "eterno", pero yo sólo puedo describir el vivir como beatitud de un estado no temporal, en el cual presente, pasado y futuro son una misma cosa. Todo cuanto sucede en el tiempo estaba allí compendiado en una totalidad objetiva. Ya nada se encontraba separado en el tiempo ni podía medirse mediante normas temporales. El vivir podría definirse en última instancia como un estado, como un estado de ánimo, que, sin embargo, no puede imaginarse. ¿Cómo puedo imaginarme que existo a la vez anteayer, hoy y pasado mañana? Entonces algo no habría comenzado todavía, otra cosa sería de la más diáfana actualidad y nuevamente algo ya estaría terminado, y sin embargo, todo sería la misma cosa. Lo único que la percepción podría captar sería una suma, una irisada totalidad en la que estaría incluida tanto la esperanza de lo que comienza, como la sorpresa acerca de lo ya sucedido y la satisfacción o desilusión sobre el resultado de lo sucedido. Un todo indescriptible en el que se está inmerso; y, sin embargo, se percibe con objetividad completa.

(...) El mundo tridimensional en el tiempo y en el espacio me parece como un sistema de coordenadas: se separa en ordenadas y abscisas lo que "allí", en la intemporalidad e inespacialidad, puede mostrarse quizás como una prefiguración con muchas facetas, quizás como una difusa nube de conocimientos acerca de un arquetipo".
(Carl Jung, RECUERDOS, SUEÑOS, PENSAMIENTOS -1961)


EL RELOJERO.



“Billy Pilgrim ha volado fuera del tiempo. Billy se ha acostado siendo un viejo viudo y se ha despertado el día de su boda. Ha entrado por una puerta en 1955 y ha salido por ella en 1941. Ha vuelto a traspasar esa puerta y se ha encontrado en 1963. Ha visto su nacimiento y su muerte muchas veces, según dice, y viaja al azar hacia cualquier momento de su vida. Eso dice. Billy Pilgrim es un espástico en cuanto al tiempo; no puede controlar lo que va a sucederle y sus excursiones no siempre son divertidas. Vive en constante temor, según dice, pues no sabe nunca que parte de su vida le va a tocar representar al momento siguiente”.
(Kurt Vonnegut, MATADERO CINCO, 1969)

"Hasta cierto punto, es una metáfora. Pero también lo digo de forma literal... Pero, sea como sea, el acontecimiento central de mi carrera en la magia fue algo que me ocurrió hace cinco o seis años. De hecho, puedo dar la fecha exacta: fue el 7 de enero de 1994. Tuve una experiencia que podría denominarse como iluminadora o... o como quieras llamarlo de acuerdo con tu sistema de creencias. El caso es que fue muy agradable y no me dejó incapacitado ni redujo mi funcionalidad... Más bien, me suministró mucha información. Una de las cosas que me pasó es que, en un momento determinado, me sentí como si estuviera fuera del tiempo. En aquel momento, mi percepción, lo que para mí era cierto, fue que todo el tiempo ocurría en un mismo instante, y sentí que las profecías no eran sino recuerdos y que, en cierta medida, sólo existe un único instante. (...) Todos los instantes ocurren al mismo tiempo en la eternidad. En el caso de la magia, mucha gente ha apuntado hacia esto. Por ejemplo, Emmanuel Swedenborg, que era un visionario sueco que vino a Inglaterra y fundó su propia iglesia. En su libro decía que "los ángeles no saben nada del tiempo".

Pero, volviendo a mi experiencia, después recordé lo que había escrito sobre el Dr. Manhattan en Watchmen. Y me dio la impresión -aunque puede que fuera una alucinación- de que más que tener una experiencia basada en mis recuerdos de mi propio trabajo de hacía seis años, mi trabajo de hacía seis años era un "pre-eco" de dicha experiencia.

Como si estuvieras recordando la experiencia que más tarde ibas a tener...

Exacto. Sin embargo, cuando escribí lo del Dr. Manhattan todo estaba en el terreno de la teoría. Estaba jugando con el concepto poético de la causalidad en el tiempo. Pero después de tener esta experiencia, está claro que se trataba de algo más personal. Incluso aunque mi experiencia hubiera sido una alucinación, o simple locura, o lo que sea, seguía siendo una experiencia que yo había tenido a nivel sensorial. Así que tenía que interiorizarla".
(Alan Moore, entrevistado por Jaime Rodríguez en la revista U -nº18, diciembre 1999)

KUNDALINI EXPRESS.
"A principios de enero de 1994, de repente, se convirtió en un tema menos remotamente académico para mí [ríe]. Me hallé en medio de lo que parecía una experiencia mágica completa que no podía explicarme realmente.

¿Qué quieres decir?

Cuando ves que te has pasado al menos parte de una tarde hablando con una entidad que te dice que es un demonio goético específico que fue mencionado por primera vez en el Libro apócrifo de Tobid... [ríe con suavidad]. No hay muchas formas en las que puedas asumir eso. La más obvia es que tuviste algún tipo de alucinación, o que tuviste algún tipo de ruptura mental, una psicosis, algo por el estilo. Lo cual está bien, a no ser que haya otra gente contigo que haya tenido experiencias similares en el mismo momento, o algo así. Así que cuando dices, vale, esto ha sido algún tipo de experiencia real, tienes que pensar, bueno, ¿fue entonces algo puramente interno? ¿Era esto alguna parte de mí mismo a lo que he dado un nombre y rostro, o que he proyectado de alguna forma? Es posible. ¿O era lo que decía que era? ¿Era esto algún tipo de entidad totalmente externa que de hecho era lo que decía ser y que me estaba hablando? Es posible.

Intento no eliminar ninguna de las posibilidades. Lo que parece más satisfactorio es la idea de que podrían ser ambas cosas, podría estar dentro y fuera de tí. Eso no tiene ningún sentido desde una perspectiva lógica, pero es lo que más me satisface emocionalmente. Parece más cierto.

Esto son experiencias de gnosis. O las has tenido o no las has tenido. Por ejemplo, la primera experiencia que tuve... esto es muy difícil de describir, pero yo y un amigo muy cercano, nos sentimos como si nos hubiera llevado una entidad específica a la experiencia. La entidad a mí y a mi amigo nos parecía... [suspiro]... parecía este dios serpiente romano del Siglo II llamado Glycon.


Ese dios serpiente romano del Siglo II es una de las formas por las que se conoce en ocasiones este tipo de energía. Porque la serpiente es un símbolo que atraviesa casi todo sistema mágico, y cada religión. En los sistemas de yoga tienes la serpiente del Kundalini. En los mitos amazónicos de la creación en las Indias Amazónicas tienes innumerables serpientes que toman parte en la creación. Igual con la Biblia: la serpiente en el jardín del Edén. El Gusano de [inaudible]. La serpiente de Midgard enrollada tres veces en torno al mundo. Es difícil encontrar una religión que no tenga una serpiente en algún lugar.






Así que tuvimos esta experiencia. Al menos parte de ella parecía estar totalmente fuera del Tiempo. Había una percepción de que el Tiempo estaba sucediendo todo a la vez. El tiempo lineal era puramente una construcción de la mente consciente, y de hecho el Tiempo es mucho más de la forma en la que gente como Stephen Hawking parece describirlo, con el EspacioTiempo casi como una pelota enorme con el Big Bang en un lado y el Big Crunch en el otro, pero existiendo todos los momentos a la vez, en este enorme agujero en el presente. Es sólo nuestra consciencia la que se está moviendo a través de ello, de A a B a C y a D. De hecho, el alfabeto al completo está ahí, desde el principio. Así que estaba esta percepción, de que estábamos fuera del Tiempo. Desde esa perspectiva, era posible ver que todo el Tiempo estaba de hecho sucediendo a la vez.


(...) Ahora bien, lo que se supone que era este dios Glycon en el momento de su nacimiento, era la segunda venida del dios Asclepio; este es el dios de la medicina, que suele mostrarse tradicionalmente como un hombre anciano con una serpiente alrededor de su vara. Este es el origen del símbolo del cadúceo que ves en las ambulancias y los hospitales. Por eso es por lo que la serpiente se asocia con la curación, por Asclepio. Ahora, imagínate mi sorpresa cuando algunos años después de haber tenido esta experiencia preliminar, estaba leyendo "Las Cartas Completas de Philip K.Dick" [ríe entre dientes]. Esto era, lo que escribió a principios de los 70, justo antes de su experiencia VALIS, antes de que se volviera completamente loco. Habla en términos muy claros sobre cosas según suceden. Está hablando sobre cómo está obteniendo toda esta información que parece estar siendo enviando directamente a su cerebro como luz. La luz rosa. Y está hablando sobre cómo parte de ella parece tener que ver con el Sacro Imperio Romano. Parte parece tener que ver con la Roma de los siglos II y III. Parte también parece tener que ver con la percepción de que todo el tiempo está sucediendo a la vez. Y que, en sus propias palabras, el Imperio nunca terminó. Que todo el tiempo es una cosa en estado sólido que está sucediendo todo a la vez.

Y está este pequeño trozo especialmente estremecedor que leo en una de sus cartas, donde dice "He encontrado el nombre de la entidad que está contactándome. Se llama Asclepio". Pensé que esto era un poco, ya sabes, un poco preocupante [ríe a carcajadas]. Sonaba como si yo hubiera tenido una experiencia muy parecida, y parecía estar relacionada con la misma entidad. Ahora, no sé qué hacer con eso. Creo que podrías decir que... quiero decir, los magos dirían que hay una "corriente" en torno a la serpiente, una energía si lo quieres, a la que la gente podría conectarse. Y podrían entender esta energía de diversas maneras; como Asclepio, o como Glycon, o el Kundalini, o lo que sea; pero se trata esencialmente de un tipo de energía sinuoso que asociamos con la serpiente y con cierto tipo de consciencia".
(Alan Moore, entrevistado en 2003)

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"¿QUÉ DEMONIOS SABEMOS DEL TIEMPO?"

"En lo que respecta al tiempo, hay algunas buenas ideas, pero aún confusas", prosigue Carlo Rovelli. Sin embargo, junto con el matemático francés Alain Connes, ha demostrado recientemente que un flujo temporal, que no existe a nivel microscópico puede surgir de nuestra inevitable necesidad de compresión de la información a nivel macroscópico. Más precisamente, es al despreciar las diferencias de información entre los estados elementales que adquiriríamos la posibilidad de observar un parámetro "t", independiente de los mismos estados y que tiene todas las características del tiempo...

Como la entropía, el tiempo, visto con gafas informáticas, dependería entonces de las capacidades de tratamiento informático del observador y no existiría más que para "seres de nivel intermedio" como nosotros. Más que un flujo independiente que marca la sucesión de los acontecimientos, sería en definitiva la marca de nuestra incapacidad de apreciar los detalles. Es lo que resume la frase de choque del físico teórico y filósofo de la ciencia ruso Alexei Grinbaum, que ha consagrado parte de su tesis a esta cuestión: 'El tiempo es la ignorancia'".
(Extractos de "Aux limites de la matière, la realité n'est plus une certitude", artículo publicado en la revista de divulgación científica Science & Vie, nº 1057, octubre de 2005, y traducido aquí)

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"-Entonces, ¿qué demonios sabemos del tiempo?

-El tiempo... es un concepto que se utiliza en Física, pero es inquietante que se utilice de distintas maneras en distintas parcelas de la Física.

En la relatividad especial el tiempo se trata de la misma manera que el espacio, y un observador en movimiento verá como tiempo lo que nosotros vemos como espacio y viceversa, de manera que el tiempo y el espacio se mezclan en lo que llamamos "transformaciones de Lorentz". De esto trata la relatividad especial. El tiempo en esa teoría está muy relacionado con el espacio, es prácticamente intercambiable.

En mecánica cuántica, sin embargo, el tiempo recibe un tratamiento muy distinto al del espacio, es completamente diferente. Y por eso es tan difícil unificar mecánica cuántica y relatividad. (...) Sin embargo, la relatividad general, en la que se permite la curvatura del tiempo y el espacio, todavía no se ha integrado totalmente con la mecánica cuántica. Y es todo un reto.

Además de eso hay un reto distinto. El tiempo tal y como lo percibimos parece ser muy distinto al tiempo que aparece en las ecuaciones de la Física; sin duda no percibimos que tiempo sea lo mismo que espacio, de la misma manera que no percibimos las vicisitudes de la mecánica cuántica.

-¿Y qué tienen que ver esas ecuaciones o esos conceptos con nuestra conciencia?

-Es un reto enorme y a mí se me escapa, pero creo que debemos llegar a comprender más profundamente la mecánica cuántica y la conciencia antes de poder resolverlo.

(...) El tiempo no pasa, simplemente ES. Y así es como aparece en la relatividad, ¿sabes? En ella el concepto fundamental no es el tiempo, sino el espaciotiempo. Y de la misma manera que pensamos que el espacio siempre está allí, en la relatividad el tiempo y el espacio están tan estrechamente vinculados que realmente deberíamos pensar que el espaciotiempo está simplemente 'ahí'. Así que no se trata de que el futuro cobre existencia, sino que el futuro está en cierto modo 'ahí', es parte de lo que hay allí fuera. Simplemente nosotros lo vemos así... Nosotros, que lentamente avanzamos por nuestras líneas en el espacio y el tiempo, lo vemos desplegarse ante nosotros. Pero en las ecuaciones el tiempo es algo que no discurre. Simplemente está ahí".
--Frank Wilczek, Premio Nobel de Física de 2004, entrevistado en 2007 por Eduard Punset para el programa REDES, La Dos de RTVE. Video:

5 comentarios:

klaus dijo...

En uno de sus Opus (no recuerdo cuál) Barry Smith cuenta cómo pasó meses buscando una canción que creía haber escuchado en el recién estrenado "Dark Side of the Moon", y que no pudo escuchar nuevamente hasta el año 1979, cuando Pink Floyd finalmente la compuso para "The Wall".

Salvawar dijo...

Dios, Pepo!!!
Al leer esta entrada tuya me ha dado un escalofrío.
Estoy documentándome para un guión que estoy escribiendo y anoche, entre las doce y la una de la madrugada, estuve consultando en internet mogollón de páginas sobre el tiempo, los viajes en el tiempo, física y mecánica cuántica, etc. etc.
Creo que más o menos a la misma hora que tú escribías esto.
Pedazo de casualidad.
Da miedo la cosa, ¿eh?

Ricardo Glazman dijo...

Hola! Mi nombre es Ricardo Glazman, soy un escultor y pintor cordobés. Me gusto mucho el articulo que posteaste, lo lei de inicio a fin, espero que si queres, puedas pasar por mi blog, espero que lo disfrutes,

Saludos,
Ricardo Glazman

santibilbo dijo...

Un post cojonudo.No me extraña que el tiempo sea uno de los temas mayores de cualquier arte, si este casi nació para enfrentarse a Él: comprenderlo, apresarlo, burlarlo, vencerlo,perderlo,amarlo,olvidarlo, recordarlo...

toni bascoy dijo...

Perdón por el spam, pero perdón de verdad:
http://tonibascoy.blogspot.com/2009/04/el-tebeo-mamotreto.html

Un saludo!