martes, 8 de diciembre de 2009

SOBRE LA INTERPRETACIÓN Y OTROS RELATOS

Varios posts más abajo citaba a Susan Sontag en su ensayo CONTRA LA INTERPRETACIÓN (1964). Como he recibido algunos comentarios en privado, retomo el tema con unas notas más. El punto de vista de Sontag me parece muy sugestivo, pero no creo que haya que tomarlo al pie de la letra. De hecho tampoco creo que ésa fuera la intención de Sontag, que aclaraba al comienzo de su ensayo que no se refería al significado amplio de interpretación (en este sentido hacía suya la frase de Nietzsche "no existen hechos, sólo interpretaciones") sino a uno más restringido que aludía a ciertas reglas de interpretación del arte: extraer de la obra partes de su contenido desatendiendo el conjunto y en particular la experiencia sensorial que proporciona (la novela, la película, el cuadro, lo que sea).

En mi "interpretación" de su ensayo, creo que Sontag pretendía sobre todo criticar el "exceso de interpretación" que veía en esa época, años sesenta, apogeo del estructuralismo, y particularmente el excesivo hincapié que ella veía en la crítica respecto a los "mensajes" y "contenidos" de las obras en detrimento de la "forma" (Sontag denunciaba por otra parte la falacia de pretender distinguir entre forma y contenido, y tiene toda la santa razón). En otras palabras, su postura me parece más que nada una protesta contra aquello a lo que Fernando Castro llamaría hoy el mal de la "interpretosis": superponer significados propios a la obra, a veces muy rebuscados, hasta reemplazarla por nuestras interpretaciones. En este sentido su propuesta sigue pareciendo útil, sobre todo como planteamiento de base para la crítica, con varias alusiones en este sentido al final del ensayo: la misión del crítico según Sontag debería ser la de hacer más "reales" las obras, mostrar al público cómo son lo que son, y no tanto qué significan. Sontag proponía también más disfrute sensual de la obra y menos intelecto crítico ("En lugar de una hermeneútica, necesitamos una erótica del arte", remataba al final del texto), más samba y menos trabayar. No, pero en serio, creo que el planteamiento de sensualidad y "transparencia" al que se refería Sontag puede aplicarse muy bien en obras que se prestan a ellas, que incluso la buscan deliberadamente, aunque por supuesto sea difícil lograr una obra "transparente" que no sea tópica ni ramplona, que sea importante. Para escribir sobre otro tipo de obras, en cambio, parece imposible eludir las "interpretaciones" cuando la obra juega abiertamente a la metáfora, la alegoría, los dobles o múltiples sentidos y a lanzar mensajes ambiguos. Que cada cual interpretará con arreglo a sus vivencias, su formación, su visión de la vida-la política, etcétera.

Un algo más de Sontag, de un ensayo del año siguiente, SOBRE EL ESTILO (1965):

"Al menos desde Diderot, la gran tradición de la crítica en todas las artes, apoyándose en criterios tan diferentes en apariencia como la verosimilitud y la corrección moral, trata en efecto la obra de arte como una afirmación hecha en la forma de una obra de arte.

El dar a las obras de arte este tratamiento no está enteramente fuera de lugar. Pero, evidentemente, supone dar al arte un uso, para fines tales como la investigación en la historia de las ideas, el diagnóstico de la cultura contemporánea, o la promoción de la solidaridad social. Semejante tratamiento poco tiene que ver con lo que sucede en la realidad cuando una persona con cierta educación y sensibilidad estética mira a la obra de arte de modo adecuado. La obra de arte, considerada simplemente como obra de arte, es una experiencia, no una afirmación ni la respuesta a una pregunta. El arte no sólo se refiere a algo; es algo. Una obra de arte es una cosa en el mundo, y no sólo un texto o un comentario sobre el mundo".

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