viernes, 9 de octubre de 2009

SUPERPODERES

"¿Por qué dedicas una canción a Stephen Hawking?

Es una reafirmación de mí mismo a través de él. Que alguien así pueda hacer todo lo que ha hecho y que pueda seguir trabajando la teoría unificada desde el hospital moviendo solo el párpado... Es como encerrarse en uno mismo y decir 'Estoy aquí, estoy vivo'. Es una verdadera genialidad y un monumento a la perseverancia. Pero en esta canción, y otras mías, también está el pasmo que nos dan los avances científicos a los que no somos científicos. Creo que era Arthur C. Clarke quien decía que toda ciencia suficientemente avanzada parece magia. ¡A mí me lo parece! Mucha gente dice que le hubiese gustado estudiar piano. Yo, a estas alturas, querría haber estudiado más matemáticas en vez de latín y griego".
Antonio Galvañ, Parade, entrevistado este mes en Rockdelux por Nando Cruz aprovechando la salida de su nuevo disco, LA FORTALEZA DE LA SOLEDAD. He copiado la cita porque lo de las matemáticas me tocó personalmente. A mí me hubiera gustado también estudiar muchas más matemáticas, pero lo que pasó es que sencillamente no valía para ellas. Yo de pequeño quería ser médico, es lo que decía que iba a estudiar desde los 9 o 10 años. Y eso es lo que tenía en la cabeza, estudiar medicina, cuando al iniciar mis estudios de 3º de BUP elegí ciencias puras en contra de mis apetencias naturales. A mí se me daban mucho mejor las letras que las ciencias, como había descubierto ya al final de la EGB y sobre todo en el instituto cuando las matemáticas empezaron a ponerse más serias. El salto de segundo a tercer curso de bachillerato en materia de ciencias, y particularmente en matemáticas, me pareció brutal. Me pasé dos semanas atendiendo al máximo las clases y esforzándome todo lo que podía, pero no había manera. A veces tenía la sensación de que el profesor me hablaba en un idioma alienígena. Lo peor de todo era ver que mis compañeros sí le entendían perfectamente. A las dos semanas desistí y seguí mis inclinaciones naturales: pedí el cambio por letras puras. Nada de mixtas. En cuanto "regresé a casa" me sentí fenomenal porque me encontraba en mi sitio, el de las Humanidades. Allí, entre literatura, latín, griego, filosofía y, más tarde, ya en COU, historia del arte. Todo lo cual me hace recordar la empatía, conmovedora por supuesto, que sentí cuando leí este pasaje de las memorias de Jung:

"La escuela comenzó a fastidiarme. Me ocupaba demasiado tiempo que yo hubiese empleado con gusto en dibujos de batallas y en jugar con fuegos. Las clases de religión resultaban increíblemente aburridas y por las clases de matemáticas sentía verdadero pánico. El maestro hacía suponer que el álgebra es algo por completo evidente mientras que yo ni siquiera logré saber qué son los números en sí y por sí. No eran flores, ni animales, ni fósiles, nada que sea imaginable, meramente cantidades que se representan por cifras. Para mi confusión las cantidades que se sustituyeron por letras equivalían a sonidos, de tal modo que se podía oírlas, por así decirlo. Asombrosamente mis compañeros supieron habituarse a ello y lo encontraban natural. Nadie podría decirme qué son los números y yo no podía formular la pregunta. Con asombro descubrí que nadie comprendía mis dificultades. El maestro se esforzaba cuanto podía, debo reconocerlo, para explicarme el sentido de estas maravillosas operaciones, en convertir cantidades comprensibles en sonidos. Comprendí, finalmente, que este sistema de abreviaturas resultaba adecuado para representar muchas cantidades en una forma abreviada.

Pero esto no me interesaba en absoluto. Pensaba para mis adentros que era completamente arbitrario expresar números mediante sonidos, se podría igualmente expresar a por manzano [apfelbaum, en alemán], b por peral [birnbaum, en alemán] y x por signo de interrogación. (...) Esta indignación la sentía cuando el maestro consideraba, en contra de la propia definición de paralelas, que se cortaban en el infinito. Esto se me antojaba una absurda majadería en la que yo no podía ni quería participar. Mi moral intelectual se resistía a esta frívola incongruencia que me cerraba el acceso a la comprensión de las matemáticas. (...) Durante toda mi vida me resultó un enigma por qué no logré hacerme asequibles las matemáticas, de las que nunca dudé que servían para contar".
Carl G. Jung, RECUERDOS, SUEÑOS, PENSAMIENTOS, 1961 (edición española de Seix Barral)

También a mí me resulta incomprensible, y a veces algo irritante, la aproximación que algunas personas de ciencias (algunas) hacen a las humanidades. Me resulta una forma de aproximarse muy "científica", valga la redundancia, demasiado "literal", a veces tergiversadora en su búsqueda de la comprensión "exacta" de las mismas, de la "fórmula sencilla" para analizarlas de manera que "todo cuadre", encaje en alguna "categoría". Todo eso suele ser contrario a las Humanidades y desde luego al arte y la literatura, cuyo terreno es el lenguaje poético, que es lo menos científico que se me pueda ocurrir ahora. Volviendo al principio, Antonio Galvañ dice también en la entrevista de este mes en el Rockdelux, preguntado por Nando Cruz acerca de su habilidad como compositor musical, que
"Tengo esa habilidad por la educación clásica que recibí. Si a mí me ponen mañana a arreglar un coche lo vería muy complicado, pero entendería que algún mecánico me dijera que lleva treinta años haciéndolo y que para él cambiar las bielas es una maravilla".
A los dibujantes suelen decirnos con admiración que menuda habilidad para dibujar, mientras se maravillan por la "magia" de ver brotar el dibujo del lápiz, pero yo pienso del dibujo lo mismo que dice Galvañ de sus canciones. A mí me encanta la música pero no tengo el más mínimo talento para tocarla o componerla, y mira que lo intenté a mis veinte años. Supongo que el mismo que tuve para las ciencias puras, es decir, cero. Todos tenemos un talento, o varios, unas inclinaciones naturales, una habilidad para hacer alguna cosa mejor que las otras; un "superpoder", en términos metafóricos de tebeo. Cada cual el suyo. Lo importante es saber reconocer cuál es. Y, por supuesto, no negarse a ejercitarlo.


[en el Rockdelux de octubre, como cada mes, aparece la habitual sección sobre novedades de cómic. Este mes reseñan Rubén Lardín (EL ARTE DE VOLAR, Altarriba y Kim], Enrique Vela (JULIUS KNIPL, FOTÓGRAFO INMOBILIARIO, Ben Katchor), Quim Casas (ALL STAR BATMAN Y ROBIN, Frank Miller y Jim Lee), Raúl Minchinela [EL EXTRAÑO CASO DE LA ISLA PANORAMA, Suehiro Maruo), Elisa G. McCausland (LOS INVISIBLES, ahora que se reedita desde el primer tomo, por Grant Morrison y varios dibujantes), Alberto García (la nueva edición de LA GUERRA DE LAS TRINCHERAS, Tardi; DOS VECES BREVE ESPECIAL CUADROS, varios autores] y Pablo Ríos (MY BRAIN IS HANGING UPSIDE DOWN, David Heatley)]

5 comentarios:

Porquepermanezcoacostado dijo...

pues yo me he visto muy reflejado en estos comentarios.Yo de letras letras,(al final bellas artes)y ahora veo lo científico con mucho interés( por ejemplo el programa Redes, aunque casi nunca lo veia:).
pero estaba pensando si no es que al final nos dividimos en adoptar ante la vida una posición activa o pasiva,comtemplativa, que te lleva a reflejar el mundo;a verlo como fuera de el...

Urbs dijo...

Porquepermanezcoacostado (como mola tu nick), yo también acabé haciendo Bellas Artes a pesar de que las ciencias, desde siempre, me han atraído mucho.

Todo eso suele ser contrario a las Humanidades y desde luego al arte y la literatura, cuyo terreno es el lenguaje poético, que es lo menos científico que se me pueda ocurrir ahora

Bueno, intentar dedicarse a la ciencia en este país si que es hacer las cosas por auténtico amor al arte :-)
Y, ojo, que la cosa va a peor...

Pepo Pérez dijo...

Así nos va, como en otras cosas...

El Miope Muñoz dijo...

Yo también me siento identificado con Parade, al que descubrí gracias a cierta reseña de A.I. en el año 2000, pero a diferencia de ustedes, seres visionarios, yo NI DIBUJAR SABÍA.

el tio berni dijo...

Bueno, a los del "otro lado" también nos pasa. Yo tiré por ciencias porque me gustaban pero también por el tema de las expectativas laborales, pero siempre me ha quedado la espinita de haberme metido más a fondo en las artes y las humanidades. No reniego de la ciencia, que me gusta mucho, pero...