"La adaptación gráfica de Darwyn Cooke de The Hunter de Richard (en realidad Donald Westlake) Stark es uno de esos cómics que me gustaría que me gustasen: una adaptación de una novela que adoro, y obviamente el trabajo de un dibujante dedicado, respetuoso, bien elaborado, y puesto en página de modo agradable. Así que con cierto pesar tengo que informar que me ha parecido extrañamente sin vida, un storyboard con la apariencia de un cómic.
The Hunter, publicada en 1962, es la historia de un criminal llamado Parker quien, después de haber sido traicionado y dado por muerto, hace su camino a Nueva York para vengarse y reclamar su dinero robado [la novela fue adaptada al cine por John Boorman en POINT BLANK (A QUEMARROPA, 1967), como los más perspicaces se habrán percatado ya, película que a su vez influyó en Gil Kane para su novela gráfica junto a Archie Goodwin HIS NAME IS... SAVAGE!, 1968]. Es la primera de una serie de novelas de crímenes que siguen al anti-héroe Parker sobre cómo retoma su vida, luego lucha por ella, y por último sigue ganándosela (lo que significa más delitos). He leído una media docena de libros del Parker de Westlake, entre ellos The Hunter. Están construidos precisamente como historias de suspense contadas con una prosa sorprendentemente minimalista y directa. Este no es el hardboiled todavía barroco de Chandler, sino algo que está más cerca de Hammett o Hemingway. Los libros están tan bien escritos y de manera tan disciplinada que a veces me pregunto si Westlake / Stark inventó a Parker en parte como una manera de experimentar con las pausas y los silencios en su escritura.
De modo que yo podría estar equivocado en esto, pero me parece que Cooke fundamentalmente lee mal a Stark: aunque casi toda la acción y los diálogos de su adaptación imitan la fuente original, de alguna manera Cooke toma una novela minimalista y la presenta de manera excesiva y maximalista, como una orgía exagerada de clichés.
La entrada de Parker en Nueva York, vívidamente escrita por Stark como una marcha oscura e imparable, es visualizada por Cooke como una grandiosa obertura, con un remolino de logotipos y de damas despampanantes. Es tan falso y tan manierista que esperaba ver aparecer un barítono que se pusiera a cantar a grito pelado "New York New York".
Por ejemplo, aquí está Stark:
Caminó al norte hasta que llegó a una tienda de artículos de cuero. Compró un buen equipaje de ciento cincuenta dólares, un conjunto combinado de cuatro piezas. Enseñó la licencia de conducir para identificarse, y ni siquiera llamaron al banco. Llevó el equipaje dos bloques más allá, y a continuación consiguió treinta y cinco dólares en una tienda de empeño. Cruzó la ciudad, y lo hizo dos veces más -el equipaje en una tienda de empeño- y sacó otros ochenta dólares.
Y aquí está Cooke:
Desde el principio en todas las habitaciones donde entra Parker hay una silla Eames y una mesa Noguchi. Cada reloj es de George Nelson. Todas las mujeres están equipadas como "damas" deliciosas. Y nada de eso le dice al lector algo sobre la historia o los personajes.
(...) Me llama la atención que lo que Cooke ha hecho aquí es básicamente comprensible: superpone su idea sobre la ficción de crímenes por encima de la de Stark. La belleza del trabajo de Stark estriba en que es elusivo y deja mucho a la imaginación del lector. Es modesto y seductor de esa manera. Pero donde otro dibujante podría haber mantenido la simplicidad de la forma y el lenguaje, Cooke parece querer llenar las lagunas y transformarlo en una gran producción. Puedo ver cómo ha llegado hasta ahí, pero no creo que funcione.
Incluso si estoy equivocado y la lectura de Cooke es totalmente fiel, esta adaptación no funciona demasiado bien como cómic. El diseño de personajes de Cooke es extrañamente genérico, su narración es a menudo confusa, y su dibujo, si bien pulido y con estilo, es insípido. Parker parece una especie de Bruce Wayne genérico, con un rostro y lenguaje corporal que no aporta ni una pista de su vida interior. Viñeta a viñeta y, particularmente, página a página, Cooke tiene dificultades para trasmitir claramente dónde está ocurriendo una escena y, precisamente, las acciones y emociones que está tratando de dibujar.
La doble página de abajo es un ejemplo perfecto. Como un director de cine negro, Cooke quiere mover al lector en torno a la habitación de Wanda con viñetas de distintos tamaños para animar un par de páginas de diálogo. Pero esto no es cine; otro dibujante podría haber usado simplemente el lenguaje corporal y las expresiones faciales, junto a un sentido concreto del espacio, para hacer el mismo trabajo. Cooke cambia su punto de vista varias veces en la misma página, y no puedo sacar ninguna idea de dónde están los dos personajes en la habitación, ni cuál es la escala, ni cuál podría ser la atmósfera. Esto sería un poco menos desorientador si simplemente hubiera un esquema de composición para vincular las viñetas. Añadamos el hecho de que las figuras y el suelo tienen la misma línea rugosa sin peso, y obtendremos una doble página muy confusa.
En las raras ocasiones en que Cooke mantiene el punto de vista y el tamaño de viñeta constante, permitiendo a sus personajes llevar la carga narrativa, parece incapaz de infundir vida a sus dibujos. A continuación vemos a Parker matar a su primer objetivo, su figura abstracta y repetida para aumentar el drama. Pero la abstracción es débil y sin vida: no hay ninguna tensión en las figuras ni sentido de la fuerza y del peso de esta lucha, así que lo que debería haber sido un momento culminante es sólo otra página.
Y cuando Cooke busca algún tipo de entintado expresionista desearía que se hubiera mantenido con formas más genéricas. Esta doble página [abajo] fracasa en muchos niveles: las figuras son rígidas, la pincelada es de tanteo en el mejor de los casos, y la composición decididamente no es dramática.
Cuando pienso en este trabajo pienso en lo que Mort Meskin habría hecho con sus trazos de pincel vibrantes, casi estáticos; lo que habría hecho Toth con su sentido del diseño de página y de la figura en el espacio, o lo que el joven Mazzucchelli podría haber hecho con sus figuras ponderadas en el espacio y ancladas en entornos completamente imaginarios. Pienso en todo eso y me pregunto por esa oportunidad perdida. Esos tipos utilizan puestas en página cinematográficas, pero nunca permitirían que el estilo estuviera por encima del contenido. Krigstein, por ejemplo, fue un maestro en adaptar ritmos fílmicos a los tebeos. Pero en el centro de su experimentación hay un impulso buscando la claridad.
Curiosamente, me gusta la idea que hay en el trabajo de Darwyn Cooke, en particular la idea de que sea una especie de abanderado de los grandes dibujantes de acción de los 50. Él claramente ama lo que hace, y su novela gráfica es evidentemente un libro planificado a fondo (aunque mal planteado). Pero el problema es que nunca disfruto realmente de lo que hace. Una imagen extraviada aquí o allí es atractiva de la misma manera que me gusta ver un dibujo de su pariente estético más cercano: Bruce Timm. Pero para mí nunca ha habido un sentido de personalidad debajo de todo su estilo, ni tampoco un particular interés en su impronta superficial".
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Todo lo anterior lo firma el teórico y editor Dan Nadel en el blog colectivo de la revista Comics Comics. Es un blog donde, aparte de Nadel, escriben autores como Dash Shaw y Frank Santoro, entre otros. He traducido esta entrada de Nadel de hace pocos días porque me ha parecido una crítica como dios manda, teniendo en cuenta además la obra en cuestión y todos los aspectos técnicos que analiza. Y, para no escurrir el bulto, diré que estoy de acuerdo con la mayoría de lo que escribe Nadel sobre el tebeo de Cooke, que tuve en mis manos el otro día.
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Preview de THE HUNTER
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EL SONIDO DE SUS PASOS. Y ya que estamos, cuelgo aquí esta inolvidable secuencia de POINT BLANK (A QUEMARROPA, John Boorman, 1967), protagonizada por Lee Marvin. Abajo del todo, portada de Robert Foster para HIS NAME IS... SAVAGE!, de Robert Franklin (Archie Goodwin) y Gil Kane, junio de 1968:
24 comentarios:
Dios me encanta esta secuencia. Ya no hay actores como Lee Marvin.
Sobre la crítica me olía el dehagisado (aunque tan solo he visto algunas muestras por internet de esta obra). En concreto los clichés que saltan a la vista en las primeras páginas (que quedaban bien en Catwoman y que parecen marca de fábrica del autor)y en conjunto lo descuidado del trazo aquí y allá. Cooke narra bien, pero sus composiciones son algo frias y a veces carecen de fuerza. Bruce Timm si que consiguió crear un auténtico tour de force narrativo noir (con impecables encuadres) en aquella historia corta de Dos Caras en Batman Black & White. Concisa y brillante. Y con lo necesitado que está el comic de flirteos con géneros menos mainstream, es una lástima leer esto. Algunos soñamos con un mundo plagado de comics de todos los géneros habidos y por haber.
Cierto, la escena del estrangulamiento es de un anodino que tira de espaldas.
La verdad es que Darwyn Cooke se mete en unos berenjenales que le vienen un poco grandes.
Si no recuerdo mal, en Con C de Arte ya lo pusimos a caldo a propósito de su Spirit.
A mí nunca me ha parecido que Cooke narre bien. Es mi opinión, evidentemente, pero siempre que leo algo suyo consigue confundirme (y no intencionadamente) o bien me parece muy ramplón, narrativamente hablando. No es tanto un problema de acabado, sino de diseño, composición y planificación (aunque en The Hunter el trazo roto del acabado no le sienta nada bien). Coincido contigo en que su estilo va mejor para Catwoman y similares, pero para historias como ésta no funciona en absoluto. En mi opinión, de nuevo.
Su Spirit tampoco me gustó nada.
En Catwoman su narración era más fluida que en otros trabajos (New Frontier es un descalabro a ratos, y las viñetas a media página no ayudaban más que a resaltar sus defectos). Y seguramente fueran los textos de Brubaker los que mantenían en pie el tinglado.
A mí sí me gusta Cooke, pero no es menos cierto que el pedazo de preview de The Hunter me dejó bastante frío y parece que esta crítica confirma la 1ª impresión. Pero me sigue gustando su The New Frontier y su Batman:Ego.
Lástima, las novelas son excepcionales. Por eso Criminal es tan bueno. Está hecho con las tripas y es puro comic.
Criminal no me gusta nada, y no entiendo por qué gusta tanto a la gente. Si me explicas por qué te mola, soy todo oídos, y lo digo con el máximo buen rollo, es que tengo curiosidad por saberlo.
Hola Pepo,
Pues a mi Criminal me gusta y mucho, además.
Cuando leo un cómic me gusta 'meterme' en la historia y con Criminal me pasa, me olvido de que estoy leyendo. Por ejemplo Cooke, me saca, veo los trucos, las páginas, leo el texto, pero no me sumerjo en la historia mientra que con Crimnal sí, no veo los bocadillos, no veo las viñetas y eso, para mi, es que el cómic está bien hecho. Luego la historia puede gustarte más o menos (y a mi me gustan) pero creo que estas tienen muy buen ritmo, están estupendamente narradas y los personajes muy bien definidos.
Aparte, ya hablando de una cuestión meramente de formato, la edición en grapa es una maravilla y muy cuidada, con las portadas dobles, y los articulos de complemento. A mi me parce en su conjunto una obra muy pensada y muy redonda.
Pero bueno, es mi opinión, claro.
No, si ya sé que a mucha gente le encanta Criminal. Yo tengo un problema con los guiones de Brubaker. Me aburre mucho, no entro.
A mí Criminal "me pone" cantidad, como también me ponía Sleeper. Pero Criminal me gusta bastante más, principalmente porque soy un enamorado del género negro y Brubaker domina todos sus recursos, pero a la vez consigue que no suene todo a cliché ni a parodia. Respeta el noir y lo actualiza demostrando que no es algo reservado a ejercicios de estilo o nostalgia, sino que sirve perfectamente para contar historias actuales sobre los marginados, los inadaptados, los aprovechados que depredan sobre los desposeídos y muchas otras cosas sobre las que la ficción "normal" prefiere pasar de largo. Me gustan sus personajes heridos, perdidos, perturbados, y cómo se las apañan para subsistir... o no. Me gusta que cuide las tramas, que sean complejas y en ocasione imbricadas pero no tramposas. Me gustan también, para qué andarnos con excusas, las mujeres fatales y los nobles brutos. Y me admira el modo en el que caracteriza a sus personajes mediante sus manías, sus compulsiones y sus peores características sin que dejen de ser cercanos. Aparte de todo eso, llevo años flipando con Sean Phillips y creo que éste es su mejor trabajo de largo. Y así a bote pronto, esos son algunos de los motivos de que me guste Criminal.
Aparte de eso, recordar que The Hunter también fue adaptada por Brian Helgeland en la nada desdeñable Payback. La versión "Director's Cut" que se lanzó en 2006 es muy diferente a la que se estrenó en cines (tanto que la última media hora es completamente distinta) y casi más fiel a Westlake que la de Boorman, la cual también me encanta por cierto.
Hostias, Payback, sí, es verdad. La vi en la tele, pero la verdad es que no la recuerdo mucho.
A mi me gusta porque supone una renovación del género negro en comic respetando la tradición. Porque sus personajes son de "carne y hueso" y tienen caracter y personalidad propia. Porque está bien narrado y Philips cada día dibuja mejor y porque como dices es una cuestión de gustos y ya mí me gusta. Creo que ha sabido encontrar la manera de hacer noir sin la "percha" de lo superheróíco como en Gotham Central, Sleeper o Catwoman (que por cierto me gustan un montón) Lo intentó en The Fall con Jason Lutes y creo que fracasó estrepitosamente; en Criminal ha encontrado el camino. Ha de variar el rumbo si no quiere caer en la repetición pero hasta ahora cada historia es un acierto. Para mí lo más discutible son los artículos que son un poco tópicos y con algunas inexactitudes pero no se si esto se puede achacar a los autores del comic.
Hay otra razón más "historicista"
- si es que existe esta palabra - y es que Criminal es la evolución de una gran obra que no llegó a cuajar como fue La Escena del Crimen. Porque en aquella época era difícil editar comic negro a secas aunque fuera en Vertigo y porque Brubaker no podía usar su fama como ahora; la excelente historia titulada Un Poquito de Buenas Noches se quedó en un one-shot en lugar de la serie que prometía ser. Criminal sin tener personaje fijo es una serie con todas las de la ley. Ahora el gran Bru puede.
(para el anterior comentario no he leido los anteriores aunque así lo parezca y comparta sus opiniones) ¿Y tú que opinas, Pepo?
A mí La Escena del Crimen sí me moló en su momento. Criminal la empecé... y yo qué sé, no me gustó. Me pareció tópica, incluso chusca. A mí, ¿eh?
(Sleeper me gusta menos incluso; no le vi ninguna gracia)
A riesgo de que lluevan palos, y sin haber leído el cómic, me ha hecho gracia esto:
>>(pienso en) lo que habría hecho Toth con su sentido del diseño de página y de la figura en el espacio. (...) Esos tipos utilizan puestas en página cinematográficas, pero nunca permitirían que el estilo estuviera por encima del contenido.<<
Llevo un tiempo pensando que en cierto sentido Cooke (aparte de Rude) es el heredero más claro de Toth (cuya obra suelo admirar, dicho sea de paso); porque dibujan como Dios pero, a veces, sin la humildad para plegarse a necesidades dramáticas. Esa página del estrangulamiento no me extrañaría verla en un cómic de Toth, y probablemente siendo aplaudida (hereje! penitenciagite!).
También me ha venido a la cabeza, en la secuencia de la conversación, los famosos "encuadres que siempre funcionan" de Wally Wood. Composiciones de viñeta que no se sabe muy bien a qué obedecen, pero que quedan molonas y eso. (Aunque no me ha resultado tan confuso como lo pintan las quejas de Nadel.)
A la doble viñeta-página, sin leer el tebeo, sí le he encontrado atractivo como ilustración. Parece sacada de una revista pulp de relatos de detectives.
Nadel menciona también a Mazzucchelli: a mí me parece que juega en otra liga, y que como historietista ha llegado mucho más lejos que sus maestros (Toth incluido).
Yo no creo que Cooke dibuje como dios. De hecho, Cooke es básicamente "estilo", pero su dibujo base suele ser endeble. Y ya sabes, Sergio, que a mí el Toth "tan-estiloso" a partir de un determinado momento de su carrera no me gusta. Y no me gusta porque se lee mal. Sus historietas quedaban muy bonitas como pósters para colgarlos en la pared (y Toth sí dibujaba como le daba la gana, como dios) pero leídas a menudo parecen más un póster de diseño ultra-chic para colgar decorar tu casa que una historieta para ser leída y que su lectura te atrape. Su narración era confusa a veces (aunque sus fans lo nieguen a rajatabla), y sobre todo, como tú dices, Toth desde cierto momento tenía poca humildad para plegarse a las necesidades de la narración. En una historieta, creo yo, uno no puede estar dibujando absolutamente todas las viñetas en plan molón para lucirte, como hacía Toth a partir de un determinado momento de su carrera. Muy a menudo tienes que dibujar cosas ramplonas, planos simples, viñetas vulgares, porque es lo que mejor sirve a la narración. Y porque demasiados "golpes de efecto" en el dibujo/diseño de la página tienden a anularse entre sí. Tú ya me entiendes. Ya hemos comentado en alguna ocasión, con ejemplos en la mano, cómo Toth a menudo componía las viñetas, páginas y masas de negro buscando más el diseño raro/cool (el impacto de estilo) que la legibilidad y la fuerza narrativa.
Todo lo anterior, por supuesto, es simplemente mi opinión. Es una perogrullada decir esto pero a veces parece que conviene repetirlo por si las moscas.
De todos modos, me imagino que en un THE HUNTER adaptado por Toth habría mucha filigrana, pero también estaría mejor dibujado.
De acuerdo con Pepo en cuanto a Toth. Hay momentos que cansa, sin embargo Bravo for adventure y El Zorro son insuperables. Un truco sencillo para ver si es un Toth bueno: cuando predominan los primeros planos y planos detalle malo. Cuando lo que predomina son los planos figura o americanos vamos bien.
Mejor BRAVO que El Zorro. Esta última me gusta más por el dibujo que otra cosa.
Si, en El Zorro los guiones son flojos pero la narrativa es eficaz los dibujos fantásticos. Bravo es genial.
Llego tarde, pero llego. No he leído mucho Cooke, su Spirit, su Catwoman y The New Frontier, y ninguno me ha gustado. Sí me gusta su acabado, es bonito y tal, pero eso es como decir que te gustan los ladrillos pero no el edificio. Los primeros deberían estar al servicio del segundo y convertirlo en algo armónico y funcional, y los trazos de Cooke no consiguen que sus historias se entiendan o emocionen (exagero un poco. Entender, se entiende, pero mal, sin fluidez).
Otro que cada vez me cae más gordo es Brubaker, y me alegro de que Pepo manifieste su disgusto por el guionista, me empezaba a cansar un poco el mantra ese de "todo lo que hace Brubaker es bueno". Pues no. Para mí, de hecho, casi todo lo que hace es malo. No digo nada de La escena del crimen porque lo leí hace demasiado, pero su Capitán América es, directamente, soporífero y poco creíble, y de su criminal no puede pasar del primer tomo. No acabo de ver qué es lo que aporta de novedoso al género negro, ni me parece que maneje o caracterice a los personajes especialmente bien. Creo que se sabe unas cuántas fórmulas que emplea constantemente y que para de contar. No hay alma, eso es lo que le falta.
Si tengo que resumir la impresión que me produce Brubaker es esa: muy de fórmula.
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