¿Tiene futuro el dibujo en la época de la tableta digital?
El realismo tiene pocos amigos entre los estetas. Puede contarse su número con los dedos de la mano. Parece que fue ayer cuando Clement Greenberg denostaba la figuración pictórica como representación consumada del sentimiento pueblerino, altamente reaccionario ante la marcha del espíritu hegeliano desde la pintura de caballete hasta elflatness. Pero no fue ayer, sigue siendo hoy. El público abarrota las exposiciones de Edward Hopper en las principales capitales de Occidente mientras las instituciones que cobran la entrada desprecian a este tipo de pintores dada su incapacidad manifiesta de colocar lo que no huele a Modernidad en el cronograma del siglo XX. Ello excluye también a artistas claramente protegidos por los filósofos, como pasa con Francis Bacon, un islote de figuración sin contexto, directamente vinculado por los historiadores con el siglo XVI. Menos mal que Frederic Jameson ha roto hace poco la baraja publicando The Antiomies of Realism, una investigación sobre las diversas variantes del realismo y de la nostalgia por los fenómenos perdidos con interesantes proyecciones sobre nuestro tiempo presente, porque hasta hace poco parecía que el grueso de los estetas seguían suscribiendo de tapadillo una variante de este formalismo historicista, solo que añadiendo su corriente artística preferida a la cola del espíritu hegeliano.
Entre las margaritas aplastadas y los huevos rotos para hacer la tortilla de la estética contemporánea podemos encontrar numerosos géneros que gozan del favor del respetable aunque no de la crítica. Es el caso de la caricatura política y de la figuración dibujada. Si a finales del siglo XVIII Goya tuvo que disculparse en el prólogo a Los caprichos porque estaba utilizando géneros como la sátira o el retrato de costumbres, que hasta entonces habían sido prerrogativa exclusiva de los escritores, hoy día parece que sus herederos tienen que pedir permiso antes de entrar en el Museo. Hemos tenido que esperar a la muestra curada este año por Massimiliano Gioni, cuya propuesta centrada en los outsiders estaba felizmente condenada —sí o sí— a incluir elementos marginales, para que maestros indiscutibles como Robert Crumb figuren en la Bienal de Venecia. No obstante, esta exterioridad del dibujo respecto a determinadas instituciones no sólo responde a las necesidades y limitaciones expositivas del White Cube, aunque resulte ciertamente incómodo consultar el cómic de La Biblia a través de una vitrina, sino sobre todo a la vitalidad comercial que todavía retiene este medio expresivo, cuyo penoso soporte material hace prácticamente inviable la especulación y el lavado de dinero, realidades tristemente vinculadas con la mercadería artística, más allá del coleccionismo freak y de la acumulación nerd.
Es el Extra de El Estafador esta semana. Atención a la ristra de dibujantes que se han sumado al chorizo: Julio Serrano, Hola Por qué, Jonathan Millán+Miguel Noguera, Adao Iturrusgarai, Javi Cejas y Venga Monjas. Y atención también a la fiesta de El Estafador el día 10 de junio en Barcelona (concierto de Love of Lesbian ilustrado por dibujantes Estafadores), más la exposición de dibujos de El Estafador del 3 al 13 de junio dentro del segundo Festival de Ilustración ILU-STATION.
1-HERVIR UN OSO me ha parecido fabuloso. Apabullante en ideas, talento y originalidad, el extraño humor (¿alguien dijo "post-humor"?) de Miguel Noguera y Jonathan Millán me ha obligado a reírme, a veces sonoramente, de cosas que no tienen ni puta gracia. ¿Ah, pero es que algo realmente la tiene? La pregunta. Cuando cerré la última página del libro, además de percatarme de que estaba ante dos talentazos del nuevo cómic de humor (espero que sigan haciendo tebeos, aunque me parece, creo, tengo entendido que pronto tendré el honor de compartir espacio con ellos), me encontré preguntándome de qué coño me había estado riendo durante todo el cómic. Porque muchas de las propuestas demenciales de Noguera y Millán están basadas directamente en lo escatológico, lo cruel absurdo y lo abyecto. La única respuesta que se me ocurrió fue aquello que Baudelaire intuyó hace más de siglo y medio, cuando escribió sobre LO CÓMICO Y LA CARICATURA. Baudelaire se preguntaba extrañado por qué el ser humano se reía, en general y en particular con las entonces emergentes caricaturas de prensa, de cosas de las que en realidad debería sentir miedo. Su respuesta fue que la risa viene de la idea de la propia superioridad. "La idea de un ser superior...", que diría Noguera en uno de sus Ultrashows. O "La posibilidad de que dentro de unos años concedan un permiso penitenciario al monstruo de Amstetten, para realizar una pequeña ronda de entretenimiento en distintas televisiones europeas. Al entrar en el plató, el público tendría que aplaudirle forzosamente, tendrían que aplaudir al monstruo obligados por la propia estructura del programa", como proponen Noguera y Millán en uno de los apartados de HERVIR UN OSO (43-APLAUDIR AL MONSTRUO DE AMSTETTEN).
Claro que nos reímos desde una creencia en la propia superioridad, lo cual hace muy relativa esa superioridad. Nos sabemos más capaces y "mejores" que los animales, superiores a la naturaleza por haberla conquistado, pero en la risa se encierra también nuestra propia miseria al tratarse sólo de una conquista parcial. Una "miseria infinita respecto al Ser absoluto del que posee la concepción", en palabras de Baudelaire. La risa, esencialmente humana" y "esencialmente contradictoria", nos está diciendo que nos reímos en el fondo de nuestra conciencia de sabernos limitados, finitos, pequeños mocos pegados en una esquinita de la parte inferior de la gigantesca mesa del universo. Bueno, en fin, no sé si Noguera y Millán se merecen este rollazo, así que aquí abandono mi apunte sobre 1-HERVIR UN OSO, publicado por cierto por Belleza Infinita, la la editorial. Os dejo con las perspicaces cosas que escribió Santiago García sobre este soberbio cómic en Mandorla
Santiago García ha subido al canal YouTube de su blog varias conferencias de las jornadas de cómic de la Complutense. En concreto, las charlas de Absence (VIÑETAS CONTRA BURÓCRATAS: LA CENSURA EN EL CÓMIC), Max (CÓMICS EN LA ENCRUCIJADA), Antoni Guiral (LA ESCUELA BRUGUERA) y servidor (RECURSOS NARRATIVOS DEL CÓMIC). Por su lado, Pepino News ha subido la de Nacho Vigalondo (CUANDO DESPERTÉ, MARK MILLAR SEGUÍA ALLÍ) y el ULTRASHOW de Miguel Noguera.
Escribo estas líneas en el AVE que me trae de vuelta a casa desde Madrid, cansado pero bastante ilusionado, enseguida explico por qué. Son las once y pico de la noche del martes aunque esto probablemente lo leeréis mañana cuando lo repase, coloque fotos y publique. Al grano. He estado este lunes (que era fiesta en Andalucía) y martes en las Jornadas de Cómic de la Universidad Complutense de Madrid y me he llevado unas cuantas sorpresas. De las buenas. En la Facultad donde Amenábar rodó TESIS, la de Ciencias de la Información de la Complutense, un edificio con paredes de hormigón vista y aspecto siniestrísimo (viéndolo al natural te parece lo más lógico elegirlo para las localizaciones de una película de suspense sobre snuff movies), este lunes arrancaban unas jornadas con un programa muy variado, apretado e intenso. Conferencias, mesas redondas, un montón de proyecciones y hasta un "ultrashow" (de Miguel Noguera).
La primera sorpresa fue nada más llegar al salón de actos y ver sus grandes dimensiones, y el pantallón acorde con ellas donde íbamos a proyectar nuestros Power Point. La segunda, más grata aún, fue descubrir un auditorio muy nutrido de bastante más de cien personas; la tercera, descubrir a lo largo de las dos jornadas en las que he estado que a los presentes, la mayoría de veinte o veinte pocos años, no sólo les interesaba descubrir el cómic, sino que ya lo conocen, y en algún caso mucho más de lo uno podía imaginar.
La primera conferencia, 9:30 del lunes, correspondía a Toni Guiral, que hizo primero una introducción sobre el medio, explicando brevemente sus orígenes (Toni lo definía como medio de comunicación, y medio impreso además, situando sus comienzos en el siglo XIX; Töpffer sería para él primer historietista propiamente dicho) y sus distintos soportes y formatos, destacando además obras de distintos momentos históricos y mercados (norteamericano, francobelga y español).
Toni seduciendo a inocentes
Le seguí yo mismo, a eso de las doce y cuarto, con la conferencia que los organizadores (Andrés Oliva y Daniel de Partearroyo) me habían pedido, en concreto sobre recursos narrativos del cómic. Una charla difícil de abordar para mí en cuanto a metodología; al final elegí seleccionar ejemplos históricos variados, con páginas de distintos autores y mercados (norteamericanos, francobelgas, españoles, japoneses) agrupadas por los temas que quería tratar: diseño, planificación, dibujo, globos y cartuchos de texto, onomatopeyas y, finalmente, símbolos cinéticos, metáforas visuales e ideogramas (esto último se me quedó en el tintero porque era ya casi la hora de comer y había que ir cortando).
El lunes por la tarde, tras la proyección del documental CRUMB de Terry Zwigoff, Santiago García dio una charla espléndida sobre una parte de lo que cuenta en su ensayo histórico LA NOVELA GRÁFICA, de inminente aparición (a ver si se publica que ya tengo ganas de leerlo). En concreto, también por petición de la organización, lo centró en el desarrollo del cómic de autor desde el comix underground y sus antecedentes (con especial énfasis en el padre de los underground, o sea, el grandísimo Harvey Kurtzman y sus revistas MAD, TRUMP, HUMBUG y HELP!) hasta llegar a los autores de novela gráfica contemporánea pasando antes por los alternativos de los 80 y 90 (y el MAUS de Spiegelman como piedra fundacional). La verdad es que Santiago nos descubrió bastantes cosas, al menos a mí, incluyendo alguna historieta de Crumb que no conocía (en plan diagrama, un antecedente del que probablemente tomó buena nota Chris Ware) y ejemplos súper bizarros de comix underground de los setenta, entre ellos un AMPUTEE LOVE (amor amputado) y sus escenas de sexo a tutiplén entre gente, eso mismo, amputada, y un psicodélico TALES FROM THE SPHINX que parecía dibujado directamente por un ser de otra dimensión.
El martes Toni ha vuelto a la carga con otra conferencia, y aquí ha triunfado en un grado realmente sorprendente. Su charla, magnífica, consistía esta vez en un completo recorrido sobre la Escuela Bruguera, un tema del que es uno de los principales expertos en este país. Además de destacar a los principales autores de Bruguera, Toni ha hecho mucho hincapié en cómo los permisos administrativos y la posterior censura franquista condicionó las publicaciones de Bruguera, en las relaciones e influencias de los autores y en un montón de cosas más. Como colofón, los asistentes han participado hasta un punto para mí flipante: no sólo conocen a muchos personajes bruguerianos por haberlos leído a finales de los ochenta o principios de los noventa, los años de su infancia, sino que han hecho bastantes preguntas y demostrado un verdadero interés por saber más de una parte de la cultura de nuestro país, en este caso sobre las historietas que coparon gran parte del mercado español durante décadas hasta formar parte del imaginario colectivo de varias generaciones. Tras esta charla, Óscaraibar ha presentado -acompañado por Toni- su largometraje EL GRAN VÁZQUEZ, que gira en torno a la vida de Vázquez y la editorial Bruguera, del que hemos podido ver no exactamente el trailer sino más bien un clip con un montón de imágenes y pequeñas secuencias. Sinceramente: tengo muchas ganas de verla por diversas razones, y la principal es que, para variar, se trata de un filme que no te cuenta mitos ajenos sino autóctonos, procedentes además de la historia del medio que amamos, cultivamos y hemos elegido para expresarnos.
Por la tarde, charla de Juan Díaz Canales sobre el proceso creativo de BLACKSAD (la serie que realiza junto a Juanjo Guarnido) en la que he tenido ocasión de enterarme de los muchos condicionamientos industriales a los que se ven sometidos como autores. Cuando acabó tuvo incluso una cola improvisada para firmar ejemplares de BLACKSAD. A continuación, Juanjo Sáez presentaba ARRÓS COVAT, la serie de animación que ha creado para TV3, de la que se han proyectado cuatro episodios (son cortos, de unos diez-trece minutos), el primero doblado y los demás subtitulados al castellano. En el coloquio Juanjo ha hablado de los condicionamientos de producción (él también), del proceso creativo (entrega los guiones en forma de cómic completo, incluso coloreado por Vanessa Cabrera), de las diferencias de lenguaje entre el cómic y la animación y también, ante preguntas mías y del respetable, de cómo una serie de argumento convencional como ésta (comedia de situación sobre enredos sentimentales) se convierte en algo original y especial (esto lo digo yo porque así lo pienso) por la forma, enésima demostración de que la forma es contenido y que, de hecho, no tiene sentido distinguir "forma" y "contenido" porque ambos van unidos. De la forma en esta serie animada, Juanjo ha comentado entre otras cosas su intención original de usar algunos recursos del cómic, entre ellos los bocadillos y el marco de la viñeta (los episodios están realizados todos con un gran marco blanco en el que se inserta la secuencia animada, contenida en una "viñeta", que a veces se multiplica en dos o tres). También entre esos recursos formales se encuentra por supuesto su estilo de dibujo, donde reside buena parte de la gracia de su trabajo.
A eso de las 20:00 me he tenido que marchar a mitad de la actuación de Miguel Noguera, un original show cómico donde, a partir de la proyección de distintos dibujos (muestra de abajo), Noguera desarrolla un monólogo de altos vuelos con tintes surrealistas y deconstructivistas que tiene algún punto de contacto con el discurso de los cómics de Miguel Brieva.
Si estáis por Madrid, sólo puedo animaros a acudir a las jornadas porque siguen en marcha hasta el viernes, y aún quedan por celebrarse un montón de actos. La organización me ha parecido inmejorable, lo digo de verdad, y es que no sólo el programa es coherente e interesante, es que todo se desarrolla según lo previsto con un alto nivel entre todos los participantes (hablo de lo que he visto en los demás). Está feo que lo diga alguien que, como yo, ha participado, pero creo que es un poco lo que hemos sentido todos allí: cuando se organizan actos sobre cómic como estas jornadas, todos los que participan procuran volcarse para que la cosa salga bien, deseando gustar, que al público le interese, le parezca un tiempo bien aprovechado, aprenda cosas sobre el cómic o bien profundice en las que ya sabía. A veces los complejos (en este caso el tradicional que llevamos a cuestas, derivado de la marginalidad cultural del cómic) sirven para esforzarse por superarlos, y en ese esfuerzo es precisamente donde está la gracia del asunto. Como siempre, en el camino que se anda, en el viaje. De momento para mí, el que acaba ahora que el AVE está entrando en Málaga.