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martes, 19 de julio de 2011

MÉTETE LA PORRA POR DONDE TE...


Santiago García ha dedicado en las últimas semanas una serie de posts a los supervillanos que me han disparado la imaginación y la curiosidad, y me han hecho darle vueltas a algunas ideas. El último post de la serie, dedicado a NÉMESIS, también me ha hecho interesarme lo suficiente en el tebeo en cuestión como para leerlo. NÉMESIS es una miniserie de 4 comic books publicada en 2010 por el sello Icon de Marvel, que permite conservar a los creadores los derechos de autor (en España la publicará Panini este otoño). Está escrita por Mark Millar, dibujada por Steve McNiven y coloreada por Dave McCaig.

Digo que me ha interesado lo suficiente como para leerlo porque yo hace tiempo que había perdido el interés por el trabajo de Millar, a pesar de los habituales elogios de alguien cuya opinión tengo en alta estima, el visionario Nacho Vigalondo. Quien por cierto y como muchos de vosotros ya sabéis, está preparando una adaptación al cine de SUPERCROOKS, otro cómic de Millar dibujado en este caso por Leinil Francis Yu, inédito todavía pero en fase de realización. Otro cómic que va sobre, sí, supervillanos, concretamente sobre un grupo de supervillanos que, huyendo del excesivo número de superhéroes por habitante de Estados Unidos, deciden venir a España para dar un gran golpe. A lo que iba. Millar (Mark) dejó de interesarme exactamente desde su trabajo para Marvel en THE ULTIMATES, que en mi opinión no sólo era aburridísimo, el mayor pecado para un tebeo de superhéroes, sino que revelaba un cinismo en las ideas y argumentos de Millar para explotar con sensacionalismo el título, y afianzar su estrellato en el comic book, que me resultaba exasperante.

NÉMESIS ES UNA CIFRA,
dice Santiago en su post, con
razón. Una de las mejores ideas de NÉMESIS, un supervillano a la altura de los tiempos que corren, es decir, alguien sanguinariamente amoral cuya misión es causar el mayor mal posible sin motivos personales, es justamente ésa. Su carácter abstracto como personaje o, si se prefiere, metafísico. Esto le eleva por encima de su materialidad concreta y le convierte en una idea, una entidad, un "agente del caos", un poco como lo era el Joker de THE DARK KNIGHT (la película de Chris Nolan); no por casualidad la primera publicidad de NÉMESIS llevaba el lema "¿Qué hubiera pasado si Batman fuese el Joker?". O como el Anton Chigurh de NO ES PAÍS PARA VIEJOS, la novela y la película (Bardem en esta última, en efecto). Sólo que aquí, a diferencia de la película de Nolan, el juego de valores morales está ingeniosamente subvertido, y hay un inequívoco placer –con esa absoluta amoralidad que sólo la ficción permite– en el mal que despliega Némesis, en su facilidad para atacar a los intocables y poderosos, en su inhumana capacidad para masacrar a ciudadanos corrientes pero, especialmente, a policías y otros representantes de la autoridad establecida. Es la crisis, estúpido, la crisis.


(cuidado, que vienen curvas, también conocidas como **SPOILERS**)

A pesar de que en el tebeo te cuenten otra cosa al principio, más adelante se revelará el auténtico "origen" de Némesis, que le devuelve al enigma absoluto que era al comienzo. Se trata de un enorme acierto de Millar. En realidad, casi podríamos ver el calvario del policía protagonista y su familia como el que atravesaba la familia del abogado de EL CABO DEL MIEDO, versión Scorsese, sólo que dentro de un tebeo de superhéroes (supervillanos, ejem). Y a Némesis, como aquel mal "metafísico" (un Dios negro, o más bien su enviado en la Tierra, un anticristo) que encarnaba Robert De Niro en la película de Scorsese, un auténtico ángel vengador. Purificación familiar, previa expiación de culpas ("secretos y mentiras") a lo bestia. Bueno, a lo bestia-bestia. Estamos hablando de un guión de Millar.


Y luego, por supuesto, está el superior del villano. Si Némesis es un anticristo, su superior sería un Dios negro de los negocios. Los dioses caminan entre nosotros, parece decirnos este tebeo, porque su poder absoluto les permite ser dioses. Pero son de carne y hueso, y desde luego materialistas. Y desde ese materialismo absoluto hacen el mal, por supuesto. Viva el mal, viva el capital. Y porque, como decía Santiago, todo es un juego para ellos. O, como dicen en un artículo que no tiene nada que ver con esto (o sí),

We are nothing to them

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Entre las viñetas de NÉMESIS hay muchas elipsis marca Millar. La planificación no es el típico y cansino estilo storyboard, aunque pueda parecerlo en un primer vistazo. No lo es por las elipsis abisales, que imprimen ese ritmo personal que Millar lleva practicando desde hace al menos una década, y que a mí particularmente me gusta mucho. Las viñetas panorámicas son otro recurso habitual que evoca al "cine" (aunque en realidad no lo es), y que ya estaban en THE AUTHORITY hacia 1999, antes incluso de que llegara Millar y Quitely a la serie. Para todo aquel que sigue su trabajo, no hay mucho que explicar porque lo sabe perfectamente: Millar lleva años concibiendo sus cómics pensando en posibles adaptaciones a la pantalla. En realidad, son como una maqueta de bajo presupuesto para posibles películas. Ningún reproche, si son como ésta. Cuando terminé de leer NÉMESIS, pensé que sí, que bien, que me había entretenido y a ratos fascinado, pero que era sólo comida rápida.

Esa misma noche me encontré pensando en algunos cabos sueltos de la trama, volviendo a algunas escenas. Y, de repente, me di cuenta de que el tebeo tenía más sustancia de lo que había pensado en un primer momento. Hay algo en él, por otra parte, que me recuerda a cierto tipo de historias que fascinan a los orientales, en las que un villano inaprensible, casi una incógnita no humana, extorsiona a gente de buena vida, gente poderosa, y les obliga a base de sufrimiento a pensar en lo afortunados que son, y en lo fácilmente que pueden dejar de serlo, volverse masa, desgraciados como la mayoría. Y de repente, me encontré pensando en un peliculón de Kurosawa como EL INFIERNO DEL ODIO, que por cierto estaba basado libremente en una novela policiaca (de Ed McBain). Los sueños americanos de los japoneses producen monstruos.


MILLAR (MARK),
es sin duda uno de los autores que lleva tiempo marcando el nuevo camino en la industria americana del comic book. Un camino que, en la era de la novela gráfica, es decir, de la mentalidad de autor dueño de todo lo que crea con la máxima libertad, se dirige hacia el mismo horizonte. El del cómic de autor. Sí, incluso en la tradición del comic book de superhéroes. Mientras las grandes editoriales tradicionales se hunden poco a poco, atrapadas en los barrotes de oro de sus propias franquicias intocables, los autores más vivos y espabilados tienen un plan. Ahí está MillarWorld, dueño de todo lo que crea junto a sus dibujantes, para explotar los derechos de sus creaciones en otros medios si se tercia, con un control total de sus productos. Por ejemplo, para hacer una película con Nacho Vigalondo sin tener que pedirle cuentas a nadie, ni rendirlas. Tampoco me parece casualidad que lo más interesante creativamente hablando que ha hecho Millar, al menos a mi juicio, no ha sido con personajes propiedad de Marvel o DC, sino con personajes libres de las ataduras de grandes corporaciones (THE AUTHORITY) o bien de entera creación propia, caso de WANTED o de este NÉMESIS. A su propia escala, Warren Ellis lleva años haciendo lo mismo.

No hace mucho, Miller (Frank) daba un salto parecido cuando decidía sobre la marcha que su HOLY TERROR, que hacía en principio para DC y protagonizaba Batman, ya no iba a ser Batman ni lo iba a sacar con DC. El mensaje puede leerse como sigue: esto es mi creación, y voy a hacer con esto lo que le me dé la gana, en todos los aspectos y ámbitos posibles. El gesto, viniendo de quien viene, es importante porque Miller siempre fue un modelo a seguir para otros autores del comic book. Me pregunto qué pensaron los jefazos de DC cuando se enteraron de que iban a perder las ventas que Miller les aseguraba con ese proyecto. Ahora, me pregunto también cuánto tiempo tardarán figurones como Grant Morrison (y otros) en saltar de un barco que se hunde. Y qué planes tiene, como Millar, como Miller, para montárselo por su cuenta.

A menudo, aquellos a los que nos gustan los superhéroes, los que hemos leído superhéroes toda la vida y tenemos la casa repleta de ellos, hemos reclamado superhéroes nuevos, por amor de Dios, superhéroes que revitalicen el género y lo hagan volar por encima de las cenizas que quedan de viejos personajes que tienen 50, 60 o 70 años de historia a sus espaldas. Nada más, y nada menos. Tal vez estemos ya ante el umbral de una nueva era en este sentido, favorecida por la novela gráfica, y los nuevos superhéroes -de autor, por supuesto- están por llegar. Superhéroes... o supervillanos.

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Postdata.

En efecto, NÉMESIS me ha hecho recuperar la fe en Millar (Mark). Tanto que he empezado a recuperar no sólo tebeos suyos antiguos, también viejos archivos al respecto. Permanezcan atentos a sus pantallas.