Ha llegado el momento de mostrar con más detalle las instalaciones del Máster en Narración Visual de la School of Visual Arts, en concreto el workspace donde se trabaja y se imparte la mayoría de clases salvo cuando hay proyecciones o conferencias, que se dan entonces en la cuarta planta, en el miniauditorio que mostré en algún post anterior.
Todas estas instalaciones están situadas en el noveno piso de un edificio que tiene la SVA en la calle 21 Oeste, en la zona de Chelsea (todas las demás plantas del edificio están ocupadas por oficinas y otros departamentos de la SVA). Las tres primeras fotos son de la pared de entrada a esta espacio de trabajo, con diseño de Nathan Fox, Jeff Rogers y Benjamin Marra. La que vemos arriba sentada trabajando en su espacio personal es Jenny, Jennifer Goldstick, una talentosa diseñadora e ilustradora de Chicago que, aunque no es experta en cómic (me contaba que lo está descubriendo recientemente), admira el trabajo de Chris Ware, que le parece asombroso y un modelo a seguir. Jenny ya se gana la vida con su trabajo, especialmente con encargos de ilustraciones infográficas para prensa y publicidad, pero le gustaría de algún modo poder emplear sus conocimientos de diseño e infografía para hacer una novela gráfica algún día. Tal vez sea ése su proyecto final de máster. Otra anécdota: a Jenny le ha hecho mucha gracia descubrir en las clases de Dan Nadel que un buen número de los creadores de personajes famosos del comic book eran judíos, como ella. Luego me estuvo preguntando más al respecto, y le pasé la lista «completa» con enlaces vía email. Jerry Siegel y Joe Shuster, creadores de Superman, Bob Kane, cocreador de Batman junto al también judío Bill Finger, Will Eisner, Stan Lee, Jack Kirby, Harvey Kurtzman, Bernard Krigstein y muchos otros. Como describió Michael Chabon en su novela Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay (2000) y nos recordaba Art Spiegelman –otro famoso judío del cómic– en un ensayo reciente, los cimientos de la industria del comic book fueron construidos por judíos estadounidenses. En sus comienzos, durante los treinta y primeros cuarenta, el medio era «un entorno específicamente judío, prácticamente una extensión de la industria de la confección. Lo inventó un vendedor de publicaciones judío y se popularizó con historias creadas por dos chicos judíos de Cleveland sobre un inmigrante del planeta Krypton. Muchos de los miembros de la primera generación de creadores –como Will Eisner, Bob Kane (Kahn), Stan Lee (Lieber) y Jack Kirby (Kurtzberg)– eran judíos de Nueva York de primera y segunda generación» (Art Spiegelman, 2002).
Más fotos del espacio común de trabajo, dividido en numerosos cubículos personales para los estudiantes. Cada uno de ellos dotado de mesa, pared con vileda para poder anotar o abocetar, y lámpara de mesa.
Algunos dibujos realizados por los estudiantes de este curso, junto al logotipo del máster.
En la habitación contigua al espacio de trabajo se encuentra esta clase. Aquí es donde los profesores exponen, y es también donde se hacen las puestas en común, los debates y las presentaciones de los trabajos realizados por los estudiantes. Tareas en grupo e individuales, dependiendo del encargo que toque. El MFAVN es un máster experimental porque sólo tiene clases presenciales en verano (junio y julio), durante tres veranos consecutivos. El resto del año se trabaja mediante tareas y seguimiento virtuales.
Justo al lado de la clase, en una tercera habitación separada solo por la pared/pizarra que podía verse más arriba, se encuentra una minibiblioteca (fotos de abajo) con libros y cómics de referencia básicos, para poder consultarlos en el mismo espacio de trabajo sin tener que ir a la biblioteca principal de la SVA, que está como a veinte minutos andando desde aquí.
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Filthy Rich, de Brian Azzarello y Víctor Santos, The Playwright, de Daren White y Eddie Campbell, un Acme Novelty Library de Chris Ware, The New Frontier, de Darwin Cooke, Infinite Kung Fu, de Kagan McLeod, etc. En esas estanterías hay también libros sobre diseño y tipografía, ilustración y artistas plásticos. |
Esta es la zona de descanso, contigua a la clase y al espacio de trabajo. Y la que vemos haciendo un break a media mañana en uno de los sillones es Anna Eveslage, una estupenda fotógrafa que también dibuja, como todos los estudiantes del máster. Junto a ella a la izquierda, aunque no se vea, hay una aparador de cocina con varias cafeteras eléctricas y un frigorífico, que sí ve un poco, para que los estudiantes puedan guardar comida y bebida. Hay que tener en cuenta que se puede venir a trabajar a este espacio las 24 horas del día. Por la noche basta con enseñar tu tarjeta de la SVA al guarda de la entrada para que te deje subir, y no hay problema alguno en echarse una cabezada en esos sillones de diseño clásico van der Rohe. Para eso están. De vez en cuando, Joan McCabe, asistente del chair y auténtica «hada madrina» del máster, ha dejado en la nevera frutas y helados gratis para todos. En esas mesas de la zona de descanso también hay caramelos y chupachups. Son detalles que resultan muy agradables.
Las vistas desde la ventana del espacio de descanso. Very typical neoyorquinas como se ve, depósitos de agua incluidos.
Más vistas de la clase. Arriba, las taquillas para cada estudiante.
Un cartel para una exposición del máster que acaban de retirar. Por el estilo de la rotulación diría que el autor, si no me equivoco, es Jeff Rogers.
De vuelta de nuevo al espacio de trabajo. Repito que todo esto está en la misma planta del edificio, son tres habitaciones contiguas.
WHAT TIME IS IT. Aquí arriba puede verse otra vez mi mesa de trabajo (antes de que Alison instalara la lámpara, por cierto), con una página a medio dibujar. En esta ciudad me está dando tiempo a hacer de todo, incluso de dibujar los cómics que tengo entre manos. Cuando uno se levanta a las seis o a las siete, como hace la gente aquí normalmente, el día cunde una barbaridad. Sobre todo si no «se cierra» todo a la hora de comer como sucede en España. A las seis de la mañana ya es de día, porque a diferencia de nosotros aquí siguen la hora solar del meridiano que les corresponde. De este modo, cuando tienes que levantarte a las seis no lo haces de noche, como nosotros (por si alguien no sabe por qué en España llevamos un desfase solar de una hora menos respecto al huso horario que nos corresponde, se debe a una decisión de Franco que hasta ahora nadie ha rectificado. Desde 1942 España no sigue la hora europea occidental –que es la que le correspondería por el meridiano, el de Greenwich, y es la que siguen Reino Unido, Irlanda, Portugal, Marruecos y Canarias– sino la hora de Europa central. La «peculiar» razón de aquella decisión franquista, aquí).
A las seis de la tarde en los States, como en el resto de occidente –salvo nosotros, una vez más– la gente ya ha dado de mano y, si es el caso, se ha recogido en casa; hacia las siete se cena usualmente, como en la mayoría de países occidentales. Esto que digo es el horario estándar, claro. Porque como sucede en todas las grandes ciudades, luego cada cual va a su bola y tiene el horario que tiene, y por eso en Nueva York te puedes encontrar a gente comiendo o cenando a cualquier hora en bares y restaurantes. Las tiendas suelen cerrar tarde en América. Por ejemplo, en Manhattan puedes ver una tienda de cómics abierta hasta las once de la noche, y esto a diario. The city that never sleeps, tal cual. Los domingos abren muchos comercios, pero eso es algo que también vi en Baltimore, no es exclusivo de NYC. Por supuesto, eso significa que hay más trabajadores haciendo turnos de trabajo, no que trabajen más horas que nosotros. Otra cosa que notas en comercios, supermercados y restaurantes es que hay mucho más personal trabajando a la vez respecto a un local similar en España. En los supermercados, por ejemplo, hay más reponedores en todas las secciones y hay más personal en las cajas; incluso tienen a un empleado que organiza la cola para pagar y va «cantando» la siguiente caja libre al cliente que le toca; el resultado de esta organización es que jamás estás más de dos o tres minutos esperando para pagar. No se trata sólo de eficacia, se trata también de que hay más empleados, insisto. Con los bares de copas, restaurantes o diners sucede lo mismo. Las conclusiones, vosotros mismos.
WINDOWS OF THE WORLD. Pero se me va el santo al cielo. Esto es lo que veo desde mi espacio de trabajo en la SVA si me levanto para mirar por la ventana. Aquí debajo, las vistas desde otra ventana.
Más dibujos de los estudiantes. Éstos de arriba en concreto son de Louisa Bertman, dibujante, ilustradora e animadora digital, una profesional que lleva tiempo trabajando en el sector aunque haya decidido ahora hacer este máster. Entre sus artistas de referencia (pueden verse también en esa pared) se encuentran Crumb, Grosz y Schiele. Aquí debajo, más dibujos de otros estudiantes.
El espacio de trabajo está coronado por dos tabletas gráficas Wacom Cintiq, más un éscaner grande formato A3 y una fotocopiadora/impresora multifunción, de libre uso por todos los estudiantes.
EN CLASE. Exponiendo uno de los ejercicios en grupo para la clase de Nathan Fox, el chair del departamento y profesor en el máster (con camisa de cuadros, en el centro de la foto de aquí debajo). Cada uno de los cuatro grupos debía desarrollar una historia inspirándose en un artista como referente que les fue asignado. Recuerdo que dos de los referentes fueron John Baldessari y Man Ray, no me acuerdo de los otros dos. Abajo, presentando y comentando los trabajos de los estudiantes.
De izquierda a derecha: Jacob, Ryan y Nathan, oculto; en el centro Zach; a la derecha Ivory y Louisa, en primer plano.
Jenny inclinada para comentar un trabajo, Nathan en el centro y Anna de pie, a la derecha; al fondo a la izquierda, Feifei, una estudiante china que ha venido expresamente a cursar el máster, Alison con camisa verde y Craig Coss, el alto, un magnífico pintor e ilustrador de California que también está pasando el verano en NYC para realizar el máster. Aquí debajo, un espectacular trabajo en grupo. Realizado por Melissa, Alison y Ryan.
OPEN STUDIOS / PERFORMANCE. Ayer por la tarde hubo sesión de estudio abierto al público en el Máster en Narración visual la SVA, y vino gente a curiosear al espacio de trabajo que os acabo de enseñar. Antes de eso habían comenzado las presentaciones de los proyectos finales de los estudiantes, en formato de performance breve (5 minutos) basado en el objeto amarillo que le fue asignado a cada uno. De nuevo, la importancia de saber «actuar» en público, lo hagas luego como artista o como orador/conferenciante. Cada estudiante ha realizado un show de su padre y de su madre, y de eso se trataba. Debo decir que en general han estado espectaculares. Si yo fuera el responsable del grupo –cosa que es Nathan Fox–, estaría orgulloso de ellos. Él lo está, desde luego, tal como ha dicho esta mañana al terminar todas las presentaciones. Abajo, dos de las mejores para mi gusto: la performance de Zach Ares, ilustrador y animador de Detroit que ha realizado una buena cantidad de dibujos para proyectarlos sobre sí mismo mientras sonaba un relato que ha grabado, y la que ha llevado a cabo Jenny, que ha combinado la proyección de una animación preparada previamente con dibujos hechos en directo de manera sincronizaba, mientras sonaba una narración grabada por ella misma. Todo para contarnos una historia profundamente personal.
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(foto de Anna Eveslage) |
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(foto de Anna Eveslage) |