Mostrando entradas con la etiqueta UCA SANTANA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta UCA SANTANA. Mostrar todas las entradas

martes, 16 de julio de 2013

REINEANDO






ADAMA's VIEW. Vistas desde la oficina de Adama en un piso 44 de la Quinta Avenida, muy cerca de la NYP Library. He podido verlas tras el almuerzo con ella y una amiga/compañera de trabajo. Ya casi me puedo ahorrar la subida al Empire State, que suele estar petado. ¡Gracias, Adama!

Adama es una joven con pasaporte británico (digo esto para hacernos idea de su internacionalidad) que ha vivido en varios países y ciudades (incluyendo Londres, Filadelfia o Málaga) y aún no ha cumplido ni treinta años. Tuve la enorme suerte de conocerla en Málaga en 2005, mientras ella estudiaba varias asignaturas en mi universidad para unos estudios que terminó pronto. 

Como mi amigo Juanma me contó que Adama ahora vivía y trabajaba en NYC (aunque no lleva ni un año aquí todavía), estamos quedando mucho y me está enseñando un montón de cosas de la ciudad, en particular de la rama 'útil'. Digamos que se ha convertido en un de mis cicerones aquí. No se puede pedir uno mejor, teniendo en cuenta su inteligencia suprema, su generosidad y su gracia natural. Digamos también que con Adama te partes de risa constantemente, porque no puede parar de hacer chistes sobre cualquier cosa a la velocidad del relámpago. Alguien podría afirmar también que es 'muy hombre' para hablar con franqueza de según qué temas, pero yo no entiendo qué puede significar semejante afirmación.

(a la ensalada de fotos que sigue, junto a éstas dos de Adama hay que sumar las de JMM y las mías)

BASEBALL ACCORDING TO PETTIBON. Este soberbio mural de Raymond Pettibon se ve desde el paseo de High Line Park. The High Line Park, por cierto, es un parque público alucinante construido sobre una antigua vía de tren elevado, una iniciativa promovida por una asociación privada e inspirada en una similar realizada previamente en París. Enlace


THE HIGH LINE PARK. Vista de. El parque público construido sobre una antigua línea de tren elevado. En algunas zonas han conservado las vías, y en otras los bancos y el mobiliario urbano en general tiene un diseño inspirado en las instalaciones del tren, estaciones, etc.

BANDEROLAS SVA. Entrada de dos sedes de la School of Visual Arts, zona de Chelsea. Yo tengo mi espacio de trabajo en el edificio que se ve en la izquierda. Pero el edificio clásico (digamos que el "principal") de la SVA no está ahí sino por la tercera avenida, a la altura de la calle 23. Éste.

Lo que se ve en la foto está más abajo hacia el sur (a la altura de la calle 21) y hacia el oeste, cerca de la Avenida Broadway. Como dije, la SVA tiene edificios en varias localizaciones. La biblioteca está en otro sitio distinto a todos los anteriores. El resultado es que me hago a pata unos cuantos kilómetros todos los días. 



AUDITORIO SVA. Otro de los múltiples edificios de la SVA, que como digo tiene sedes por toda la parte sur de Manhattan. Esto es un teatro/auditorio que está en la zona de Chelsea. Yo ya tenía una idea de la buena fama de la SVA, pero es mucho mayor de lo que pensaba. Es realmente conocida en todo Estados Unidos, y sus instalaciones son impresionantes. Una gran empresa con bastante personal y una ya larga tradición, vamos. Si repasamos algunos de los profesores que han dado clases en ella, nos haremos buena idea de su prestigio. Sólo por limitarme al cómic (y hay pintores bien conocidos que también han sido profesores en la SVA, como Malcolm Morley, o el reputado diseñador gráfico Steven Heller, ya citado), por la SVA han pasado como docentes Harvey Kurtzman, Art Spiegelman, Gary Panter, Will Eisner o David Mazzucchelli. En fin, para un modesto dibujante de cómic de un país modesto es un auténtico sueño poder estar aquí. Para qué nos vamos a engañar.

ALISON's WELCOME. Alison Paul, una de las estudiantes del Master of Fine Arts de Narración visual de la School of Visual Arts me sorprendió con este dibujazo a la semana de aterrizar en el máster. También instaló la lámpara de mesa, que yo tenía en la caja sin sacar después de esa semana (sigo siendo un desastre, en España o en NYC). Sí, ésta es mi mesa de trabajo, 9th floor de la sede del MFA Visual Narrative de la SVA. Mil gracias desde aquí, Alison. De todo corazón.

ANTES Y DESPUÉS. Como se ve respecto a la foto anterior, tardo poco en desordenar los sitios. En eso también sigo igual, en NYC o en España.

CIERRA LA WINDOW QUE ESTÁ REINEANDO. 'Reineando' o 'raineando' es un palabro spanglish que puede oírse por aquí. Más expresiones spanglish que me enseñaron Uca y JMM: 'llámame patrás', 'te llamo patrás' (adaptación peculiar de call me backI call you back), 'no pises la carpeta' (alfombra, carpet), 'voy a subir al rufo' (tejado, roof), e incluso 'culeándose en el rufo' (tomando el fresco, cool, en el tejado). 

El que asoma en la fotografía es Craig, otro estudiante del MFA y uno de los muchos que han venido expresamente a Nueva York a hacer el máster (es del sur de California, y vive allí). Eso es lo que veo desde mi cubículo de la SVA cuando miro hacia la ventana. Pronto más.

viernes, 12 de julio de 2013

SHOW & TELL

Ayer al mediodía fui a una conferencia en la School of Visual Arts de Steven Heller, historiador del diseño, director de arte en el New York Times -responsable en particular de la dirección de arte del suplemento literario- y profesor en la SVA desde hace más de 25 años. Fue espectacular, y me quedo corto. Heller estuvo impecable, tanto en su presentación en imágenes como en su oratoria, segura, templada y con un dominio apabullante del ritmo y los tiempos. Un verdadero "animal escénico", que diríamos en España. 


Mis dibujitos durante la conferencia de Steven Heller en la SVA. Puede verse otro dibujo-resumen de su charla en el blog de Steven Little
Lo que ocurre es que, por lo que llevo visto aquí en Estados Unidos, ésa es la norma aquí. No la excepción. La gente, dicho llanamente, habla de puta madre en público, y esto en general, sean profesores, estudiantes o un señor mayor que te aborda en el American Visionary Art Museum de Baltimore (donde estuve el fin de semana pasado con Santiago, que vive allí) para explicarte cuál es el mejor recorrido para ver las exposiciones. Es realmente asombroso, y lo digo sin exagerar porque de verdad me asombra verlo, lo bien que se expresan los estudiantes cuando intervienen, o cómo preguntan en las clases o conferencias. Preguntas abundantes, inteligentes, articuladas, bien formuladas. Por ejemplo, las que ayer le hizo Jenny a Steven Heller. Debo aclarar que muchos de estos estudiantes no viven en NYC, han venido provisionalmente para hacer este máster. Hay un estudiante del sur de California, Jenny es de Chicago, otra estudiante es de Washington DC, otro del medio Oeste, etc.

Este miércoles por la tarde había una conversación en la Society of Illustrators entre el historietista Bob Fingerman y el guionista y actor Frank Conniff que me había sugerido JMM como posible acto cultural al que asistir. Le hice caso y acudí. La entrada no era gratis: si no eras miembro de la asociación, estudiante pregraduado o persona de la tercera edad -y no soy ninguna de las tres cosas, al menos que yo sepa-, el ticket te costaba 15 dólares. A mí al principio me pareció un poco timo, pero claro, yo iba pensando en el tipo de actos públicos a los que estamos acostumbrados en España. Sin embargo, como dicen aquí, you got what you paid for. Para empezar, y ya que el evento tenía lugar a la hora de la cena (sobre las siete de la tarde), había un bufet de comida y bebida. Pero eso era lo de menos una vez que comenzó la conversación entre Fingerman y Conniff. Puedo jurar que aquello parecía un auténtico show cómico en toda regla, ejecutado por dos profesionales consumados de la comedia televisiva que improvisan réplicas y contrarréplicas a la velocidad de Flash. Vamos, si lo filman y te lo ponen en la tele funciona perfectamente como tal show cómico. El club de la comedia, el originalPero Fingerman es dibujante e historietista, no actor. Para cuando terminó el evento, sentía que había gastado muy bien mis 15 dólares. Cliente satisfecho. De eso se trata, claro.


Frank Conniff y Bob Fingerman. La foto la he robado del Facebook de Fingerman.  Alguna anécdota: Fingerman estudió en la SVA y tuvo como profesor a Harvey Kurtzman, una de sus principales influencias como historietista (otras son Will Eisner y Art Spiegelman, como explicó). En 1984, siendo aún estudiante, Fingerman llegó a trabajar para Kurtzman. "Como editor era brutal, como profesor era extremadamente gentil".
Uca Santana, que es profesora de español en un instituto de secundaria de Brooklyn, me explicó con detalle la tradición americana de Show & Tell que se practica en la escuela primaria, ya desde los primeros años. Cada niño tiene que llevar un objeto a clase y explicar a los demás por qué lo ha elegido, cómo lo consiguió, qué significa para él, etc. Esto se hace por supuesto con la finalidad de entrenarles para hablar en público desde la más tierna infancia y los niveles educativos más básicos. 


De repente, mientras escribo estas líneas, caigo en todo lo que eso significa implícitamente, más allá del obvio ejercicio educativo; en la tradición cultural específica que hay detrás, en los valores procedentes de la Ilustración y del concepto de República democrática que se encierran en un ejercicio pedagógico tan aparentemente simple. Al niño se le está educando desde su primeros años en la escuela para ser ciudadano. No ya para defenderse en la vida y emprender con éxito las tareas profesionales que elija, que por supuesto también, sino para relacionarse con sus iguales -otros ciudadanos, una república de hombres, lo que por cierto incluye también a sus políticos- en actos públicos de la más variada índole. Se les está entrenando para articular y argumentar un discurso público ante los demás ciudadanos, de tú a tú, sin miedo a hacerlo, un discurso que puede ser crítico o discrepante. ¿Por qué deberían tener miedo, por otra parte? 

Pero en países como el nuestro la gente suele sentir verdadero pánico a hablar en público. Pensemos también en toda la tradición político-cultural que puede haber detrás de ese miedo escénico



También tengo la sensación de que el idioma inglés favorece mucho esta claridad de expresión, por algo se ha impuesto como la lengua franca, el "esperanto" de facto del mundo mundial. Como si una cultura con semejante idioma, tan estructurado y hasta cierto punto sencillo de usar, estuviera destinada a imponer su sistema económico y cultural al resto del mundo. Obviamente no se trata sólo del "lenguaje por sí mismo", que también (si hacemos caso a McLuhan, y yo creo que tenía razón, el medio -la imprenta, el coche, la televisión, etcétera, pero también el mismo idioma- es el mensaje porque estructura nuestro pensamiento, nuestra visión del mundo, y por tanto una vez más la forma construye el contenido), sino sobre todo de cómo te enseñan a usar ese lenguaje. Depende de tu entrenamiento previo en la escuela y en la vida social, y en general de lo estructurada que está la sociedad aquí, a todos los niveles. La palabra es justamente ésa, estructura. Lo ves en la misma retícula del callejero: las calles americanas suelen estar planificadas racionalmente, también en Baltimore; parece
 el proyecto de la Ilustración llevado a la realidad en todos los aspectos. Recuerdo que cuando aterricé en Manhattan me costó un par de días entender el mecanismo de su retícula urbanística. La calle 23 Este con la Tercera Avenida. O la calle 21 Oeste con la Sexta. En realidad es un esquema tan sencillo que a tu mente, acostumbrada al dédalo intrincado de nuestras calles europeas, le cuesta entenderlo. Cuando lo consigues, te parece lo más fácil, lógico y natural del mundo. De hecho, mientras te mueves por la retícula, es imposible perderse aunque no conozcas la zona ni lleves un plano. Está pensado justamente para eso, para no perderse.

Pero luego desde España solemos decir qué tontos e incultos son los americanos, ¿verdad? A diferencia de nosotros.