miércoles, 8 de septiembre de 2010

DAS EXPERIMENT


Un fantasma recorre la blogosfera, supongo que ante la alerta desatada por esta ola de cómic experimental que nos "invade" con muchos autores de la novela gráfica reciente. Por lo visto, los experimentos se deben hacer con gaseosa, y punto pelota. ¿Experimentar, para qué? "Chorradas de modernos".

No sé si lo más significativo de una "reflexión" de semejante calado es el pensamiento global que la apoya o la ignorancia supina que demuestra. Todo arte se desarrolla (que no "evoluciona", como si la historia de un arte estuviese hecha de "especies inferiores" que "evolucionan" teleológicamente hacia "especies superiores") gracias precisamente a experimentos, ensayos, pruebas. ¿Qué eran sino experimentos curiosos las "historias en estampas" que hacía en su tiempo libre (allá por 1827-30) el suizo Rodolphe Töppffer, el que está considerado hoy día como padre del cómic? ¿Y qué eran sino experimentos los que hacía cada semana en sus páginas dominicales Winsor McCay? ¿Y los que hicieron Noel Sickles y Milton Caniff para desarrollar un estilo gráfico y narrativo que generó la conocida luego como escuela del claroscuro? ¿Y los experimentos semanales de Will Eisner y su estudio de colaboradores en THE SPIRIT, serie que ha sido calificada hasta la saciedad como "laboratorio de pruebas", experimentos que con el paso de los años se incorporaron al lenguaje convencional del cómic? ¿Y los experimentos que hizo en los cincuenta Harvey Kurtzman? ¿Y los de Bernie Krigstein (abajo), con diseños y puestas en página que eran rarísimos para su época?

MASTER RACE, 1955

Los diseños y planificación de Krigstein en concreto, en los que descomprimía la acción en un número de viñetas insólito para el cómic de los años cincuenta, han sido incorporados posteriormente al repertorio de recursos convencionales del cómic, una vez que fueron asimilados por autores posteriores y aplicados con regularidad a las historietas.

Por ejemplo, Jim Steranko en 1969:

No puedo evitar imaginarme ahora a algún "sabio" que clama en contra de los experimentos sentarse delante de aquel DAREDEVIL de Miller de 1980 en el que copiaba los diseños de Kringstein (experimentales en 1955) de MASTER RACE, y reflexionar con gran sabiduría: "Mmm, este Daredevil, esto sí es un cómic como dios manda, esto si es buena 'narrativa', y no esos experimentos raros de modernos". Esto, ante una página de un joven autor que por entonces se limitaba a incorporar al comic book de superhéroes lo que en su momento fue un auténtico experimento de Krigstein. De hecho, todo lo que hoy nos parece "natural" en el lenguaje del cómic tuvo su origen en algún momento, tiempo atrás, en un EXPERIMENTO de un autor. Por la misma razón, los experimentos del presente darán lugar al lenguaje del futuro.

1955

1980

8 comentarios:

Unknown dijo...

Creo que nadie te puede negar en este post que lo has clavado. Creo sin duda alguna que ahí radica el éxito que ha tenido siempre el cómic, esos extraños momentos en los que un grupo o un individuo se han puesto ha indagar en el lenguaje propio del medio y han conseguido maravillar a todos, incluidos los no lectores habituales. Son los intervalos entre este grupito de génios, sin embargo los que todo el mundo acaba recordando...ay
Magnifico post, Pepo

Unknown dijo...

Por cierto, que jodidamente bueno era el cabrón de Steranko...

Pepo Pérez dijo...

Sí, iba sobrado en todo. Diseño, planificación, color, grafismo... Aprendió rápidamente de algunos de los grandes (Kirby, Eisner, Wood, Krigstein) y se lanzó rápidamente a desarrollar su propio camino aplicando esos recursos aprendidos y llevándolos más allá... E incorporando además otras influencias ajenas al cómic: el diseño gráfico más avanzado de su época, el pop art, el op art, el surrealismo... Lástima que haya hecho tan poca cosa en cómic. También es que no aguantaba los choques con el editor, el medio comic book en 1970 no le permitía suficiente libertad, y encima en otros campos le pagaban más... Steranko tiene esa cualidad además de que siempre te sorprende cuando vuelves a él, sigue pareciendo fresco, moderno... Dolmen acaba de publicar un libro sobre él de Ángel de la Calle, por cierto.

Octavio B. (señor punch) dijo...

que viva la madre de Steranko, sí seños...

respecto a los críticos que alaben el "cómic bien hecho", bueno, me encantaría leerlos para repartir cera, porque es una chorrada como la copa de un pino. Tanto los autores menos inventivos como los más osados merecen respeto porque tienen cada cual su espacio, y negar la necesidad de cualquiera de ellos es ridículo. Aunque la verdad, piense en quien piense, al azar, cuando salta un nombre de un maestrazo, siempre es alguien que en algún momento rompe la pana formalmente... aunque, que también pase, esa ruptura termine superada y no se entienda sin contextualizar, ¿no crées, Pepo (y pienso en la cantidad e autores de aquí en los setenta, el rollo Rambla y sus búsquedas, ya tan desfasadas...)?

Pepo Pérez dijo...

Bueno, de los experimentos no siempre salen cosas aprovechables... Pero es como todo, hay tebeos que salen mejor y otros peor, y eso puede pasar tanto en tebeos experimentales como en tebeos "clásicos"...

Pero, claro, argumentar que porque un determinado experimento quedara en agua de borrajas que "los experimentos, con gaseosa", sería como decir que porque un tebeo de corte "clásico" salga malo todos los tebeos clásicos no valen un duro, y que todo debe ser experimental.

Cada obra es una obra, en singular, ella y sus circunstancias, y con los autores lo mismo... A mí lo que me fastidia realmente es cuando alguien se empeña en decirle a los demás lo que tienen que hacer... No sé, Canales y Guarnido (es un decir) igual no serán muy experimentales haciendo Blacksad pero seguro que se lo pasan muy bien, así que olé sus huevos. Y lo mismo vale para los tebeos experimentales de Anders Nilsen...

Pepo Pérez dijo...

Y se me olvidaba antes el argumento importante, Octavio, en respuesta a tu pregunta sobre los experimentos que quedaron en nada. Un experimento es, por definición, una prueba, un ensayo, donde se prueba y "examina" la eficacia de una cosa. En este caso, el cómic, de un tipo de grafismo o estilo de dibujo, de un determinado diseño, de un planteamiento narrativo, de colores, trazos, líneas, textos, tipo de textos, elementos gráficos en la página, lo que sea. Y, como tal prueba o ensayo, puede salir bien, mal o regular. Del experimento puede salir algo útil o algo inútil. Incluso aunque el experimento en sí sea inútil, puede que le lleve al autor a otras ideas que no tenía previstas, o incluso que un autor DISTINTO saque una buena idea de un experimento fallido de otro.
Porque se prueba o experimenta algo NUEVO, que no está probado aún. Por eso, el experimento es intrínseco a la posibilidad del fallo. Con las cosas que ya están probadas es más difícil meter la pata, claro. Pero, si no se hace la prueba, si no se experimenta, si nadie experimenta (y con abundancia), nos quedamos igual que estábamos, con las mismas cosas, los mismos recursos del pasado.

La postura anti-experimentos, aparte de ignorante y castroja, más retrógrada no puede ser, eh?

Celestino dijo...

Estimado Don Pepo, estos días he tenido acceso a nuevos tipos de tecnología (que aún tardaré tiempo en poderme permitir)que me están abriendo los ojos a una nueva realidad...las posibilidades son infinitas, no hay casi diferencias entre el trabajo a mano ni el trabajo realizado coherentemente en máquina...lo cual me hace pensar que pronto tampoco habrá diferencias entre tipos de soporte. La novela gráfica tendrá otro soporte a partir de ahora y seguirá siendo novela...y encima las nuevas posibilidades serán tremendas... Las cosas están cambiando a tal velocidad que defender los soportes o tecnologías de hace 10 años ya no tiene sentido y estar unido a un esquema anterior ya no tiene lugar en este momento.

Esto, unido a una crisis de valores resuelta con la lectura del mejor tebeo/cómic/novela gráfica/lo que sea... que he leído en los últimos años, "Una vida errante" de mi amado maestro Tatsumi, y de la asimilación de la "novela gráfica" como etiqueta, formato, corriente, lo que sea (ya ni sé, pero tantos chinos no pueden estar equivocados si dicen que eso se llama vino, deben tener razón) me hace replantearme mis radicales posturas y mi "tancament" de miras al respecto...con lo que estoy viendo ahora, siento que en el futuro no habrá diferencias entre géneros, soportes y contenidos....un futuro que me parece interesante en el sentido en el que todo estará mezclado con todo....sea en un libro/tocho/gordo o realizado en cualquier otro tipo de soporte y técnica...

Rectifico mis posturas y agradezco pues como autor y como persona las conclusiones aprendidas, de alguna forma indirectamente aquí en tu espacio....

Agradecido...

Pensaba hacer algunos comentarios radicales de aquellos fundamentados sobre Miller/Krigstein/steranko para tocar un poco los cojoncillos (de forma simpática ya sabes), pero tras esta reflexión (o crisis de madurez) no puedo....

Un afectuoso saludo y suerte!!...

Octavio B. (señor punch) dijo...

pues por supuesto, estoy de acuerdo con tu razonamiento: hay que mojarse para pescar, y si en vez de un hermoso rodaballo sale un pez escuchimizado, pues ese es el riesgo. Lo bueno es la actitud, atreverse a meter las piernas y probar cosas. Pero vamos, en cualquier arte, sea cómic, cine o plástica.
Lo bueno es comprobar que mientras las artes mal llamadas "Mayores" viven una crisis del copón (es mi opinión,y la reitero cada vez que piso un museo de arte contemporáneo en Galicia... habrá excepciones, pero lo común roza el timo), las vanguardias del cómic demuestran hoy un estado de salud en el medio que deberían envidiar desde otros lugares más 'respetables'.