martes, 22 de junio de 2010

EL MANIFIESTO DE LA NOVELA GRÁFICA

Según Eddie Campbell:

"Existe tanto desacuerdo (entre nosotros mismos) e incomprensión (por parte del público) acerca del tema de la novela gráfica que ha llegado el momento de establecer unos principios básicos.

1. "Novela gráfica" es un término desagradable, pero lo emplearemos partiendo de la premisa de que por "gráfico" no nos referimos en absoluto a gráficos y de que "novela" no significa nada relativo a las novelas (de la misma manera que "Impresionismo" no es un término estrictamente aplicable; de hecho fue empleado originalmente como un insulto y posteriormente adoptado en espíritu de desafío).

2. Puesto que no estamos de ningún modo refiriéndonos a la novela literaria tradicional, no sostenemos que la novela gráfica deba ser de las mismas dimensiones o peso físico. En consecuencia, los términos "novella" y "novellete" no son aplicables aquí y sólo contribuyen a confundir y distraer a los espectadores de nuestro objetivo (ver abajo), haciéndoles pensar que estamos creando una versión ilustrada de literatura estándar cuando en realidad tenemos asuntos más importantes que atender; esto es, estamos forjando una nueva forma de arte que no estará atada a las reglas arbitrarias de una anterior.

3. "Novela gráfica" significa un movimiento más que una forma. De manera que podemos hacer referencia a "antecedentes" de la novela gráfica, como las novelas en xilograbados de Lynd Ward, pero no tenemos interés en aplicar el nombre de manera retroactiva.

4. Puesto que el novelista gráfico contempla con respeto los antecedentes de genios y profetas sin cuyo trabajo no pudiera haber imaginado el suyo propio, no se siente obligado a ponerse en fila detrás de Rake's Progress de William Hogarth cada vez que obtiene una mención o publicidad para sí mismo o para el arte en general.

5. Puesto que el término define un movimiento, o un evento en evolución, más que una forma, no se gana nada con definirlo o "medirlo". Tiene aproximadamente treinta años, aunque el concepto y nombre ha comenzado a sonar desde hace al menos diez. Como aún se está desarrollando existe una gran posibilidad de que cambie su naturaleza el año que viene por estas mismas fechas.

6. El objetivo del novelista gráfico es tomar la forma del tebeo, que se ha convertido en algo embarazoso, y elevarla a un nivel más ambicioso y significativo. Esto implica generalmente aumentar su tamaño, pero debemos evitar caer en discusiones acerca del tamaño permisible. Si un artista ofrece un par de historias cortas como su nueva novela gráfica, (como hizo Eisner en Contrato con Dios) no debemos caer en polémicas. Sólo debemos preguntarnos si su novela gráfica es un par de buenas o malas historias cortas. Si él o ella utiliza un personaje que aparece en otra obra, como las varias apariciones de Jimmy Corrigan fuera del libro principal, o los personajes de Gilbert Hernandez, etc., o incluso personajes que no queremos permitir en nuestra "sociedad secreta", no los descartaremos por esa razón. Si su libro no se parece en nada a los tebeos, no le objetaremos nimiedades como ésa. Sólo debemos preguntarnos si esa obra contribuye a la suma total del conocimiento de la humanidad.

7. El término novela gráfica no debe emplearse para describir un formato comercial (como "trade paperback" o "tapa dura" o "formato Prestige"). Puede ser un manuscrito inédito, o serializado en partes. Lo importante es la intención, incluso si la intención llega después de la publicación original.

8. El tema del novelista gráfico es toda la existencia, incluyendo su propia vida. Él o ella desdeña la "ficción de género" y todos su feos clichés, aunque intenta mantener una mente abierta. Rechaza especialmente la noción, que aún prevalece en muchos círculos, y no sin razón, de que el cómic viene a ser un subgénero de la ciencia ficción o de la fantasía heroica.

9. Al novelista gráfico jamás se le ocurrirá emplear el término novela gráfica cuando hable con sus colegas. Entre ellos se referirán por norma general a su "último libro", su "trabajo en proceso", "esa chapuza", incluso "cómic", etc. El término se empleará como un emblema o una vieja bandera que deberá ser ondeada a la llamada de la batalla, o cuando se masculla para preguntar sobre la localización de cierta sección en una librería desconocida. Los editores deberán emplear el término una y otra vez hasta que signifique aún menos que la nada que ya significa ahora.

Aún más, los novelistas gráficos serán muy conscientes de que la próxima generación de historietistas escogerá trabajar en las formas más sencillas posibles y se burlarán de nuestra pomposidad.

10. El novelista gráfico se reserva el derecho de negar parte o todo de lo mencionado arriba si ello le supone ventas rápidas".
Eddie Campbell, 2005.

5 comentarios:

elpablo dijo...

siempre he sido muy fan de los manifiestos, sobre tó si terminan con una sentensia como la última!
bravo por eddie!

Gabriel dijo...

Buenísimo!
Agudo y con un sentido de la ironía punzante y calculado, como requiere todo buen manifiesto que se precie de serlo.
No se puede ser más británico.

Dani Gómez dijo...

Que bien! Traducido y todo! Que maravilla! Muchas gracias!

gerardo dijo...

Muchas gracias por subirlo, Pepo, no lo había leído nunca, y es genial, y agudísimo. Lo leo además justo después de haber leído esta tarde El destino del artista. Me recuerda el manifiesto, por la ironía, al decálogo del buen bibliotecario de Eco.

Un saludo.

The Watcher.

Pepo Pérez dijo...

De naaaada.