sábado, 29 de mayo de 2010

LA LÓGICA DEL GRAFISMO

"Todo lo que aparece en un tebeo surge de la nada o, mejor dicho, del milagroso contacto del lapicero – en su caso pincel – con la página – en su caso pantalla –. Así pues, en el origen de la historieta no hay selección sino creación. Esta primera diferencia hace que el historietista adquiera una mayor presencia –al menos más evidente – en su obra. Tiene que fabricar esa materia prima a partir de la cual desarrollará su historia. La forma, el aspecto concreto de cada elemento de la figuración sale directamente de su ingenio y de su habilidad gráfica. Esto hace, entre otras cosas, que su trabajo posea una marca inscriptiva, una huella de la mano y de su recorrido por el papel que el cine nunca ha tenido y que en literatura desapareció cuando la caligrafía se perdió tras las convenciones tipográficas de la imprenta. Existe por lo tanto una dimensión grafológica, ausente en los otros medios, que, además de perseguir los objetivos funcionales propios de toda narración, deja constancia de algo íntimo, personal y, como consecuencia, profundamente revelador: el trazo.

[...] Porque, en definitiva, no se ha tratado de hablar de la capacidad de la historieta ni siquiera de su calidad sino, tan solo, de su especificidad. [...] De esta manera, a través del contraste entre los recursos que comparte y los que la diferencian de otros medios, se consigue delimitar esa zona por donde circula la especificidad de la historieta. Una especificidad que no pretende tan solo determinar lo que le pertenece en exclusiva sino, tal y como se desprende de la etimología del término, caracterizarla como especie. Y el resultado, siempre aproximado como suele ocurrir en este tipo de búsquedas teóricas, es que la historieta obedece a una lógica distinta a la del relato literario o a la del relato cinematográfico. Como no podía ser menos dada la materia con la que se fabrica, como resultaba previsible habida cuenta de esa sangre de tinta y color que la recorre y le da vida, la historieta obedece a la lógica del grafismo".
Antonio Altarriba

3 comentarios:

Agu Ariza dijo...

¿Y el collage? ¿y la fotocopia? ¿y la huella de una patata, un trozo de tela? ¿Y el dibujo vectorial?¿y los miles de filtros del photoshop? (Aunque nombre el ordenador...) ¿Y los miles de calcos, y papeles de cebolla? ¿y los ayudantes, embellecedores, entintadores, coloristas?¿y los puntos benday?¿y los colores pantone?¿ y los fallos de registro y el resto de fallos probables de impresión? La huella, el trazo personal humano, creo que hace mucho tiempo que no es el protagonista ni quien decide el resultado final. De hecho nunca ha sido así. Las soluciones gráficas, las posibilidades de la linea, los colores, los bloques de negro macizo, la trama de impresión, el tipo de papel. Muy poético y bonito. Pero creo que el cómic juega con todas las reglas de la plástica pero para ser reproducido (en papel o en cualquier otro medio electrónico)...

Pepo Pérez dijo...

Bueno, creo que el texto no pretende ser "normativo" sino aludir a lo que ha sido en su inmensa mayoría la historia del cómic... hablando de historia... Töpffer, Busch, Cubas, Apeles Mestres, Outcault, McCay, Opper, Herriman, Segar, Sterrett, Saint-Ogan, Hergé, Foster, Raymond, Crane, Sickles, Caniff, Robbins, Toth, Kirby, Eisner, Feiffer, Schulz... Kane, Ditko, Steranko, Crumb, Spiegelman, Adams, Miller, Uderzo, Franquin, Moebius, Mézières, Gotlib... Tardi, Muñoz, Breccia, Solano López... Sfar, Blain, David B., Satrapi... Tezuka, Tatsumi, Mizuki, Otomo, Maruo, Taniguchi...Vázquez, Escobar, Ibáñez, Giménez, Gallardo, Max, Martí, Prado... Paco Roca, Sáez, Valenzuela, Brieva, Paco Alcázar... Bechdel, Ware, Burns, Clowes, Sacco, Seth... yo diría que hay mucha huella de la mano humana en la historia del cómic, sí...

Pepo Pérez dijo...

Por puntualizar algo más, si uno se lee el artículo completo descubrirá que Altarriba se refiere por "grafismo" no sólo al dibujo, también y muy especialmente al diseño, un elemento esencial en la forma del cómic y otra de sus especificidades respecto a, por ejemplo, el cine.