miércoles, 22 de diciembre de 2010

"LA NOVELA GRÁFICA ES ALGO MÁS QUE UN FORMATO".

"Koldo Azpitarte: La primera pregunta, aunque un poquito tópica, es cómo veis vosotros la actual situación de la historieta con la irrupción del fenómeno de la novela gráfica como una forma de contar historias para un público adulto y con un formato y unos objetivos claramente diferenciados de los que había hace un par de décadas. Cómo lo veis vosotros y cómo os está afectando, cómo está alterando vuestra forma de afrontar el cómic.

Paco Roca: La verdad es que lo de la novela gráfica es un concepto como bastante abstracto. Pero en cierta forma, al menos como yo lo entiendo, para mí significa la libertad absoluta. Yo creo que muchas veces… o hasta ahora, el cómic casi de concepto, incluso para el autor, tenía como un límite. O bien era la aventura, o bien eran las entregas, o bien era ese formato de 46 páginas. Y ahorra con este concepto de la novela gráfica yo creo que es como la libertad absoluta para el autor, puedes contar cualquier cosa. Yo creo que este poder contar cualquier cosa también nos ha abierto los ojos a todos los autores de que no hay que ceñirse tampoco a lo que hemos estado hablando hasta ahora, o no hay que ceñirse a que tiene que tener 46 páginas, y tiene que tener un personaje que continúe, con lo cual hay que mantener siempre una trama o algo así. No, yo creo que de repente es como que te has dado cuenta de que se ha abierto todo un mundo, todo un mundo en el que puedes hacer lo que quieras. Y además la novela gráfica yo creo que sería como una etiqueta un poco extraña, yo creo que simplemente es una nueva época para el cómic en la que puedes hablar de cualquier cosa. Desde este punto de vista, a mí me sirve para eso, para poder afrontar cada proyecto como empezando desde cero, como olvidándote de todo lo que has hecho hasta ahora, todo lo que se ha hecho, e intentar buscar nuevos caminos en ese universo que se nos ha abierto lleno de posibilidades diferentes.

Antonio Altarriba: Sí, yo creo que en este debate de si la novela gráfica es algo más que una etiqueta, algo más que una fórmula de marketing promocional, si es un tebeo gordo rebautizado con un nombre rimbombante… Yo creo que al final, y después de haber oído muchos argumentos de un lado y de otro, yo creo que la novela gráfica es algo más que un formato. Por una parte es lo que dice Paco. Como formato es la posibilidad de plantearte historias de largo alcance, con temáticas la mar de diversas, pero por otro lado, lo queramos o no, es la fórmula que está permitiendo un mayor acceso a un público y a unos sectores de distribución que hasta ahora habían estado cerrados. Yo creo que una de las bazas que tiene que jugar el cómic es ir más allá de lo que es el público tradicional o habitual del cómic, conquistar otros lectores, y para ello, pues bueno, tiene que aparecer, como empieza a aparecer ya en las páginas de periódicos, de suplementos, en los espacios culturales de televisión, de radio… Y parece que ser que esto de la novela gráfica facilita un poco este acceso, que está apoyado por una serie de obras que, por una vez en mucho tiempo, se están consolidando. Paco Roca publica en 2007 Arrugas, y estamos en 2010 y Arrugas es todavía un libro vivo y funcionando. Antes era muy raro que una novela gráfica, un álbum, como quiera que se llame, se mantuviera en el mercado más allá de los 3, 6 meses, que es la vida del lanzamiento como novedad. Es el caso de Arrugas, pero luego, en el ámbito de lo que conocemos como novela gráfica, el Maus ya lleva como 15 años, y sigue funcionando. Persépolis, Epiléptico… Es esta fórmula de la novela gráfica la que, por primera vez, parece que va asentando el cómic como un sistema cultural normalizado, que tiene sus clásicos, que tiene sus novedades, que tiene sus referencias básica, y eso es muy importante no solamente para tener unas referencias, sino para la propia supervivencia de los autores. Si las generaciones de dibujantes y de guionistas han ido desapareciendo hasta cierto punto… A mi izquierda está Rubén, que como yo, creo que somos supervivientes de unos años 80 en donde nos iniciamos en el mundo del cómic, pero de aquel grupo de compañeros, que éramos muchos, si tú ves la nómina de los que están ahora, no hay muchos. Y eso es debido a esta velocidad de consumo, a este asentamiento del medio únicamente en la novedad y en la moda. Y por eso me parece que sí, que [la novela gráfica] es importante y que de alguna forma sí que marca un antes y un después en la evolución del cómic contemporáneo. No sé qué pensará Rubén.

Rubén Pellejero: La verdad es que estoy de acuerdo con lo que ha dicho Paco y con lo que has dicho tú, has resumido muy bien lo que es la novela gráfica. Para mí, bienvenido sea el apellido novela gráfica o como la queráis llamar. Pienso que es importantísimo para la historieta en sí. En cuanto a mí como autor, que provengo de un formato podemos decir que europeo, pienso que la novela gráfica lo que aporta sobre todo, a mi modo de entender, es una libertad que por lo general los formatos más tradicionales no dan. No tan solo de formato, sino que la temática está mucho más abierta que los géneros habituales. Y también el planteamiento del propio autor. Si antes nos planteábamos siempre intentar hacer una obra con 64 páginas, a todo color, y en ello ponías sangre y sudor y lágrimas para conseguirlo, ahora creo que es como mucho más directo. Es algo que proviene de la propia obra del autor, es un medio más directo de conectar con el público. Porque nos apartamos un poco de esta presión tan profesional que antes había en la historieta. Siempre la habrá, ¿no? Yo recuerdo… hablamos de novela gráfica, pero tenemos el ejemplo en Francia a L’Association, que ya hace tiempo publicaba en formato de novela gráfica. Para mí, bienvenido sea. Es un nuevo objetivo para la historieta que nos permite acercarnos a un público diferente que conoce otro modo de expresarse de la historieta además del tradicional.

[...] Paco Roca: La verdad es que yo sí, yo sí que he notado que el público ha ido cambiando. Desde las primeras cosas que empecé a hacer, que eran quizá más de género, como El juego lúgubre, que era una historia de terror, hasta Arrugas, sí que notas que tu público va cambiando, que empieza a ser un público más de todo tipo. Deja de ser ese público que únicamente leía cómics y, por ejemplo con Arrugas, empiezas a tener los dos mundos, gente que jamás había comprado un cómic y que se ha comprado ese porque el tema le interesa. Lo que me hace mucha ilusión. [...] Es como un momento, como el arte moderno en la pintura. En el que tú puedes hacer lo que quieras. Ni siquiera hay limitaciones para el autor, yo creo que incluso hasta el momento, el autor siempre ha pensado que era autor de cómic y eso parece que le limitaba a la hora de crear. “Bueno, no voy a meterme en estos temas, porque al fin y al cabo lo que estoy haciendo es un cómic”. Yo creo que muchas veces hasta los autores mismos se estaban limitando la posibilidad de hacer cosas más… no sé… con más profundidad, digamos. Y lo que decía Koldo del formato, también, yo creo que habíamos conseguido un poco la novedad de que la novela gráfica tenía que romper ese formato, ya no teníamos que ir al tamaño de álbum francés, ya no tenían que ser 46 páginas…[...].


[...] Altarriba: Yo trabajo aquí, en la UPV, en la universidad, y trabajo en esto del cómic desde hace un montón de tiempo. Hice una tesis ya hace 30 años sobre el tema y nunca hasta ahora había recibido como estoy recibiendo solicitud de bibliotecas de otras universidades para que les pase una lista básica de títulos de cómic, porque parece ser que “esto está muy bien, esto es muy atractivo”, me dicen. [...] Yo por ejemplo, como he contado, que llevo mucho tiempo en esto del cómic y que me inicié en esos otros formatos, en los 80 yo no habría podido escribir El arte de volar como guión. Bueno, no estaba ni en la onda ni en las condiciones ni en la situación, pero es que yo creo que ni siquiera a ninguno de los que estábamos por allí se nos habría ocurrido hacer una historia de 200 páginas. Estábamos con otros clichés. Tampoco hay que pensar que antes, o que en esos momentos no hubiera creatividad o que no se estuvieran haciendo cosas estupendas. En buena medida, los recursos que estamos utilizando, incluso muchas de las reivindicaciones, pues tenemos toda una tradición detrás de autores que han ido fraguando, que han ido aportando cosas [...].

[...] Pellejero: Siempre tendré este deseo de lo que me gustaría hacer, creo que esto es bueno. Si no, estaría agotado, acabado. Y a mí me gustaría hacer una novela gráfica. Una novela gráfica con un planteamiento ya de entrada… no podemos hablar de canon pero sí un poco en esa idea. Una historia larga, un aspecto gráfico más reposado, digamos. Es un deseo a nivel de cómic que tengo…"
Extractos de una mesa redonda durante el reciente Festival de cómic de Getxo 2010, transcrita por el tio berni en Entrecomics, sigue aquí

2 comentarios:

Lepetomane! dijo...

Es que si fuese solamente un formato, no sería un concepto tan abstracto. Yo creo que es ambas cosas: un formato, y un movimiento que se caracteriza, entre otras cosas, por el uso de ese formato. Sería como la diferencia entre iglesia (edificio) e Iglesia (conjunto de creyentes).

Pepo Pérez dijo...

conjunto de creyentes: MOVIMIENTO.