miércoles, 1 de diciembre de 2010

AEROPUERTOS

"Los volúmenes tres y cuatro son menos explícitamente políticos o históricos y más personales. El acabado es más maduro, los retratos más detallados y realistas. Uno se puede encontrar echando de menos la imaginación infantil que condujo la primera mitad de la historia tan convincentemente, pero esto tiene más que ver con la nostalgia por la descarada Marji que con cualquier deficiencia de la segunda mitad. El libro crece junto con Marji y se convierte en una historia aguda de actualidad sobre la integración y la búsqueda de un lugar entre dos culturas. El aeropuerto es un motivo recurrente en el libro, y una anécdota de aeropuerto de la vida real sacada de la vida de Satrapi después de Persépolis sirve como un doloroso recordatorio de la urgencia continua de su historia: a su llegada a Estados Unidos durante su gira de promoción de primavera fue retenida en el aeropuerto. Su pasaporte iraní fue examinado durante hora y media por funcionarios de inmigración que sospechaban, y a pesar de tener un visado válido y una invitación de su editor estadounidense, a esta representante del "eje del mal" le tomaron las huellas digitales, le hicieron una ficha policial con foto, y le pidieron que declarara solemnemente que no tenía mala intención alguna, antes de que ella y Persépolis fueran admitidos en el país".
Un extracto de la reseña de Julie Paludan-Müller sobre el PERSÉPOLIS de Marjane Satrapi, en The Metabunker (sigue en inglés en el enlace), dentro de la serie "Cómics de la década". Dentro de la misma serie ya traduje algo aquí de la reseña sobre DK2, de Miller y Varley

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