Así aparecía Harvey Pekar en LA HISTORIA DEL JOVEN CRUMB, guión de Pekar y dibujos de Robert Crumb, incluida en el tomo AMERICAN SPLENDOR. LOS CÓMICS DE BOB Y HARV (La Cúpula). La historieta se publicó originalmente en AMERICAN SPLENDOR #4 (1979), y está completa (en inglés, eso sí), en Entrecomics, donde han dedicado más entradas a Pekar tras su fallecimiento.
martes, 13 de julio de 2010
"CON DIBUJOS Y TEXTOS PUEDES HACER LO QUE QUIERAS"
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R. CRUMB
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3 comentarios:
Siento la muerte de Pekar. El hombre se hacía querer.
Ahora, en todo lo que he leído de Harvey Pekar, que tampoco es tanto, me parece incapaz de contar algo con imágenes. Siempre son palabras con ilustraciones, maravillosas si son de Crumb, no tanto si son de otros. Y no veo mucha evolución en su narrativa desde los primeros tiempos hasta sus últimas historias.
No sé si soy el único que piensa eso...
Tal como yo lo veo, uno de los principales intereses de Pekar era "no dramatizar" (mejor dicho, dramatizar al mínimo, porque siempre se dramatiza cualquier cosa que se relata) lo que contaba. Eran sucesos vulgares de una vida vulgar, y como tales quería presentarlos. En esa mínima dramatización entraría lo de evitar exhibicionismos formales. Algunas historias le quedaban mejor y otras peor. A mí por ejemplo las últimas cosas suyas que le he leído me dejaron frío, pero no por cuestiones formales, sino por el conjunto. Me pareció ya un poco imitación mala de sí mismo, de cuando era bueno. Y en sus grandes tiempos, Pekar no sólo era algo insólito y original en el cómic, era también muy bueno, en mi opinión.
Gracias por el diálogo, Pepo. Qué solo me sentía.
Las historias de Pekar son a menudo geniales y está claro que amplió los límites de lo que era considerado apropiado contar en cómic en Estados Unidos.
Sin embargo, cuando leo algunas de sus historias, sobre todo las no dibujadas por Crumb, me suelo plantear la pregunta básica en cualquier medio: ¿por qué es esto un cómic y no un relato corto, una película, un guión de radio, etc?
Recuerdo una historia que consistía en enormes bocadillos llenos de texto que salían de la boca del alter ego de Pekar, y el dibujante se limitaba a repartirlos en viñetas y dibujar su cara en distintos planos, por dar una pizca de variedad.
El dibujo no aportaba nada en absoluto. Si lo borrabas, no se echaba de menos. Eso va más allá de "no dramatizar", eso es renunciar al 99% de las capacidades expresivas del medio. El resultado era de lo más monótono.
Y viendo sus guiones de palotes como se muestra en la película, para mí está claro que la culpa es de Pekar, que no iba más allá de repartir su texto en viñetas. Era incapaz de visualizar nada más allá de gente hablando.
Al leer las historias dibujadas por Crumb, se nota que ha tenido que recurrir a diversas estrategias expresivas para hacer de la historia un cómic.
Ahí está la historia de los varios Harvey Pekar. Una historia preciosa, por otro lado, digna de un Raymond Carver o un Paul Auster; no me extraña que la pusieran tal cual en la película. Ahí la repetición de la viñeta y el plano juega a favor de una historia sobre la identidad, e incluso aquí Crumb juega con el silencio y el lenguaje corporal del narrador para darle un ritmo propio. Eso estoy casi seguro que es Crumb, no Pekar, porque en los cómics dibujados por artistas menores que he leído, esos recursos brillan por su ausencia... Por supuesto, podría estar equivocado. No he leído toda su producción.
Perdón por el comentario kilométrico. Un saludo.
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