He aquí otro comunicado sobre el cómic de Howard Chaykin, The Divided States of Hysteria, firmado por las autoras de Moonstruck, serie que edita Image y que la editorial ha promocionado bastante.
Algunos destacados:
«We believe there is no story justification great enough to excuse this brutal, ignorant scene, and there is certainly nothing that could justify Chaykin’s derision of those who felt hurt by his book».
«This cover is utterly stomach-turning and inexcusable, but we are heartened by the news that Image and Chaykin released a joint statement recanting the cover and apologizing, saying that they will not be publishing it after all. We commend them for this action».
«There is an obvious pattern here: a pattern of sensationalizing hate crimes, a pattern of using minorities as props meant to shock white/cis people, a pattern of refusing to acknowledge the harm that these depictions do to their respective communities».
«We will do what we can to effect change within Image itself so that in the future, books like “Divided States” aren’t even considered for publication».
«The setup that allows Chaykin’s book to exist is the same one that allows “Moonstruck” (an all-ages/YA book with tons of LGBTQ characters of color and with an all-queer, non-male core creative team) to exist, as well as the many other wonderful Image books that, like ours, may not have found a home elsewhere. It’s a double-edged sword, and it’s not fair, but it’s the truth».Que tebeos como el de Chaykin ni sean «considerados para publicarse». Y llaman «ignorante» a la escena de Chaykin.
Bien, hablemos de ignorancia. Por ejemplo, sobre códigos artísticos. Hay quien habla de «maltrato animal» por representar escenas de maltrato animal... pero no se percata de que la lógica es la misma cada vez que se representa un asesinato humano en una obra de ficción: ¿desde cuándo representar un asesinato humano es asesinato o equivale a «incitar a cometerlo» en la realidad? Hay quien habla de «delitos de odio» por representar un delito de odio, o de «fetichización de minorías» por representar minorías. Por lo visto, solo si los personajes de dichas minorías se representan siempre y en todo caso de manera positiva (no vaya a ser que confundamos la ficción con la realidad; no vaya a ser que interpretemos la obra de manera incorrecta) no se las estaría fetichizando como mercancía (nota: en el cómic de Chaykin todos los personajes reciben el mismo tratamiento cínico-irónico, sean o no de minorías, aunque estos últimos no son «accesorios» o «decorado» como se afirma en el comunicado sino personajes importantes). Por lo visto, los autores que hacen cómics políticamente correctos sobre minorías no cobran por ellos sino que los «regalan». Ah, no, que también cobran por su trabajo. Por su mercancía.
Porque «mercancía» la hay de todos los tipos, para todo tipo de lectores y gustos. Moonstruck, a 3.99 $ cada número, ocupó en concreto la portada del catálogo Previews de mayo.
Sí, todo es relativo, y hablar de las personas mediante personajes de ficción (blancos o de minorías étnicas, LGTB o no, etc.), como por otra parte solemos hacer «un poquillo», no implica explotar a personas reales o convertir a estas en mercancía. Si aceptamos el razonamiento de la fetichización de la mercancía en un caso (el de Chaykin), las autoras de Moonstruck también estarían convirtiendo a las personas LGTB o de minorías étnicas en «mercancía» de la que se «aprovechan» puesto que hacen personajes LGTB o de minorías étnicas en un cómic por el que cobran dinero (¡horror!) y que está siendo promocionado intensamente. Un cómic que va dirigido a unos lectores, y que proporciona a sus autores un capital simbólico (prestigio, etc.) pero también económico: en plata, dinero.
El argumento no tiene sentido, ni en su caso ni en el de Chaykin (en ambos se hace ficción dibujada), pero puede ser que la ignorancia también me ciegue a mí. Crear y vender tu obra artística es fabricar siempre una mercancía, aunque es una distinta a las demás mercancías (precisamente por su valor simbólico o cultural). Que esa «mercancía» esté basada en el mundo, o que aluda al mundo, no significa que sea el mundo ni, por tanto, que sustituya a este. Que es lo que significa realmente fetichizar algo en la teoría marxista. El arte es ficción, y la ficción no es realidad. Y como ficción que es, el arte tampoco tiene la obligación de mimetizar la realidad ni de ser «fiel» a ella.
Volvamos al caso Chaykin. ¿De verdad hay que discutir a estas alturas que representar no equivale a endorsement, a incitar, a hacer apología de lo que se representa? ¿De verdad que a fecha de 2017 hay que explicar el factor IRONÍA y la doble o triple codificación que puede existir en una misma imagen o texto, cuando la ironía ha sido un recurso crucial en las artes visuales modernas desde al menos las vanguardias históricas (que tienen ya un siglo), en la sátira gráfica del XIX y en la literatura de siglos previos? ¿El cómic de Chaykin es acaso «para niños» y no nos hemos enterado o es que todos los cómics tienen que ser «para todos los públicos / jóvenes adultos»? ¿Eso desde cuándo?
Ya dije algo aquí sobre la infantilización de la que procede el cómic tradicional y de la que parece que no podemos desprendernos: las campañas públicas que condujeron al Comics Code estadounidense en 1954 partían de la misma preocupación, qué se estaba enseñando en los comic books a los chavales, porque la mayoría de sus lectores eran chavales. ¿Eso sigue siendo así en 2017? Yo diría que no. Un comic book como el de Chaykin no va dirigido a chavales sino a adultos. Exactamente igual que los cómics de Aline Kominsky, Julie Doucet o Alison Bechdel, por poner ejemplos de otras tradiciones historietísticas (el comix underground, cómic alternativo y novela gráfica de autoras). Son cómics para adultos, y como tales hablan de manera adulta a sus lectores: sin «explicar» las cosas, sin «decir» cómo debe entenderse la obra, dejando sus significados abiertos al lector, sin tener que usar todo el tiempo personajes role models que eduquen en valores. Y el arte para adultos puede implicar lenguajes «brutos», «soeces» y «provocativos» o imágenes desagradables u «ofensivas». Todo depende de para quién, claro. Pero recomiendo recuperar los viejos comix de Aline Kominsky hoy. O los alternativos de Julie Doucet. Igual más de uno se lleva una sorpresa.
O, ya puestos, que vean esta película de 2016 de Julia Ducournau en la que (SPOILER) dos chicas blancas heterosexuales, las protagonistas, se comen a un chico gay de minoría étnica. En el medio en que se ha producido la obra, el cine, el filme ha cosechado buenas críticas y una considerable cantidad de premios. No, la película no es para «todos los públicos». Eso ya se presupone. Para los niños ya hay otras películas en las salas y plataformas digitales. Y sus estándares infantiles no se pretenden aplicar al resto del cine que se produce. Ahora imaginemos que alguien dijera: «películas como la de Julia Ducornau no deberían volver a estrenarse». Ahora imaginemos que un cineasta dijera: «películas como la de Julia Ducornau no deberían volver a estrenarse».
Entiendo también que algunos pueden descartar o banalizar el recurso de la ironía, tan querido por Chaykin, como sospecho hacen algunos de los ofendidos. Solo puedo decir ahora, para no extenderme más e ir recogiendo, que la IRONÍA es un recurso que merece ser tomado muy en serio y que dice buenas cosas de nuestra civilización, como argumentaron estudiosos como Richard Rorty, quien dedicó un libro a investigar el asunto: la ironía implica el reconocimiento de la contingencia de todas las cosas; la ironía manifiesta la duda permanente sobre lo que uno dice y sobre cómo lo dice; la ironía es antidogmática.
Pero, en fin, qué sabremos los demás (usemos la ironía también), si aquí los ofendidos (también este crítico de cómic se ha posicionado en términos similares afirmando que la famosa portada de Chaykin no debería haber llegado a imprenta, y se queda tan pancho sin darse cuenta de todo lo que eso implica si lo elevamos a categoría; en realidad la famosa portada no ha llegado a imprimirse gracias a la presión en redes sociales) llaman ignorante a Chaykin por una escena de ficción y creen saber más que él. Más que él y que toda una tradición irónica de autores (y autoras) que, de repente, ya no parecen dignos de respeto.
Especialmente si, como es el caso de Chaykin, eres hombre y blanco.
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(Nota: no menciono expresamente los nombres de las personas posicionadas en contra del cómic de Chaykin, como tampoco hice en posts previos, porque solo me preocupa el debate, no señalar a quienes piden la censura o afirman que hará todo lo posible para que no vuelvan a publicarse cómics que a esas personas no les gustan. Las firmas se encuentran en los enlaces. Se trata de no hacer de esto una confrontación «personal» sino un debate público civilizado que revierta en algo positivo)
4 comentarios:
Es triste que se tengan que explicar estas cosas. El negocio en las defensas de las minorías, y no la auténtica defensa de las minorías, lo enturbian todo.
I LIKE IT
Muy de acuerdo en todo. Increíble que en nombre de la tolerancia se invoque a la censura. No hay quien lo entienda. Lo único que veo es que para debatir estas cosas con provecho hay que dejarse de postverdades y neopuritanismos. La postverdad ha estado aquí desde siempre, sólo hay que leer lo que escribieron los que vivieron en la 1ª democracia, la de Atenas, para ver que eso es la esencia del poder, lo que pasa en que sociedad cerradas como la faraónica (y la nuestra hasta antes de ayer) no se percibe porque no hay diferentes fuentes de información ni se inculca el pensamiento crítico. No es una postverdad que el faraón hace salir el Sol? En cuanto al puritanismo, lo mismo. Sócrates ejemplifica que siempre en toda comunidad hay un grupo importante que en aras de la concordia está en contra de cualquier pensamiento diferente al oficial. Para resolver estos temas hay que saber que esto no es un fenómeno de Internet, es algo humano que sale cuando hay libertad y altavoces. Es un problema de educación que Occidente arrastra porque al poder no le interesa tener librepensadores. Por eso esto pasó y pasa. No nos consideremos especiales y singulares a estas alturas de la Historia, por pensar que el pasado es muy diferente de nuestro presente la sociedad se mantiene en lo esencial siempre igual desde hace 5 milenios.
Por eso mismo usaba "neopuritanismo", porque es un fenómeno antiguo que reparece con formas nuevas y los medios de nuestra propia época. Gracias por el comentario, Antonio. También a los demás participantes en este hilo. Un saludo cordial
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