LAS IMÁGENES DEL DESEO
Pepo Pérez
pepoperez@elperiodico.com
LA VOLUPTUOSIDAD
Autor: Blutch
Traducción: Ana Millán
Rotulación: Eduardo Di Costa y Amiram Reuveni
Editorial: Ponent Mon
Páginas: 112 Precio: 20 €
Sinopsis: en algún lugar de la campiña francesa se organiza una batida con cazadores de la región para atrapar a un "individuo", un animal feroz...
Hace sólo veinte años, un cómic para adultos que se titulase La voluptuosidad hubiese sido casi con toda seguridad un relato de historias ejemplares construido a base de anécdotas costumbristas picantes, que permitieran con mayor o menor disimulo colar desnudos femeninos y alguna moraleja tan explícita como perogrullesca. Pero el cómic adulto de hoy no es el de entonces, y desde luego no lo es la nouvelle bande desinée que nos llega desde Francia, donde ya se ha producido el salto cuántico de madurez. Blutch (Christian Hincker, Estrasburgo, 1967) es uno de sus representantes más brillantes –junto a Joann Sfar, Christophe Blain, Marjane Satrapi o David B., entre otros- que, aunque tiene a sus espaldas una amplia carrera, sólo ahora comienza a ser traducido en nuestro país.
La voluptuosidad (2006) refleja el estado actual de la evolución de Blutch, un camino experimental emprendido en Vitesse moderne (2002; de próxima edición en España) que pretende despegarse del relato literario convencional y, desde luego, de la influencia del cine. La realidad del mundo exterior y la del mundo interior de la mente se integran en una narración que posee la textura -y la lógica- de los sueños, y donde se habla de las cosas sin hablar directamente de ellas. El tema es el deseo sexual en diversas variantes, pero el discurso de Blutch, muy apoyado en el poder de sus imágenes, ha alcanzado un nivel de abstracción que obliga al lector a concretarlo con sus propias sensaciones y emociones. El tono es inquietante pero también de farsa, no en vano Blutch se gana el pan en la revista humorística Fluide Glacial, y sus excepcionales lápices se muestran aquí inacabados pero precisos, graves y a la vez blandos, tan voluptuosos como el título del libro. En manos de Blutch, momentos como el del político abandonado en el campo sin cobertura en el móvil, o el del viejo cazador declarándose a la joven niñera, devienen poderosas alegorías que, sin explicar nada expresamente, lo explican todo. Lo contienen todo.
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Una reseña que publiqué en El Periódico de Catalunya en mayo de 2007.
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