Este es el hall. Al fondo, sentada, Pilar Muñoz, directora de la Maison, y Brigitte Macias, de pie, asistente todoterreno que lo mismo actualiza la web de la Maison que instala los programas en cada ordenador o explica al nuevo residente cómo usar las instalaciones. La generosidad y amabilidad de las dos no se puede explicar con palabras: hay que vivirlo en persona.
Más imágenes del hall.
Seguimos en la planta baja. Al fondo, una sala común.
Las escaleras de caracol por las que subo todos los días al primer piso. Hay mucha escalera de caracol aquí. En general.
Pasillo del primer piso. En este piso paso la mayor parte del día porque es donde está mi estudio.
Vivimos a hombros de gigantes.
Pulpo a feira en el descansillo del primer piso donde hacemos el break para el café. Un no-premio para el que reconozca la imagen sin pinchar en el enlace.
Las vistas desde la salida de emergencia que se veía antes al fondo del pasillo.
Chema Peral e Inma Lorente saludan a la cámara.
Volvamos al pasillo del primer piso.
Bienvenidos a mi humilde morada en la Maison... Entren, entren, amiguitos, en la cripta de mi atelier.
Vistas desde mi cueva.
Primeros días en la Maison. Ahora el montón de papel en blanco ha disminuido notablemente.
Una araña como ésta picó a Peter Parker. Déjala vivir.
Vuelta al pasillo del primer piso. Un dibujo original de Fabrice Neaud, donado a la Maison.Los grifos de la Maison son muy de cómic.
Por una cuestión logística me tuve que mudar al estudio de al lado, éste de la foto. Al fondo acecha la bestia en su cubil. En un buen día, me puedo quedar dibujando hasta las una o las dos de la mañana. Hoy sin embargo estoy cansado y no tengo energías para dibujar mucho, así que me he entregado al blog.
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Acompáñenme ahora a la casa donde vivo, amiguitos, un pisito que comparto con Chema Peral. Está a un salto, a sólo dos minutos andando de la Maison.
Subiendo, sí, otra escalera de caracol.
Y aquí la escalera de caracol de la casa. Ya lo decía antes. Les encantan.Un dibujo de la libreta que se dejó Chema Peral un día en la mesa del comedor.
Chema himself. Orgulloso de las escaleras tan buenas que hacen aquí.
Cocina desde la escalera
Camota mía
Vendemos bicis de segunda mano. Interesados envíen mensaje
Todo dispuesto para el apéritif en la salle à manger
Salgamos ahora a dar una vuelta.
El río Charente, en un paseo de varios kilómetros que conduce al lago de Saint Yrieix
Casa jardín
Angoulême Vice
El Charente al paso de Angoulême no ha cambiado demasiado en los últimos cien años. El paisaje es una pintura de principios del siglo XX que vimos en el Museo de Angoulême.
La luz de un nueve de julio en Angoulême, a la diez y veinte. De la noche.
Se acabó lo que se daba. Por ahora. À bientôt