viernes, 24 de junio de 2011

EL DOBLE DEL MUNDO

Como todo habitante de la cómicesfera sabe ya a estas alturas del día, Gene Colan murió anoche a los 84 años de edad. A pesar de que en su larga y prolífica carrera dibujó muchos tebeos, o de que se le suela recordar por su larga estancia dibujando a Drácula y al cazavampiros Blade, Colan para mí significa sobre todo superhéroes en sentido estricto. Superhéroes Marvel, para ser más concretos, y Daredevil y Capitán América para ser más exactos. Cuando era niño, su fascinante dibujo «realista» de los superhéroes poseía un misterio singular, una magia inefable que sólo con la edad he aprendido a desentrañar. Es como si Colan, ya fuese por intuición, trabajo a destajo, proceso racional o todo ello a la vez, se hubiera percatado de que los estilos gráficos realistas siempre producen en el cómic el efecto paradójico de una profunda irrealidad, y se hubiera aplicado a ello con entusiasmo.

Todo el mundo que haya leído un tebeo de Colan sabe que su dibujo destacaba particularmente por un «realismo» completamente personal que estaba repleto de estilizaciones y deformidades anatómicas –hay algo en él que siempre me ha recordado el dinamismo místico de las figuras alargadas del Greco–, a las que añadía encuadres forzados con picados y contrapicados continuos y un extraño tratamiento de luces y sombras de inspiración cinematográfica –el cine negro y los cómics de Caniff como influencias cruciales–, cuando lo habitual en los superhéroes de los 60 era evitar los claroscuros y destacar las líneas de contorno para dejar grandes espacios libres al color. A su reconocible tratamiento de la iluminación sumaba unos extravagantes diseños de página que reforzaban esa sensación de realidad irreal, de mundo-constructo, de artefacto, de simulacro. Colan no pretendía «representar» el mundo real, creaba uno nuevo que transmitía la sensación de existir por sí mismo, sin referentes ni modelos. Sus imágenes, a pesar de que a veces parezcan lo contrario, no estaban basadas en la «semejanza» con nuestro mundo sino en la «existencia» autónoma. Un mundo que existía sin modelo, como un Doble irreal que, sin embargo, parecía más real que la realidad misma. Por eso mismo resultaba tan fascinante de explorar. Para entender cuáles eran las reglas de ese universo especular, cómo estaba construida en él la materia, cómo se proyectaban las sombras, qué peculiaridades extrañas tenían los pliegues de las ropas, las puertas, los pomos de las puertas. Así las cosas, es lógico que Colan fuera el dibujante más apropiado –tal vez el único capaz de hacerlo– para rematar la que en mi opinión no es sólo su cumbre sino una de las cumbres de toda la historia del cómic americano: la saga del Cubo Cósmico que tuvo lugar en un puñado de episodios de CAPTAIN AMERICA del verano de 1969, realizados junto a Stan Lee. El archienemigo del Capitán América, su Sombra, intercambiaba su cuerpo con el héroe, y luego le transportaba a una isla con los Exiliados. Mientras el Capitán América, privado de su identidad y atrapado en el cuerpo de su enemigo, intentaba sobrevivir en un mundo extraño lejos de las leyes de los hombres, su doble siniestro le suplantaba en su propio mundo. ¡Pero, de repente, un aliado inesperado de Harlem se cruza en el camino del héroe...!, etc.



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Más sobre Gene Colan en este breve perfil que escribí en 2008, con ocasión de su enfermedad, en Con C de arte

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Dos entrevistas a Colan de 2000 y 2001, traducidas e ilustradas en Entrecomics

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El Cubo Cósmico de Colan, en Fotos de cómic, aquí, aquí y aquí

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The Watcher también escribe sobre Colan

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Entrevista a Colan de 2001 de Larry Rodman, en The Comics Journal


(la página que ilustra esto procede de CAPTAIN AMERICA nº 119, 1969, por Stan Lee y Gene Colan, tintas de Joe Sinnott. Abajo, páginas de CAPTAIN AMERICA 116 y 118, mismos autores)


7 comentarios:

Santiago García dijo...

Y para vencer a su doble sombra, el Cráneo Rojo, el Capitán se inventa a su doble negro, el Halcón. Estos siguen siendo grandes tebeos hoy en día. Lo asombroso tal vez sea que los disfrutáramos tanto de niños. Para mí, la segunda saga del Cubo Cósmico del Capi y Cráneo es una cumbre.

Santiago García dijo...

Y por cierto, muy bien explicado Colan. Me ha encantado lo del Greco.

Lain_Coubert dijo...

Descanse en Paz.
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Respecto a lo que expones del peculiar estilo de Colan, ¿no crees que tiene muchos puntos en común con el Manga? No en la forma, sinó en el fondo. Colan buscaba quizás más la plasmar una sensación, una emoción, dibujar el movimiento...

Pepo Pérez dijo...

Lo de disfrutarlo tanto de niños, "a pesar de"...Es verdad, eran episodios muy siniestros, muy perturbadores, y por supuesto lo eran en gran parte por el irrepetible dibujo de Colan. Pero, ya sabes, tú sueles decirlo, de niños nos fascina todo aquello que nos parece para adultos, mucho más que aquello que detectamos como "hecho para niños"...

Cierto lo del Halcón, el doble positivo y racial del Capi, no había caído ahora. Qué ganas me han entrado de releer toda esta saga, por favor. El Halcón además, hablo de memoria, se adelantó a todos los demás SH negros de los 70, ¿no?

Lain_Coubert, me has dado una idea con tu analogía. Sería lo que dices en todo caso una analogía pre-manga, claro, porque ya sabes que en la época dorada de Colan en EEUU no se tenía ni idea de los tebeos que se hacían en Japón (viceversa sí). Y es que en los tebeos de SH el problema de representar el movimiento estaba desde el principio. De hecho, probablemente los dibujantes que aportaron más soluciones eficaces e impactantes al problema del movimiento en los superhéroes fueron de los más influyentes... Kirby desde luego. En Colan está clara esa necesidad y sus propias soluciones, de ahí esos cuerpos retorcidos o "descoyuntados". Todo era movimiento y acción en los mejores tebeos de SH. Ahí está la conexión -no digo influencia- con el manga, desde luego. La necesidad de representar movimiento, procesos, lo más dinámicamente posible. Tal vez por eso (seguro que por más cosas) el manga haya sido el equivalente para los chavales de los años 90-2000 a lo que fueron los superhéroes para los chavales de los 60-70. Yo al menos lo veo así...

Carlos dijo...

Pepo, se le adelantó Pantera Negra al Halcón en cuanto a ser el primer superhéroe de color, luego ya vendría Luke Cage propiamente en los 70. Un saludo.

Pepo Pérez dijo...

cierto total!

Aunque éste no era un rey, como Pantera, sino un chico de las calles de Harlem...

Pepo Pérez dijo...

" el Capitán se inventa a su doble negro, el Halcón"

Algunos episodios más tarde...

CAPTAIN AMERICA 126, junio 1970

CAPTAIN AMERICA 126, junio 1970 (y 2)