«En 1820 George IV accedió finalmente al trono. El nuevo monarca intentó contener a Cruikshank, junto a otros caricaturistas y sus editores, a través de los tribunales. Cuando esta táctica fracasó, los archivos reales muestran que George IV pagó a Cruikshank y a otros sobornos por un total de 2.600 libras entre 1819 y 1822, "en consideración al compromiso de no caricaturizar a Su Majestad en ninguna situación inmoral". Cruikshank cogió el dinero y a pesar de todo continuó satirizando al rey. Solo después de ser convocado a una audiencia con George en agosto de 1820 en el Pabellón de Brighton, Cruikshank disminuyó sus ataques gráficos, conforme el mercado de las estampas daba paso a las revistas y libros ilustrados. La herencia satírica continuó, no obstante, y todavía se mantiene viva en las viñetas editoriales diarias en los periódicos británicos».
Paul Gravett y John Harris Dunning, Comics Unmasked. Art and Anarchy in the UK, Londres, The British Library, 2014, pp. 75-76.
Caricatura de George IV, por Cruikshank, julio de 1820. Con bocadillos de diálogo, por cierto
1 comentario:
The sinister fact about literary censorship in England is that it is largely voluntary. – George Orwell en el prefacio de Rebelión en la Granja
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