«¿En ningún momento te desbordó la enormidad de tu propio proyecto?Craig Thompson, entrevistado en Entrecomics.
La verdad es que no. Primero, porque no existía una industria comercial en torno a los cómics independientes. Nadie se ganaba la vida haciéndolos. Así que no esperaba ganar ni un centavo. Creaba el cómic para mí mismo, por amor al arte, en mi inconsciente aislamiento en un apartamento asqueroso de Portland. Además, el contrato que había firmado con mi editor americano, Top Shelf, era un adelanto de 1000 dólares por TRES libros. El primero de esos libros fue Adiós, Chunky Rice, el segundo sería Blankets. Así que, al igual que yo estaba obligado a entregar mi segundo libro sin un adelanto adicional, la editorial estaba obligada a publicarlo. Y mi primer libro, Adiós, Chunky Rice, solo vendió dos mil copias, así que tenía unas expectativas muy modestas sobre cuál sería el público de Blankets. Eso me dio mucha libertad para escribir un guión muy puro y sin censuras».
Decíamos ayer...
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