martes, 3 de abril de 2012

ADIÓS, MINGOTE


Muere Antonio Mingote a los 93 años. Arriba, un chiste de 1963 para Blanco y Negro, recopilado en LA MOTORIZACIÓN. Abajo en el video, dibujando uno de sus últimos trabajos, el cartel para LOS MUERTOS NO SE TOCAN, NENE (2011), adaptación al cine de la novela homónima de Rafael Azcona dirigida por José Luis García Sánchez.



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Obituario en ABC
Especial Mingote en ABC

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ACTUALIZACIÓN
Extenso artículo sobre Mingote, profusamente ilustrado, en el blog Desde el Nibelheim

2 comentarios:

kiftox dijo...

Mingote será incinerado hoy en la intimidad” Lógico, lo raro sería incinerarlo junto a toda su familia y amigos. Todos ahí,dentro del horno…la narrativa gráfica se une asi a otros gremios, en los q la dignidad del interfecto se acrecenta o difumina póstumamente en función de la filiación política del finado. O dicho de otra forma, si en vez de en un panfleto del regimen como el ABC hubiese desarrollado su carrera en X, hoy no pasaría d pintamonas y a pie de página, nada d primeras planas. Mingote era un ultranacionalista español, franquista y taliban vaticano hasta los huesos, q hizo muy poco o nada por la convivencia en este pais. El q haya muerto no quita nada de eso, ni mucho menos dignifica lo extremista de su obra.

Pepo Pérez dijo...

Sinceramente, aunque su ideología era bastante evidente, y más en su última etapa (cuando había otras ideologías en los medios con las que poder contrastar opiniones) nunca he visto su obra como "extremista". Salvo que pienses lo mismo de Azcona, con el que colaboró y del que fue amigo íntimo.

Lo que sí noto es que en este país aún no sabemos tolerar o valorar la obra de personas que no piensan como uno. La democracia (la verdadera democracia, no esta farsa en la que vivimos en España, cultivada por el poder pero también por los propios ciudadanos) también implica eso. Es más, casi diría que es uno de los pilares básicos de la democracia verdadera. Admitir al otro como parte de tu sociedad, de tu comunidad, no verle como alguien al que rechazar, aplastar y denigrar.

Lo contrario es lo que seguimos arrastrando, el guerracivilismo del que no nos desprendemos a pesar de todos los años transcurridos. Incluyo por supuesto en esa cultura patética (a mi juicio una de las causas de nuestra ruina actual como país) a tanta gente del PP y alrededores que no renuncia al pasado franquista e incluso es capaz de justificar la represión del franquismo o impedir la investigación sobre fosas comunes y demás. Pero también incluyo en esa cultura patética a esa gente de izquierdas que habla de Rajoy –o de Mingote– como si se tratara poco menos que de Hitler. O Stalin. Y hay mucha gente así en este país patético.

Sobre Mingote, hablo ahora como gusto personal, siempre me gustó como dibujante. Como humorista, me refiero a la calidad de sus chistes, no me mataba, la verdad. Dejando aparte mi gusto personal, sí creo que era un referente claro del humor gráfico en España. O sea, del cómic, que para mí el humor gráfico también es cómic.