«Voy a procurar no incluir demasiados spoilers, pero tal vez no deberías leer esto hasta que hayas visto la película, aunque solo sea porque no quiero imponer mi lectura filosófica del filme en tu propia experiencia del mismo.
Así que es una película sobre Occupy Wall Street, ¿no?
Más concretamente, una película acerca de las ansiedades de rico blanco de Hollywood sobre Occupy Wall Street, ¿no?
No soy la primera en hacer esta observación, pero aun sin haber leído las reseñas que discuten los paralelismos, me distraje tanto por el uso torpe de la imaginería de Occupy que no pude entrar en la historia tal como yo esperaba. La película nos muestra lo incomprendidos que son los ricos; son usureros, cierto, y oprimen y reprimen sin saber realmente que lo están haciendo. Pero lo que descubrimos una vez que son derrocados es que realmente nos estaban salvando de nosotros mismos todo el tiempo. Porque los pobres se vuelven malos *rápidamente*. Igual que uno no tiene idea de a cuánta gente matarían los pobres si tuvieran la más mínima oportunidad.
Los villanos de esta película se han alzado de la pobreza expresamente para partir caras, apuntar direcciones y destruir el Orden Mundial. No hay ni un solo marco de pensamiento en este relato en el que el mundo pueda ser reestructurado desde abajo y obtener resultados positivos.
Es más, visualmente vamos a representar a los criminales como manifestantes... vamos a combinar esos dos mundos. Es más, cuando permitimos que personas injustamente encarceladas salgan de la cárcel, aún así son malos. Sólo por si te lo estabas preguntando.
Los autores dicen que las conexiones no eran intencionadas... por supuesto que no lo eran. Así es como las inquietudes culturales funcionan en la pantalla. Por eso Godzilla trata realmente de la guerra nuclear y King Kong sobre los otros culturales, y Crepúsculo sobre las ansiedades relacionadas con el poder del feminismo. The Dark Knight Rises demuestra cuán profundamente ha penetrado la ansiedad sobre la guerra de clases en la conciencia popular.
Batman trata de la justicia, tanto si la justicia se alinea con el imperio de la ley como si no. Tal vez por eso me resultó tan frustrante ver una revisión de la historia de Batman que parece tan cuidadosa solo para inferir que, cuando se les otorga la facultad de actuar por sí mismos, el colectivo del 99% son un montón de idiotas de mierda. Y que solo el patrón rico y guardián de Gotham –incluso una vez humillado por los egoístas y desconsiderados pobres– puede rescatar a la ciudad y salvar a la gente. La benevolencia de la élite. Simplemente son mejores que nosotros».El extracto procede de la reseña que acaba de publicar Brenna Clarke en la web Graphixia. Y la película de la que está hablando, sobra decirlo, es THE DARK KNIGHT RISES (2012), de Christopher Nolan. Yo estoy de acuerdo, tal vez sobra decirlo también, con por lo menos lo menos el *99%* de lo que dice. Ahora, también es cierto que me pareció la película más entretenida de las tres de esta trilogía. Santiago García escribió hace más de una semana una reseña donde hacía una lectura del filme muy parecida a la de Brenna, dando lugar a un interesante debate (ver comentarios en el enlace).
Me decía hace un rato Santiago que el tema de esta película es el miedo, en realidad de toda la trilogía. Tiene razón. Los miedos de nuestra época, empezando por los terrores que trajo el 11-S tal como se proyectaron en la primera entrega de la saga (2005), hasta llegar a los nuevos miedos sociales del final de la década. Ahora mismo, miedo a un porvenir que parece cada vez más oscuro (al menos para la mayoría) y al colapso social, miedo al fin de la civilización capitalista sin un modelo de recambio a la vista; miedo, en fin, al choque de clases conforme las diferencias sociales aumentan hasta límites desconocidos en Occidente desde hace muchas décadas. Desde el punto de vista de los ricos, en el que Nolan se sitúa inconscientemente (sinceramente por tanto), se trata del miedo al "99%": espabilad los de arriba, porque los de abajo vienen pisando fuerte. Aunque allá arriba todo parezca que os va igual de bien, le susurra Catwoman al héroe rico, aquí abajo pintan bastos para vosotros. A Tale of Two Cities, desde luego. Es el miedo del 1%, que en la película se proyecta en la masa como un supuesto "miedo a la libertad". Es el miedo que vuelve a sentir Bruce Wayne atrapado en el pozo de los desheredados, el mismo pozo del que surgió un pobre tan temible como Bane. Pero al alzamiento de los pobres le sigue el del rico, que restaura el orden para bien de todos. Todo ello según este Batman. El de Nolan, por supuesto.

Santiago enlaza más reseñas de la película en un nuevo post de Mandorla. Todas ellas –las que cito abajo y otras– hacen la misma lectura, la diferencia es que el filme de Nolan se celebra o se rechaza dependiendo de dónde se sitúa el reseñista, a la derecha o a la izquierda política. ¿Blockbuster del año? Al menos el más discutido, según parece.
«El mensaje es que, aunque sea injusto, el statu quo es mejor que las alternativas.
Pero la película también nos ofrece una ventana a la ansiedad de las clases dominantes. En todo el mundo, las masas están despertando.
El 1%, siempre ha presentado la revolución como un atajo a la tiranía. Pero para aquellos que han participado y han sido inspirados por los movimientos de los últimos años, este cinismo les parecerá completamente ridículo. Ellos ofrecen una visión mucho más optimista del futuro que la presentada por el hombre murciélago» (Jonny Jones)
«El libre mercado nos levanta a todos. Las "revoluciones" del pueblo conducen inevitablemente a la tiranía. El perdón y la autosuperación redimen a la sociedad, mientras que las extorsiones de amargados en el nombre de la "justicia social" la envenenan. Ninguna de estas simples verdades se ocultan en la película. Por eso los críticos de izquierdas de ambas costas han reaccionado a la película con la misma ceguera voluntaria con la que ven la historia». (Andrew Klavan)