jueves, 6 de enero de 2022

cine clásico del futuro

 

Menos mal que he visto en cine Spielberg’s West Side Story porque es donde hay que verla. Extraordinaria. No parece ”de época” sino en la época, aunque luego vuelvo a esto. Juega con la artificiosidad como le da la gana: a veces lo es más, a veces parece naturalista; a veces decorado, a veces parecen las calles reales. Siempre como les interesa que se vea en cada escena, en cada momento. Por supuesto, el tono de esta versión es más realista, no se puede jugar a ser “ingenuo” (1957, 1961) porque resultaría falso. Cómo mueven la cámara. Las coreografías diurnas, en calles, son todas extraordinarias. La dirección de fotografía de Janusz Kaminski, siempre tan versátil, es de otro mundo. Las pandillas parecen reales, no de actores. Pero cómo actúan. Y cantan, bailan. Todos. Y todas, porque los papeles femeninos son todos muy potentes. El set piece del comienzo es toda una declaración de intenciones: “Spielberg IS BACK”. Y cómo. Cómo se nota cuando Spielberg está implicado realmente en un proyecto y ha empleado mucho tiempo en él. Esto no lo ha rodado precisamente ”la segunda unidad”, como gran parte de la última de Indiana Jones (la peor de la saga con diferencia). Spielberg tampoco hace ningún proyecto personal que no sea temáticamente relevante por su propio tiempo. Contemporáneo. No hace falta decir —mejor verla antes— por qué este West Side Story lo es, y no me refiero a 1961 sino a la América del cambio de década 2010s-2020s.

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