Fui a verla el fin de semana de estreno, y lo hice por el impacto que me causó el trailer en 3D que vi en NYC. Por comentar y compartir comentarios aquí, si os parece. Mis impresiones: el mensaje redentor, tan directo y obvio (didáctico), es la cagada de la película. La única, a mi juicio. Quitando eso, creo que la cagada tiene poca importancia por comparación con el resto. Y el resto tiene mucha tela, sinceramente. Experiencia visual de altura, nunca mejor dicho, y cine (ciencia ficción, por supuesto, frente a la credulidad de quienes han entendido la película en clave de "documental ficcionado") que no quiere ser literatura. ¿Que la historia es «muy sencilla», tal como se ha insistido? Sí, efectivamente, y justo por eso esta película es diferente. Eso es un elemento muy importante del concepto de la película, y su acierto como obra que aspira a marcar un estilo propio y diferente. Algo que consigue sin lugar a dudas, tal como en su día hicieron, cada una a su manera, 2001, Solaris, Alien, Blade Runner o Avatar. Si los Cuarón hubiesen introducido más tramas, subtramas y personajes en el guión, sería otra película. Más convencional, también.
EN EL ESPACIO NADIE PUEDE OÍR TUS... PALABRAS. Pero hablamos de cine, y el cine, como insistió tanto Tarkovski, no tiene por qué ser literatura ni limitarse a «contar historias». El cine es IMAGEN. Y la imagen, sobre todo sin el anclaje del texto, se resiste al sentido (como dijo Barthes, para no escamotear la fuente), sumando a lo obvio un significado «obtuso» que no puede traducirse a palabras. La imagen puede ser más inaprensible, si queremos decirlo así. Esta es una de las razones, por cierto, por las que mucha teoría de la narratología, construida en base a la literatura y para la literatura, me parece inaplicable al cine, las artes visuales o el cómic.
Esta película, sin duda, no se puede traducir a palabras. Hacerlo es reducirla a una chorradita, algo que de ningún modo es. Tiene momentos de gran resonancia y abstracción, sin palabras, sólo la imagen y el sonido, donde parecen decirse muchas cosas y ninguna a la vez. Esta película hay que verla y oírla (gran empleo de la música de Steven Price como «efecto de sonido» salvo tal vez en la parte final, sobreorquestada a mi juicio; ahí eché en falta más silencio), pero por encima de todo hay que experimentarla. Eso es Gravity, una experiencia no traducible a palabras que sólo tiene sentido en el medio para el que ha sido concebida. El vacío negro de la gran pantalla. Que no te la cuenten.
domingo, 13 de octubre de 2013
GRAVITY. UNAS PALABRAS.
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