ALISON BECHDEL
¿Eres mi
madre? Una tragicomedia
RESERVOIR BOOKS-MONDADORI
Un viejo osito de
peluche de la infancia rodeado de libros de psicoanálisis. La imagen, una
viñeta de “¿Eres mi madre?”, bien puede servir
como resumen del libro, una extensa coda a la anterior novela gráfica de la
autora, “Fun Home”. El peso de aquella
obra maestra parece ahora una bola de preso para Bechdel (Lock Haven, 1960),
que lucha aquí contra la ansiedad de su propia influencia, parafraseando a
Harold Bloom, casi tanto como lo hizo en “Fun Home” respecto a sus maestros
literarios. Sin la inspiración de aquella pero con el mismo talento
considerable, Bechdel dedica el libro a la complicada relación con su madre,
igual que en “Fun Home” lo hizo respecto a su padre, y lo plantea también como
un acto de terapia. Con inflación de citas de psicoanálisis, y modelos como
Virginia Woolf y el “Maus” de Art Spiegelman –como este, incluye el proceso de
creación en el libro y las reacciones de su madre al mismo–, Bechdel habla
mucho más de sí misma que de su progenitora, pero con el suficiente pulso
intelectual para que sigamos con interés su narcisismo a través de las casi trescientas páginas.
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Una reseña que publiqué en el número de octubre de
Rockdelux. Debo ser de los pocos a los que le ha gustado la última novela gráfica de Alison Bechdel. Lo sé, es pesada y farragosa, tengo ojos en la cara, y vive en todo momento bajo la sombra insuperable de
Fun home, pero a mí este cómic me siguió interesando hasta el final, y siempre lo hizo por la forma. La supuesta separación entre forma y contenido nunca es tal, pero aquí hay un ejemplo muy evidente de eso. Y una construcción formal tan soberbia como la que demuestra Alison Bechdel en
¿Eres mi madre? te puede llegar a fascinar tanto como para acabarte un ladrillo como este, y hacerlo con gusto además. A ver si puedo extenderme un poco más sobre este asunto en un futuro post, si las obligaciones me lo permiten. No prometo nada.
1 comentario:
Buf, pues si te digo la verdad, a mí "Fun Home" no me gustó nada, y con ésta ya ni lo intenté.
Es que me da la impresión de que esta señora intenta "sacar petroleo" de donde no lo hay de manera exagerada. Efectivamente, los retruécanos formales que usa para transformar su experiencia vital en algo digno de ser contado tienen mérito, pero vamos, que a mí no me consiguió convencer sobre el suicidio de su padre.
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