martes, 28 de diciembre de 2021

“the snacks are free”

¿Qué les pasa a muchos con Don’t Look Up (2021)? La gente de pasta (money *) de mi TL en redes sociales está en su mayoría como enfadada con la película. Es solo una película. ¿O no?  

* No soy tan infantil como para no entender que el capitalismo funciona así, el pack completo, ni para creerme mejor por haber nacido en una familia humilde, algo que no se elige. Eso sí, yo mejoré mi estatus social gracias al reparto de la riqueza que permitía el Estado social en las democracias liberales, con becas públicas para estudiar, investigar, etc. O sea, libertad, en efecto, pero con correcciones del sector público porque quien nace en una familia bien, algo que tampoco se elige, tiene mucha más libertad de entrada que quien nace en una familia no bien. Hola, espíritu navideño… 

La socialdemocracia del siglo XX fue una respuesta del capitalismo al “desafío comunista”. No solamente, porque también aportaba eficiencia desde la óptica utilitarista capitalista: las ayudas, becas y servicios públicos gratuitos permitían ascender a los mejores y ser útiles para la sociedad como ingenieros, profesores, artistas, lo que sea, aunque hubieran nacido en las clases más bajas. El neoliberalismo se cargó la socialdemocracia en buena parte, sobre todo en los países de tradición más liberal. Reagan en USA, Thatcher en UK. La caída del Muro impulsó la globalización, y esta a la deslocalización industrial, etc. El descontento de la gente empobrecida por la globalización + la crisis especulativa de 2008 condujo al auge en Occidente de los populismos, etc. Había que echarle la culpa a quienes no la tenían. En USA, el resultado actual del neoliberalismo / capitalismo tardío, esa salsa populista de “hechos opinables”, conspiracionismo negacionista vs. ciencia (cambio climático, pandemia, etc.) y políticas identitarias a derecha e izquierda que polarizan a la población, es lo que satiriza No mires arriba. No el capitalismo, como algunos afirman. Lo siento, sé que simplifico mucho pero no voy a escribir una tesis en un post de un blog.

No mires arriba es una sátira sobre la USA reciente, pero nos “afecta” aquí en España porque, como provincia del imperio, nos proyectamos en la sociedad estadounidense. También hemos importado con unos años de retraso bastantes “hallazgos” de la democracia sentimental populista estadounidense, basta ver las tácticas actuales de demasiados políticos españoles. Me apunta alguien (Kano) que qué pensará entonces la gente de pasta al ver representadas las cosas “inimaginables” que hacen los ricos en Sucession, la mejor serie que he podido ver en 2021.

Una película, en fin, que polariza al público con una sátira sobre la polarización, lo cual vendría a demostrar su “tesis”. Los artículos en internet que he visto “explicando el final”, también.

A mí Don’t Look Up, con sus peros y chistes buenos que dejan de serlo porque no cortaron la escena en montaje (el show “woke” de la cantante de R&B y su novio rapero, demasiado largo, etc.), me ha gustado. O “gustado”, porque deja muy mal cuerpo. No es una comedia, es una sátira de humor negro. No es lo mismo. Y me recordó algo de Kubrick.

Stanley Kubrick contó en su día una paradoja muy elocuente que se dio en la concepción de ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb1964). Su decisión de convertirla en una sátira de humor negro, frente al thriller serio que iba a ser la película en un principio, había logrado que fuese más realista que otros filmes de la época que tocaban el tema de la guerra nuclear con un tratamiento estrictamente dramático, La hora final (On the Beach, 1959) y Punto Límite (Fail-Safe, 1964). Películas que «en su intento de ser serias, excluyeron detalles triviales y comportamientos que habrían parecido incongruentes en una situación en la que el fin del mundo fuera inminente». Bill Krohn define certeramente ¿Teléfono rojo? como la película donde Kubrick «fusionó el realismo del documental y la comedia grotesca para retratar a los miembros del poder político y militar norteamericano como imbéciles y locos, llevando por primera vez a la pantalla el género satírico que la revista MAD había popularizado» (Bill Krohn, Stanley Kubrick, París: Cahiers du cinéma, 2007, p. 43).

Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb (1964), dirigida por Stanley Kubrick, guion de Kubrick, Peter George y Terry Southern
Don’t Look Up (2021), guion y dirección de Adam McKay
Portada de la revista de cómic satírico MAD nº 23 (mayo 1955), en su etapa fundacional dirigida por Harvey Kurtzman

Misma operación en los cómics más satíricos de Frank Miller, desde la parodia de Reagan en The Dark Knight Returns (1986) a las corporaciones "hamburgueseras" de Give Me Liberty (1990-1991), pasando por el Batman anarcoterrorista de DK2 (2001-2002) en lucha contra un presidente virtual, un simulacro de la era digital manejado por el gran poder corporativo (Lex Luthor, convertido aquí en un Kingpin de DC), mientras la ciudadanía está distraída con ídolos de internet. El guionista Ed Neumeier copió el recurso, combinar épica y sátira, en las películas más millerianas de Paul Verhoeven, RoboCop (1987) y Starship Troopers (1997).

A lo que voy, y no soy el primero en decirlo. Aquellas sátiras anticipatorias sobre el mundo capitalista futuro, con corporaciones que han conseguido privatizar servicios públicos para gestionarlos, grandes empresas armamentísticas que ídem, propaganda disfrazada de noticias, infotainment y presidentes que solo trabajan para las élites (como ellos) mientras cuentan milongas a sus votantes para polarizarlos entre sí, se han hecho realidad. Por eso parece que hoy habitamos en un tebeo de Miller de hace veinte o treinta años. 

Me dice Kano también que Don't Look Up es un "documental". Tiene razón.


El Reagan de Batman: The Dark Knight Returns (1986), Frank Miller, con Klaus Janson (tintas) y Lynn Varley (colores)
Viñeta de Give Me Liberty (1990-1991), Frank Miller y Dave Gibbons, colores de Robin Smith
Batman: The Dark Knight Strikes Again (DK2) (2001-2002), Frank Miller y Lynn Varley
RoboCop (1987), dirigida por Paul Verhoeven, guion de Ed Neumeier & Michael Miner
Starship Troopers (1997), dirigida por Paul Verhoeven, guion de Ed Neumeier  
Don’t Look Up (2021), guion y dirección de Adam McKay