sábado, 28 de julio de 2012

GANARSE LA VIDA.

¿Cuándo supo que se podía ganar la vida con el cómic?

Yo nunca pensé que me podría ganar la vida haciendo nada. Ya estuve contratada y nunca más podré estarlo. Tengo un problema con la autoridad y te aseguro que me despedirían al primer día del contrato. Hice trabajillos para poder pagarme los estudios; entonces me decía que bastaría con ganar lo suficiente para poder comer pasta. Pero jamás pensé que alguien podría querer publicar mis libros ni que fuesen a tener éxito. Además, tampoco soy una persona muy gastadora, aunque puedo llegar a serlo. Si tengo 10 euros, vivo con 10, y si tengo 100.000 vivo con esos 100.000; pero no significa que sea más feliz cuando tengo los 100.000. Vivo con lo que tengo. Ahora estoy encantada porque, evidentemente, tener dinero está muy bien. ¡Ojalá todo el mundo lo tuviera! Estoy segura de que el ser humano está hecho para el lujo. Es fácil acostumbrarse a él, pero es mucho más difícil acostumbrarse a la miseria. La naturaleza humana está hecha para el confort. Dicho esto, prefiero ser pobre y hacer lo que me gusta, que a la inversa. 
Entiendo que habrá rechazado algún trabajo por ideas políticas.

Claro. Una marca de coches me propuso hacer un anuncio con el eslogan del mayo del 68 y lo encontré indecente y repugnante. No se puede vender coches con eslóganes revolucionarios. O vendes coches o haces la revolución [...]. 
Aparte de con las novelas gráficas y el cine, ¿no le dan ganas de decir públicamente lo que piensa? 
Me invitaron a la televisión para ser la representante de Irán en unos debates. Hace 12 años que no voy a mi país y hace 18 que no vivo allí. ¿En nombre de qué voy a ir yo a hablar de los problemas de los iraníes de hoy? ¿Qué credibilidad tendría? También en el momento de la revolución iraní, me decían que fuera a la televisión porque la gente en Irán me adoraba. ¿Cómo iba a decirles que salieran a la calle mientras yo tomo cafés en las terrazas de París? Lo haría si pudiese estar en la calle con ellos. Para mi ego y mi posición social sería muy fácil. Pero ya no vivo allí, la información que me llega es de segunda mano y jamás me permitiría hablar en su nombre. Detesto ese punto de vista de los exiliados. Mi historia acabó en 1994 cuando me fui de Irán y ahora no puedo decir nada. Por esas mismas razones tampoco podría escribir un cómic sobre las revueltas árabes actuales.
¿Por qué continúa editando sus libros con la pequeña editorial L’Association?  
Porque cuando nadie los quería, ellos me los publicaron. Ahora las grandes editoriales me buscan, pero si mis libros dan dinero, quiero que la gente que creyó en mí al principio pueda beneficiarse.

Marjane Satrapi, entrevistada en El País de hoy por Almudena Ávalos, foto de Pablo Zamora. Sigue


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