viernes, 29 de enero de 2010

UNA CONCEPCIÓN REACCIONARIA DE LA CULTURA

"Pero, ¿qué concepción de la cultura es esta? ¿Qué entienden por "cultura" los que detentan el poder literario en este país? Una breve aproximación, reductiva pero no por ello menos útil, podría realizarse siguiendo el modelo del Estupidario de Flaubert. ¿Arte? Desde la aparición del arte conceptual todo es un fraude, y una chorrez (excepto algún Barceló, algún Antonio López, alguna cosa más o menos figurativa). ¿Pensamiento? La deconstrucción francesa y sus derivaciones han terminado con él; sólo vale algún Marina, algún Steiner. ¿Feminismo? Una secta de resentidas. ¿Teoría cultural? Cuatro friquis parloteando sobre ciencia ficción. ¿Cine? Cinefilia, mitomanía y la parte más respetable de la Paramount; hasta ahí, vale, pero en llegando a Godard, el videoarte y el cine para museo, todo un tostón. ¿Cómics? Una memez, pero parece que van mejorando: hace poco se ha publicado una cosa sobre el Holocausto que irá bien para los niños. [...] Una concepción del conocimiento definida por exclusión y menosprecio, en el que el término "cultura" ha quedado reducido a la literatura über alles, y aun la literatura a algunas formas muy particulares de novela publicadas por editoriales de gran alcance.

La resistencia a la cultura pop no es más que una manifestación secundaria de una actitud reaccionaria que incluye también la resistencia a la teoría y, en general, al giro cultural tal como se ha producido en los últimos veinte años. Este aspecto puede consignarse en algunas reseñas desfavorables de libros recientes que aplican el siguiente modelo: "esta parte del libro no me gusta porque es demasiado poppy y me parece vulgar, y esta otra tampoco porque es demasiado teórica y me aburro". [...] Todas estas apelaciones a la vieja alta cultura se sitúan siempre en un razonable grado medio entre una teoría que se describe como tonteoría (sin haberla entendido) y una cultura pop que se describe como trivial (sin conocerla). [...] El Acme Novelty Library de Chris Ware no es inferior a la cultura literaria, sino superior a la concepción de la cultura dominante: su lectura pide, y aun exige, algunas nociones de deconstrución, historia del cómic underground, teoría de los media y no poca sicología. Pero ya se sabe: desde los años setenta el arte son sólo bobadas".
Eloy Fernández Porta, AFTERPOP. LA LITERATURA DE LA IMPLOSIÓN MEDIÁTICA (Berenice, 2007). Su descripción del "portavoz" o representante tipo de la "alta cultura" (igual a cultural dominante u oficial) que opina sobre la cultura pop (igual a "baja cultura", "memez" o "bobez") me recuerda personalmente a alguien concreto, pero ahora mismo no caigo en el nombre, no caigo, lo tengo en la punta de la lengua...

(Si pinchas en la portada del ensayo de Porta y la amplías, descubrirás que la ilustración es una viñeta de un conocido cómic)

4 comentarios:

elpablo dijo...

este sí que es un fiera. y ten cuidao con la lengua, que te vas a morder, jojo!

Jordi Bravo dijo...

Que malos son los monopolios.

Little Nemo's Kat dijo...

Interesante reflexión, lucidez sin pelos en la lengua. ¡Gracias por la recomendación!

Pepo Pérez dijo...

Lo alucinante del tema es que Eloy F.P. no se inventa fantasmas, lo que critica sigue vigente, tal y como comprobamos hace tan sólo unos meses con cierto personaje de la "gran cultura". Y digo vigente porque todo ese esfuerzo que Eloy dedica a desmontar la supuesta distinción alta cultura-cultura popular (en otras palabras, que la distinción no tiene razón de ser, que es un invento muy interesado) porque oculta una JERARQUÍA IMPUESTA desde la cultura reconocida u oficial es un esfuerzo crítico que se viene haciendo desde los 60 (Eco) y 70 (Ramírez y otros autores).Una falsa jerarquía inventada por razones político-económicas, por aquellos que están en puestos "de poder" en esa cultura oficial (en nichos mediáticos, incluso en cargos institucionales, o al menos con acceso directo a autoridades y por tanto a subvenciones, etc.) y les interesa que la cultura dominante siga siendo "la suya". Y por tanto se defienden con uñas y dientes de posibles "ascensos" en el "escalafón" de todas aquellas manifestaciones culturales que ellos no practican ni conocen por ignorancia/desinterés. Y como no las controlan, lo mejor es tacharlas de "subcultura", "cultura popular" (dicho en sentido peyorativo), "poppy" o "kitsch" (también en sentido peyorativo en ambos casos), etc. En fin, que este rollo es más viejo que el meao y como tal APESTA. Y es que esa falsa distinción "cultura buena" (alta) vs. "cultura popular" (como si en muchos casos pudiera distinguirse hoy algo así) encierra algo tan viejo como la lucha de las clases dominantes para mantenerse en el poder. Que también existe en el ámbito de la cultura, no sólo en las relaciones laborales.